"Libertad", por Ludovic Baron |
El ataque cobarde en un concierto de música pop en Mánchester, Inglaterra, sacude al mundo y debe unirnos en la lucha contra el enemigo islamista.
No basta con llorar y enviar apoyo en las redes sociales. Debemos, ante todo, entender qué piensan estos criminales. Y no sólo limitarnos a etiquetarlos como dementes. Es imperativo comprender sus motivos, su religión, y su cosmovisión. No son violentistas dislocados sino promotores conscientes de un culto religioso que debe ser extirpado hoy tal como lo fue el cristianismo ayer.
Los jihadistas publican una revista en línea, Dabiq, escrita en un inglés impecable y de altísima calidad, donde explican las razones de su odio a la cultura Occidental. Invito a los lectores de este blog a meditar una columna en particular titulada Why We Hate You & Why We Fight You, pág. 20.
Sólo colgaré un breve extracto, traducido por Chile Liberal, para que sirva como contrapunto para que nosotros examinemos cuáles son los valores que debemos proteger para defender nuestras libertades y nuestra civilización.
Por qué los odiamos y por qué los combatimos
Desde la época de la llamada Revolución Francesa en Occidente y luego con la Revolución de Octubre en el Este, en las tierras cristianas del escepticismo religioso rigen en general las filosofías en guerra con el fitrah (naturaleza humana). Las enseñanzas de Darwin, Marx, Nietzsche, Durkheim, Weber y Freud han permeado las sociedades Occidentales a través de sus sistemas educativos y los medios de comunicación con el fin de producir generaciones vacías de cualquier rastro de fitrah. Niños –incluso adultos– han sido adoctrinados para creer que la creación de la humanidad es producto del mero caos, que la historia es el resultado de los conflictos sobre el dominio de recursos naturales, que la religión es un invento de hombres ignorantes, que la familia –unidad esencial de la sociedad–, se ha adoptado como un puro acto de pragmatismo, y que las relaciones sexuales son el objetivo último de las decisiones y acciones de los humanos. Estas filosofías han llevado a la destrucción de todas las facetas del fitrah en las tierras del paganismo cristiano. Han destruido los fundamentos de la religión –aunque en ellos es una aberración de las Sagradas Escrituras– y de su consecuente sentido de la moralidad y de la vida en sociedad.
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