lunes, 5 de noviembre de 2012

No queremos Bachelet 2.0


Michelle Bachelet debe anunciar luego si será candidata o no. Chile Liberal demanda renovación, no recauchaje

Luego de la derrota en la elección presidencial anterior, la Concertación tenía que hacer dos cosas. Primero, renovar sus cuadros, y segundo, proponer una agenda. No ha hecho lo primero, ni tampoco lo segundo. De hecho, ni siquiera ha sido oposición ya que la derecha sola es la peor enemiga de sí misma. 

Sin ninguna propuesta, terminó ganando la elección municipal, que dio paso para que un grupo de exaltados pida proclamar ya a Michelle Bachelet como la candidata de oposición, sin mediar primarias, contrariando la institucionalidad en la centro-izquierda.

El silencio de Bachelet es insostenible. Debe anunciar ya si participa de la primaria —donde esperamos que pierda— o si será ungida como la Papisa de esa religión bastarda que es el estatismo, cuyos sumos sacerdotes, clérigos y sacristanes, junto a no pocos parroquianos, añoran su liderazgo para volver a La Moneda, la casa donde tanto se sufre, y echar a los winners que premunidos de sus "MacBooks y tazones de Starbucks" los dejaron patitas en la calle estos cortos pero duros años.

La Concertación necesita renovarse, hemos sido majaderos. Pero no entienden. En vez de buscar gente que pueda darle nuevo aliento, siguen suplicándole a Bachelet que vuelva. La transición ya está archi-superada, y ahora que Chile se empina como nación de ingresos medios-altos, necesita la persona indicada para superar la valla del Middle Income Trap, fenómeno archi-conocido, hiper-estudiado, pero notorio e infame por su dificultad para sortearlo.

Chile Liberal sostiene que la Concertación debe concentrar en el Middle Income Trap todos sus esfuerzos, y nombrar a la persona idónea para superar este obstáculo. Y esta persona no es Michelle Bachelet. Varios deben dar el paso al frente y dirimir esta situación en una primaria abierta, a la francesa, como la que nombró a François Hollande el líder de la izquierda y, finalmente, el presidente de la república.

Si la elegida es Bachelet, dejamos constancia desde ya que nos opondremos a su candidatura y votaremos por la derecha. Sí, tal como lo hicimos el 2009, volveremos a votar por la derecha si es que la Concertación obstinadamente insiste en resucitar ex presidentes. Si no quieren que votemos por la derecha, entonces muy fácil: pídanle a Bachelet que no vuelva a la política. 

Nuestro candidato es Andrés Velasco, quien creemos es lejos la persona más apta para enfrentar el desafío de superar la trampa del ingreso medio.

La señora Bachelet le hace un daño a la Concertación con su silencio. El sitio Chile Liberal exige desde ya que se pronuncie y aclare cuál es su plan.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Un voto por Mitt Romney




Sin un plan económico, Obama ha usado la poesía —nuevamente— para prometer cosas que no sabe cómo cumplir. Es hora de darle una oportunidad a su rival, Mitt Romney

Para ser president, Barack Obama derrotó a la poderosa maquinaria de Hillary Clinton, lo que constituyó en sí un triunfo extraordinario. Su anterior rival republicano nombró a una mujer completamente estúpida como su compañera de lista, lo que facilitó las cosas. Con el país al borde de una depresión económica, empantanado en una guerra sin sentido en Irak, Obama se impuso con un una retórica electrizante que hizo a los gringos llorar a moco tendido. Cómo olvidar el "Yes, we can!", ahogado en un estallido de euforia colectiva. 

Han pasado cuatro años. La poesía ya no conmueve, irrita. El desempleo es casi 8%, la economía no revive, e increíblemente, el señor Barack Obama no ha presentado ningún plan económico. Ninguno. 

¿Éxitos de Obama? Por supuesto, varios. Primero, evitar el colapso económico total. Segundo, sacar al país de una guerra ridícula, como la de Irak. Tercero, evitar otro ataque terrorista. Privilegiar la poderosísima influencia cultural y diplomática por sobre la manu militari. Fue un logro matar a Osama Bin Laden y usar equipos teledirigidos para matar a más talibanes, sin dejarse engatusar por un absurdo premio nobel de la paz, completamente inmerecido.

Se puede decir que Obama cumplió. Y quizás su peor error fue uno colectivo, el Obamacare. EEUU tiene el peor sistema de salud del mundo industrializado, con una escandalosa cantidad de gente sin cobertura médica, anomalía de algún modo subsanada. Lo curioso es que Obamacare usó como plantilla el sistema de salud gestado y aplicado en el estado nortino y liberal de Massachusetts, gobernado por un destacado e influyente hombre de negocios, un señor llamado Mitt Romney. El error de Obamacare es encarecer el costo del trabajo, cuando la política debiese ser exactamente la opuesta: facilitar la contratación para mitigar el altísimo desempleo. Pero Obama llegó a la presidencia con un mandato inequívoco del electorado para forzar a todos a comprar un seguro de salud, y quien no pudiese costearlo recibiría una ayuda social, y ningún proveedor podría rechazar asegurar a un enfermo.

En balance, podemos decir que Obama cumplió, con lo justo. 

Al presidente-candidato nadie puede exigirle que en cuatro años solucione el caos que heredó de George W Bush, lejos el presidente más idiota e incompetente del que tengamos memoria. Pero al menos nos gustaría ver luz al final del camino. No vemos nada, sólo más oscuridad. Buscamos el plan económico de Obama, pero no lo encontramos. 

Durante estos cuatro años, la idea era el "muddle through", o sea, sin un gran plan maestro, ir tanteando, tratando con el método de ensayo-error de encontrar la salida. ¿Qué hace el gringo desempleado? ¿Qué hace el gringo que ve sus ingresos desvaneciéndose? "La clase media ha sido devastada estos últimos cuatro años", declaró el Vicepresidente, Joe Biden. No podemos estar más de acuerdo. Si eso piensa el hombre de confianza de Obama, no nos pidan que miremos el futuro con optimismo.  La campaña del presidente-candidato es tan carente de propuestas que no ofrece idea alguna, apenas un sustantivo: Forward.

Enter Mitt Romney
Lejos de lo que muchos puedan creer, Mitt Romney no es un ultraderechista del Tea Party. Hizo carrera política como gobernador de un estado liberal, Massachussets. La verdad es que Mitt Romney se encuentra en las coordenadas políticas más cercanas a la posición de Chile Liberal: un republicanismo nor-este, liberal en lo social, fanáticamente pro-business, inclinado hacia el centro y de talante moderado.

Mitt Romney además exhibe un currículum perfecto para el cargo. Una brillante carrera en los negocios, donde con Bain Capital compraba empresas en riesgo, revisaba su funcionamiento, las enchulaba y las revendía. Exactamente lo que este CEO debiese hacer con EEUU: purgar todo lo podrido, reactivar la competitividad y el comercio. En cada uno de los debates televisados, Mitt Romney fue categórico en resaltar la necesidad de aumentar el intercambio económico con América latina, mientras que el señor Obama recordemos que prometió congelar todo nuevo acuerdo de libre comercio y revisar los existentes (incluido el TLC con Chile).

Algunos, en particular el Rottweiler, temen que un mormón llegue al poder. "No importa que estés de acuerdo con su plan económico, ¿puedes creer en alguien tan inmensamente crédulo y tonto?, ¿puedes votar por alguien que cree que el Jardín del Edén se encontraba en Missouri?", ha preguntado el Rottweiller, con espuma por la boca. Pero los temores son infundados. EEUU consagra en la Primera Enmienda la separación total de iglesias y Estado. Además, el país ya tuvo un presidente católico-romano, John Kennedy. Si sobrevivió a un católico, los resquemores deben ser morigerados.

En cuanto al tema del aborto, durante su campaña como gobernador declaró que debiese ser "legal y seguro", y el 2002 se mostró a favor de las uniones civiles homosexuales. Ha cambiado de posturas en varias ocasiones, pero al menos esto muestra bastante flexibilidad. Claramente, para reafirmar a la base más fanática, tuvo que nombrar a un líder del Tea Party —movimiento homofóbico, religioso y completamente anti-aborto— como compañero de lista, para apaciguar las ansias ultraconservadoras.

Romney no está libre de errores. Desde luego, en una coyuntura como la actual EEUU podría disminuir su gasto militar, Romney propone aumentarlo. Pero en general, el discurso de Romney y sus instintos apuntan a una posible presidencia pro-business, hacia un gobierno reducido y de impuestos bajos. Esto es lo que EEUU necesita.

Chile Liberal reside en París y aclaramos que somos ante todo un blog, no tenemos derecho a voto en EEUU. Pero si lo tuviéramos, claramente votaríamos por el ex gobernador de Massachusetts.

Post scriptum: al contrario de Chile Liberal, los editores de The Economist han entregado su apoyo a Barack Obama. Pueden leer aquî su editorial con las explicaciones, y a continuación el video de su anuncio oficial desde sus oficinas en Londres. Vive la différence !