miércoles, 28 de septiembre de 2011

El "Decálogo liberal" de Bertrand Russell

Bertrand Arthur William Russell, 3er Conde de Russell (1872 - 1970),
filósofo, matemático y pensador liberal británico

Los Diez Mandamientos que, como maestro, me gustaría promulgar serían los siguientes:

1. No sientas certeza sobre absolutamente nada.
2. No creas que vale la pena proceder ocultando la evidencia, porque con toda seguridad la evidencia saldrá a la luz igual.
3. Nunca trates de desalentar el pensamiento porque crees que así es seguro que lograrás algo.
4. Cuando te confronten con una posición contraria, aunque sea tu mujer, marido o hijos, intenta solucionarlo con argumentos y no por autoridad, porque la victoria que se sustenta sobre la autoridad es irreal e ilusoria.
5. No respetes la autoridad de otros, porque siempre encontrarás una autoridad opuesta.
6. No uses el poder para suprimir opiniones que consideras peligrosas, porque si lo haces, esas opiniones te suprimirán a ti.
7. No temas que tu opinión se considere excéntrica, porque cada opinión aceptada hoy alguna vez también fue considerada excéntrica.
8. Regocíjate en la diferencia de opinión inteligente y no en la aceptación pasiva, porque si aprecias la inteligencia como debes, notarás que lo primero implica una aceptación más profunda que lo segundo.
9. Sé escrupuloso en la verdad, incluso cuando la verdad sea inconveniente, porque es más inconveniente que la ocultes.
10. No sientas envidia por la felicidad de quienes viven en un paraíso de tonterías, porque sólo un tonto cree que ése es el paraíso.

Fuente: A Liberal Decalogue (1951) by Bertrand Russell

viernes, 23 de septiembre de 2011

Hace 137 años se despidió Santiago Arcos

Hace 137 años, un día como hoy, 23 de septiembre, el intelectual y activista liberal chileno Santiago Arcos se suicida lanzándose al río Sena, en París:
"...entristecido por cierta enfermedad angustiosa (una gangrena en la nariz), subióse una mañana del mes de Septiembre de 1874 sobre el parapeto de uno de los puentes de Paris, provisto de un cinto de plomo, y descargándose el cañón de una pistola en el cerebro, se precipitó en la eterna y triste nada de los suicidas."
Benjamín Vicuña Mackenna



El sitio Chile Liberal quiere rendirle un homenaje a uno de los más prominentes activistas del siglo 19, un hombre que tanto luchó por los ideales liberales durante la pubertad de nuestra república.

Pueden leer su biografía y una extraordinaria carta que enviase a su gran amigo y compañero de armas Francisco Bilbao, a quien conocía desde Paris y con quien integró el Club de la Reforma y luego cofundó la mítica Sociedad de la Igualdad.

Donde sea que estés, Santiago, recibe este humilde pero significativo homenaje. La lucha continúa, y aunque la vamos perdiendo y quizás la perderemos, nosotros nacimos para dar batallas.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Te Deum: Game Over

Los Te Deum ya cumplieron un ciclo. Deben terminarse

¿El último Te Deum?

En este post Chile Liberal explicará por qué la clase política debe seriamente considerar ponerle fin a los Te Deum, a propósito de la inasistencia de los más rancios jerarcas del Soviet Supremo de la Concertación al rito religioso, lo que previsiblemente causó bastante revuelo en los clericalistas.

Los motivos son tres. El primero es, obviamente, que una república laica cuenta con sus propios ritos por lo que no necesita recurrir a ninguna religión en particular para conmemorar su propia existencia o exaltar su gloria. La civilidad debe ser capaz de crear sus propias fechas y decidir sus rituales.

El segundo motivo es que, derivado del primero, Chile tiene problemas para decidirse si es una república laica o una "teocracia light", por lo tanto necesitamos definirnos. Recordemos que desde que se instauró la separación entre iglesias y Estado los clericalistas no han renunciado a meter su fetiche a como dé lugar en las celebraciones republicanas. El Te Deum ha sido probablemente su principal triunfo.

En su forma actual fue concebido por Salvador Allende, quien convocó a un Te Deum Ecuménico en 1971 invitando a otras confesiones, aparte de la Católica Romana, a participar, considerando la extraordinaria agitación que comenzaba a experimentar el país ya que tal como hoy lo hacen contra Piñera, ayer quisieron desestabilizar a Allende (y lo lograron). Fue Pinochet quien inventó el "Te Deum Canuto", luego que valientemente el cardenal Silva Henríquez —una persona íntegra, reconozcámoslo— negase la Catedral metropolitana al intento del golpismo por legitimarse, ante lo cual el canutaje sacó como conejo de la manga un Te Deum Evangélico en 1975 y le ofreció al dictador su propia catedral. De ahí que a falta de un Te Deum, Chile, increíblemente, tenga dos.

Si los clericalistas han conseguido no consagrar la separación entre iglesia y Estado en la Constitución —cómo no si el que la escribió era un fanático religioso— y si desde que se separó iglesia y Estado que no controlan su incontinencia religiosa, y más encima ya van dos Te Deum, entonces creo que debemos seriamente decidirnos: somos una república laica o no.

El tercer punto es el más importante y tiene relación con la situación coyuntural ocurrida este 18 de septiembre. Los Te Deum podrían sobrevivir en difícil armonía si es que quienes los ofician se limitaran a ejecutarlo como remilgado acto simbólico, refiriéndose principalmente al "amor", con cosas como por ejemplo "oremos para que el amor de Dios, que es perfecto y puro, nos llene el corazón para la gloria del Altísimo que nos ama en el amor amoroso para que la paz y el amor sean uno el misterio de la creación que nos habla mediante el mensaje salvífico del Dios vivo" y cosas por el estilo, más alguna parafernalia ritual acompañada de gestos grandilocuentes.

Pero no. Los ministros religiosos que ofician estos actos, ahí en sus propios templos, invitando a las más altas autoridades de la república —los depositarios de la voluntad soberana— resulta que empezaron descarada y derechamente a sermonearlos y a regañarlos. El obispo canuto comparó la homosexualidad con la zoofilia, y el romano se despachó una condena al aborto. Estos señores se han extralimitado en sus funciones, pasando de lo litúrgico y simbólico a lo contingente, poniéndose sobre lo temporal y desde su púlpito casi en los cielos se dieron el gustito de darle un tirón de orejas al presidente de la república.

No, señores. 

Ustedes se pasaron de la raya y ya no me interesa ponerlos a raya. Esta cuestión se acabó nomás porque ustdes arruinaron la propia tradición insultando al país metiéndose en política. Que se acabe y punto.

Algunos señores clericalistas trasnochados como Carlos Larraín y otros declararon a la TV que los que no vinieron se perdieron de "un mensaje importante". Traducción: "les íbamos a dar un buen sermón pro-vida y anti-gay, ¡pero no pudimos porque no vinieron!"

Si bien aún desconocemos exactamente por qué los jerarcas del Politburó concertacionista se restaron del encuentro, sea como sea, es hora de hacer un alto en el camino y de reflexionar sobre la validez y relevancia de estos "Te Deum". Quizás alguna vez fuimos incapaces de llegar a acuerdos civlizadamente y debimos recurrir a creencias en lo extraterrenal. Si eso fue así, pues es hora de que como república nos saquemos los pantalones cortos y pasemos a la adultez. Un buen primer gesto sería elegantemente declinar la invitación a los próximos Te Deum y dedicarnos sólo a los rituales republicanos. Los Te Deum no lo son, sino que son meras costumbres o tradiciones, y éstas tienen valor sólo en la medida que libremente deciden realizarse. Chile Liberal invita a desecharlos.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Ya no son parte del problema, SON el problema

Nada justifica continuar los paros

El Soviet Supremo de los estudiantes —reconózcanlo, más gente votó por Stalin que por Camila Vallejo— se ha convertido en el obstáculo para desenfrascar el conflicto estudiantil. Como voz de protesta han logrado, por fin, sacar la educación de un mero saludo a la bandera situándola en el centro del debate político, algo que ni el Gobierno ni la Oposición habrían hecho, ya que todos sabemos cuáles son sus prioridades (primero su sobrevivencia, segundo, cualquier cosa). Como protesta, bien. Pero llegada la hora de proponer soluciones, desbarran.

Recordemos que, en palabras de la dirigenta más visible, su objetivo final es "recuperar la educación pública". Espero que su paradigma sea algo así como el sistema finlandés y no el cubano. Ella ha creído en el mito conservador de izquierda que en el pasado la educación chilena era ejemplar. Esto es falso. En primer lugar, el país hoy es distinto, y el modelo de ayer no se justifica hoy. La población chilena estalló en breve período a 17 millones de habitantes dispersos en una geografía desafiante, y que de ingresos bajos ha pasado en apenas dos décadas a ingresos medios, y sigue subiendo. Estamos hoy, a diferencia de ayer, ad portas del desarrollo, no obstante las persistentes falencias de capital humano que son el lastre perenne del país (esto explica incapacidad de comunicarse, fallas ante alertas de tsunami, accidentes aéreos, desprolijidad de gobiernos, incultura, etc). Finlandia es un país de apenas 5 millones de habitantes, extraordinariamente compacto —su población está altamente concentrada—, goza de uno de los ingresos per cápita más altos del mundo y de más de un siglo de plena alfabetización que le garantizan excelente capital humano: su sistema educacional, consecuentemente, es el mejor del mundo. Tienen la capacidad para aquello. Chile es una realidad distinta. Por eso, en segundo lugar, si de modelos se trata, el gobierno debe revisar los sistemas mixtos, como recomienda Chile Liberal, tales como los que exhiben Bélgica u Holanda, o experiencias de naciones que han superado la pobreza recientemente como Corea o Singapur.

Nadie defiende el sistema actual, que claramente está agotado. Nos sirvió para cuadriplicar el acceso a la educación. Ahora, para entrar a la medianía de la tabla en la Primera División mundial, necesitamos un modelo nuevo, no resucitar uno antiguo.

Los jerarcas del Politburó estudiantil exigen ciertas garantías para continuar en la mesa de trabajo que ofreció Piñera. Arguyen que de lo contrario serán traicionados como en el 2006, sin darse cuenta que en aquella oportunidad lograron muchísimo; que sean inapaces de entender qué se logró es problema de ellos mismos.

De sus cuatro requisitos, el gobierno les concedió dos, o sea, el 50%. En cualquier negociación, obtener la mitad de lo que uno quiere ya es bueno pero el Soviet Supremo estudiantil insiste que no, que no es suficiente. Peticiones ridículas como la televisación de las reuniones son deplorables. El gobierno correctamente les ofreció hacer públicas las minutas, como se hace, por cierto, en cualquier empresa, pero ellos son estudiantes, no profesionales, por eso no cachan una. El ministro acierta cuando advierte que de aceptar esta exigencia el trabajo degeneraría en un reality show. Por otro lado, ¿se imaginan ustedes transmitir las reuniones de la Confech? ¿Aceptarían? No creo, y si aceptan, sería estúpido.

Otra garantía fue el congelar el envío de proyectos al Congreso. Es inaceptable que un grupo de presión, más aún con la soviética legitimidad de los jerarcas estudiantiles, logre boicotear el trabajo de un gobierno. Sentaría un precedente horroroso que pone en jaque el funcionamiento de una democracia.

En cuanto a terminar el semestre, este punto no ha sido concendido, y sólo por la estupidez fundamental de los estudiantes, o al menos de quienes se autodenoiminan sus representantes. En un principio podían ejercer toda la presión del mundo porque la responsabilidad se la pasaron al gobierno para evitar perder el semestre, o el año. Al verse debilitados recurrieron a los sindicalistas, extendiendo innecesariamente el conflicto para mantenerlo vivo a toda costa, creyendo que ganaban fuerza como bola de nieve, pero en realidad fueron perdieron el poder negociador. Ahora, con el semestre perdido, agotaron el poder negociador. El impacto que causaron ya es menos visible, porque la opinión pública se acostumbró a verlos movilizados. Los costos ahora los asumen los estudiantes. Tanto denostaron y desprestigiaron al gobierno que éste último ya no tiene nada más que perder. Quieren seguir peleando, pero el contrincante está en el suelo, y de tanto darle patadas en el suelo ya cayeron en la crueldad y no tienen a nadie más que golpear.

Así como hoy ante una nueva crisis los bancos centrales ya no pueden bajar las tasas de interés, porque han estado prácticamente en cero, y ya no pueden continuar con otro quantitative easing porque ya no resultan, nos quedamos sin herramientas para enfrentar una nueva crisis. Los estudiantes destruyeron al gobierno y se quedaron ahora sin más poder, salvo más convocatorias a paro, con el deber de superar en número a los anteriores, algo que difícilmente lograrán. Desde luego que el gobierno no iba a aceptarles extender el semestre, dando así un firme remache que deja la pelota en el área de los estudiantes: comienzan entre ellos las recriminaciones, las divisiones, hasta inflar a tal extremo las demandas que terminarán por reventar. Recordemos que la Revolución Francesa culminó a causa del baño de sangre entre sus propios gestores. Así termina toda revolución.

El último punto, y supuestamente el más conflictivo, es asegurar que se pondrá fin al lucro antes de sentarse a la mesa de trabajo. En esto están todos de acuerdo, aunque el enfoque es diferente. Poner fin al retiro de ganancias en la industria de la educación es, recordemos, el objetivo de fondo de los jerarcas estudiantiles. No olvidemos además que han elogiado al sistema "gratuito" argentino, el paraíso en la tierra, "desarancelizado",  donde además del ejemplar enorme gasto en educación al otro lado de los Andes el sistema es como quieren ellos: gratuito, y de calidad. Pues para desgracia de los jerarcas estudiantiles, y para regocijo de Chile Liberal, la BBC ha publicado un artículo que desmitifica el sistema argentino, y de hecho, lo sitúa muy por debajo del chileno:

En la nación rioplatense todo el ciclo educativo es gratuito, incluyendo las universidades públicas, que son unas de las más prestigiosas del país.

Sin embargo, especialistas consultados por este medio dijeron que la gratuidad del sistema no ha garantizado el acceso de los más pobres a la educación superior.

Según un estudio del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), sólo el 12% de los jóvenes de menores recursos del país accede a la universidad.

Alejandra Torres, experta en educación de Idesa, dijo a BBC Mundo que esto se debe a que la mayoría de personas de hogares más humildes abandona la escuela antes de llegar al ciclo terciario.

Torres también destacó otra particularidad de la educación argentina: según mediciones internacionales, los alumnos de escuelas y universidades argentinas tienen un nivel educativo inferior a la de sus pares chilenos.

Esto es particularmente curioso, debido a que Argentina es uno de los países de la región que más invierte en educación: le dedica el 6,4% de su producto interno bruto (PIB).

"No todos los estudiantes que se gradúan del secundario deben ir a la universidad"

Jorge Sequeira, director de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Unesco. En comparación, Chile destina el 4,6% de su PIB al sector educativo (una cifra por debajo del promedio de la OCDE, del 6%).

Gratuito no siempre es mejor. Para Torres, el secreto del éxito para una educación de calidad con inclusión social no es sólo cuánto se gasta en educación, sino principalmente cómo se lo gasta.

En ese sentido, la experta consideró que Argentina concentra demasiados recursos en proveer un acceso gratuito a la universidad, cuando debería enfocarse en fortalecer la escuela básica y secundaria.

Jorge Sequeira, director de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Unesco (con sede en la capital chilena, Santiago), coincidió con esta postura.

Sequeira dijo a BBC Mundo que el ciclo básico y secundario debería ser gratuito en aquellos países que pueden costearlo (como Chile), pero desmereció la importancia de la educación superior gratuita.

Para los estudiantes la solución es sencilla: la educación debería ser gratuita, así todos tienen el mismo acceso a este derecho básico. “Ofrecer acceso a la escuela de forma gratuita ayuda a toda la familia, porque disminuye los costos, pero el acceso gratuito a la universidad beneficia principalmente al joven que estudia”, diferenció.

Según los cálculos de la Unesco, quienes asisten a la universidad con ayuda de un crédito tardan en promedio 10 años para recuperar la inversión en sus estudios.

El problema en Chile es que muchos universitarios optan por carreras humanísticas que tienen poca salida laboral o ofrecen sueldos bajos, por eso muchos permanecen endeudaos por más tiempo.

Para Sequeira, tanto en Chile como en otros países debería darse una mayor valoración a las carreras técnicas, que muchas veces generan empleos más redituables.

“No todos los estudiantes que se gradúan del secundario deben ir a la universidad”, señaló.

Tanto el director regional de la Unesco como la experta de Idesa coincidieron en que más que un sistema gratuito, la solución para un acceso igualitario a la educación terciaria es ofrecer un programa de becas o subsidios para que los más pobres puedan asistir a la universidad que elijan.

Desde que se agudizó el conflicto Chile Liberal hizo su aporte y destacamos que la raíz de todos los problemas es el alza de aranceles y que la solución es, primero, ponerles tope. Otra medida que recomendamos fue acortar las carreras. Felizmente, el Gobierno acogió nuestro diagnóstico y entendió las razones que sustentan nuestras recomendaciones y se apresta para enviar proyectos de ley que exigen a las universidades ceñirse a los aranceles de referencia. De este modo al inyectar dinero mediante becas, controlando los aranceles, hacen al sistema asequible sin necesidad de recurrir a enormes préstamos a tasas usureras. Estimados lectores, este es el meollo de la cuestión, el quid del asunto. El gobierno ha tomado el toro por las astas cuando aborda este problema. Y además también ya sondea el acortar las carreras, como indica el artículo, algo que desde luego es necesario para abaratar costos, aumentar la eficiencia, y "desprofesionalizar" el sistema educativo que hasta ahora sólo sirve como carísima bolsa de empleo para mantener a catedráticos haciendo como que enseñan y estudiantes haciendo como que estudian.
El gobierno, no los estudiantes, ha tomado el toro por las astas

Y además estalla otra bomba. Siguiendo las recomendaciones de Chile Liberal, el economista Patricio Meller ha publicado el libro "Universitarios, el problema no es el lucro, es el mercado", que desde luego ha sido ampliamente ignorado por el Soviet Supremo estudiantil ya que los descoloca de su errado objetivo, que es "recuperar la educación pública". La solución no pasa por el suprimir el lucro, como hemos reiterado todos estos meses, sino por entender que la educación no es un bien de consumo, y el precio del producto —el arancel— refleja la demanda por educación, que es casi infinita ya que todos aspiran a la educación superior, o casi todos, y la oferta es limitada ya que es difícil abrir carreras (sino, crecen como callampas las ofertas de carreras más locas) lo que se traduce en que los precios siempre van en una sola dirección: hacia arriba. (Algo muy similar ocurre en salud, por cierto). En esta situación el mercado falla. Sí, dije que el mercado falla. Get over it. Falla y seguirá fallando.

Añádanle las históricas deudas que arrastran las universidades tradicionales luego de la caótica desvinculación del Estado (gentileza del dictador Pinichet)  y resulta que el precio se inflama aún más. Para más remate, más bencina lanza el crédito con aval del Estado (gentileza de la Concertación). Flor de despelote que tenemos. ¿Y la solución que proponen los perlas? "Educación gratuita". JA! JAJAJA!

No obstante, todo esto es solucionable y discutible en una mesa de trabajo. Nada tiene que ver la educación pública, que existe y puede coexistir armoniosamente con la privada, ni el lucro, que si es supervigilado es legítimo. Si los alumnos o padres son informados correctamente de cuál establecimiento es con fines de lucro, y ellos eligen ese establecimiento, entonces el lucro, supervigilado, es legitimado por la decisión individual. Ni la educación pública ni el lucro constituyen el problema. Hoy, el problema es el Soviet Supremo estudiantil y su negativa a trabajar por solucionar el problema, y su incomprensible obstinación por revivir un sistema obsoleto.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Aborto terapéutico: Piñera no puede ni debe defraudar

El presidente Sebastián Piñera no tiene que ceder a las presiones ultraconservadoras, y debe abstenerse de usar el veto presidencial cuando se apruebe el aborto terapéutico
Presidente: no use el veto. No decepcione.

La tesis de que un país es mejor administrado con criterios de eficiencia y accountability fue algo conceptualizado por Chile Liberal hace ya varios años, cuando propusimos como utopía crear "Chile S.A." La "Nueva Forma de Gobernar" que instauró Sebastián Piñera —el candidato que apoyamos en segunda vuelta—, fue la respuesta del presidente a nuestra proposición.

Estábamos bastante seguros que Piñera sí lograría lo que el país necesitaba para recuperar la senda perdida en la década pasada: fuertes tasas de crecimiento y aumento del empleo, de modo que saliésemos de la recesión y entráramos firmes a la fase expansiva del ciclo. Estas dos tareas —no menores— prácticamente se han logrado, y si falla el gobierno será porque se dejó llevar por la demagogia y el populismo propugnado por algunos de la Confech y los variopintos agitadores sindicales que hacen nata en estos días, y pretenden hacernos gastar dinero justo ahora que el mundo se prepara para entrar en una desaceleración internacional, sino una depresión. La recesión anterior la capeamos porque el ex ministro Velasco no aceptó gastar los excedentes del cobre, como exigían los estudiantes, y guardó en el chanchito los recursos para cuando viniesen las vacas flacas. Vino la crisis y los planes de estímulo se financiaron con el chanchito: la economía chilena fue reconocida como una de las mejor administradas del mundo. Es cosa de Piñera ahora decidir si rompe el chanchito y lanza al país al absimo como lo hizo Frei Ruiz-Tagle en la crisis asiática de 1998. Pero la idea general es que Piñera ha cumplido en lo económico, e incluso ha cumplido en lo político impulsando varias reformas (ley de primarias, voto voluntario, etc), incluso ha mencionado la eliminación del binominal, algo que fue de plano rechazado por el conservadurismo exaltado.

No es en lo económico o lo político donde teníamos resquemores sobre Piñera, sino en lo social. Las dos condiciones que estableció nuestro sitio para hacer digerible la candidatura de Piñera fueron matrimonio homosexual y aborto. Éstos marcarían realmente la diferencia y mostrarían un Piñera centrista y moderado (su ADN es centrista y moderado) que toma distancia de los elementos recalcitrantes de su sector. Para la unión civil costó muchísimo enviar el proyecto AVP, pero Piñera ejerció liderazgo en su sector y privilegió el cumplimiento de las promesas al electorado por sobre las presiones indebidas de los caciques de los partidos políticos. El electorado no eligió a los jerarcas del Politburó de RN y la UDI, ni de ningún partido de la Concertación. El electorado elige a los presidentes de la república y éstos se deben, primero, a sus votantes, segundo a los partidos. Está bueno ya de que los Soviet Supremos de los partidos tengan las riendas del país.

Varias iniciativas se discuten actualmente en torno al aborto terapéutico. Chile, caso único en la OECD y sin parangón en el mundo civilizado, prohíbe el aborto bajo cualquier circunstancia. Mañosamente, permite a los médicos tomar cualquier medida para salvaguardar la salud de una mujer, excepto un aborto, pero quizás se puede hacer mojigatamente, quizás sí o quizás no, eso no está claro. Este hipócrita vacío legal fue obra de los Comandantes en jefe de las FFAA, grandes legisladores y eticistas de gran prestigio, quienes a pocas semanas de abandonar el poder, en 1990, prohibieron el aborto en todo caso, ya que por tara mental de Pinochet creían que los marxistas en la URSS practicaban el aborto como pasatiempo (y cuando una guaga nacía los rusos se la comían), entonces para evitar que marxistas como Patricio Aylwin convirtiesen a Chile en satélite de la URSS —ya el Plan Z en 1973 lo intentó— había que proscribir el aborto. Porque sí. Por el bien de Chile. Por los valores. Por la patria. Por nuestra Iglesia.

Sebastián Piñera debe nuevamente mostrar que donde manda capitán no manda marinero, y ceñirse a lo que él mismo nos dijo durante la campaña presidencial, porque independiente de lo que digan Carlos Larraín o Pedro Sabat a la prensa, la verdad es que no hemos escuchado de Piñera nada al respecto. Lo que sí escuchamos de Piñera durante la campaña, como se puede escuchar en el audio, fue lo siguiente:
Yo siempre he sido partidario de la píldora del día después porque sé que no es abortiva [aplausos] y por tanto tiene que estar disponible no solamente para las mujeres en las farmacias sino también en el servicio público.
El aborto terapéutico no es aborto. Cuando se aplica un protocolo médico para salvar la vida de una mujer y se pone en riesgo o incluso se pierde la vida de un hijo, nunca hubo intención de aborto, lo único que hubo fue la intención de salvar a una mujer

Preclara la postura de Sebastián Piñera. Ahora que habrá un debate en sala, la instancia que corresponde, vale decir por parte de los representantes soberanos del electorado, la política de Piñera debe ser "laissez faire, laissez passer". Presidente: deje que prospere el debate en el Congreso y absténgase de emplear el veto, por mucho que lo amenacen nuevamente. Le boicotearon la "Nueva Forma de Gobernar" debiendo aceptar populistas en el gobierno. Intentaron descarriar el AVP. Póngase firme con el aborto terapéutico, deje en claro que es la decisión de una instancia legítima, como lo es el Congreso Nacional.

El aborto terapéutico no es un tema "valórico" ni mucho menos, sino una cuestión altamente técnica que no admite vetos. Acá no corresponde entrar a distorsionar la voluntad soberana y la opinión técnica de los expertos en bioética y medicina, más aún cuando ya hay un compromiso adquirido con la ciudadanía y una postura clara establecida por el presidente, la cual fue no oponerse al aborto terapéutico.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Una soirée en el Jules Verne

Para festejar el cumpleaños de Chanchi, hace un par de semanas, le avisé que le tenía preparada una pequeña sorpresa que implicaba tenue correcte exigée, lo que en parte me delató ya que claramente significaba que iríamos a un restaurante —algo que ya adivinaba—, aunque no le dí pista alguna de cuál ni dónde. Tomamos un taxi y cuando indiqué "à la Tour Eifel s'il vous plaît" quedó más o menos claro para dónde iba la cosa: Le Jules Verne, un restaurante de grande cuisine, como le llaman, y por sobre todo célebre porque no tiene vista a la Torre Eiffel ya que está ubicado en la torre misma.


Algo de Schadenfreude se siente al llegar formalmente vestido a un lugar donde millares de turistas están exhaustos de tanto asolearse esperando el turno para tomar el ascensor, mientras uno llega y pasa, ya que el restarante tiene un ascensor propio que hace también las veces de recepción. Después de pasar por el detector de metales, en un par de minutos uno ya está arriba. Genial. Así da gusto subir a la Torre Eiffel.

La vista de la Ciudad Luz es superbe. La comida, también. Salvo detalles, por ejemplo la iluminación es demasiado tenue, el servicio es correcto y en general no decepciona. Para alguien como Vuestro Humilde Servidor, quien practica con fervor religioso el hedonismo ilustrado y que se autodenomina un sibarita, un huevón epicúreo, el comer bien es esencial. Nada nos hace más humanos que apreciar el arte culinario, como experencia cultural y además como placer en sí mismo. Francia, país cuya cuisine es parte de su patrimonio y legado a la cultura universal, ofrece la más refinada y extraordinaria variedad. Puede parecer cliché, pero no lo es, no por nada gente de todo el mundo se agolpa para degustar la comida francesa.

Déjenme contarles un poco como estuvo esta agradable soirée. Primero, como corresponde, un mise en bouche. Éste, como saben, cumple la función de excitar las papilas gustativas y estimular el apetito, para facilitar la digestión y hacer más agradable la comida al paladar, salvo que en este caso el toque de menta, aunque muy ligero, en realidad no es mi favorito pero cumplió su función.

Luego, de entrée, el fois gras de confit de pato, acompañado de jalea de ruibarbo y fresa, sobre una rebanada de pain perdu, que los españoles llaman torrija, aunque ignoro si es exactamnte lo mismo. En realidad no es otra cosa sino un pan dulce, añejo, empapado en una mezcla de leche y huevos, que normalmente se emplea en Francia para recuperar el pan añejo y no desperdiciarlo (tradicionalmente, botar pan a la basura en Francia, como en todo el mundo, es un pecado mortal). Sirve a la perfección su misión de ser el acompañante del fois gras. Noten la fineza en la presentación.

Lamentablemente, aunque parezca extraño, no todo el mundo conoce la etiqueta para comerlo. El pan se toma con la mano y el fois gras ¡no se esparce como si fuese paté, por favor!, sino que sólo se corta una porción pequeña y se deja suavemente sobre el pan, luego se lleva a la boca. Estábamos flanqueados por dos parejas, a un lado una pareja mexicana mayor y extraordinariamente obesa que hizo lo peor posible: cortar el fois gras y echárselo directamente a la boca. Al otro costado, otro tipo bastante barrigón, seguramente ruso, con una joven rubia con pinta de escort  al menos sí captaron para qué es el pain perdu, pero desgraciadamente lo cortaban con el cubierto y así lo comían. Parece que algunos no creen que la etiqueta es comerlo con la mano. En fin. Gente mal educada hay en todos lados.

En seguida, plato de fondo para Vuestro Humilde Servidor, cordero cuit à la broche, o sea asado al espetón, con alcachofas poivrade, bañado en un jus perlé. Chanchi fue por lo simple y eligió el grenadin de veau au sautoir, carne de ternera dorada , sobre un guiso (blanquette) de vegetales tiernos.


A esta altura ya estábamos bastante satisfechos. Tradicionalmente aquí vienen los quesos pero como los restaurantes están cada vez más enfocados hacia los turistas —quienes rara vez los piden—, prefieren ofrecer enormes porciones no dejando espacio para los quesos, así que tuvimos que pasarlos de largo.

El postre fue chocolate negro praliné con crema de avellana, y para Chanchi un pastel de merengue, frambuesa y mango. Una de las características de estos restaurantes es que uno debe elegir el postre al tiempo que pide la entrada y el plato principal ya que, sea verdad o no, en la cocina comienzan en el mismo momento a preparar el postre.



A continuación unas vistas panorámicas de Champs de Mars, Pont de l'Alma, la Torre iluminada, y algunos videos, primero uno justo al encenderse las luces (cada hora las encienden 15 minutos) y luego uno con la panorámica, y otro bajando de la torre por el ascensor rodeado de turistas norteamericanos.