domingo, 20 de noviembre de 2016

Snowden: Estado de vigilancia

¿Estamos por la defensa del espacio que cada cual debe tener para cometer errores sin ser juzgado, para pensar con total libertad y ser libre de hablar cualquier cosa con los amigos? Si las conversaciones son registradas en una base de datos donde tú apareces diciendo ‘me gustaría tirar a Donald Trump por un barranco, y luego imagínate que algún día Donald Trump llegase a ser Presidente de EEUU…. y todos los que hablen contra él sean identificados y terminen a ellos lanzándolos por un barranco. Eso sería un mundo bastante peligroso.

—Edward Snowden, entrevista a Vice News.


Soy un hombre promedio
trabajo de las 9 a las 5
pago mis impuestos
llevo una vida promedio
vuelvo a mi casa promedio
y cierro bien la puerta.
Me dicen que soy paranoico
sólo quiero estar tranquilo.
Tengo miedo de tomar una ducha
díganme, ¿hay alguien observándome?

♫I always feel like
Somebody is watchng me♪
(And I have no privacy)

Díganme que esto
es sólo una pesadilla

— Rockwell, Somebody's watching me



Ver la película Snowden es un deber cívico para quienes defienden las libertades individuales



Los estudiosos de la cultura norteamericana deben ver las películas imprescindibles de Oliver Stone. Su cine de protesta nos ha hecho reflexionar, a partir de la sociedad de EEUU, sobre la condición humana universal gracias a obras maestras como Pelotón, Nacido un 4 de Julio, Wall Street o Natural Born Killers. Ahora el realizador vuelve a la carga con otra cinta militante: Snowden, basada desde luego en las revelaciones del hacker/héroe libertario más importante de nuestra era.

Stone esta vez ha tomado el camino fácil y Snowden está lejos del estilo combativo de sus entregas anteriores. Adaptada a un público de salas de múltiplex, su último trabajo es de consumo masivo. Probablemente sea una manera de entregar a la generación anestesiada con sobreabundancia de imágenes un contenido apto para su poca capacidad de reflexión (pocas generaciones han sido más sobrevaloradas que los "Millenials"). 

Un cierta desazón es el retintín que domina la sala, al menos para la Generación X y los Baby Boomers, mientras a mi lado, una chiquilla adolescente con su pololo se zampan cabritas y toman Coca Cola zero, ambos impactados al ver que Snowden hace el amor con su novia y la NSA los observa ya que han hackeado el computador de nuestro protagonista. Imagino que estos muchachos, poco habituados al cine y más a gusto viendo pelis en sus tabletas, entenderán que estamos ante una amenaza planetaria de proporciones escalofriantes.

La película merece una mención especial al histrionismo desconcertante de Joseph Gordon-Levitt, quien encarna a Edward Snowden perfectamente. Si han visto el documental CitizenFour (si no lo han visto, ¿qué esperan?) del cual bebe el guión de la película, se sorprenderán de ver a un Snowden extremadamente real en la película. 

Aprendemos algunas cosas sobre el personaje real, recluido en Moscú. Por ejemplo, que su máxima inspiración filosófica ha sido el pensamiento de la filósofa liberal norteamericana Ayn Rand, o que él mismo, por deformación profesional, sufre de una extraña aversión, casi patológica, a las cámaras de video o de fotos. 

La capacidad tecnológica de la televigilancia que lleva a cabo el aparataje norteamericano es apabullante. Básicamente, un señor en EEUU puede observar cada una de nuestras actividades, y el marco legal en que se realiza este espionaje es una burla a la Constitución de EEUU. Estas acciones sólo pueden autorizarse por un poder judicial independiente, pero las administraciones de Bush y Obama se las han arreglado para montar pantomimas de tribunales y así violar el espíritu de la ley. Lo peor es que esta violación universal a la privacidad, aparte de costosa, es completamente inútil. Estamos todos expuestos a la arbitrariedad de la NSA.

El tema cobra particular relevancia ahora que un demente se apresta para jurar como Presidente de Estados Unidos. El mismo pervertido que entraba a los vestuarios de las Miss Universo para ver a las concursantes semidesnudas, no titubeará en usar el poder total de las cámaras y espionaje en teléfonos y computadores para dar rienda suelta a su voyerismo. 

Aterrorizante es ver que en Francia el gobierno, aprovechando el fin de semana largo de la Toussaint (1 de noviembre) furtivamente ordenó fichar en una base de datos gigante a todos los ciudadanos, sean estos sospechosos de actividad ilegal o no, criminales y contribuyentes honrados todos por igual. En el Reino Unido, la peor de las distopías se llevó a cabo ordenando la vigilancia total en Internet. Ambos, en Francia y Reino Unido, sin ningún debate parlamentario, sino que se dictan por decreto. 

Los drones de televigilancia en los cielos de Chile, las cámaras de espionaje, los documentos de identidad obligatorios y su control "preventivo" son nuestra contribución a una sociedad distópica, como vimos anteriormente. "Los tengo a todos identificados", dijo el ex mandamás de Chile, Augusto Pinochet. Si al menos ver la película Snowden sirve para tomar conciencia del peligro que enfrentamos actualmente, entonces habrá sido una buena tarde en el cine.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Donald Trump: La venganza de los losers

La era de la globalización está en entredicho, y con ello, incluso el imperio norteamericano llega a su fin

En las elecciones del año 2016 estaban en pugna dos bandos, como suele ser en toda democracia consolidada. Por un lado, había una candidata apoyada a pies juntillas por la unanimidad de las estrellas de Hollywood, por todos los ídolos de la canción y por los grandes patrones de Wall Street. No sólo el New York Times y The Economist editorializaron a favor de la candidata favorita, sino muchas revistas que jamás antes entraron a la contienda política, como Vogue. Más de 300 economistas y varios premios Nobel de economía advirtieron sobre los peligros de apoyar al otro candidato, el díscolo contenedor republicano. Las encuestas en su totalidad auguraron su derrota. Pero el electorado habló y Donald Trump fue el ungido por el pueblo americano para ocupar la oficina oval como el cuadragésimo quinto Presidente de EEUU. Shock total. 

¿Quiénes son aquellos que desafiaron a la classe bien-pensant? Se dice que son blancos y poco educados. Si bien esto es cierto, es insuficiente. Trump ha sido elegido por todos quienes se sienten los perdedores en esta nueva sociedad del conocimiento. El principal culpable de esta debacle, a los ojos de Chile Liberal, es el pésimo sistema educativo norteamericano que perpetúa la ignorancia y que no ha sido capaz de preparar a los norteamericanos para competir con los países emergentes. Si añadimos la idiotización social que producen los medios de comunicación y en particular la TV, vemos que el ex Jefe del reality show "The Apprentice" y organizador de Miss Universo, excitando demagógicamente los instintos bajos del populacho ignorante, pasa de ser una rutilante estrella televisiva a convertirse en el Comandante en Jefe de las fuerzas armadas más poderosas del mundo. De sus fiestas de relumbrón, donde alardea de su fortuna, a la Casa Blanca, existe país en decadencia.  

Gringo, go home
En Chile, el ingreso per capita en 1982 era de más o menos 3 mil dólares. En EEUU, eran 30 mil dólares. Una distancia sideral separaba a ambas naciones. Nosotros, a pesar de ser brutalizados por Nixon y Kissinger, en su momento nos alineamos sin titubear detrás del Papito USA ante el enemigo soviético, que era la cortapisa al poderío de la democracia liberal y los mercados. EEUU representaba el progreso económico del American life style que parecía tan inalcanzable como admirable su democracia que, si lo pensamos bien, es la segunda más antigua de la era contemporánea y probablemente la más consolidada (nada mal para un país del Nuevo Mundo). Sólo unas pocas décadas han transcurrido y hoy, Chile tiene un ingreso que sobrepasa los 20 mil dólares, EEUU tiene 50 mil. La distancia ya no es tanta y sigue reduciéndose. 

Países emergentes como el nuestro han dado saltos extraordinarios hacia el progreso y las clases medias, cada vez más exigentes, se afianzan, a la vez que la prosperidad nos llega de la mano de la globalización. Mientras que la clase media norteamericana pasó de décadas de estancamiento al cuasi derrumbe, y los más desfavorecidos se volvieron incluso más angustiados y empezaron a acumular rabia. Hoy vemos a los gringos más pobres que imaginábamos. Lejos está la prosperidad americana de los años 50. En lo político, nuestras elecciones son un lujo comparadas al estilo virulentamente bananero y vacuo de la contienda Clinton versus Trump.

La globalización nos abrió mercados en todo el mundo, trajo trabajos que antes no podíamos hacer, nos ha brindado prosperidad. Nos obligó a actuar como país serio, como "país OCDE". La globalización nos puso en el mapa, pero a EEUU le creó una crisis de identidad. 

En Chile discutimos si la Presidenta Bachelet cumple o no su programa de gobierno. En EEUU, Trump ni siquiera exhibió un programa como tal ya que ha triunfado sólo con vagas ideas, todas de ellas disparatadas, que demuestran la total impericia e inexperiencia del presidente electo. No obstante, quedan en la retina algunas de sus payasadas. Por ejemplo, condenar el Tratado de Libre Comercio, el mismo que cuando lo suscribió Chile bajo Ricardo Lagos impulsó aún más la economía nacional. Para Trump, el Nafta ha destruido trabajos y traído pobreza. Su objetivo es eliminarlo. La masa lo aplaude porque "Trump dice las cosas como son". Desde Chile nos parece grotesco. El Acuerdo Transpacífico está también en entredicho gracias a Trump. Ridículo. 

Si EEUU tuviese un sistema educacional a la altura de las circunstancias, estaría formando la masa laboral que exige la economía del conocimiento. Pero no lo tiene. Hoy los programadores indios son tan buenos como los norteamericanos y cobran apenas 300 dólares al mes. Los obreros mexicanos arman carrocerías tan bien como al norte de la frontera. En China, ensamblan los iPhones con la misma expertise que en California. ¿Y EEUU? Nada. Las escuelas con detectores de armas, con alumnos lejos del nivel en matemáticas de Corea o Finlandia, son un fiasco. A la edad de 13 años aún no saben leer. Ni siquiera forman gente capaz de participar en la ciudadanía. Sí, EEUU posee una elite de universidades de renombre, pero fuera de la Ivy League, el resto de la educación superior es un mar de mediocridad. Si esto queda para quienes aspiran a un diploma, la clase obrera se encuentra en estado crítico, lista para caer presa de un demagogo irresponsable y populista, con soluciones ramplonas a problemas complejos, con discursos que incitan al odio y que ahondan las fracturas sociales. 

La globalización por supuesto que sí tiene ganadores. Hay una clase que no sólo vive satisfecha por tener su despensa llena, sino que la globalización nos permite ordenar por correo aceite de oliva desde lugares donde se confecciona artesanalmente. Tener un techo ya se da por descontado para quienes tienen una segunda casa. Los controles de pasaporte son absurdos para los que vacacionan en tierras remotas y se desplazan con varios pasaportes en el bolsillo. Eso crea une elite internacional y multilingüe que socializa entre ella y se reproduce y se perpetúa. Es "meritocrático" formar parte de ella. Pero no todos tienen mérito. Para un sector del electorado, la globalización ha traído ganancias sin precedentes. Y aunque los pobres hoy son menos pobres que antes, esto no basta. Se ha acumulado rabia porque la riqueza se reparte de manera aparentemente injusta.

La teoría de juegos ayuda a entender por qué los pobres boicotean la globalización. El experimento llamado Ultimatum nos puede ser útil. Dos grupos de jugadores participan en él para repartirse dinero. Anika recibe $20 y debe compartirlo con Zelda como le plazca. Si Zelda acepta la oferta de Annika, todo bien: ambas vuelven a casa con dinero. Si Zelda rechaza la oferta, ambas vuelven sin nada. ¿Qué ocurrió? Lo lógico es que no importa cuánto Annika le dé a Zelda, la oferta debe ser aceptada. Pero eso no se produjo. Muchas veces las Annikas del experimento daban menos de $3, lo que las Zeldas rechazaban. Ambas volvían a casa con las manos vacías. Esta situación absurda, impropia del Homo oeconomicus, es el gran dilema de las nuevas sociedades globalizadas: los ganadores en este juego le dan unas pocas migajas a los perdedores, asumiendo que eso es mejor que nada. Los perdedores prefieren nada.

El fin de un ciclo
La globalización y el comercio internacional no son nada nuevo. Los fenicios formaron la primera red comercial sofisticada a nivel internacional, que finalmente redundó en el enfrentamiento de Cártago y Roma en las Guerras Púnicas. Marco Polo abrió las rutas comerciales con el lejano Oriente, y para romper el monopolio provocado, Magallanes y Cristóbal Colón se lanzaron a abrir nuevas rutas para comerciar. Todos ellos se tradujeron en nuevos órdenes políticos y estructuras económicas que fueron los precursores de la globalización. Los imperios de España y Portugal cedieron paso al Imperio Británico, la más formidable Talasocracia jamás vista, que junto con Francia conquistaron grandes porciones del planeta.

Durante la Belle Époque el dominio anglo-francés hizo que la humanidad viviera más interconectada que nunca antes en la Historia, niveles que sólo se volvieron a igualar recién en la década de los años '80. En aquel momento, Estados Unidos y la Unión Soviética eran las fuerzas hegemónicas surgidas como tales luego del colapso total de la 2a Guerra. Cuando cae el Muro de Berlín, y se masifica la Internet, EEUU se volvió el único poder internacional. Su imperio incluso dio pábulo para creer que estábamos ante el fin de la Historia como tal. Desde 1989 hasta hoy vivimos bajo la dominación total del Gran País del Norte.

Hollywood nos ha hecho creer que el fin del mundo llegará producto de alguna colisión cósmica o un gran cataclismo planetario del cual sólo EEUU puede salvarnos. Pero los libros nos enseñan que todos los imperios se han destruido carcomiéndose desde dentro, asfixiándose con impuestos, con hemorragias de dinero perdido en guerras lejanas e inútiles, y replegándose políticamente. Donald Trump personifica todo esto. 

Los británicos se jactan de que su imperio al menos legó las grandes obras de ingeniería, las carreteras y puentes que constituyen hasta hoy la columna vertebral de sus ex colonias. Los franceses al menos quieren que los recuerden por haber dejado sus escuelas públicas. Ahora que EEUU quiere edificar muros, gastar más en guerras, repatriar capitales e impedir la entrada de inmigrantes y comerciar menos con el mundo hasta destruirse, nos preguntamos ¿qué nos legó EEUU? El iPod, el jazz... varias cosas, pero nada a la altura de los otros grandes imperios.

En realidad los recordaremos por su basura televisiva, sus películas infumables, su comida chatarra, y otras barbaries que es mejor no mencionar. Fue bueno mientras duró. 

Desde el Oriente, renace China, con un sistema político represivo y su economía dirigida, que nos causa escozor.

domingo, 30 de octubre de 2016

La via chilena a la sociedad de la vigilancia

«EL GRAN HERMANO ESTÁ VIGILANDO», decía el eslogan, mientras los ojos oscuros miraban directamente a los de Winston. En la calle, otro cartel rasgado por una esquina aleteaba al viento. A lo lejos un helicóptero volaba entre los tejados, se cernía un momento como un moscardón y volvía a alejarse. Era la patrulla policial que se asomaba por las ventanas de la gente. No obstante, lo malo no eran las patrullas, sino la Policía del Pensamiento. 

1984, George Orwell.

 

Conocidos los resultados de las elecciones municipales 2016, el resultado es inquietante para todos los que defendemos la libertad individual. Primero, todos los problemas logísticos, así como la altísima abstención, fueron anticipados por Chile Liberal el año 2011, cuando se instauró la totalitaria inscripción automática. Segundo, los resultados, más allá de la chimuchina política de si ganó la abstención o la derecha, lo concreto es que el triunfo ha sido arrollador para los conservadores.

Las elecciones municipales no son una cuestión baladí. Vemos que en el esfuerzo por  construir una sociedad distópica, las autoridades municipales son esenciales. La comuna de Maipú, donde ganó la Robotina, anuncia la instalación de más cámaras de vigilancia ("de seguridad", como les llaman en neo-lengua). 

En Las Condes y Lo Barnechea el año pasado estuvieron en funcionamiento varios globos de televigilancia. Éstos son utilizados en Israel, un país de apenas 6 millones de personas asediado y rodeado por 300 millones de árabes que han jurado no ceder hasta destruir al estado hebrero. ¿Se necesita este sistema en comunas del Gran Santiago? Dudoso. Para evitar que fueran derribados por ciudadanos armados con rifles a postones u hondas caseras,  o a peñascazo limpio, fue acogido un recurso de protección y estos globos fueron retirados. Demás está decir que son inaceptables en tiempos de paz.

Como hemos explicado en posts anteriores, Jeremy Bentham, un economista y pensador liberal, acuñó el concepto del Panóptico. Esta idea consiste en observar sin ser observado, y se puso en práctica en la construcción de cárceles durante la era Victoriana (siglo 19). Hoy aún persisten algunos de estos recintos. Chile Liberal conoce muy bien la cárcel de Kilmainham, en Dublín, célebre por ser el centro donde fueron recluidos y ejecutados los republicanos irlandeses durante la emancipación de Irlanda, y famosa más aún por ser el set donde se filmó la película En el nombre del Padre (probablemente el film militante más conmovedor jamás hecho). El Panóptico servía para, desde luego, vigilar a los reos mediante la ubicación del celador en un punto estratégico.

El Panóptico luego fue revivido magistralmente por George Orwell, quien describió una sociedad de la vigilancia en su novela distópica Mil Novecientos Ochenta y Cuatro. Ésta debe ser lectura de cabecera para todos los liberales, cada uno debiese tener este libro en su velador, y es nuestro deber incitar a nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo o del club de fútbol para que conozcan como el gran Orwell imaginó que sería el mundo: un sistema totalitario donde la tecnología estaría al servicio del régimen para espiar las acciones y pensamientos de los individuos. 

Lo vemos con el masivo espionaje de la NSA, comandado por Barack Obama. En Gran Bretaña continúa el espionaje, así como se instaura por más de 6 meses el estado de emergencia en Francia. El sistema Five Eyes es la red de espionaje más formidable que haya visto la humanidad. Argentina ha practicado el espionaje masivo durante la tiranía de los cleptócratas Kirchner. En estos momentos alguien vigila lo que lees y lo que Chile Liberal escribe.

Sin ir más lejos, los alcaldes de Las Condes y de Santiago Centro vuelven a aportar sus granitos de arena en la edificación del Gran Hermano.

En Santiago, el señor Felipe Alessandri, flamante ganador de las elecciones municipales 2016, ya tiene planeado instaurar globos de televigilancia en la Alameda, principal arteria de Santiago y quizás del país. El motivo, arguye, es que estamos plagados de delincuentes. Hasta donde entendemos, son los mismos los que liberan a miles de peligrosos criminales los que luego sueltan policías para ir y exigir la identificación arbitraria ("preventiva" en neo-lengua) de ciudadanos. Después se felicitan de que encuentran a la mayoría de los que liberaron: a esto le llaman mano dura contra la delincuencia. El populacho irreflexivo y embobado aplaude a rabiar.

Big Brother is watching
Es decir, estamos ya en plena proclamación de un Gran Hermano. El derecho a la privacidad, a la intimidad, a estar en tu casa o a pasear por un lugar público libre de espionaje son nimiedades frente al deseo irrefrenable de la autoridad de ejercer control ciudadano. Un liberal no puede quedar impávido ante esta estulticia. 

"Ojo de Cóndor" se llama el programa de vigilancia mancomunado entre Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea. Estos son drones, o sea aparatos voladores no tripulados, premunidos de cámaras, que surcarán los cielos mientras a distancia un señor detrás de una pantalla te observa cuando estés en el living de tu departamento. 

Lo triste es comprobar que el impulsor de este disparate sacó la idea mientras él mismo, en el living de su casa, tranquilamente veía la película Espías desde el cielo. Sabemos que nuestros políticos son brutitos. Su intelecto no les alcanza para leer 1984. Si lo hicieran, se darían cuenta de la peligrosidad y estupidez de lo que hacen.

domingo, 4 de septiembre de 2016

En defensa de Irlanda y Apple


Una vez más la Unión Europea hace bullying

Cuando aún reverbera el Brexit, tratado en profundidad aquí en Chile Liberal, la Unión Europea propina otro golpe. En un fallo de legalidad dudosa, las instituciones europeas han obligado a Irlanda a cobrar 13 mil millones de euros a Apple Inc. por concepto de impuestos supuestamente no pagados.

Esto puede sonar chocante o rematadamente estúpido para muchos en Chile. ¿Un país se niega a recibir dinero de una empresa con activos de US $ 220 mil millones (casi el PIB de Chile)? Más aún, ¿Irlanda va a apelar a este fallo? ¿Realmente puede un país insistir en no querer cobrarle impuestos a una de las mayores empresas del mundo? Suena tan ridículo como los suizos votando en contra de tener más vacaciones.

Inverosímil, pero así es. Y para entender este embrollo hay que revisar un poco la sufrida historia de Irlanda. De paso, comprenderemos mejor los beneficios intrínsecos de vivir en una economía de bajos impuestos, podremos sacar lecciones para Chile, y se reforzará aún más la postura a favor del Brexit de nuestro blog.

La Unión Europea: esa dictadura foránea
Hace unos pocos días ha visitado Chile la leyenda del punk, John Lydon (aka Johhny Rotten, "Juanito Podrido"), ex líder de los míticos Sex Pistols. Lydon es él mismo, como muchísimos británicos, descendiente directo de irlandeses (baste ver su apellido). En unas declaraciones a los medios locales, el intérprete de "Anarquía en el Reino Unido" ha resumido el argumento a favor del Brexit:


"(...) el pueblo británico ha hablado y no quieren ser manipulados o controlados por una dictadura foránea desconocida. No podías cambiar nada en el país, tenías que aceptar reglas desde afuera y no tenías nada qué decir en el proceso de esas leyes. Y eso se sentía muy incómodo para muchos británicos, así que votaron en contra."

Esto es exactamente lo que ha vemos en el fallo de la Comisión Europea. El organismo de Bruselas, presidido por Jean-Claude Juncker ⎯un borracho que amenazó a los británicos⎯, ahora da órdenes sobre lo que debe hacer Irlanda. Noten por favor la situación: no es Irlanda quien ha acudido a la CE para que Apple pague lo que debe. ¡No! Irlanda no quiere ser una economía de altos impuestos y quiere respetar los contratos firmados con Apple para asegurar la credibilidad de su país ante la comunidad financiera internacional.

Acá hay dos cosas que poner en relieve. Primero, Jean-Claude Juncker es uno de los hombres más poderosos del mundo y jamás ningún elector ha votado por él. Esto es gravísimo. Es decir, los funcionarios gobiernan cuando sólo debiesen limitarse a administrar. Segundo, esto es un bullying contra Irlanda, avasallando su independencia, su autonomía fiscal y su soberanía. 

Los irlandeses son un pueblo digno y resiliente, por siglos resistieron estoicos la ocupación británica que los condenó a la pobreza y a la emigración masiva a los EEUU, o Australia, o cualquier parte. Los irlandeses son  borrachos pero extraordinariamente amables, cálidos, y con un empuje irrefrenable, propio de un carácter moldeado en la oscuridad de un clima inclemente. Baste recordar que Ambrosio O'Higgins del condado de Sligo pasó a Chile donde dejó un inmenso legado, desde el trazado de la ruta 68 ⎯que une Santiago con Valparaíso⎯, la abolición de le encomienda ⎯una forma de esclavitud⎯, hasta la fundación de ciudades. Tanto se destacó que de ser un leal funcionario en busca de un mejor futuro llegó a ser nombrado Vicerrey del Perú. Donde van los irlandeses terminan saliendo adelante. Es impresionante ver cómo una camarilla de burócratas ahora dicta lo que debe hacer Irlanda, arriesgando destruir al país.

De la pobreza y el catolicismo abyecto, los paddies se convirtieron en un país del Primer Mundo ⎯ y uno de los más ricos. Varios factores influyeron pero existe consenso en que la base de su brusco  éxito ha sido la tasa de impuesto a las ganancias de las empresas, que alcanza un paupérrimo 12,5%.  Esa cifra ha sido decidida en Oireachtas Éireann, el Congreso de la República de Irlanda, organismo democrático, soberano y legítimo para discutir y aprobar las leyes.

La Apple de la discordia
Steve Jobs fue uno de los más grandes revolucionarios de la humanidad. Cuando en 2001 saca un pequeño aparato de su bolsillo y dice: "este es el iPod", nos deslumbró. Supimos que nuestra colección de discos quedaba obsoleta. Fue uno de los momentos culminantes en la Historia Universal. Nuestra vida nunca volvió a ser la misma. Nos hizo libres cuando pudimos disfrutar nuestra música haciendo running, tomando un baño, en el Metro, andando en bici, en cualquier parte. Lo mismo con el iPad y el iPhone y cuánto hay. Pero no sólo fue un revolucionario y un iconoclasta: también fue un visionario como pocos. Steve Jobs supo que Irlanda era el lugar perfecto para poner un pie en Europa, en una época en que Irlanda era sólo una arriesgada promesa. En Cork, la segunda ciudad de Irlanda, donde la gente es incluso más amable que en Dublín (y con un acento distintivo e ininteligible), llegó la marca de la manzana mordida. Se convirtió en uno de los mayores empleadores de la región, trayendo empleos de alta calidad y bienestar, progreso, e incluso felicidad. 

El heredero del maestro Steve Jobs, Tim Cook ⎯saludado como un héroe libertario⎯ acaba de publicar un furioso post argumentando en contra del dictamen de la CE, y donde nos asegura que esto no se va a quedar así.

Los burócratas de la UE desde luego se ven amenazados. Ellos no tienen idea de cómo crear un puto puesto de trabajo. Ellos sólo se dedican a destruir. Y lo han hecho exitosamente. Con el fallo contra Apple, demuestran su actitud gansteril, la cual goza de ilustres defensores. El celebrado economista francés Thomas Piketty, el año 2009, en una columna llamada ⎯paradojalmente⎯ Peut-on sauver l'Europe? (¿Podemos salvar Europa?), llamaba sin tapujos a hacerle un bullying a Irlanda. En los momentos en que el Tigre Celta caía abatido durante lo peor de la Gran Recesión y el FMI ofrecía un gran rescate financiero, Piketty, con un desparpajo inédito sostenía que estaba bien que el FMI ayudara pero que el trato debiese ser el siguiente:

"l'Union garantie la stabilité financière de la zone, et vient en aide aux petits pays si nécessaire ; mais en contrepartie ces derniers renoncent à leur stratégie de dumping fiscal, avec par exemple des taux d'imposition des bénéfices minimaux de l'ordre de 30%-40%. Après avoir accepté de renoncer à leur souveraineté monétaire, ce qui n'a pas eu pour eux que des avantages, les petits et les grands pays devront ainsi accepter de renoncer à leur souveraineté fiscale."

"La Unión Europea garantiza la estabilidad financiera de la zona, y viene en ayuda de los países pequeños si es necesario; pero como contraparte, éstos deben renunciar a su estrategia de dumping fiscal, como por ejemplo adoptando tasas de impuesto a las empresas del orden del 30 a 40%. Después de aceptada la renuncia a su soberanía monetaria, que no ha sido ventajosa para ellos, los países pequeños y los grandes deben también renunciar a su soberanía fiscal."

Piketty emplea un sofisma al llamar "dumping fiscal" a lo que ha sido la base misma del desarrollo de Irlanda, y que más bien debiésemos llamar competitividad fiscal. Como él y los de su campo ideológico (él as amigo de Podemos, por ejemplo) no tienen la menor idea sobre cómo crear empleos y generar prosperidad, sólo les queda castigar a Irlanda con la esperanza de que esos puestos de trabajo vengan a la alicaída economía francesa, donde la ecología financiera ha sido arrasada por completo. Con tasas de impuesto cercanas al 40%, pocos quieren instalarse en Francia. Irlanda es mucho más sexy.

En aquellos años, el economista francés presagiaba el colapso de Irlanda. Desde luego que esto no ocurrió. Irlanda salió de la crisis, muestra un crecimiento del 6%, el desempleo no llega al 8%, y el país en general vuelve a la normalidad. Piketty falló. 

Si el pueblo irlandés no es capaz de decidir las reglas que impone en su territorio, entonces el sacrificio de los rebeldes de 1916 y de todos los que dieron su vida por independizar el país ha sido en vano. Si un pueblo cualquiera se ve gobernado por una burocracia extranjera no elegida, por la cual nadie ha votado, es de esperar que ese pueblo se rebele. 

Así como no acepto que Chile haya sido gobernado por una dictadura, tampoco voy a aceptar que un país pequeño y pujante como Irlanda sea humillado de esta manera. ¿De qué sirve ser independiente si un país pierde su soberanía presupuestaria y su soberanía fiscal?

martes, 23 de agosto de 2016

Farsante, contumaz, ignorante, charlatán, y facho


Chile Liberal dispara su artillería contra el mentiroso patológico de José Piñera

Un par de liberales ha publicado una epístola abierta ⎯bastante elegante⎯ contra el artífice del sistema de pensiones de Chile. No es nuestro estilo en este blog. 

Es necesario dejar al descubierto a este embustero José Piñera pero lo haremos à la Chile Liberal. O sea, cargado a los epítetos. Y por lo mismo, como nos caracteriza ser altamente argumentativos, explicamos a continuación uno a uno los motes con que pretendemos desacreditar para siempre a este personaje tóxico, con el objetivo de que la Presidenta Michelle Bachelet NO considere a este señor en la implementación de una nueva reforma a la industria de las pensiones (otra más luego de las excelentes iniciativas impulsadas por Andrés Velasco el 2008).  

Primer salvo: farsante
Sí. Ya lo vimos con desparpajo declarar que la tasa de reposición de las pensiones en Chile es de 77% ⎯leyendo la manida carta de AFP Habitat⎯ superior al 70% calculado en su libro El cascabel al gato. No, Piñera. No mientas. Quisiste hacer creer falazmente que los 2 millones de receptores de esa carta recibirían 650 mil pesos de pensión.

Para que se cumpla aquello el cotizante debe haber tenido ahorro previsional durante 35 años consecutivos. Pero el mitómano ha convenientemente obviado que el promedio de cotización en Chile es de 16 años para las mujeres, y 24 para los hombres. 

Para lograr una reposición de 77%, el afiliado a la AFP requiere un fondo previsional de 100 millones, y para lograrlo cotizando el 10% de sus ingresos, necesita un sueldo de unos 800 mil. En Chile, el 80% de los trabajadores percibe no más de 500 mil. A este nivel, como indicaron las propias AFP, la pensión promedio es de 200 mil pesos, inferior al salario mínimo. O sea, pensiones de hambre.

Piñera no dice nada de lo anterior porque es un farsante. Lo hemos demostrado.

Segundo salvo: contumaz
Este tipo persiste en su error. En ningún caso admite que su sistema "sofisticado" que es "como un Mercedes Benz", con la famosa rentabilidad de UF +10% (siendo la UF el peso corregido por inflación, o sea rentabilidad real de 10%) requiere un nivel de ahorro que es imposible para la realidad del mercado laboral chileno ⎯ como ya explicamos. No ha admitido su ignominiosa falta a la verdad.

Como buen contumaz, tampoco va a aceptar que en Chile se cuenta como empleado a gente que muchas veces no cotiza o no le cotizan. Él mismo ha sido artífice en la creación de un plan laboral que tiende a la precariedad del empleo, que es por esencia incompatible con su "Capilla Sixtina" ya que las AFP necesitan ahorros sostenidos. Por tanto, es justo calificar a este individuo de contumaz y de nula honestidad intelectual.

Tercer salvo: ignorante
No sólo este economista no es capaz de dominar los aspectos técnicos y sólo se escuda en una carta sacada de contexto. En los aspectos conceptuales, este tipo tampoco se maneja.

En su estulticia, Piñera nunca se enteró de la diferencia entre trabajo y empleo. El trabajo es la única forma de crear riqueza, no hay otra. En Chile mucha gente trabaja, y muy duro. La dueña de casa que es madre soltera y debe mantener una familia, ella trabaja cuando limpia su hogar, cocina y lleva a los cabros chicos al colegio. Eso es trabajo. Por supuesto que no es empleo, pero de que trabajo es, lo es.

El empleo ocurre cuando ella misma debe ir a un hogar de mayores ingresos a seguir trabajando pero esta vez ella percibe honorarios. Como lo más probable es que los patrones no le paguen cotizaciones, o que durante gran parte de su vida no le hayan pagado, esa mujer no cotiza, a pesar de sí haber trabajado. En otras palabras, ella trabaja pero no tiene empleo. Es la realidad de decenas de miles de personas.

Como buen estúpido profesional que es José Piñera, no alcanza a entender esta diferencia. Asegura con boato que las AFP son "la mayor transferencia de riqueza de los ricos a los pobres de en la historia de Chile". Pues esto es falso, sólo un ignorante no se da cuenta.

Ni hablemos de aquellos que no sólo cuidan a sus hijos sino que están a cargo de familiares y que por lo mismo no pueden incorporarse al mercado laboral formal. La prioridad de muchos chilenos es llegar a fin de mes a como dé lugar, después se verán las cotizaciones. Han transcurrido 35 años desde la implantación de su sistema y recién se entera de que las cotizaciones, en un mercado laboral precario, informal, de bajos sueldos y con lagunas provisionales, son pocas. Es un ignorante.

Cuarto salvo: charlatán
Con una reciedumbre facial inédita, nuestro economista asegura que viaja por el mundo explicando las bondades de su hijo, el "sofisticado, bien diseñado" sistema de capitalización individual. La verdad sea dicha: este sistema es su vástago bastardo. Las pensiones privadas ya existen y han existido desde hace mucho. No veo lo extraordinario en crear fondos privados de pensiones. 

La única novedad de su porquería es que los chilenos están obligados por ley a afiliarse a una AFP, tratando a la ciudadanía como fuerza laboral cautiva. "Revolución liberal" llama este papanatas de su propia farsa a lo que es un vil rentismo estatal.

Un dictadorzuelo autócrata y anti-liberal como Vladimir Putin compartió una agradable velada en su dacha con José Piñera, donde el embustero al parecer le explicaba las maravillas de su Capilla Sixtina. 

Lo cierto es que Polonia adoptó un sistema similar al chileno y lo está desmantelando, ¿por qué? Porque se dieron cuenta que es una bosta. Malawi ha copiado la idea piñerística, y así unos poquitos de los supuestos "30 países" que él menciona como adeptos a su sistema de AFP, pero en realidad no hay ninguno que haya querido copiar un sistema basado en ahorros individuales. Basta una calculadora y dos dedos de frente para entender que el sistema era inviable. Pinochet no le creyó, por eso no aceptó las AFP para las Fuerzas Armadas, tal como se consigna en las actas desclasificadas de las sesiones de la Junta Militar.

Ahora bien, ¿por qué Piñera "regresa a Chile" para defender su idea revolucionaria? ¿Es acaso un astro de la canción, como Rihanna o Lady Gaga, que anuncia un concierto en Chile y todos deben agolparse para ver su show?

Este chamullento vive en Chile: difícilmente puede volver. Él se gana la vida viajando por el mundo dando conferencias y explicando la maravillosa implementación de su sistema. Pero el mundo está lleno de gente inteligente que ya ve como después de 35 años de AFPs el sistema en Chile es más bien un ejemplo... a no seguir. 

Las charlas de José Piñera son cada vez menos requeridas. Su fuente de ingreso y prestigio tambalea. El caso de Polonia, ya mencionado anteriormente, fue el punto de inflexión. Piñera tiene sólo justificaciones que no interesan mucho. La OCDE, una institución seria, calcula la tasa de reposición en Chile alrededor del 40%, no en 77%. Si fuese 77%, todos los países ya tendrían AFPs.

En un mundo post Gran Recesión (la crisis financiera 2008), no hay apetito para que un puñado de privados manejen, como ocurren en Chile con las AFP, el 50% del PIB, por el peligro sistémico que ello implica.

Si hacemos una analogía vemos que José Piñera y sus AFPs son Madam Gil y la Estafa de los quesitos, salvo que el economista ha arrojado a la destitución a miles de padres y abuelos, lo que es inmoral. Una sociedad se mide por la forma en que trata a sus ancianos y a los que ya no pueden producir. El Chile que soñó Piñera, donde cada uno se rasca con sus propias uñas, es un país sin ética.

Tiene más aún la desfachatez de venir a Chile para "ponerse a disposición" de la Presidenta Bachelet y "ayudar". No, Piñera. Mucho ayuda el que no molesta. Ándate, ándate ya: ándate a Malawi a vender humo.

Facho
Bueno, como corolario, Piñera debe ser el único que cree que Pinochet fue elegido en escrutinio popular para ser el primus inter pares de Chile. "Presidente" Pinochet, quiere que llamen al fallecido dictador. 

Cuando un mandatario ha llegado al poder por la fuerza, los antiguos griegos lo llamaban tirano. Cuando un sólo sujeto reúne en sí los poderes del Estado, se le denomina dictador, porque sus leyes no se discuten en un Congreso de representantes sino que gobierna por decreto, dictándolos. ¿Presidente? ¿Por qué este pelmazo quiere que a Pinochet le llamen "Presidente"?

Bonus track
Cuando la Academia anunció que el film NO era nominado al Óscar, José Piñera dijo que era la oportunidad para explicar al mundo lo que realmente ocurrió  en Chile. Se declaró disponible para entrevistas y así aclarar la verdad sobre la "epopeya" del régimen militar. ¿Qué pretende? ¿Que la película muestre cómo un bondadoso y paternal gobernante preguntó de buena fe a su pueblo si continuaba o no en el poder? Piñera está loco. Lo digo en serio: sufre de alguna patología mental. Y no es como Marcelo Bielsa, que era un loco lindo, porque Piñera es un loco, pero un loco culiao.

miércoles, 10 de agosto de 2016

José Piñera: Una vergüenza


La entrevista en El Informate fue mala pero el comportamiento de José Piñera fue vergonzoso

Las Administradoras de fondos de pensiones (AFP) son un pilar fundamental del modelo económico chileno. Transcurridos más de 35 años desde su chapucera implementación, lo que vaticinaron sus expertos es una realidad innegable: con apenas 190 mil pesos de pensión promedio en 2014, el sistema no ha cumplido el rol social de entregar pensiones dignas. Y junto con su fracaso, el modelo chileno va rumbo al despeñadero.

Con pensiones miserables para la mayoría de los jubilados, es el trabajador activo (gente como tú o yo) quienes deberán desembolsar de su propio bolsillo para sostener a nuestros abuelos y padres. Mientras más gente perciba paupérrimas pensiones, y con más trabajadores viendo mermados sus ingresos, caerá el consumo y se hundirá la economía. Como vemos, incluso con un sistema de capitalización individual seguiremos en la práctica en un sistema de reparto y con el mismo resultado catastrófico. 

Todo esto iba a discutirse en el programa El Informante. Fue un fiasco televisivo protagonizado por José Piñera, el artífice de las AFP, y Juan Manuel Astorga, el entrevistador del programa de TVN, la televisora pública chilena. 

En Chile existe un problema bastante grave en cuanto a calidad de la televisión y profundidad del debate. Programas de discusión hay pocos, y su calidad es discreta. La presión que ejerce el rating obliga a mostrar programación bobalicona que el populacho exige cada vez con más ímpetu. La tv existe para "informar, educar, y entretener", pregonaba el fundador de la BBC, John Reith, I Barón Reith. En Chile algo de esto intenta TVN pero evidentemente, luego de décadas de embrutecer al televidente, el giro de la tv pública va de la mano de un desplome total de las audiencias. "Está muy fome TVN", se dice. 

Así, nos encontramos con programas en general malos, de entre los cuales El Informante destacaba por ser un aporte (con grandes momentos, por ejemplo cuando se presentó Morrissey). La entrevista la semana pasada a José Piñera, no obstante la mala fe y la ofuscación del entrevistado, fue un momento bastante bajo, como lo admitió el propio Astorga. Las preguntas fueron pusilánimes y fue manifiesta la poca preparación.

Persiste en Chile un estilo fofo en estos programas. Las preguntas duran 5 minutos, nunca apuntan a nada concreto sino que son vaporosos preámbulos como para abrir la conversación así como que no quiere la cosa, con la idea de ir poquito a poquito tratando de llegar al punto. Una entrevista Frost/Nixon jamás ocurriría en Chile.

Añoro las siempre punzantes discusiones en Newsnight, todas las noches después del noticiario central de la BBC (que dura apenas 25 minutos), donde un siempre rudo Jeremy Paxman ("Paxo") hace añicos a los entrevistados. En general la primera pregunta es la que establece el tono de la entrevista. Pues bien, gente como Paxo sabe abrir la entrevista con un salvo para hacer mierda al entrevistado, la segunda pregunta debe ser incluso peor, y así hasta acorralar al político y sacarlo de quicio. Un buen político sabe salir airoso. Ni hablar de otros programas como HARDTalk. Algo de esto logró Raquel Correa, pero era en una época en que reinaba el miedo y cualquier cosa se consideraba contestatario.

La nota con que abrió El Informante la conversación con José Piñera fue lamentable. Improvisada, insulsa y desprovista de datos duros, se limitó apenas a expresar la emoción de la ciudadanía. En un acto deplorable por su hipocresía, Piñera acusó que era "una encerrona" y se ofuscó como si fuese un niño malcriado o un ex funcionario de una dictadura incapaz de un debate. Piñera fue invitado a discutir sus propuestas sobre las AFP pero se amurró y se negó a hablar del tema.

Astorga fue un caballero y buscó enganchar con el entrevistado. Esto fue loable. Yo habría mandado a  Piñera a la concha de su madre.

Astorga mostró compostura. El artífice de las AFP se refugió, como lo hace todo mitómano narcisista, en un dato cualquiera, sacado de contexto, para intentar construir su discurso: leyó una carta en la que AFP Habitat aseguraba a dos millones de sus ahorrantes que con más de 30 años de cotizaciones recibirían 650 mil pesos de pensiones. Un dato duro. Objetivo. Irrefutable. ¿Qué podría hacer el pobre Astorga? Acusado de ser parte de una conspiración de los medios (es propio de los narcisistas creer en conspiraciones en su contra), quedó sin habla. En Twitter, la barra brava conservadora aplaudía los datos de Piñera y el éxito incontestable de las AFP. 

De alguna forma, Astorga algo refutó, mencionando algún recuerdo que tenía sobre los 220 mil pesos en pensión promedio a las cuáles se refirió el presidente de la Asociación de AFP. Le pasaron un papel luego de la primera pausa. Piñera rechazó tal cosa, Nada puede contra su carta, que era tan potente como las Tablas de la Ley que recibió Moisés en el Monte Sinaí. Piñera adució que Astorga no entendía, y procedió a leer la carta una, dos, tres, cuatro... cinco veces. Para que no quedase duda.

A esta altura ya estaba claro que El Informante fue desprolijo, chapucero e incluso irresponsable. ¿Cómo no prepararon una artillería de datos para demoler a Piñera? ¿Tan difícil es? No creo.

Transcurrían los minutos y por fin Astorga atina: ¿cuántos de los ahorrantes realmente reciben 650 mil pesos?

Ahora lo sabemos: apenas 5%. Sí, amigos lectores de Chile Liberal. Ectivamemente, si un varón cotiza 30 años, recibirá 650 mil. ¡Pero apenas el 5% de los afiliados de dicha AFP cumplen este requisito!

Piñera convenientemente dejó de lado este dato, lo que le sirve para demostrar su verdad: que las AFP son "la Capilla Sixtina" o un "Mercedes Benz". Piñera delira. Es un enfermo, un mitómano.

Las estupideces piñerísticas no acabaron ahí. "El presidente Pinochet" le corrigió a Astorga, cuando este simplemente dijo "Pinochet". "El DICTADOR", atinó el entrevistador. Piñera acusó que se le faltaba el respeto.

El ex ministro del Dictador Pinochet ("Presidente de facto", a lo sumo) luego recitó un poema de Neruda (¡vergüenza ajena!), juró que muchos países han imitado el modelo chileno, y en fin, demostró que no sólo es incapaz de defender su obra, sino que además no logró coherencia ni menos aún proporcionar alguna solución a la crisis.

Tanto así que trascendió un contacto de Piñera a Astorga para repetir el programa. Evidentemente, fue un fiasco. Punto para Astorga que al menos sí reconoció su mal desempeño.

No queda sino esperar que mejoren los estándares de calidad de los programas de discusión y debate. 

lunes, 25 de julio de 2016

Crítica de cine: Colonia


El último largometraje protagonizado por Emma Watson no decepciona

Acaba de estrenarse Colonia, un film sobre la macabra Colonia Dignidad, y con Chanchi desafiamos las tradicionales temperaturas caniculares de julio en Francia para ir a verla. Quedamos bastante satisfechos: quizás porque en realidad tampoco teníamos grandes expectativas.

La belleza hipnótica de Emma Watson y su voz perfectamente articulada, capaz de romper los vidrios de las ventanas con su nitidez, encarna a Lena, una azafata que llega a Chile, donde vive su pololo alemán, Daniel, interpretado por Daniel Bruhl. Él es un activista de izquierda profundamente comprometido con el gobierno de la Unidad Popular (1970-1973), encabezado por el reverenciado ex Presidente de Chile, Salvador Allende. 

El golpe militar y la remisión al Estado Nacional separan a esta pareja. De un helicóptero desciende el general Contreras con un soplón encapuchado, quien empieza a apuntar a los colaboradores directos de la UP. Daniel es uno de ellos. Un bus blanco, una especia de ambulancia, se lo lleva a él y a varios otros. 

Lena sigue su rastro y llega hasta un fundo perdido en el sur de Chile llamado Colonia Dignidad. Decide entrar como residente con el objetivo de encontrar a su amado y rescatarlo. En el reducto, Daniel ha sido ferozmente torturado y luego puesto a trabajar con el resto de los miembros en la fabricación de armas y gas sarín, encargados en persona por el ex mandamás de Chile, Augusto Pinochet, al fundador de Colonia, Paul Schaffer. (Esto fue un hecho verídico, durante los créditos vemos fotos de Pinochet aclamado por Schaffer y los residentes de la Colonia.) 

El film en su estilo es muy "Emma Watson". La antigua Hermione Granger hoy es una estilizada señorita, siempre impecable: sexy pero jamás vulgar, e intelectual sin un ápice de aburrida. Une joven bella y talentosa comprometida con grandes causas. Así también es el film Colonia, y quizás ahí yace sea su debilidad.

Los detalles sórdidos son sólo sugeridos. En Chile todos conocemos la triste realidad de los "tíos permanentes" en la infame Colonia Dignidad, que no era sino un culto cristiano fundado por un ex nazi prófugo acusado de pederastia en Alemania. Una escena en que el líder llama a los niños a las duchas, mientras ellos entonan angelicales cánticos religiosos, señala sutilmente que el abuso sexual de menores era la norma en ese campo de concentración instalado en Chile a vista y paciencia de las autoridades. Pero la película en sí no ahonda ni en las violaciones ni en el trabajo forzado, sino que permanece centrado en la historia central del argumento que es la valentía de Lena y su tenacidad por llegar hasta Daniel.

Probablemente el realizador, Florian Gallenberger, no logró conciliar a la perfección el horror de la Colonia, que supera la ficción más escabrosa jamás imaginable, con la necesidad de mantener la compostura para no perturbar en demasía a los espectadores, y de paso, guardando respeto por quienes padecieron el horror. Sospecho que contar en el reparto con una estrella de la talla de Emma Watson requirió tratar el tema con delicadeza. 

En lo personal, creo que esto fue atinado. Sin un trato fino, Colonia puede convertirse en un film extremadamente mórbido. No era la idea hacer un film à la Pasolini. Es más prudente dejar que de la sordidez explícita se ocupen documentales o la literatura. Exponer a los cinéfilos al horror de los campos de concentración de la Alemania Nazi ya es de por sí desestabilizante. Añadirle una dictadura sudamericana, más lavado de cerebro y pedofilia sistemática, puede sobrepasar el límite de lo tolerable.

Este largometraje no obstante es valiente al mostrar uno de los capítulos más oscuros del siglo XX, como lo fue el golpe militar en Chile el año 1973, tratando de equilibrar un thriller con una historia de amor, sin abandonar un tono militante, y todo en un conjunto estético y elegante que sigue una estructura cadenciosa clásica, diseñada para para un público selecto pero suficientemente masivo.

En Chile servirá para continuar este largo proceso de catarsis y de búsqueda interior sobre el pasaje más tenebroso de nuestra historia, que ahora vuelve a salir al mundo en todo su horror, y aunque Colonia algo lo mitiga dejando entrever la majestuosidad de los Andes nevados y los idílicos parajes sureños, sigue ahí la herida lacerante. No queda sino aplaudir este buen film, y la actuación correcta y sobria de Emma Watson.

lunes, 18 de julio de 2016

Festival de Teatro de Aviñón: 2666

En abril pasado por fin pude cumplir un objetivo pendiente desde hace años: leer 2666, la obra monumental del chileno Roberto Bolaño, cuya extensión es de nada menos que 1.300 páginas. Y lo conseguí. 

Obra menos hermética que Los detectives salvajes, el autor que definitivamente asesinó al boom latinoamericano logró, en una frenética carrera por ganarle tiempo a la muerte, escribir su magnum opus cuando ya presentía que la insuficiencia hepática que lo quejaba tendría un desenlace trágico. Esto explica que 2666 sea un torbellino.

La edición en inglés de Los detectives salvajes fue un éxito absoluto. Luego, con Bolaño ya consagrado, y fallecido, vino el descubrimiento del manuscrito de 2666, dividido en 5 partes, el cual él ordenó expresamente editar cada tomo por año justamente para evitar acabar con un mamotreto de 1.400 páginas e imposible de vender. Los especialistas vieron que tal era la calidad del texto que su edición consolidada era necesaria. La expectación del público era total. Así de repente, un nuevo escritor chileno, y latinoamericano, volvía a darle al mundo una razón más para amar las letras hispanas.

En EEUU adaptaron 2666 al teatro. En Barcelona, lo mismo. Ahora, en Francia, el joven Julien Gosselin (29) aceptó el desafío y se propuso la tarea titánica de llevar la obra póstuma de Roberto Bolaño a las tablas galas. En Aviñón 2016 ha sido presentada y la recepción de los críticos y del público ha sido extraordinaria. De allí vengo llegando y en este post les contaré lo ocurrido.

Como decía, acabé 2666 en abril. Cuando apareció en línea el programa de Aviñón para este año, en mayo, me llevé la tremenda sorpresa de encontrarme con 2666 entre las obras en cartelera. Debajo del título había una advertencia: "12 horas (entreactos incluidos)". Largué una risotada. Lo supe de inmediato: el realizador no iba a entregarnos una versión edulcorada y de fácil digestión de 2666. Sería matar el libro y de paso, la idea de Bolaño. La obra teatral debe ser desafiante para los espectadores tal como la novela lo es para los lectores.

En particular, lo más agobiante de la novela es "La parte de los crímenes", en que Bolaño describe con frialdad clínica los cientos de reportes forenses de las muchachas asesinadas durante la década 90 en Ciudad Juárez, ciudad económicamente pujante gracias a las muchísimas maquiladoras que abastecen mano de obra barata a EEUU. Sus mujeres ganan más dinero que en el resto del país y  por consiguiente son más autónomas porque dependen menos del sustento económico de un hombre. 

Acá la ciudad es llamada Santa Teresa. Leer esta parte es repugnante. La estrategia de nuestro autor es el shock & bore, que funciona magistralmente. Tardé 2 semanas sólo en leer los crímenes. Imagino que muchos abandonan ahí la lectura. La angustia que uno siente es la misma que debe haber sufrido Bolaño cuando veía que en Ciudad Juárez las miles de muchachas eran asesindas de manera horrible y al mundo no le importaba un comino, excepto a sus habitantes. Gracias al autor chileno, por un momento, viví en Ciudad Juárez. Quedé exhausto.

Chanchi compró tickets para otras obras. "No me da el cuero para estas rarezas esnob", refunfuñó. "¡No soy capaz de pasarme 12 horas en un teatro!", exclamó. Compré una sola entrada y el gran día fue ayer. 

Festival en Aviñón, Niza en el corazón
El espectáculo pirotécnico del 14 de julio esta vez lo vimos por tv. En eso estábamos cuando en la pantalla de BFMTV aparece un titular inquietante: Un camión arrolla a decenas de personas en Niza. De inmediato me vino a la mente las palabras de un líder de Daesh que llamaba a tomar un vehículo para embestir a una multitud si es que los yihadistas no contaban con medios sofisticados para un ataque. Un camión atropellando gente era cosa grave, no un mero accidente. Así fue.

Varios espectáculos fueron cancelados, especialmente la marcha del Orgullo Gay. Los organizadores de Aviñón enviaron un mail confirmando que el festival va, que habrá medidas especiales de seguridad, pero que el festival no se amilana y que no habría un minuto de silencio sino que aplaudiríamos a rabiar cada una de las piezas de teatro. En estos momentos hay que celebrar la vida para conmemorar a los que murieron por ver un simple show de fuegos artificiales. Ahora todos somos un blanco potencial, incluso quienes sólo quieren ir a ver una obra teatral. El mundo se ha vuelto un lugar extraño.

Aviñón es la Ciudad de los Papas. El Gran Cisma de Occidente, en el siglo XII, significó llevarse la sede de la iglesia de Roma desde el Vaticano hasta el interior de la Cote d'Azur. Al interior de las murallas de la ciudad se conservan los edificios monumentales en que habitaron nueve Papas. Han pasado los siglos y hoy Aviñón es mundialmente famosa por albergar uno de los más prestigiosos, multitudinarios y coloridos festivales de artes escénicas.
Después de un paseo por la ciudad y de degustar un buen almuerzo en un restaurant provenzal, partí hacia La FabricA, como se llama la sala donde se presentaría 2666. La obra está dividida en 5 partes, siguiendo la estructura que construyó Bolaño.

1. La parte de los críticos, 14:00
Presiento que la sala estará repleta. Me registran la mochila, donde llevaba un paquete de galletas y el libro de Bolaño (me vine releyéndolo en el tren). Nos acomodamos, el calor es intenso. Se abre el telón. Hay varios bloques movibles y pantallas gigantes. La obra parte en la oscuridad absoluta. Se  escucha una angustiante llamada telefónica de una mujer a un programa bobalicón, exigiendo ayuda, llamando la atención sobre los crímenes de mujeres en Santa Teresa. Un perturbador silencio se apodera de la sala. Aparecen en escena los críticos literarios, cuatro profesores universitarios que han dedicado sus carreras a estudiar al enigmático Benno von Archimboldi, el más grande autor alemán del siglo, y candidato al Nobel. Nadie sabe su paradero, ni su identidad.

Entre viajes y simposios, intercambios profesionales y amistad, comienzan a surgir lazos amorosos entre los críticos. Liz Norton, la experta de la Univesity of London, con Jean-Claude Pelletier, de La Sorbona, y Manuel Espinoza, de la Universidad Complutense de Madrid. Hay bloques movibles sobre el escenario y las pantallas recrean ágilmente las distintas ubicaciones. Vienen varias escenas de sexo, filmadas sobre el escenario con una cámara de mano por uno de los productores, lo que permite seguir la obra en las pantallas gigantes. El teatro se convierte en cine. Vienen más y más escenas sexuales, incluso con los personajes completamente desnudos formando un ménage à trois. Liz, cuando está vestida, aparece en calzones de tipo minimalista. "Mostrar esto al público chileno sería imposible", pensé. "País de mierda", concluí.

Hay música en vivo. Los efectos visuales son buenos. Llamadas por Skype que se siguen en las pantallas. La obra rápidamente se centra en los líos amorosos de los expertos en Benno von Archimboldi. Deciden que el máximo exponente de las letras germanas debe ser ubicado. Un dato los lleva a seguir el rastro de un extraño ciudadano alemán que vive en Santa Teresa, acusado de varios femicidios.

Las disputas comienzan entre los críticos. Liz se marcha a Turín donde al parecer se enamora del crítico italiano, un hombre postrado en silla de ruedas. Ella nos relata sus sueños, que son aterradores.


Llega el primer descanso, de 30 minutos. La gente compra sándwiches, café y bebidas y se echa en los prados alrededor de La FabricA. El sol brilla, el día es hermoso. Me tomé un té con leche mientras hojeaba 2666. Pensar en "La parte de los crímenes" me atormenta. 

2. La parte de Amalfitano, 16:30
En Santa Teresa conocen a un profesor universitario de origen chileno que ejerció la docencia en Barcelona. A mi entender, Bolaño hace una especie de cameo appearence, bastante extensa y compleja. El profesor Amalfitano hace un largo y alambicado monólogo. "No entiendo nada", le replica Liz Norton. "Yo tampoco", contesta Almafitano, quien continúa y declara que los críticos mexicanos son unos idiotas, así como todos los latinoamericanos dedicados a la literatura. Bolaño fue un renegado y acá saca la voz. El profesor afirma que el alemán en Santa Teresa no es Archimboldi, y Archimboldi tampoco es el más grande autor del siglo. 

La obra realiza un brusco racconto para relatarnos el quiebre de Amalfitano con su ex mujer. Ella lo engañó con un poeta homosexual, quien la contagió de sida. A su vez él es pareja de un filósofo, ambos organizaban orgías. Su ex mujer contagia de sida a un taxista en una lúgubre relación sexual en un cementerio, en la tumba de su madre. Lamentablemente, todo esto es relatado, y no interpretado en el escenario. La mujer solloza y narra sus desvaríos de manera desgarradora ante la cámara, con ciertas reminiscencias de The Blair Witch Project. Amalfitano queda sólo con su hija, Rosa. 

Segundo descanso de 30 minutos. Otro té con leche, esta vez con galletas. Me senté a la mesa con otros espectadores, todos coincidían en lo mismo: la obra es muy buena, pero a todos nos aterra "La parte de los crímenes".

3. La parte de Fate, 18:00
Si hay pocos personajes protagónicos negros en grandes películas (salvo criminales, narcos, etc), menos hay protagonistas negros de grandes novelas. Bolaño ahora nos lleva a Detroit donde nos presenta a Oscar Fate, un periodista afroamericano, originario de Harlem, en Nueva York. Él viene de enterrar a su madre. Es imposible no encariñarse con este personaje. Reportero de cuestiones políticas, lo envían intempestivamente a cubrir una pelea de box. ¿Dónde? En Santa Teresa, México.

Esta sección del relato seguramente hizo que Oprah Winfrey, una de las figuras más influyentes de la tv norteamericana (y mundial), incluyese 2666 en su club litarario. Bolaño, sin quererlo, se convierte en un héroe de la alicaída literatura hispana, y más encima, en símbolo de la población afroamericana en EEUU.

Fate conoce a Chucho, un narco, en Santa Teresa. Este último es el novio de Rosa, hija de Amalfitano. La relación es tortuosa. Fate oye hablar del horror de los miles de feticidios en Santa Teresa, y pide más tiempo a su periódico para cubrir los hechos en un gran reportaje. Le dicen que no. La obra ahora tiene muchas escenas en una discoteca, suena música electrónica ensordecedora, las luces y el humo se apoderan de la sala. Una pelea de Chucho con Rosa termina bastante mal y aparece una pistola, Rosa y su amiga son agredidas, hay un intento de violación, que vemos por la pantalla porque la escena transcurre detrás del escenario. Rosa es golpeada, la vemos con los calzones abajo, Fate la salva, le quita el arma a Chucho. Luego conocemos pormenores de la historia de Rosa con su novio narco. Ella toma una ducha y vemos a la actriz desnuda. Fate se enamora de ella. La policía lo busca, el periodista negro y la hija de Amalfitano huyen a EEUU.

Nuevo intermedio, esta vez de una hora. Tengo hambre. Me voy ahora al restaurante y pido un plato de salchichas picantes con arroz basmati, al parecer una especialidad de la isla de La Reunión. Me siento en la mesa más cercana que comparto con una familia que parece ser gente bastante intelectual. Él, ella y el hijo vienen a Aviñón cada año, desde siempre. Ella dice que su momento preferido para la lectura es en las mañanas. El hijo, un muchacho de unos 19 años, asiente, pero cambia el tema, dice que ahora viene la parte horrible. Al lado mío hay un conferencista y profesor universitario, de Marsella. Todos coinciden en que Bolaño no goza de la popularidad que merece en Francia. Me preguntan si es una figura de culto en Chile. "Tampoco", les contesto.

Me he bebido ya dos copas de vino. No estoy listo para el horror pero entro a la sala igual. Chanchi manda un texto diciéndome que ha visto una obra sueca sobre un adolescente alemán que acribilla a sus compañeros de curso.

4. La parte de los crímenes, 21:00
Oscuridad total. En el escenario se van proyectado extractos que leemos mientras los músicos interpretan una música inquietante. Ahí aparecen, uno a uno, los nombres de las muchachas, las descripciones de los crímenes. Prácticamente todas fueron violadas (ya sea antes o después de ser asesinadas), muchas torturadas, colgadas de los pies, descuartizadas. Algunas fueron calcinadas vivas.

Los informes forenses dan cuenta de que fueron violadas "por ambas vías", frase que llegó a ser común en la policía científica de Santa Teresa. En una muchacha se encontraron rastros de semen en la garganta, por lo que fue violada "por las tres vías". Un policía, según vemos en el texto proyectado en el escenario, asegura que existen violaciones "por las 5 vías", ¿cuáles son las 5 vías? La vagina, el ano, la boca, y las orejas. También existe la violación "por las 7 vías", que añade los ojos. También existen las 8 vías, que son las 7 ya vistas, más un tajo causado por el criminal en el vientre, por donde también hay sicópatas que violan. No sé si alguien se ríe, lo dudo, sólo veo que Bolaño es chileno y el humor negro no lo perdió nunca.

Se culpa de los crímenes a un ciudadano norteamericano, que en realidad es de origen alemán. Por cierto, siguiendo esta es la pista por la que llegaron los críticos de la primera parte a Santa Teresa. El sujeto se llama Klaus Haas, y está decidido a probar su inocencia desde la cárcel. 

Después de extenuantes y larguísimos minutos, aparece en escena una mujer de la alta sociedad de Ciudad de México. Cuenta la historia de su hija a un periodista. También es víctima de los crímenes de Santa Teresa, que en teoría sólo afectaban a las niñas marginales, obreras de las maquiladoras ubicadas en la frontera con EEUU. El diálogo es agotador. Continúan apareciendo extractos con los nombres de las víctimas. Por cierto, todas ellas fueron víctimas reales. Ya es muy tarde, cerca de las 11 de la noche.

Se apagan las luces. Se anuncia un intermedio de 30 minutos. El público estalla en aplausos y vítores, ¡hay algunos gritos! Me doy cuenta que nadie abandonó la sala, aún está repleta. Voy derecho a tomarme otra copa de vino.

5. La parte de Archimboldi, 23:30
Aparece Archimboldi, un personaje que cae  desnudo desde lo alto del bloque transparente, como si fuese un feto. Una voz en off nos relata la historia. Es muy tarde y estoy agotado, pero todos seguimos en nuestro asiento. Archimboldi se refriega contra el vidrio, vemos que tiene una erección. Nos cuentan que fue un niño prusiano y en 1933 entró a la escuela. Su nombre en realidad es Hans Reiter. En 1939 lo mandan a la guerra. Tiene una hermana llamada Lotte.

En un hospital militar yace junto a un oficial que estuvo a cargo de mandar judíos a Auschwitz. Hace un monólogo, en un alemán monótono, exasperante e interminable. Ya es pasada medianoche. Esto es una tortura. Hans Reiter hace el amor con su novia y luego aprendemos que él mató a su compañero en el hospital y se vuelve un fugitivo de la policía militar. Decide cambiar de nombre y recuerda que cuando fue prisioero de guerra su única distracción fue el recuerdo de un pintor italiano. En honor a aquella época y al pintor italiano, Hans comienza a escribir novelas bajo el nombre de Benno von Archimboldi. Sus libros son un éxito, pero él vive al margen, oculto. El hijo de su hermana Lotte, emigra a EEUU, donde finalmente los negocios lo llevan a trasladarse a varias ciudades: Phoenix, Tucson, y al sur de la frontera, en Santa Teresa. Su nombre es Klaus Haas. Allí es acusado de los crímenes. Su madre parte a rescatarlo de la prisión mexicana.

El resto ya lo pueden adivinar. Por mi parte, al igual que todos, el cansancio ha abatido. Al final aparecen todos los personajes, avanzando lentamente hacia el público como espectros, como muertos que salen de sus tumbas en Halloween. 

Es la 1.30 de la mañana y cae el telón. Ovación. Sí, el público aplaude enérgicamente y ¡de pie! Yo mismo aplaudo con vigor. El maratón teatral llega a su fin. El éxito es rotundo. La gente aplaude a rabiar para felicitar a quienes hicieron posible la magnifica puesta en escena, y para no dejarse amedrentar por los terroristas que casi lograron cancelar Aviñón 2016.

domingo, 10 de julio de 2016

Brexit post mortem 3 (y final): Inmigración

Panic on the streets of London
Panic on the streets of Birmingham
I wonder to myself
Could life ever be the same again?

Panic on the streets of Carlisle, Dublin, Dundee, Humberside,
I wonder to myself...


"Panic", The Smiths


Nuestro blog no tiene derecho a voto, por supuesto, somos un blog y no una persona, pero emitimos nuestra preferencia por el Leave, anticipamos que no sólo ganaría el brexit sino que además el Primer Ministro, David Cameron, dimitiría. Se cumplió. Dijimos que abría convulsión económica. Se cumplió. Añadimos, inmediatamente, que los mercados finalmente encontrarían el equilibrio: esto está por verse. 

Hemos adelantado muchas cosas e invitamos a repasarlas. Ahora llega el momento de cerrar este mini ciclo para lo cual abordaremos un tema altamente sensible y es la inmigración en el Reino Unido, algo que atañe a todos los países "exitosos" del mundo. Estudiaremos el nexo con el Estado de Bienestar e incluso exploraremos cómo Chile se verá afectado (siendo Chile un país bastante exitoso, la inmigración es un tema cada vez más preocupante).

En el corazón mismo de la UE, como también apuntamos, está el unir a todos los países del Viejo Continente en un destino común para que sea imposible una nueva II Guerra Mundial, donde Europa tocó fondo (y nunca se recuperará). Tres libertades deben cumplirse para integrar a toda la ex "Comunidad Económica Europea" en un proyecto político: libre circulación de capitales, de ideas, y de personas. Sólo puede ocurrir aquello si se eliminan las fronteras y si el comercio se realiza en una moneda común. Los gobiernos, además, deben alinear sus leyes para que el flujo sea expedito y real. 

Económicamente, el euro tiene sentido. Aún recuerdo la era en que después de viajar por Europa uno acababa en los bolsillos con florines, marcos, francos y pesetas. Difícilmente podía haber un intercambio fluido. La moneda común permite además comparar fácilmente. Por ejemplo, una pata entera de jamón "pata negra" en Figures, Cataluña, cerca de la frontera con Francia, puede costar 120€. En el lado francés, cuesta 350€. Por supuesto, para muchos galos es mejor ir a hacer las compras cruzando la frontera. Asimismo, un sueldo mensual de 2.000€ es alto en España, mientras que en Francia es bajo. Esta información disponible de fácil permite a los europeos comparar y ante la desaparición de fronteras, desplazarse y migrar es sencillo.

Acá empezaron los problemas. Porque el Reino Unido, como sabemos, forma parte de la Commonwealth, una mancomunidad de países, desde Zimbabue a Nueva Zelanda, que comparten ciertos valores (herencia post-colonial británica). Los británicos sienten que los australianos son sus primos hermanos, no así los lituanos. La UE le impone al Reino Unido el recibir en sus tierras a rumanos o polacos, porque son europeos, pero no a australianos porque no son europeos, a pesar que tienen un fuerte lazo. Por ejemplo, conocí el caso de una pianista australiana que no pudo renovar su visa para continuar perfeccionándose en un prestigioso conservatorio londinense porque los burócratas de Bruselas quieren marginar a los no-europeos para dar preferencia a los del Continente. Ante esto, los británicos se preguntan si acaso la UE no es una idea completamente estúpida.

Pero el problema es mucho más complejo. Sin preguntarles, los británicos vieron que las reglas de la Comunidad Económica Europea se cocinaban en Bruselas por parte de oficiales no elegidos para proclamar una unión política que, por loables que sean sus intenciones, su legitimidad es dudosa. Peor aún, se comenzó a integrar países del ex bloque comunista en una jugarreta de Bruselas por hostilizar con Rusia. Los "países del Este" son pobres aunque relativamente bien educados, y desde luego sus habitantes aprovecharían la ausencia de fronteras para marcharse del desastre post-Soviético e instalarse en los países ricos del Oeste.

El flujo se descontroló y se volvió inmanejable. La alicaída agricultura británica empezó a contar con abundante mano de obra barata, pero la ineptitud del gobierno ante el gigantismo del Estado de Bienestar no logró satisfacer las necesidades de los contribuyentes, y la calidad y cantidad de las prestaciones sociales comenzó a resentirse, y así también, los británicos empezaron a rechazar a los inmigrantes, a quieres culpan de la degradación de su modelo social.

Veamos luego las cuestiones culturales y de idiosincrasia. Los británicos por ejemplo son gente que jamás se salta una fila, esto todos lo saben. Imagínense al inglés común y corriente que espera la micro en la mañana, y ve que en el paradero que la mitad ahí son extranjeros que se agolpan como salvajes por subir primeros. Él se queda abajo, ve irse la micro y debe llegar tarde porque los extranjeros son vivarachos. O la incapacidad crónica de conductores de muchos países, Chile incluido, de entender cómo funcionan las rotondas, las "roundabouts", llamadas en Francia rond-point à l'anglaise, que existen en la isla más que en ningún otro lugar del mundo. Nuevamente, los ingleses ven esto y se preguntan de dónde carajo salió tanta gente que no aprende a adaptarse, y de hecho, son los ingleses los que deberán aprender a echar el auto encima (en Chile inventamos la rotonda con semáforo, o sea somos huevones al cubo). Pedir permiso para transitar por la izquierda en una escalera mecánica, entre muchas cosas, empiezan a fastidiar.

Los británicos, gente siempre dispuesta a beber generosas cantidades de cerveza, no aceptan muy bien que no les inviten a una después de él haber pagado su ronda en el pub. El local pub y el alcohol constituyen la esencia misma de la sociabilidad en el país. Tampoco comprenden que cada uno se pague su propia pint, lo que se considera altamente descortés. Si bien todo esto puede ser aceptable en Londres, el Reino Unido es mucho más que su capital, y es en el resto del país donde la presencia masiva de extranjeros está cambiando las cosas que antes se deban por sentadas. Los polacos emborrachándose como locos en sus casas, a veces destilando alcohol ahí mismo, causa problemas graves de integración.

Aceptar temporeros búlgaros y no a un cirujano de la India atenta contra la idea misma de lo que los británicos quieren de su país. La prensa sensacionalista, como el Daily Mail, The Sun o el Telegraph, se dedican a vomitar su furia contra Bruselas, y este discurso encuentra acogida en muchos que se sienten extranjeros en su propio país.

En Chile vemos algo similar. Se estima que en unos pocos años habrá un millón de extranjeros. Para un país de 17 millones (vaya uno a saber cuántos realmente somos, gracias Piñi), esto es caldo de cultivo para las odiosidades. Un populista irresponsable, à la Donald Trump, llegará pronto.

El Estado de Bienestar: causando malestar
Pero el gran culpable de todos los males, o casi todos los males, es el Welfare State. El Reino Unido siempre fue una nación exportadora de migrantes, no receptora. Un país que se convierta en destino de inmigración masiva no puede además tener un Estado de Bienestar del tamaño del británico. Se convierte en un imán para la mala inmigración: atrae parásitos.

Los países deben tomar decisiones. En Reino Unido deben decidir si corrigen el Estado de Bienestar y siguen aceptando inmigrantes, lo que sería excelente, o se repliegan en su Little Britain y se ahogan en el asistencialismo.

Estados Unidos desde siempre fue considerado un país exitoso porque atraía gente aguerrida y con ganas de surgir, porque allí, en la ausencia de una red de protección social, cada uno aprende a forjarse su camino. Pero EEUU se convirtió en una social-democracia y hoy vemos cómo decae lenta pero inexorablemente.

El Estado de Bienestar en el Reino Unido, como en otros países europeos, se justificó durante la post-guerra, cuando la sociedad debía ocuparse de los amputados, de los tullidos por la guerra, de las viudas y los huérfanos. No haber creado el Servicio Nacional de Salud británico, el NHS, habría significado una guerra civil en Inglaterra. Esto suele ocurrir. Recordemos que en Chile, a menos de una década de cesadas las hostilidades de la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, estalló una guerra civil, en 1891. En el Reino Unido, el precio de la paz fue asegurar atención de salud universal y un ingreso mínimo (el "dole").

Pero la cosa ha cambiado bastante desde 1945. El mundo ya no se divide entre obreros y patrones. El perder el puesto de trabajo no es una catástrofe, como lo era para los trabajadores industriales. Hoy, es parte normal de la vida laboral de todos. Los crecientes costos de la salud vuelven imposible mantener al NHS, algo que saben bien los franceses y alemanes, que ya exigen un copago por las prestaciones de salud. La calidad del NHS es mucho peor que el de otras economías comparables, y con la llegada masiva de usuarios extranjeros, el sistema está colapsado.

El descontento, que es entendible, da paso a la xenofobia. Las agresiones verbales y físicas que se han captado en smartphones dan cuenta de los ánimos caldeados. Por supuesto que es triste ver estas cosas en un país ilustrado. Pueden estar seguros que estas cosas contra los negros o gitanos ocurren mucho más en Hungría o Bulgaria, ya que el racismo es mucho más extendido en países "de medio pelo". 

Por lo mismo, preguntémonos en Chile si ante la oleada de inmigrantes, es necesario continuar construyendo un Estado de Bienestar. Garantizar salud y educación a todos está bien como acto simbólico en el proyecto de Nueva Constitución, pero llevar esto a la realidad es peligroso.

Los británicos no son racistas ni xenófobos. El 51% de quienes votaron Leave no lo hicieron por miedo o desprecio a los extranjeros, sino porque ven que la UE no les permite crear sus propias leyes, e impone reglas de inmigración inadecuadas.

Lo increíble de todo, es que los inmigrantes de hoy tampoco son los mismos de ayer. Cuando los europeos se marchaban a EEUU en el siglo XX lo hacían para comenzar una nueva vida. Hoy, desde las naciones bálticas a Inglaterra se puede llegar en un vuelo de bajo costo, y así también, los inmigrantes se pueden marchar cuando en cualquier momento.

Y peor aún, cuando se incorporó a las naciones del Este, todos los países del Oeste, como Francia y Alemania, levantaron salvaguardias para evitar el flujo masivo de extranjeros, como ya lo hizo Francia para protegerse cuando se incorporó a España y Portugal. 

De los miembros anteriores al año 2004, cuando se extendió la UE al ex bloque comunista, sólo tres países se negaron a controlar la inmigración: Irlanda, que es un país poco poblado con una permanente hemorragia de su migración, Suecia, que siempre ha sido un país abierto (poco seduce un país frío y oscuro con un idioma imposible), y el Reino Unido.

Este es un blog serio. Pero nos preguntamos si al final, no está el Reino Unido, desde un principio, conspirando para destruir a la UE por dentro. No es posible que el tema más explosivo en este referéndum haya sido la inmigración, y que, en el fondo, los mismos británicos hayan decidido abrir de par en par sus puertas, y luego culpar a Bruselas, para terminar por retirarse.

Se alzan voces recomendando repetir el referendum, esta vez garantizando al Reino Unido restringir la cantidad de extranjeros de la Unión que puedan instalarse al país. ¡Pero los mismos británicos se negaron en el 2004!

Es hora de que alguien les muestre la puerta al Reino Unido para que se vayan de una buena vez.