miércoles, 21 de marzo de 2012

Relaciones Chile - Argentina: ¿Te la atrincaste?

La visita de la presidenta argentina es ahora un recuerdo. ¿Ganó algo Chile con todo esto?


No hubo sólo protocolo ni refinados manjares aparte de intelectuales, ex presidentes, y hasta futbolistas, sino besuqueos, ditirambos mutuos que llegaron hasta el llanto (¡era que no!). No obstante, la visita Cristina Fernández, presidenta de Argentina, debe dejarnos muy preocupados.

Primero, Sebastián Piñera incomprensiblemente no reprochó en público la inaceptable política proteccionista que propicia allende los Andes el oscuro secretario de Comercio, Guillermo Moreno, quien no cesa de aplicar a su antojo restricciones al libre comercio, lo que ha provocado una balanza comercial negativa para Chile en nada menos que US$ 3.700 millones. A los propios argentinos les afecta ya que Chile Liberal comprueba tanto en la prensa como por testimonios de amigos argentinos que el desabastecimiento es una triste realidad en Argentina. 

Si la balanza comercial fuese negativa porque Chile posee una mano de obra torpe, adquiere insumos caros, no goza de infraestructura eficiente, sus modelos de negocio son obsoletos, o sea, si su productividad fuese baja, entonces nada diríamos, sólo nos quedaría mejorar la productividad y competir en buena lid. Pero el fenómeno de la enorme balanza negativa se debe exclusivamente a las arbitrariedades discrecionales de un burócrata que hasta se ha jactado ejercer su función a punta de pistola

¿Por qué Piñera le da besuqueos a Fernández y no condena de una buena vez este mariconeo contra la industria nacional? LAN, Enap, hasta el salmón chileno han sufrido los desvaríos del gobierno argentino. Esto es completamente i-na-cep-ta-ble. Como si fuese poco, Cristina declara que en Chile le gritaron que las Malvinas son argentinas. La política de Piñera ha sido errática. Como ya hemos establecido, éste es exclusivamente un problema bilateral entre el Reino Unido y Argentina. ¿Qué tiene que ver Chile en todo esto? ¿Estamos para hacer causa común en un conflicto que no nos compete? ¿Vamos a terminar como Perú bloqueando barcos ingleses

Absurdamente, Fernández trató de hacernos creer que el Reino Unido busca apropiarse de algunas riquezas naturales, ya que al parecer habría petróleo en el Atlántico Sur. Falso. Tal como se demostró en la liberación de Libia, mucho más fácil es simplemente ir y comprar el petróleo sin involucrarse en conflictos bélicos, lección que las potencias imperialistas (Inglaterra y Francia) aprendieron amargamente en el siglo 19. Si el gobierno no es institucional ni democrático, sino una tiranía, basta corromper a los políticos y comprarles el petróleo sin enredarse en costosos enfrentamientos militares. Mientras que los británicos sufren los embates del más feroz plan de austeridad que Occidente ha visto desde la II Guerra Mundial, es difícil explicarle al ciudadano de a pie en Gran Bretaña que debe pagar cada vez más impuesto, disponer de menos seguridad social, y cada vez menos enfermeras y profesores, para que el país se dé el gustito de mover costosos portaviones para pelear por dos islas en el poto del mundo. Si Cristina cree todo esto, está fumando de la mala, y se pegó unas buenas pitiadas con Don Piñi parece. 

Pero las falacias continuaron cuando la jefa de gobierno argentino alertó que el Reino Unido buscaba apropiarse de la Antártida, lo que afectaría los intereses de Chile. La zona que reclama Chile en el continente blanco se superpone a la que reclama Argentina, ambas llamadas Tierra de O'Higgins y Tierra de San Martín respectivamente. Tendría que Chile ser muy inocente para creer que en caso de conflicto por la Antártida, Argentina no la reclamará como propia. 

Europa ha disfrutado de más de medio siglo de paz luego de reconstruirse sobre el pilar del libre comercio. En el cono sur debiésemos apuntar a lo mismo para asegurar la paz mediante el libre flujo de personas y capitales. Pero ya en abril se intensificarán más las restricciones argentinas, esta vez sobre bienes y servicios. No obstante, mañana, cuando los conservadores chilenos lloriqueen que "hay que proteger la industria nacional" e impongan trabas y aranceles, tendremos que salir a luchar contra el proteccionismo nacional y defender al consumidor que tiene derecho a comprar a menor precio a quien se le antoje. Esto es, por sobre todo, una garantía de paz ya que unos dependemos de otros independiente del país en que vivamos. 

No sólo Argentina nos bloquea, sino también Brasil impide entrada del vino chileno a pesar que los brasileños lo demandan. ¿Qué tipo de pantomina es el Mercosur? 

Algunos reclaman que el gasto militar de Chile es desproporcionado. Esto es parcialmente cierto. Pero no podemos olvidar que ante la rapiña a gran escala que hemos visto, si en algún momento las inversiones chilenas en el exterior se ven usurpadas, el país necesita Fuerzas Armadas musculosas que logren hacer valer los derechos de propiedad incluso fuera de nuestras fronteras. Ojalá no sea así y que prime la plena libertad para invertir, para exportar y para importar porque el libre comercio es paz y prosperidad.

sábado, 17 de marzo de 2012

Bad Romance

A dos años de asumir la presidencia, Sebastián Piñera es un mandatario altamente impopular. No obstante, Chile Liberal lo apoya

Fue hace unas pocas semanas que fui a un cine multiplex (a ver Sherlock Holmes 2, notable). Antes de empezar la película, un breve video nos previene sobre las medidas necesarias en caso de un terremoto, nos solicita mantener la calma y muestra las salidas de emergencia. Finalmente, la voz en off dice "Gobierno de Chile" y aparece el logo rojo-azul de la administración de Piñera. En un ambiente completamente distendido, como lo es la gente disfrutando de su tiempo libre en el cine, premunidos de una Coca Cola y un paquete de cabritas, listos para ver una película, se escucha una rechifla del público al solo oír "Gobierno de Chile" y ver el logo del gobierno.

La popularidad de Piñera es paupérrima, no se necesitan encuestas para saberlo. ¿Por qué entonces Chile Liberal lo apoya? Si nos preguntasen en una sondeo "cómo lo ha hecho el gobierno", ¿por qué responderíamos "relativamente bien"? Nos ganamos una pifia de todos los lectores y foristas de este sitio. Apoyar al canoso magnate es demencial. Pero lo hacemos igual, y explicamos aquí las razones.

Primero, ya establecimos cuando ganó Piñera que le entregábamos un mandato para pisar el acelerador, no para cambiar de camino. Durante este gobierno hemos visto el crecimiento sobrepasar el 6%, el desempleo desmoronarse al extremo que ya empezamos a escuchar "pleno empleo". Pero estas cifras son mentirosas, lo que realmente vale es la productividad, y gracias a pertencer a la OECD ahora disponemos de estos datos y los resultados son para alegrarse. Piñera no ha llevado al país a nningun parte que no queremos, sino que nos conduce por el camino que comenzamos a trazar en marzo de 1990 y vamos aceleradamente por el rumbo correcto.

Luego, dijimos que Piñera no debía desmantelar los logros de la Concertación. Básicamente, esto se relaciona con lo que aclaramos anteriormente: queremos más celeridad, no cambio de rumbo. Continuemos con una economía de mercado, de impuestos relativamente bajos, que se apoya sobre el sector privado, más un sistema de seguridad social con énfasis en los focos de ignorancia y pobreza, pero donde el Estado es el copiloto y no el conductor. Muchos sectores conservadores hiperventilan pero Chile no hace más que tejer una red social mínima. Estamos a años luz de los errores del sistema social europeo. Piñera ha implantado ideas interesantes como el ingreso familiar ético o réplicas locales del programa brasileño "Bolsa Família". La inversión privada, no obstante, continúa fuerte.

En tercer lugar, Piñera, como le solicitamos, ha intentado renovar a su sector. Por ejemplo, envió el proyecto de unión civil. Ya se habla de primarias vinculantes. Errores como la inscripción autmática, no obstante ser una equivocación, al menos responden a un espíritu reformista. Incluso el ministro Hinzpeter comenzó aproximaciones para abolir el sistema binominal.

Los tres temas anteriores son los que encargamos a Piñera, y éste ha cumplido.


Comienza la tormenta
En el programa Tolerancia Cero se lo plantearon pero la respuesta no fue clara: ¿por qué usted presidente es tan impopular?

El grueso de la opinión pública quiere empatía, que a Piñera le sale robótica. Quiere un presidente buena onda, pero el mandatario es percibido como un hombre de negocios que no es un self-made man, sino un mero subrproducto de la casta dueña de Chile. Además, el chileno quiere autoritarismo, y Piñera es dubitativo por su narcicismo que lo lleva a perder la cabeza por las encuestas: ahí el chileno le pega al gobierno donde duele.

Nuestras críticas a Piñera apuntan a esto, y queremos destacar tres gigantescos errores de su administración, cuestiones que simplemente no podemos dejar pasar.

Primero, un flirteo desagradable con los elementos golpistas, como fue no actuar con prontitud cuando se cambió "dictadura" por "régimen". En esta misma línea, continuar en su gabinete con Larroulet y Lavín, dos secretarios de Estado que profitan de la educación universitaria, es un error y deben ser apartados de su cargo. Rehén de la UDI, el mandatario no ha sabido asumir el mandato del electorado y ha claudicado ante los elementos ultraconservadores, que le han hecho mariconadas sin precedentes. Sin un apoyo político, los tecnócratas del gobierno quedan a poto pela´o. Y Piñera debe exigir que le presten apoyo o simlemente romper la Coalición por el Cambio.

Segundo, a los libertarios civiles francamente nos revuelve el estómago que Chile caiga en el índice de libertad de prensa. Carabineros, en vez de resguardar el orden y detener violentistas, se dedica como en la dictadura a dar lumazos a tontas y locas y no logra que nadie sea detenido ni reúne las pruebas que el nuevo sistema requiere. ¿Qué espera este gobierno que no actúa sobre Carabineros? Relacionado con esto, las FFAA aún aparecen fuera de control, o al menos, la autoridad civil no recibe value for money. Nuestras FFAA han sido generosamente financiadas, pero poco valor hemos recibido.

En tercer lugar, y producto del narcisismo del gobierno y carencia de una doctrina clara, nos sorprende ver que Chile haya perdido diez puestos en el ranking de mejores países para inversión minera. Esto NO ES lo que esperamos de un gobierno que debía administrar al país con criterios de eficiencia. La inversión es lo que más necesitamos, nuestra institucionalidad es la mejor garantía para atraerla. Sin duda, torpezas como querer comprar mineras —sólo para apaciguar a la chusma nostálgica de la nacionalización del cobre—, ha sido un error brutal. Inaceptable. Inexcusable.

Por fin hubo firmeza en el gobierno ante los piqueteros en Aysén, y el gobierno entendió que es una doctrina en sí el respetar las libertades civiles. Un grupo que bloquee un camino, que establezca un gobierno de facto y sitie una ciudad es algo detestable y el gobierno constitucional debe actuar. Tardó dos años en entender este principio liberal (independiente que las demandas de los ayseninos sean legítimas). Tomarse colegios y universidades fue igualmente inaceptable, pero el gobierno no supo cuál era su doctrina y grupitos de pelusones causaron mil millones en pérdidas.

Del mismo modo, hoy Chile se enfrenta al fantasma del asambleísmo. Señores historiadores incluso se alegran de que se celebren "asambleas territoriales". Este gobierno, en el segundo tiempo, debe entender que no está para obedecer al que más se desgañita gritando, sino para hacer cumplir la constitución y las leyes según el mandato que le dé el electorado, porque una democracia funciona mediante representantes designados por el electorado, no autodesignados en asambleas. Además, ni gobierno ni gobernados pueden cohartar las libertades. Bloqueos de caminos y piquetes no deben ser tolerados. Estos son principios que después de un tumultuoso 2011, Piñera no debe olvidar.

Repasemos
Nuestro sitio solició a Andrés Velasco, ex ministro de Fiananzas de Michelle Bachelet, que se presentase en la elección anterior. De seguro ganaba. Si ello hubiese ocurrido, las protestas estudiantiles habrían estallado igual, con la misma fuerza,  pero el eventual presidente Velasco —con dureza facial— les habría parado los carros de nuevo, tal como lo hizo a los pingüinos, y la maquinaria política de la Concertación habría salido a poner paños fríos. Y así muchas cosas seguirían en relativa calma. 

Pero ganó Piñera y quedó la grande. Nos alegramos. Esta es una prueba extraordinaria de todo lo que aprendimos y construimos desde el 11 de marzo de 1990. Y así como salimos a defender la democracia chilena durante los ejercicios de enlace y los boinazos, así también hoy defenderemos al gobierno de piqueteros, asambleístas, pirómanos y encapuchados.
A la señorita líder de los estudiantes quizás no le gusta esto, y así a muchos otros, que creen que es más sexy y más choro el mandar todo a la cresta y ahora hacer gárgaras con lo que se ha construido estas dos décadas. ¿Somos una democracia ejemplar? ¿Es nuestra institucionalidad perfecta? Difícilmente. Pero es lo que tenemos. Y mucho nos ha costado como para que ahora un puñado de pendejos de pregrado, unos malhablados dirigentes sindicales o unos historiadores obsoletos vengan con sus recetas a establecer que se hace lo que ellos dicen o paralizan al país. No señores. Esta cuestión no funciona así.

Este gobierno va a seguir con su tarea hasta el último día y si es necesario, habrá que apoyarlo, a pesar de los innumerables reveses, errores estúpidos, o chambonadas de grueso calibre. Por lo demás, ya se está cumpliendo con los lineamientos generales de la campaña presidencial. Si no les gusta el gobierno de Piñera, es culpa de ustedes mismos. Dijimos que no votaríamos por un ex presidente, y lo primero que hicieron fue chasconear a Eduardo Frei, sacarle la corbata y abrirle el primer botón de la camisa, y hacernos creer que esta era la renovación que necesitábamos. No dejaron que se postulara MEO. Como lo advertimos, votamos por Piñera, y lo apoyamos.

sábado, 10 de marzo de 2012

Virtudes cívicas y las lecciones de Fukushima

Necesitamos un nuevo sistema ético


"El juramento de los Horacios", de Jacques-Louis David (1784), encarnación de la civilidad.

Terremotos y tsunamis han devastado Chile desde siempre, y también al lejano archipiélago de Japón. Por eso, a pesar de estar en extremos opuestos del mundo, ambas naciones tenemos mucho en común en cuanto a geografía, pero desgraciadamente, la civilidad en ambos países guarda muy poca relación. Esta anomalía debemos remediarla.

El terremoto y posterior tsunami que devastó Japón el 11 de marzo del año pasado, justo cuando Chile vio la mayor réplica del terremoto del 2010, dejó al descubierto la pobreza de la ética cristiana (adoptada tardíamente en Occidente), y reveló la riqueza de la ética confuciana oriental, que en Japón se combinó con formas religiosas aborígenes y dio origen a un culto local lladado "shintoísmo", que es el fundamento de la ética del trabajo y la armonía social de Japón.

Muchos cristianos argumentan que sin las enseñanzas de Cristo sería imposible vivir en comunidad, pero Bertrand Russell, un filósofo inglés, ya demostró la pobreza del cristianismo en su célebre ensayo Why I'm Not A Christian. Ciertamente, el sermón de la montaña es una pieza notable de ética, adelantada dos milenios a su época. Pero para desgracia de Cristo y sus seguidores, ya las mismas enseñanzas las predicaba Confucio cuatro siglos antes, y sin nacimientos virginales ni resucitaciones ni tonterías inverosímiles. 

¿Cómo es posible que en Nueva Zelandia y en Chile haya saqueos después de un terremoto, siendo la primera nación una muy avanzada y la segunda no? "¡Es que no siguen las enseñanzas que dejó Cristo!", dirá alguno. Pero por lo mismo, ¿por qué no hubo ataques de histeria, asaltos, toque de queda, ni nada similar en Japón? El cristiano más fundamentalista dirá que los japoneses sí siguen las enseñanzas cristianas, pero sin que ellos lo sepan, pero eso es una pelotudez.

En el fondo, a lo que apunta Chile Liberal es que una nación se funda sobre una base ética que exalta las virtudes cívicas propias de los individuos, que no pueden imponerse por ley. Algunas sociedades cultivan la civilidad, otras las desprecian. El cristianismo es una ética muy pobre, muy atrasada, y sus destellos de genialidad no son ni originales, y esta cultura cristiana impide el florecimiento de las virtudes personales y ciudadanas.

Si queremos fundar una sociedad en que se respete la propiedad privada del prójimo y en que en casos extremos prevalezca la civilidad y la cooperación, entonces debemos desechar al cristianismo. El sentido del deber y la obligación moral de un individuo a su sociedad sólo se logra con una ética avanzada: la cristiana no lo es.

Recordemos el conmovedor caso de los "50 de Fukushima". Para evitar que se fundiese el reactor nuclear, debían algunos operarios descender y apagar el incendio en el reactor nuclear, con una gran salvedad: estarían expuestos a radiación letal y con toda seguridad morirían. Varios empleados de distintas profesiones se ofrecieron como voluntarios para salvar a la nación de un desastre sin precedentes en la historia del mundo. La mayoría eran jubilados que prefirieron ellos sacrificarse antes de los operarios más jóvenes que tenían familias. 

A ese nivel de abstracción, de sentido de la moral y de entrega jamás se ha llegado en una nación de raigambre cristiana. Vivimos sumidos en el egoísmo —no confundir con individualismo— que nos legó las soporíferas enseñanzas de un carpintero analfabeto, mitómano y probablemente esquizofrénico que quizás vivió en Palestina hace unos dos milenios.

De hecho, como concluyese el historiador inglés Edward Gibbon, el ocaso del Imperio Romano (ver imagen abajo) se debió a la pérdida de las virtudes cívicas en los romanos por culpa de la adopción del cristianismo desde la clase dirigente romana, que terminó por corromper la moral de los ciudadanos. Luego vendría la gloria del cristianismo: los mil años de la Edad Oscura (o "Edad Media"), cuyas tinieblas sólo comenzarían a despejarse cuando los europeos redescubrieron la gloria clásica gracias a la recuperación de los textos clásicos, período conocido como El Renacimiento, y con las luces de la Ilustración.

"El curso de la destrucción del Imperio", de Thomas Cole (1836)

Hoy, cuando las cadenas de noticias del mundo recuerdan el silencio y la limpieza en los albergues japoneses hace un año, el orden para distribuir alimentos, el excepcional autocontrol y estoicismo de sus ciudadanos, y la lucha encarnada para evitar una fuga radioactiva, vale la pena destacar que necesitamos mucho de eso cuando nos azote de nuevo otro desastre natural. Pero mientras se le de importancia a curas, jamás lo lograremos.

jueves, 1 de marzo de 2012

Reflexiones sobre Morrissey

Nunca tanto como una monja al ver al Papa, pero digamos que para Vuestro Humilde Servidor fue emotivo ver en vivo y en directo al controversial cantautor inglés Morrissey, y no está demás decir que salvo la brevedad, el espectáculo que brindó fue de primer nivel. Apareció puntualmente sobre el escenario, tuvo una buena telonera (Kirsteen Young), fue reverenciado por sus fans (ver video más abajo), cantó sólo un tema en el encore. Dialogó con el público pero básicamente el tipo vino a cumplir con su trabajo. ¿Hay algo que Chile Liberal quiera decir? Sí, un par de cosas.

Primero, Morrissey fue víctima de un brutal hostigamiento por parte del socialdemócrata periódico The Guardian, que comenzó a hurgar en sus letras —"Moz" es un eximio letrista— y encontró significados sorprendentes. En medio de la irrupción de la música negra que traían los nuevos inmigrantes a las islas británicas, The Smiths conquista las radios con el single "Hang The DJ", algo así como "Maten (ahorquen) al DJ". El tema, como saben, se llama Panic: "pánico en las calles de Londres, pánico en las calles de Birmingham, me pregunto qué pasa, maten a ese DJ que toca música que no habla de mi vida". Las acusaciones de racismo contra Moz no se hicieron esperar, y finalmente, ante su negativa a rechazar las acusaciones, y después de décadas de feroces polémicas con la implacable prensa de su país, Morrissey se autoexilió a Los Ángeles, California.

¿Es Morrissey un racista? Quizás es un tipo de ascendencia irlandesa, de clase obrera, donde el ser cosmopolita y comer cualquier cosa que no sea papas fritas con vinagre y pescado frito se considere snob, explique parte del fenómenos. Aceptar la música negra —que como sabemos terminó por tomarse la producción de múisca popular— haya sido algo difícil de aceptar para la ex voz de The Smiths (así como incluso Eric Clapton fue abiertamente despectivo contra los músicos de color). Cuando Morrissey dijo que los chinos son "una subespecie" por el maltrato animal en aquella nación, ayuda a inflamar las maliciosas llamas que le han prendido. En alguna oportunidad Noel Gallagher, de la banda Oasis, defendió a brazo partido a Morrissey, su máximo ídolo, correctamente argumentando que un ataque tan miserable a una persona (acusar a alquien de racista en Inglaterra no es baladí) no merece respuesta.

En segundo lugar, abordemos las controversias suscitadas en el Festival de Viña. Creo que merecen el máximo repudio contra la estúpida animadora de ese certamen, la española Eva Gómez (a quien me cansé de trollear en Twitter), quien poco o nada hizo para poner paños fríos a la cuestión. Morrissey gentilmente accedió participar en este show, a pesar que él mismo fue uno de los más grandes críticos del mítico Top Of The Pops, donde se negó a participar. Si alguien se niega a aparecer TOTP pero accede a ir a Viña, se merece un aplauso. El tipo llegó a Chile y dentro de sus pocas exigencias estaba contar con un estudio donde ensayaría diariamente, preparándose para el resto de su gira latinoamericana. Ni siquiera fue el que más cobró, y a diferencia de Chupete de fierro, Moz caminó por Santiago (¿habrá otra capital latinoamericana donde se pueda caminar sólo con un par de guardaespaldas?) y saludó cortésmente a sus fans. Por lo mismo, pidió que el show comenzase temprano para volver a dormir en Santiago y seguir fresco con su show en el Movistar Arena y con el resto de la extenuante gura sudamericana. Esto no fue arbitrario: estaba estipulado en su contrato el salir máximo 0:30 hrs. Lejos de ser una de esas estrellas que se emborracha luego de un show y pelea con medio mundo o se saca la cresta en auto o atropella a alguien, à la footballeur chilien, Moz quería irse a acostar temprano y para ello debía empezar su presentación con puntualidad inglesa. ¿Es demasiado pedirle al marido de Eva Gómez que cumpla con el contrato? Al parecer, sí. Creo que para una kermesse de colegio están relativamente bien, pero para un show de categoría —si es que Viña quiere serlo—, les quedó grande el poncho.

En el espectáculo en Santiago, Moz dijo "sé que ustedes están en shock después de habernos visto en la TV chilena la noche anterior", ante la rechifla del público y una mueca de desagrado del artista. Con el estreno del tema "Action is my middle name", Moz le pidió a sus devotos que lo perdonasen. Por decencia no me voy a referir al trolleo que le hicieron con la misma Gómez en un programa de farándula, donde las burlas —incluída invitación a un asado por parte de Evita Gómez— no pararon. Así como todos nos indignamos por las groserías contra el señor Jordi Castell por su opción sexual (recordemos la botella en el poto de Kramer), lo mínimo que se pide es un mínimo de respeto a un artista que ¡sólo pidió que se cumpliese con su contrato!

En tercer lugar, quiero referirme a un tema que a quien escribe le viene corroyendo hace años. Morrissey es un férreo enemigo del maltrato animal, y parte de su show consiste en mostrar un clip llamado "Meet Your Meat", o "Conoce tu carne", donde visualmente se relata cómo se faena el ganado. Para alguien que además es seguidor del filósofo utilitarista australiano Peter Singer, probablemente la más renombrada figura intelectual contra la brutalidad animal, el tema no me puede dejar indiferente. Desde hace años que me he comprometido al menos a reducir mi consumo de carne y que ésta sea certificada como "free range", es decir, que al menos el animal haya tenido una vida normal, sin haber nacido y crecido en un Aushwitz. Creo que es deber de la comunidad libre el exigir a sus legisladores que la ciudadanía sea informada de cómo fue producida "esa carne que tan felizmente cocinas". Si lo que queremos es instaurar la figura del ciudadano ético, es menester que nos informemos para así elegir la carne que cumpla con los estándares de humanidad que nuestra especie se merece. ¡No es posible que nos alimentemos a costa del indescriptible maltrato actual! Ni menos aún, en un país donde el asado es de rigueur, que nos preocupemos más por comer mejor y en cantidades razonables, y no esos festines brutales que domingo a domingo nos acercan más a las cavernas y nos alejan más del ciudadano ético.

Entiendo que varios me apunten con el dedo y me acusen de, en el mejor caso, tibio, o en el peor, cobarde, por no convertirme en vegetariano. Los entiendo. Pero al menos, denme tiempo para tomar la decisión. Lo único que les puedo asegurar por ahora es que es mi deseo colaborar activamente con la defensa de los animales y declarar que no salí indiferente del espectáculo de lujo que nos dio Morrissey. Los dejo con dos videos captados por mí mismo, primero la obertura y "First of the gang to die" y luego "There is a light that never goes out".