miércoles, 18 de abril de 2018

Bombardeo en Siria: hipocresía y pocas bombas


Occidente ha sido pusilánime y el bombardeo en Damasco fue una farsa

Vivimos en la era de la posverdad y los recientes bombardeos en Siria lo ejemplifican en todo su hipócrita esplendor. Nos han hecho creer que Occidente, representado por las democracias liberales de membresía permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU ⎯a saber, EEUU, Francia, Reino Unido⎯ habría castigado al tirano Bashar Assad por transgredir la famosa "línea roja" de Obama, es decir, por lanzar armas químicas contra civiles desarmados. Matar con armas convencionales al parecer es tolerable, pero matar con armas químicas, no. 

En este post, Chile Liberal sostiene que todo es un mero ejercicio de narcisismo político, tan inefectivo como falso, y además incoherente si no intervienen para castigar a Bolivia y liberar Venezuela.

Primero, veamos a Donald Trump. Éste ha forjado lazos inaceptables con la petrocracia rusa, la cual interfirió descaradamente en la elección que ungió al hombre del peluquín como presidente. El escándalo Cambridge Analytica y las granjas de trolls en San Petersburgo lo demuestran. Desde luego que a él le viene de perilla mostrarse como un duro contra Vladimir Putin. Trump se alza como un Commander in Chief que sale a castigar al temible y formidable autócrata ruso. En el fondo, Trump sólo quiere ocultar la realidad de su oscura elección.

Agrandar a Putin es esencial. Los servicios de inteligencia occidentales saben que el mandamás ruso no tiene a su haber unas portentosas fuerzas armadas. La guerra contra Georgia el 2008, que Rusia perdió, demostró que una nación minúscula puede poner en jaque al ejército ruso, el cual es hoy una pálida sombra del Ejército Rojo (cuyo único mérito fue derrotar a los nazis en invierno). Con aviones flatulentos, tanques vetustos y una infantería de borrachos incorregibles, al primero que no le conviene una escalada en Siria es al propio Vladimir Putin. 

Pero el mandamás ruso quiere erigirse como el contrapeso de EEUU que tiene a su disposición fuerzas militares de temer. Granjearse la enemistad de Trump es crucial para ocultar sus lazos. Trump le sigue el juego y él desafía a tal pavoroso enemigo. Pamplinas.

Entra en escena el buenazo de Emmanuel Macron. El joven mandatario francés se jacta de ser el único interlocutor entre el mundo y Trump. En la sala de comando durante los bombardeos a Damasco estaba muerto de risa al lado de los altos mandos en medio de esta pantomina de ataque. Ahora ningún otro sino él se yergue como el puente obligado entre Europa y EEUU. Más encima, ataca en una región donde se combate al ISIS (volveremos a este punto más abajo). Macron gana estatura internacional y cosecha popularidad ante sus electores. Ya no es un muchacho inexperto sino un líder en guerra. Salvo que esta "guerra" es una escaramuza enclenque y sólo para la tele.

De todos modos, si alguien le tiene bronca a Putin es Macron. Los rusos, mediante esas bazofias llamadas Sputnik y Russia Today se dieron un festín trolleando a Macron con fake news durante la campaña presidencial del 2017 ⎯ de pasadita ayudando a Marine Le Pen (a quien Putin le financió su campaña). El presidente francés en medio de una rueda de prensa conjunta le paró los carros al ruso. Éste último se quedó callado. Acá hay una rencilla, menor, pero la hay.

La rencilla es mayor entre Theresa May y Rusia. En el Reino Unido nuevamente vimos a un ex agente ruso (y su hija) como víctimas de una vendetta. Si van a Rusia (país horrible, frío, pobre, gris, de jovencitas algo bellas pero que maduran feísimo) no tomen té. Esos mafiosos son capaces de todo. Si eres homosexual mejor no vayas porque es un país hostil a la diversidad.

Pues bien, el alicaído Reino Unido ahora también puede darse un gustito con unos reventones en Siria para darle una señal a Putin. Aunque la señal es débil. La ironía es que después del Brexit, el Reino Unido se ve esmirriado y privado de su única función post-imperial: ser el intelocutor entre Europa y EEUU. El cargo lo asumió Macron. La Royal Navy y la Royal Air Force son un espectro de lo que fueron antaño, tal como el ejército ruso hoy no es del Ejército Rojo de la Unión Soviética.

Pero ojo, lo crucial es que se disparasen misiles Tomahawk, pero poquitos. Hay que aparentar que esto fue un ataque. Es sólo para mostrar los dientes y aparecer desafiantes los unos contra los otros en los noticieros mundiales pero el status quo debe seguir. Esto es sólo una mojiganga. 

La realidad es incluso más desconcertante: nadie quiere desestabilizar al asesino Bashar Assad. El tirano está librando una lucha criminal contra los rebeles pero además contra ISIS. Destruir a Assad es darle una posibilidad a ISIS de tomarse Siria. Sí, Assad es un hijo de puta, y en la escala de hijoputismo del 1 al 10, Assad es 11. Pero ISIS son hijos de puta nivel 12.

El año 2013 Barack Obama  otro hipócrita⎯  bombardeó la base aérea desde donde despegaron los aviones que lanzaron bombas químicas en el llamado Ataque químico de Guta. EEUU quiso sentar un precedente y se ordenó destruir ese aeródromo. Tres días más tarde los sirios taparon los hoyos y en menos de una semana ya la pista ya estaba operativa. Assad se cagó de la risa. 

La verdad se dicha, la semana pasada los Occidentales lanzaron un par de guatapiques que destruyeron una fábrica de jabón y un laboratorio civil. En BBC News vi el reporte entre un equipo periodístico inglés y un reportero de CBS en Damasco. "¿Cómo se vive la situación ahí en el lugar mismo?", pregunta la BBC. "La verdad, bastante tranquilo. La gente acá está acostumbrada a las bombas y las de anoche de hecho fueron bastante suaves". Los vecinos vieron desde sus ventanas unas luces y oyeron explosiones. El ataque castigador contra el régimen de Assad fue inocuo. 

Cabe una menció especial para Israel que aprovechó de pegarle un "cachamal" a Irán y reventó un par de bombas sobre fuerzas persas. Jugada brillante. Irán, bajo tutela rusa, no pudo replicar este ataque, y la milicia Hizbolá, enemigos a muerte de Israel con lazos a Irán, no pudo decir ni "mu". Todos temían una escalada de las hostilidades pero ya Chile Liberal les advierte: eso no ocurrirá.

Incoherencia
El orden de la posguerra sigue intacto desde 1945. Aún en el Consejo de Seguridad mandan los ganadores de la II Guerra. La repartición del planeta desde la Conferencia de Yalta está deslavada pero sigue en pie. Por lo mismo, se supone que fue insolente para la galería  una incursión Occidental en el área de dominio post-soviético, como lo es Siria.

EEUU ya actuó en Irak, y nos informamos por The Economist que este país, contra todo pronóstico, vuelve a celebrar elecciones libres, se han abierto restaurantes, el Estado empieza a proveer servicios y sunitas y chíitas han llegado a acuerdos de amistad y reconciliación (ver: Quince años después de la invasión de EEUU, a Irak hoy le va bien). Por inveorsímil que parezca, Irak es hoy un caso excepcional de una democracia en Medio Oriente.

Las bombas, amigos lectores de Chile Liberal, cuando se usan con buen juicio sí funcionan. Por ello, los líderes de las democracias liberales ⎯con quienes se identifica este blog⎯ deben dejarse de mariconeos e ir a invadir Siria. Assad no debe seguir masacrando civiles.

Y si no se atreven, pues en el área de influencia directa de EEUU, como lo es América latina, necesitamos una voz fuerte y decidida contra la entrega de armamentos por parte de Rusia a Evo Morales, enemigo número uno de Chile. 

Por otro lado, si es "inaceptable quedarse de brazos cruzados mientras Assad gasea civiles no armados, incluido niños", como declaró Emmanuel Macron, ¿por qué si es aceptable que el criminal Nicolás Maduro mate de hambre a los venezolanos? Si las bombas dieron frutos en Irak, un país extremadamente complejo y lejano, pues más aún un bombardeo quirúrgico y sensato puede liberar a Venezuela, un país donde interfiere Rusia, y salvaguardar miles de vidas inocentes. 

Venezuela vive una crisis humanitaria tan vil como la de Siria. No es inherentemente distinto matar a un niño con gas sarín que dejarlo morir de inanición. EEUU la da la espalda al hemisferio y deja que un dictador como Maduro y sus matarifes destruyan Venezuela, desestabilizando a toda la región. Deja a Rusia armar a Bolivia, y el país de Evo Morales, actualmente miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, vota contra Occidente, sólo por ser lacayos de Rusia. Y por una querella comercial estúpida, China se abstiene, dejando solo a Trump y sus caprichos.

¿Dónde están las fuerzas de Occidente para hacer prevalecer los valores libertarios, democráticos y universalistas en Las Américas? Se contentan con un par de Tomahawks en objetivos irrelevantes y un par de sobrevuelos de los Mirage sin gran resultado. Luego se felicitan y se jactan de ser enérgicos. Pero a Chile Liberal no lo engañan.

domingo, 8 de abril de 2018

Hacia un "Civil Service" chileno

Urge un funcionarado profesional y apolítico que responda ante las exigencias de la ciudadanía


En Trafalgar Square, si te sitúas a un costado de la Columna de Nelson, de espaldas a la National Gallery, y miras al sur-este, ves el Big Ben. Para llegar a él basta avanzar por la avenida Whitehall, que es no sólo el nombre de la calle sino además la denominación de todo el aparato gubernamental del Reino Unido. En la intersección con Downing Street se encuentra la famosa casa del jefe de gobierno y las dependencias de otras carteras, y más allá está Westminster, el Parlamento. Whitehall es más bien pequeño y sin pomposidad quizás queriendo demostrar que el gobierno es austero.

Por vía marítima los británicos expandieron su dominación político-económica la cual considerando su extensión territorial superó al Imperio Romano y a cualquier otro. "El imperio donde nunca se pone el sol" tuvo el mérito extraordinario de ser administrado eficientemente por una cantidad reducida de funcionarios, cuyo cuerpo administrativo se le conoce hasta hoy como "Civil Service". 

En Chile Liberal creemos que vale la pena estudiar esto para empezar a entender que nuestro país necesita urgentemente estructurar su esclerótica Función Pública, actualmente en total caos, si queremos que las indispensables prestaciones estatales sean servidas a la comunidad con eficacia y a bajo costo. No pretendemos expandir un imperio sino apenas lograr que los presupuestos se ejecuten correctamente.

El recién asumido gobierno de Piñera 2.0 ha comenzado la ya habitual razzia de funcionarios, espectáculo grotesco en que el nuevo gobernante echa a los designados por el gobierno anterior e instala una horda de los suyos. Esta anomalía debe terminarse urgentemente. Para ello es necesario hacer una importante precisión conceptual.

Como ya he explicado en este sitio, la elegante lengua francesa nos permite discernir en los cargos de la administración pública la diferencia entre un élu, aquel que es elegido por escrutinio popular, y un fonctionnaire, el funcionario contratado mediante un proceso selección predefinido e independiente. Acá radican los gravísimos problemas de la gestión en Chile. Si queremos servicios de salud y de seguridad de calidad, debemos empezar a estructurar un cuerpo de funcionarios acorde a nuestro estándar de "país OCDE".

La primera enorme anomalía chilena es que los funcionarios, aquellos que no están en su cargo por votación, son designados a dedo o por favoritismo o clientelismo ya sea por los caciques instalados en el servicio público o por movidas oscuras de quienes son elegidos. Lo peor es que recurren a nombres sacados de los partidos políticos donde el carné de militancia sirve para conseguir una peguita. El partido político de por sí ya tiene sus objetivos desvirtuados ⎯ preocupante en una democracia occidental basada en partidos políticos. 

El mejor ejemplo es la cantidad inverosímil de funcionarios fantasmas en los municipios, los cargos regalados a Revolución Democrática por Bachelet en el ministerio de educación o la mamá del diputado Giorgio Jackson trabajando en el Estado. En Argentina les llaman ñoquis.

En cualquier país civilizado la gente milita en un partido político para optar a una carrera como elegido, es decir, para presentarse como candidato en una elección de concejal, alcalde, diputado, etc, o para apoyar una de estas campañas políticas. Cada elegido desde luego tiene derecho a nominar un par de cargos de confianza para cumplir con sus obligaciones. Lo inaceptable en Chile es que el servicio público está repleto de gente que desde la militancia política pasa a la administración pública. El clientelismo y la corrupción fermentan. Estamos llenos de ñoquis. Y no somos un país rico como Argentina que aguanta un siglo de desgobierno. Si despilfarramos nuestros recursos, en apenas un par de años colapsamos.

Más aún, para que un país sea realmente democrático, es necesario entender la sujeción del funcionario al elegido. Los elegidos por los votantes son los depositarios de la voluntad popular y gozan de un mandato ciudadano para formular políticas. Los funcionarios son quienes bajan estas políticas y las transforman en acción concreta.

Para esto es esencial que la función pública siga la máxima del Civil Service británico de constituir un cuerpo "permanente, unificado y políticamente neutral, donde las designaciones y promociones se realizan por mérito" y cuya finalidad última es "poner en práctica las políticas formuladas por quienes gozan de mandato popular".

En Chile el cuerpo de funcionarios no es permanente sino que es precario porque según quien gane la elección arrasará con los designados por su predecesor, no es neutro sino partisano, debe fidelidad a los mandamases de los partidos o al cacique de la repartición pública en cuestión, y las promociones y nombramientos son por favoritismo ⎯ no por mérito.

Antes de asumir ya vimos a Piñera agobiado por la enorme cantidad de currículums que le entregaron los partidos que hicieron posible su elección, todos ellos presionando y amenazando al Presidente para que nombre a sus compinches siguiendo unos abstrusos cuoteos que dejan a la ciudadanía perpleja. Esto debe terminarse ahora mismo. 

El jefe de gobierno del Reino Unido nombra no más de 20 personas para empezar su gobierno. En Chile debe ser parecido: nombrar secretarios de Estado, los tipos que le escriben los discursos, y ya está. El resto debe necesariamente constituir un cuerpo estable y neutro de funcionarios capacitados para aplicar las políticas iniciadas por las autoridades elegidas.

En Chile llegamos a hablar de despedir a 20 mil funcionarios. Lo terrible es que ni siquiera es posible crear un catastro con todos los cargos públicos ya que nadie sabe cuántos son. Hay ministerios que funcionan casi exclusivamente con designaciones y cargos ad hoc. Esto explica la incapacidad para ejecutar presupuestos, el despilfarro, y la baja calidad de los servicios que recibe el ciudadano de a pie. La corrupción está a la orden del día y el malestar popular se incrementa.

No todo es tan lindo
Una de las frases curiosas de la lengua de Shakespare es el "red tape", referencia a la casi olvidada cinta roja con que se amarraban los legajos de documentos en la burocracia gubernamental. Hasta hoy se emplea en la lengua común para designar esos horribles trámites que son el infierno de cada uno de nosotros, los contribuyentes, que además somos quienes pagamos a los burócratas. 

Cuando el Reino Unido articuló su Civil Service, durante la era Victoriana, creó una unidad administrativa que, como dijimos, le permitió expandir su imperio y sobrellevar dos guerras mundiales de forma exitosa. Pero en el periodo de posguerra su estructura comenzó a chirriar. 

Un mandarín, burócrata chino
Los altos funcionaros, los mundialmente famosos "mandarines" (así llamados porque su proceso de selección se inspiró en la función pública del Imperio Chino), que son un símil de la alta dirección pública chilena, comenzaron a quedar obsoletos. Vistos como gente divorciada de la realidad cotidiana del ciudadano de a pie, el público vio su cara real en la extraordinaria serie de la BBC "Yes Minister", programa favorito de Margaret Thatcher. Cuando la Dama de Hierro asumió el poder adoptó la filosofía de Piñera: designó a un hombre de la empresa privada ⎯el jefe de la empresa de retail Marks & Spencer⎯ para aligerar y reducir el tamaño de la gestión pública, aplicando los principios del management de la empresa privada.

El desafío que tenemos en Chile hoy es también conformar un cuerpo políticamente imparcial, meritocrático, prestigioso y profesional, especializado en cumplir las formulaciones de quienes ocupan cargos designados por elección popular.

Los partidos deben nombrar gente como candidatos a las elecciones y no en la administración civil mediante dedazos de caciques. Las razzias de la oposición cuando llega al poder deben pasar al olvido. El presidente, los ministros y otros altos cargos, así como los mandos medios, deben estar impedidos de designar a sus compadres en la gestión del Estado como si aquella fuese mera fuente de trabajos sino que emplear el personal de un funcionariado profesional, apolítico e independiente de caprichos de alguien. Su responsabilidad es entregar servicios de calidad con el menor daño al contribuyente y al erario nacional.

La tarea es titánica. Una reforma profunda urge aunque debe realizarse por etapas ya que en periodos de 4 años es imposible. Los mecanismos de la alta dirección pública no se implementaron correctamente lo que ejemplifica lo arduo de esta tarea, pero es esencial porque la gobernabilidad está en juego. Un país libre de corrupción y que responde a sus ciudadanos se construye sobre los cimientos de en una administración pública eficaz. Al final esto va más allá que de cargos públicos sino que se trata de determinar qué leyes y qué estructuras queremos darnos para gobernarnos nosotros mismos.

martes, 3 de abril de 2018

1984 en Venezuela

"Mil Novecientos Ochenta y Cuatro"
Por George Orwell, novelista británico

Capítulo III (Extracto)

Ahora te diré la respuesta a mi pregunta. Es esta. El Partido busca el poder por el poder. No nos interesa el bien de otros. Nos interesa sólo el poder, el poder puro. (...)

La diferencia con las otras oligarquías es que nosotros sabemos lo que estamos haciendo. Todos los otros, incluso los que se parecen a nosotros, fueron unos cobardes y unos hipócritas. Los Nazis Alemanes y los Comunistas Soviéticos usaron métodos muy similares a los nuestros pero nunca tuvieron la valentía de reconocer sus motivaciones. Ellos fingieron, y acaso hasta creyeron, que se tomaban el poder casi contra su voluntad y sólo por un tiempo limitado, y que un poco más allá existía un paraíso terrenal donde los hombres serían libres e iguales. Nosotros no somos así. Nosotros sabemos perfectamente bien que el poder se toma y no se suelta. El poder no es un medio, es un fin. No se impone una dictadura para salvaguardar la Revolución; se hace la Revolución para imponer una dictadura. (...)



Exactamente. Haciéndolo sufrir. No basta con la obediencia. Si no sufre, ¿cómo vas a estar seguro de que obedece tu voluntad y no la suya propia? El poder radica en infligir dolor y humillación. El poder radica en la facultad de hacer pedazos los espíritus para luego volverlos a construir pero dándoles la forma que tú quieres. 


Ya estamos suprimiendo los hábitos mentales que han sobrevivido de antes de la Revolución.