jueves, 29 de diciembre de 2011

2011: "Don't believe the hype"

Culmina un año que no olvidaremos. Chile Liberal entrega su balance y análisis del 2011 y se las da de pitoniso dando su visión del año venidero

"¿Trabajar duro, nosotros? ¡NO!"

Y eso sería todo: año 2011 de la era Común. The End.... ¡qué año! Empecemos el análisis con un urgente desagravio a la figura de la verdadera persona del año, el joven diplomado tunecino Mohamed Bouazizi, célebre por quemarse a lo bonzo al ver cómo el aparato policial de su país —regido por una autoridad no electa—, requisaba el carrito con el que vendía frutas para de algún modo ganarse la vida honradamente. Lo próximo ya es historia conocida: cae el autócrata que gobernaba Túnez, y la ola se propaga a Egipto, Libia, Yemen, Siria, e incluso Israel. Hasta el tonto del Dalai Lama debió reconocer que no es un líder político y tuvo que dar un paso al lado. 

El descontento pronto cruza el Mediterráneo y los indignados acampan en la Puerta del Sol en Madrid... luego viene Occupy Wall Street... para qué seguir. Todos sabemos por qué la revista Time nombró al manifestante como el personaje del año. No obstante, los desatinados Guardianistas —lectores del socialdemócrata periódico británico The Guardian— eligen como la persona del año nada menos que a la chilena Camila Vallejo, cuya principal lucha consiste en lograr que los hijos del clan Luksic, los más acaudalados de Chile, estudien gratis. Mohamed, el premio es para ti. No le crean a los lectores de The Guardian. Don't Believe The Hype.

Culminado el lacrimógeno 2011, podemos concluir que la indignación, por no ser canalizada correctamente, tanto en Chile como en el resto del mundo, ha sido contraproducente. En los países árabes se han impuesto en gloria y majestad los islamistas mientras a Occidente sólo le queda encogerse de hombros y cruzar los dedos para que la evolución política y social de esos países avance, y no retroceda. 

Con una Alemania que tiene partidos "Demócrata Cristianos", una Inglaterra donde no existe una separación formal entre iglesia y Estado, una España donde el catolicismo es una fuerza política que no cesa de meter su nariz en lo que no le incumbe, un EEUU con un presidente que invoca a "God" en todas sus alocuciones, el primer mundo, con la notable excepción de la recalcitrantemente laicista Francia, no tiene autoridad moral alguna para sermonear a los árabes sobre las bondades del laicismo. Los blogueros egipcios Maikel Nabil y Aliaa Elmahdy son dos gritos secularistas ahogados en una oleada de frenesí religioso.

Pero veamos el vaso medio lleno. Al menos, hoy, estos pueblos pueden luchar por una democracia laica, algo que hasta hace unos pocos meses sólo era utópico. Es que el 2011 lo trastornó todo. Pero analizando en frío, van rumbo a algo similar a la oscura Edad Media europea.

5, 4, 3, 2 1, Feliz Año 2012. Pasemos a los vaticinios

El 2012 se augura gélido. No tanto en lo climático, que será exactamente lo opuesto. Sólo Australia ha impulsado el necesario impuesto al carbono, mientras el tratado de Kioto se desintegra y no existe voluntad real de combatir el calentamiento global (Francia ha vivido el año más caliente del siglo).

De seguir así, los chiflados de la ecología seguirán monopolizando la agenda, lo que es letal. Son los promotores de la economía de mercado y del progreso los llamados a proporcionar una solución sustentable y realista a la dramática situación del planeta. El tema es serio y no puede quedar abandonado a la suerte de los necios que quieren arrastrarnos de vuelta a las cavernas.

En lo económico, Europa continúa su proceso de evolución. Como sabemos hoy, aunque Darwin no lo notó, la evolución no es lineal. Así mismo evoluciona Europa: yendo a veces hacia atrás. La moneda única cumplirá una década y ha sido víctima de su propio éxito. La paz entre todos estos países está garantizada. El flujo de personas y capitales es expedito. El euro ha sido demasiado fuerte respecto al dólar, lo que ha terminado por liquidar la competitividad económica del Viejo Continente.

Alemania ha acumulado un absurdo superávit mientras los PIIGS finalmente comienzan a flexibilizar el mercado laboral y a reajustar sus escleróticas cuentas. El estúpido alarmismo de algunos analistas de baja estofa es irrisorio. El euro no está en peligro porque es impensable e impracticable la Unión Europea sin una moneda única. Sólo se necesita la voluntad política para que el exceso del norte compense el déficit del sur. Chile Liberal no tiene tiempo para escuchar a idiotas pronosticando golpes de estado, catástrofes ni pelotudeces semejantes. La cosa está fea, muy fea: el crecimiento de Gran Bretaña, Francia y Alemania será con toda seguridad un pelo superior al 0%, si es que. El desempleo seguirá siendo el lastre que impida terminar esta larga crisis. Pero Europa ha visto tiempos peores. Don't Believe The Hype. Sólo es cuestión de voluntad el dar el golpe de timón necesario.

En términos políticos habrá mucho ruido y pocas nueces. En Francia habrá elecciones presidenciales, las cuales probablemente gane Nicolas Sarkozy, ya que su contendor, François Hollande, tiene el peso del helio. Así todo, Sarkozy no será capaz de implementar las reformas à la Thatcher que Francia tanto necesita. Menos aún se podría en una (improbable) presidencia de Hollande. 

En EEUU, Mitt Romney será el seguro contendor de Barack Obama y, además, el próximo presidente de EEUU. Nunca un presidente incumbente con una tasa de desempleo alta ha sido capaz de ganar. Los tontos que creyeron ver en el ajusticiamiento de Osama Bin Laden un éxito del moreno presidente por fin quedarán al descubierto como ignorantes. Esos analistas de pacotilla no entienden que las cuestiones internacionales poco importan cuando el votante promedio está en casa viendo televisión diurna sin prospecto de encontrar trabajo. Esta es, lamentablemente, la realidad de EEUU. Al otro lado del Atlántico, en Gran Bretaña, la coalición Liberal-Conservadora continuará su feroz programa de recortes, lo que no generará nuevos disturbios, sin embargo, su pacto seguirá firme como un roble.

En los países emergentes descansa la posibilidad de salir del embrollo. Salvo un detalle: estos países, en lo político, están jodidos. Brasil seguirá hundiéndose en escándalos de corrupción y su presidenta no hará nada por agilizar el mercado laboral. Difìcilmente así darán el gran salto. Cuando la desaceleración los golpee quedará al descubierto toda la problemática que se ha incubado en el último tiempo (como ocurrió en Chile, y como ocurrirá el 2012 en Argentina: la soya no puede ocultar por tanto tiempo sus problemas estructurales). Rusia tendrá elecciones (truchas, como de costumbre) pero ya vemos como el descontento se ha apoderado de las calles. En el otro extremo de Asia, es imposible que la dictadura China continúe el status quo y si no es el 2012, será de todos modos en el futuro inmediato cuando estalle el descontento. Por nuestro lado, Chile Liberal sostiene que mientras ningún país emergente tenga universidades tipo Ivy League o empresas como Google o Apple, destronar a las viejas potencias tardará décadas, y sólo lo han hecho por tamaño de PIB y no por ingresos. Don't Believe The Hype.

Para entender la encrucijada del 2011 y la transición al 2012 es necesario observar lo paradójico de lo visto en España. Los Indignados pavimentaron el advenimiento del conservadurismo español, con el triunfo del Partido Popular, que entre sus planes se incluye implementar exactamente lo opuesto de lo que querían los indignados (que clamaban más impuestos, más regulaciones, más rigidez laboral, más beneficios). El 2011 ha sido un año extraordinario, y si bien llegamos a un punto de inflexión, los efectos tardarán mucho en materializarse. Don't Believe The Hype.

Para terminar, cabe destacar que el calendario maya, azteca, zapatoteca o no sé cuál ya a esta altura, augura el fin del mundo el 2012. Desde que el tiempo es tiempo que se viene pronosticando lo mismo. Antes del año 1000 se aseguraba que volvería Jesús y que el fin ya estaba cerca. Cuando pasó el cometa Halley en el siglo 19 oleadas de suicidios colectivos sacudieron a la "culta" Europa porque juraban de guata que venía el fin de los tiempos. Los Testigos de Jehová han anticipado el fin de "este sistema de cosas" más de 15 veces. Sectas variopintas han hecho lo mismo, pero seguimos acá. Don't Believe The Hype. 

El mundo no se va acabar, eso es tan seguro como que continuarán las denuncias de curas pederastas el año 2012. 

Sin embargo, si EEUU no levanta cabeza y si los planes de ajuste en Europa no rinden frutos y si estallan violentas revueltas en China y Rusia, podrá decirse que si bien el Apocalipsis Ahora no llegará el 2012 como auguraron los mayas, al menos presenciaremos algo muy similar al fin de los tiempos. Va a ser emocionante. Todos juntos: aaarrggghhhhhh.


(En nuestro próximo episodio entregaremos un análisis de lo que fue el 2011 en Chile, y de lo que viene. Siga en nuestra sintonía)

domingo, 25 de diciembre de 2011

Tour D'Argent

"El buen salario, la comida abundante, el buen vestir y la libertad educan a un adulto como la escuela a un niño."
Domingo Faustino Sarmiento, intelectual argentino

Vuestro Humilde Servidor quiere compartir con los amables lectores de Chile Liberal algunas de sus andanzas en la Ciudad Luz. Empiezo contándoles que se acerca una doble celebración, la Navidad, y además la firma con Chanchi del fatídico PACS, el contrato de unión civil que ha menoscabado la famila, aniquilado los valores, corrompido la moral y que ha generado destrucción "en Occidente" y oleadas de suicidios colectivos. Bueno, en realida nada de eso ha ocurrido, pero ya saben, los conservadores son así.

Para celebrar tan magno evento, esta vez fuimos al legendario restaurant La Tour D'Argent, lejos el más renombrado de París y por cierto el más ultra recontra cuico al que he ido. O sea esto ya es fruncido a tal nivel que NO permiten sacarse la chaqueta. Puede parecer autoritario, pero es algo así como lo que propuse ante la inscripción voluntaria y el castigo por no votar: si aceptas que te restrinjan y te castiguen, ya constituye un acto de la voluntad por tanto es legítimo. Si tú crees que es injusto que no te permitan entrar a un lugar con determinada tenida y te parece abusivo que no te dejen comer sin chaqueta, pues fácil: no vayas.

Añado una breve reflexión. Es importante la diferencia entre el bárbaro y el civilizado. El primero estira el brazo y saca una fruta, o arroja un jirón de carne al asador. Esto es básico, responde al instinto de  subsistencia. El segundo ha conformado una cultura y va más allá del instinto. El buen comer es una de las más bellas expresiones del ser humano y de su capacidad de crear una cultura, lo que convierte a la gente, desde Epicuro a John Stuart Mill, en sibarita. Desde 1582, la Tour D'Argent en el V arrondissement de París ha sido uno de los templos del arte del buen comer, rito sagrado en la religión del hedonismo ilustrado. Si bien los chefs han sido en ocasiones despedazado por los expertos, su misticismo sigue intacto.

La vista panorámica sobre el Sena, Île de la Cité y la Catedral de Notre-Dame le dan un carisma único. Impresiona saber que entre sus habitués se cuenta desde Luis XIV o el Cardenal Richelieu, hasta luminarias de las letras como Balzac o Proust, junto a grandes artistas como Dalí en el XX, sin mencionar el enorme listado de monarcas, políticos, intelectuales y artistas han venido acá a degustar el mítico refinamiento de la cocina francesa.

Por lo mismo, al llegar entregamos los abrigos y resalté a la anfitriona que yo soy el editor del blog Chile Liberal. Increíblemente, me miró con cara de no entender nada y lejos de invitarme a firmar el libro de visitas célebres —como uno esperaría—, y ante la mirada un poco ruborizada de Chanchi, se nos ofreció un pequeño consommé y nos condujeron a la sala de recepción mientras preparaban la mesa. No quise decir nada para mantener la amabilidad del momento pero definitivamente en estos días en que cualquiera se hace famoso ya se ha perdido el respeto por uno.

Sabemos que una imagen dice más que mil palabras así que a continuación una secuencia de imágenes. Primero la recepción y la sala de espera, luego el salón. En seguida, verán primero como entrada quenelle de brochet y foi gras, luego un consommé de Saint-Jacques con trufas que lejos fue la estrella de la noche. La especialidad de la Tour D'Argent es su afamada carne de pato, lamentablemente justo no salió esa foto, pero sí les puedo contar un detalle: junto con el pato te entregan una bonita tarjeta con el número del ave y la granja de origen. O sea, de lo más que hay. 

El postre, crêpes estilo Belle Époque. Noten que el vino se dispone en una mesita especial, como si fuese una guagua. Admito mi ignorancia: luego de elegir un Côtes du Rhône de 1997 entre lo más de tres mil vinos (el restaurant hace dos años renovó su cava y vendió más de 4000 botellas guardadas), el sommelier nos cuenta que fue una excelente elección de vino para "consumo evolutivo". Sólo reafirmé con un "bien sûr" pero la verdad no sé exactamente a qué se refiere. Una malévola y cómplice sonrisa de Chanchi así como diciendo "esto ya me supera" también dejó en claro que ambos no teníamos la más pajolera idea. En relidad significa que es un buen vino para acompañar todos los platos (excepto el foie gras, cuyo maridaje es con un vino dulce)











Eso es todo por ahora y les deseo una Feliz Navidad. Me tomé unos días de vacaciones así que estoy en casa de mis suegros protegido del implacable frío exterior, dispuesto a darme una sobredosis de lectura. Así que esperen más artículos pronto. Bonne fêtes 

domingo, 18 de diciembre de 2011

Inscripción automática y voto voluntario: Hacia un “Transantiago Electoral”

De ponerse en práctica, la inscripción automática y el voto voluntario generarán confusión, intensificarán la apatía y abrirán las puertas al fraude electoral. Chile Liberal explica las razones para oponerse

Ante la creciente e imparable apatía actual, algunos han propuesto que todos los ciudadanos sean inscritos automáticamente en el Registro Electoral para así engrosar el padrón. La idea—al parecer—es que los políticos se verán forzados a mejorar la calidad de la política para incentivar a los electores—ahora todos registrados—y así los jóvenes en masa acudirían el día de los comicios a sufragar, reforzándose la representatividad. La democracia, por lo tanto, sería más saludable. La candidez de quienes piensan todo esto es asombrosa.

La evidencia indica exactamente lo opuesto. Primero, la votación (el “turnout”) descenderá aún más estrepitosamente al eliminarse la obligatoriedad actual de los inscritos: sin miedo al castigo, ¿quién va a querer votar por los políticos actuales? Segundo, los políticos no van a desgastarse atrayendo a la masa de desinteresados votantes porque les bastará, en medio del desplome de sufragios, apuntar a sus electores duros. La altísima abstinencia significará que el universo de votantes reales será reducido, y que unos pocos terminarán eligiendo al representante de los muchos: la participación será tan paupérrima como en las elecciones de la Fech. Tercero, a no ser que se cambie el formato actual, comenzará la “argentinización” de las elecciones (probablemente, este será el tema más controversial que Chile Liberal plantea en este post).

Veamos la experiencia de otros países donde se ha implantado la inscripción automática y el no-castigo a quienes se quedan en casa el día de los comicios. La maravilla de incluir a todos en el registro electoral se llevó a cabo en Francia con catastróficos resultados. Las cifras son elocuentes:

13% de electores terminan no-inscritos por confusión o cambio de domicilio
11% afirma haber realizado trámites adicionales para lograr inscribirse
42% indica haberse inscrito por iniciativa propia
15% de votantes jóvenes primerizos quedan marginados de la inscripción

Lo anterior multiplíquenlo por mil en Chile. Es seguro que la inscripción será un despelote total. ¿Y cuánta es la abstención en Francia, país que prácticamente inventó los ideales republicanos y que se jacta de una robusta cultura cívica? Un escalofriante 56%, y en aumento.  ¿Ha mejorado en Francia la calidad de la polítca? En lo absoluto. Es tan triste el panorama político que el único ganador ha sido el ultraderechista Frente Nacional, usado como el ventilador del electorado para tirarle mierda a la clase política. Con una bajísima tasa de votantes jóvenes y con casi ningún parlamentario menor de 40 años, el caso francés demuestra inequívocamente que la inscripción automática y voto voluntario constituyen un gran error: es contraproducente.

El caso más paradigmático es el de las elecciones europeas. Tal es la desafección de los electores hacia la “Unión Europea” que el Parlamento Europeo está lleno de xenófobos, ultranacionalistas y variopintos personajes de las más curiosas ideologías. Al final, cuando uno desprecia las instituciones, termina votando por cualquiera. En Chile las elecciones serán muy similares a la actitud europea hacia la elección del Parlamento Europeo. No se extrañen que pronto empiecen a ocupar escaños en Valparaíso varios actores de telenovelas y niñitas de la farándula.

En cuanto a los jóvenes, si no son capaces de gastar media hora en el Registro Electoral, ¿qué les hace creer que tendrán una mañana entera para ir a votar? Los jóvenes no van a votar. Entiéndanlo de una buena vez.

Aclarado que el padrón electoral se engrosará pero por lógica la participación decaerá, pasemos al siguiente punto, lejos el más apremiante, que es la necesidad imperiosa de terminar con ese vestigio del pinochetismo que es la papeleta con dobleces en que se marca la preferencia con una raya formando una cruz. Para que entiendan esto, primero, vean el siguiente video sobre cómo se lleva a cabo el fraude electoral en Argentina.

Lo vieron? Pues lo primero que se darán cuenta es que la gente debe registrarse y se le entregan un voto (noten que en Argentina es obligatorio). Pues bien, recordemos que el sistema actual que rige en Chile fue ideado por Pinochet (asesorado por Jaime Guzmán y otros). El plan en Chile es similar al de Argentina, y es el de no garantizar el secreto del voto. “¡¡Pero cómo!!”, me dirán. “¡El voto en Chile es secreto!” Eso es lo que ustedes creen…

Déjenme contarles una anécdota muy buena. Ocurre que quien escribe, por inverosímil que parezca, trabajó para un partido de derecha haciendo encuestas. Fue a partir de esta experiencia que terminé completamente asqueado de la política, claro está. Resulta que los sondeos en los que participaba mostraban que en el distrito X, donde Vuestro Humilde Servidor trabajaba, el candidato en cuestión iba a perder. La desidia del propio candidato siempre me llamó la atención. Si uno cree que va a perder, ¿no debiese intensificar su campaña? Claro, salvo que esto no ocurría.

Después de adentrarme más en el funcionamiento de este partido, era evidente que el candidato, producto de arreglos con el partido aliado en la lista, iba a propósito a montar una campaña anémica, para que el compañero de lista ganase. La única audacia que vi fue ver al candidato en cuestión anunciado como ganador en un periódico comunal. “Esto no puede ser”, dije. Yo mismo veía que las cartillas mostraban una votación paupérrima. Pues luego de unas pocas averiguaciones, supe que al periodista lo sobornaron para comprar el titular del diario local, y para pasar piola, se inventó la encuesta en la que yo participaba. El periodista podría alegar que hizo su trabajo de documentación. Fue todo un mero tongo.

Lo que no era tongo era lo que ocurría con los apoderados (de hecho, llegué a conocer los apoderados del partido aliado). Resulta que a todos los que trabajaban en el comando del compañero de lista les pagaron extra para que votasen por el candidato en cuestión, y se animaba también para que familiares y amigos también hiciesen lo mismo. ¿Cómo saber si votaban realmente por el candidato? Pues muy fácil: la raya doble sobre la línea del candidato lo demostraba. Los apoderados, en el local de votación verificando el conteo de votos, sólo debían registrar la cantidad de papeletas con raya doble para saber si los sobornados realmente habían votado, y luego se procedería con el pago. Como la honestidad siempre prima, al final les pagaron igual y nadie se molestó en chequear exhaustivamente la cantidad de votos con raya doble.

Ocurre que el voto con una doble rayita—o con una estrella, una marca, una mosca, una consigna, etc—es igualmente válido. Por lo tanto, el “voto secreto”, baluarte de la democracia, es un puro hueveo.

No muchos se acuerdan de un pequeño detalle. Cuando Pinochet votó en el histórico Plebiscito de 1988, él mismo cortó el talón de la papeleta sin dejar que el presidente de mesa lo hiciera. Claro, porque si el presidente de mesa cortaba el talón de alguna forma especial, podría luego, en el conteo, saber cuál fue el voto de Pinochet. De hecho, cualquier presidente de mesa puede, cortando el talón, saber cómo votó cualquiera de los electores en esa mesa. Y tal como en Argentina, la manera curiosa de doblar el voto también puede servir con este objetivo. Esto del doblez probablemente no ocurra en Chile, pero en el primer comicio celebrado en 1988 de seguro fue una posibilidad. Y de traer el voto voluntario, unos pocos podrán poner en práctica esa martingala y lograr elegir su representante. Recuerden que la idea de la dictadura fue cometer un fraude, y el formato del voto doblado, el talón cortado y marcar con lápiz dejaba muchas ventanas abiertas para comprar votos.

Ahora bien, resulta que las encuestas que hacen los candidatos no son tan tongo. Bastaba saber por cuánto el candidato débil puede perder para comprar unos pocos votos del compañero de lista y así asegurarse que saldría primero y por tanto ganaba el escaño en disputa. No olviden que al final, la elección está planeada y gracias a un pesado ejercicio de ingeniería electoral los partidos manejan los resultados a su antojo, ¡incluso coludiéndose con los de la lista contraria!

¿Qué tiene que ver todo esto con el voto voluntario? Pues mucho. Porque al desplomarse la cantidad de votantes gracias a la “voluntariedad” y la ausencia de castigo, los candidatos en vez de gastar plata y tiempo en costosas y agotadoras campañas, podrán pagarle a unos pocos para que vayan a votar, y éstos pocos serán los únicos que voten y lograrán elegir al candidato en medio de la masiva abstinencia el día de la elección. En vez de trabajar duro para encantar a las masas para que voten, mejor será asegurar que voten unos cuantos.

En un país civilizado no existen ni votos doblados ni opciones para rellenar con lápiz, ni talones cortados. El votante elige una papeleta, y la deposita en la urna. La posibilidad de que emita un voto blanco o nulo, o “marcado”, es cero. En Chile, vestigio de la dictadura, persiste un sistema hecho para rastrear el voto y determinar quién votó por la opción correcta. La voluntariedad y la masiva abstención traerán de vuelta el cohecho, el acarreo y todas las malas prácticas que habían sido casi desterradas.

La propuesta de Chile Liberal es muy sencilla. Primero, empezar por abolir el binominal.  Ésta es la prioridad. Segundo, es imperioso cambiar el formato del voto hacia uno en que sea imposible emitir votos nulos o con marca alguna.

Tercero, NO inscribir automáticamente al grueso de la ciudadanía, porque será una majamama. Lo lógico es hacer expedita la inscripción, ya sea por carta o por Internet, y que culminados los comicios se destruya la base de datos y convocar a una nueva inscripción la próxima vez. Para los registrados, ciertamente, debe aplicarse un castigo por no votar. Es importante la logística para saber cuántas personas concurrirán a los locales de votación. Sin este dato, el Transantiago Electoral será una triste realidad.

Finalmente, hacemos una advertencia. Ya vimos el fiasco de la venta de datos por parte del Servicio Electoral. Es escalofriante ahora entregarle al Estado absolutamente toda la información de los mayores de 18 años (nombre, RUT, dirección) del país entero. Esto es completamente iliberal, y abre el camino para la conformación de un Big Brother, un ojo de Horus que todo lo ve. Alertamos además que frente al derrumbe en la cantidad de votantes, bastará un arreglín político para suprimir la voluntariedad y decretar la obligatoriedad, y al final la base de datos del registro electoral se usará para implantar, paradójicamente, el peor escenario de todos: inscripción automática y voto obligatorio.

viernes, 9 de diciembre de 2011

La verdad sobre la Reforma Tributaria

Notez d'ailleurs qu'il n'est pas plus immoral de voler directement les citoyens que de glisser des taxes indirectes dans le prix des denrées dont il ne peut se passer. Gouverner, c'est voler, tout le monde sait ça. Mais il y a la manière. Pour moi, je volerai franchement.

Piense además que no es más inmoral robar directamente a los ciudadanos que gravar con impuestos indirectos los artículos de primera necesidad. Gobernar y robar son la misma cosa, eso lo sabe todo el mundo. Pero cada cual lo hace a su manera. Yo, por mi parte, prefiero robar sin tapujos.

"Calígula", Albert Camus (filósofo y autor francés)


Ya hemos establecido en Chile Liberal que siguiendo la línea de John Stuart Mill, un filósofo y economista inglés, el impuesto es una forma de robo. No obstante, considerando que es imposible producir fuera de una comunidad gobernada políticamente —es decir donde no hay Estado de derecho ni por consiguiente propiedad privada—, es que para mantener el aparato gubernamental pagamos impuestos. Eso sí, quienes nos gobiernan deben ser elegidos por la comunidad, como quedó claro con la famosa consigna "no taxation without representation": el que fija la tasa impositiva debe ser elegido; si no lo es, no tiene derecho a cobrarnos nada, y de una forma de robo pasa a ser un vil atraco (pagarle impuestos a Pinochet, por ejemplo, fue ilegítimo).

La naturaleza misma del impuesto nos separa del socialismo. Para éste último, el exigir a un contribuyente que entregue bajo amenaza de cárcel parte del fruto de su trabajo no es ni siquiera una forma de robo, sino que el impuesto constituye el máximo igualador, la herramienta que les permite llevar a cabo su plan maestro: imponer el igualitarismo quitándole a unos para dárselo a otros. El impuesto es como un Robin Hood posmoderno que le quita a los ricos y le da a los pobres, a pesar que Robin Hood en realidad tomaba de los ricos el dinero que éstos ¡le cobraban a los pobres con impuestos! Robin Hood no robaba, simplemente le devolvía a los pobres lo que les pertenecía.

¿Por qué el socialismo se obsesiona con la igualdad? Porque para el socialismo es inaceptable que unos tengan más que otros. Es un defecto que debe corregirse no robando descaradamente, sino de manera más sutil: por ley. Y ahora demandan a gritos y con la muchedumbre enrabiada que se proceda a un atraco masivo mediante una Reforma Tributaria.

Por nuestra parte, Chile Liberal, por inverosímil que parezca, está a favor de una Reforma Tributaria. La diferencia reside en el objetivo, en la forma, y en quiénes deben pagar.

Primero, el objetivo de una reforma no debe ser el terminar con las desigualdades. Las desigualdades en una sociedad libre son normales. Sólo en Cuba o Corea del Norte no hay grandes desigualdades (Kim Il Jong y Fidel Castro son riquísimos, pero el resto vive una igualitaria miseria). En Chile ciertamente hay gente pobre, pero éstos hoy están cualitativamente mejor que hace 10 años, mucho mejor que hace 20 años, e infinitamente mejor que hace 30. Cuantitativamente, hoy hay menos pobres que hace 10 años, muchos menos que hace 20, y muchísimo menos que hace 30. De hecho, nunca en la historia de Chile hubo menos pobres que hoy. Que la brecha entre ricos y pobres aumente es una cosa secundaria cuando la cantidad de pobres disminuye y éstos a su vez mejoran cada vez más su condición.

El modelo de mercado relativamente libre ha permitido a Chile ser el líder regional (imagínense cómo sería con un modelo realmente libre) y donde más se ha reducido tanto la pobreza como la brecha entre ricos y pobres. En el largo plazo, la pobreza sería erradicada, salvo que "en el largo plazo estaremos todos muertos". Si la Reforma Tributaria tiene como objetivo paliar la pobreza absoluta con objetivos como por ejemplo controlar la natalidad en sectores vulnerables, dotar de policías las escuelas para imponer un mínimo de disciplina que facilite el ambiente de trabajo u otorgar sanidad a los niños (quienes por definición son incapaces de actuar por sí mismos y dependen de sus padres, si es que tienen) entonces se pueden destinar más recursos a éstos. Podremos así conformar un capital humano sano y bien formado, paso fundamental hacia el desarrollo. Si el objetivo es una gran orgía repartidora para que los señores de la Confech estudien gratis, Chile Liberal se opone rontundamente. No podemos sentar como precedente que quien ronque más fuerte logre que se legisle a su favor.

En segundo lugar, respecto a la forma del perfeccionamiento tributario, claramente debemos terminar con el acto cobarde de cobrar IVA en artículos  de primera necesidad, como los alimentos básicos. Además, como gesto de la república hacia sus ciudadanos, debe eliminarse el IVA a los libros y las actividades culturales. Éste es el impuesto más asqueroso de todos. Tristemente, fue aumentado en la primera Reforma Tributaria de la Concertación, luego pasó a 19% bajo Ricardo Lagos producto de la firma del Tratado de Libre Comercio (un mamotreto de 10 mil páginas de regulaciones que establecen "libre" comercio). Si hay que subir impuestos porque firmamos tratados de millones de regulaciones para comerciar libremente, entonces, amigos, estamos bien cagados. Este error debe urgentemente ser rectificado por el gobierno de Sebastián Piñera.

En tercer lugar, ¿quiénes deben pagar? Pues todos debemos. De otro modo, corremos el peligro de que al final unos pocos sean los que pagan la cuenta por el país y esos mismos serán, siguiendo la lógica, los únicos con legitimidad para gobernarlo. Hoy el país está empoderado porque todos saben que pagan, y por eso, exigen algo a cambio, siendo la principal demanda la creación de un sistema que asegure la correcta representación de la comunidad y no un arreglín predeterminado, como ocurre con el binominal (elimínenlo, simplemente no da más). Es saludable que todos seamos parte del costo de mantener la institucionalidad del país.

Nuestro sitio cree que el Fisco puede recaudar más y que un gobierno decente puede hacer grandes cosas con ese dinero. Aunque noten que para recaudar más es necesario bajar impuestos, no subirlos.

El periodista de CNN Chile le pregunta esto mismo a Ricardo Lagos y él dice que es una cuestión ideológica, "bajar impuestos es ideología pura, ideología pura". Pues Chile Liberal se pregunta cómo va a ser ideológico el bajar impuestos para dejar que el dinero circule en la economía a mayor velocidad generando crecimiento económico y a su vez más recaudación. Esto ya lo notó Arthur Laffer, un economista norteamericano, quien lo graficó en la célebre curva epónima (ver abajo) para demostrar que es posible recaudar más bajando impuestos. Lo anterior nos lleva a concluir que determinar la tasa justa, no rapaz, de impuestos es un tema técnico y no ideológico. 
La Curva de Laffer, ideología pura

La Reforma Tributaria que propone Chile Liberal debe consistir en una rebaja del IVA, lo que estimulará el consumo interno (justo lo que necesitamos ahora ad portas de una crisis en Europa), y poner fin al gasto inútil y populista (nos preguntamos si Piñera será capaz) para que el gobierno deba gastar menos.

En la víspera de la Revolución Francesa, una muchedumbre de enrabiados parisinos llegó al Palacio de Versalles a exigir que el dinero necesario para arreglar las alicaídas finanzas del reino proveniese del clero y la nobleza, exentos de impuestos, y no del bajo pueblo, el que producía y pagaba tributos. Todos sabemos qué ocurrió después. Es hora de que en Chile la cosa sea equitativa y los que tengan más paguen lo que corresponde, eliminando impuestos regresivos, pero que el gasto también disminuya para que el gobierno, si va a robar, al menos robe lo menos posible.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Criminales de guerra

Las excusas de Labbé agravan aún más la falta

Luego del fiasco del infame homenaje al criminal convicto Miguel Krasnoff, el alcalde Cristián Labbé volvió a la carga con pobres justificaciones. En este post Chile Liberal analizará los dichos del alcalde Labbé y procederemos a demostrar —nuevamente— que no existe justificación ética ni legal de los crímenes cometidos bajo la tiranía de Augusto Pinochet (1973 -1990).

El edil, como muchos apologistas del golpismo, no niega "que se hayan producido excesos", "pero la guerra hace que los hombres buenos hagamos cosas malas, y eso es natural, eso es de la esencia" de un conflicto. En términos técnicos, los defensores del régimen militar aducen que las FFAA actuaron luego que el Congreso Nacional solicitase derrocar al gobierno de Allende. Primero, aclaremos que en ningún caso se autorizó a personal militar para torturar, ejecutar por la espalda o hacer desaparecer. Segundo, fue la Cámara de diputados la que declaró el quiebre de la institucionalidad, sin proceder, como correspondería, a acusar constitucionalmente al gobierno. Tercero, para ser claros, no hubo ningún llamado a un golpe militar como sostiene el golpismo. La Junta Militar al parecer justificó el golpe mediante aquella declaración de la Cámara de diputados, pero aplicó la justicia militar y la ley marcial a civiles, algo que en ningún momento figura en aquella declaración, por tanto, señor Labbé y señores y damas que justifican el golpe, entiendan que en caso de guerra aún impera el estado de derecho.

Todos los crímenes cometidos bajo la dictadura, siguiendo el argumento del propio Labbé, son crímenes de guerra. En una guerra nadie hace lo que se le antoja ni empieza a disparar a quien se le da la regalada gana. Y si esto ocurre, son los mandos militares los que deben responder por los crímenes de guerra y deben organizarse los tribunales militares para juzgar y castigar los crímenes cometidos durante un conflicto. Cuando los occidentales entraron a la Alemania nazi derrotada y vieron los campos de concentración, no empezaron a descargar su rabia agarrando a balazo limpio a los prisioneros del ejército nazi sino que se les juzgó en los tribunales de Nuremberg, empezando por los altos mandos. Del mismo modo, en Chile, si aceptamos la tesis de la guerra, claramente estamos ante crímenes de guerra que de todos modos debieron ser juzgados.

En esto debemos ahondar un poco. La Junta Militar gobernó por bandos militares. La guerra como tal fue declarada unilateralmente mediante el Bando Militar Nº 5. Como sabemos, la Junta alegó que con el "Plan Z" el gobierno de Allende planeaba un autogolpe, por lo tanto calzaba para los golpistas el declarar el estado de conmoción interna y por tanto de guerra. Luego, se conformaron Consejos de guerra donde civiles fueron juzgados como enemigos combatientes. Aquí yace el quid del asunto: ¡ningún consejo de guerra puede practicar la tortura! Todos sabemos de la existencia de protocolos que protegen a los prisioneros de guerra, y la tortura está proscrita en toda legislación sea civil o militar. Ya ni siquiera hablamos de situaciones de combate o de enfrentamiento armado hombre a hombre, sino que de crueldades llevadas a cabo durante los juicios en los Consejos de guerra, los que tampoco pueden ordenar hacer desaparecer los cadáveres de los condenados arrojándolos al mar con tajos en el estómago para que no floten sino que se hundan. Fosas comunes no marcadas están al margen de cualquier ley, civil o militar. 

Son simplemente crímenes de lesa humanidad. Injustificables. Inexcusables. Inaceptables. Indefendibles.

Por lo anterior, la pobrísima excusa de Labbé sólo agrava aún más la falta. El tartufo nos demuestra claramente que los golpistas no estuvieron al mando de un ejército profesional sino que fueron más bien los cabecillas de algo que en su forma y su fondo era indiferenciable del ejército de Pancho Villa. 

Es deber ahora de la sociedad esclarecida e ilustrada el purgar nuestras instituciones fundamentales de la sicopatía de algunos y sentar precedentes para el futuro. Estos señores no son ni fueron el ejército ni sirvieron a las FFAA ni a Chile, fueron unos cafiches de una noble institución republicana que hoy debemos recuperar por el bien de la democracia y de la república.