El montaje mediático de la detención de la francesa Florence Cassez deja la imagen de América latina
En Francia hoy uno de los temas más acalorados es el llamado "affaire Cassez", un caso complejísimo que lo podemos más o menos resumir así: el 9 de diciembre de 2005, transmitido en vivo para todo México via TV Azteca y Televisa, es liberada una familia secuestrada por la banda criminal "Los Zodíaco". Los perpetradores habrían sido principalmente dos, Israel Vallarta, un mexicano, y su novia, la francesa Florence Cassez. El 2009 esta mujer es condenada a 60 años de cárcel, y su novio condenado bajo cargos de liderar una asociación criminal, entre otros. El año 2010 los abogados de la francesa pidieron su extradición a su país de origen donde ella cumpliría la pena. Esta fue negada. El 2011 se iniciaría con bombos y platillos "El año de México en Francia", pero fue abruptamente cancelado, y de paso, un enorme conflicto diplomático ha estallado entre estos dos países.
¿Qué ocurrió?
Como dije, el caso es complejísimo. Para empezar, si los franceses creen que los latinoamericanos somos una Unión de Repúblicas Bananeras, México ha hecho un máximo esfuerzo por reafirmar esta imagen. Resulta que el arresto televisado de Florence Cassez fue un mero montaje para la televisión. El 2005 se transmitió por TV la detención de los secuestradores y la liberación de las víctimas, pero la mujer y su novio habían sido arrestados el día anterior. La policía y la prensa decidieron inventar un culebrón y mostrarlo a todo el país recreando el arresto el día siguiente. Esto, como si fuese poco, fue denunciado en vivo por TV por la mismísima Cassez. El jefe de policía debió admitir que la acusación era cierta.
En el intertanto, la mujer luego fue inicialmente condenada a una inédita pena de 96 años de cárcel, pero después rebajada a 76, y finalmente a 60, que es en realidad el máximo permitido por la ley mexicana. Las sospechas de que este fue un show mediático para mostrar mano dura están seriamente fundadas.
Como si fuese poco, los secuestrados han entregado versiones contradictorias. Su acusación contra una "mujer con un acento extranjero" vinieron después que Cassez apareciese en TV denunciando el show. La mujer secuestrada ha añadido luego una inverosímil historia sobre una supuesta violación efectuada contra ella por Vallarta en presencia de Cassez, y el niño habría declarado sufrir heridas causadas por la francesa, a pesar que las cicatrices que probarían esta acusación el niño las tiene de nacimiento.
¿Culpable o inocente?
La verdad yo no sabía que creer hasta que ví esta carta publicada en Le Monde, escrita por corresponsales francesas en México, quienes denuncian la chapucería de la justicia mexicana, la estupidez de la prensa y la irresponsabilidad de la policía, y la obsesión de todos ellos por buscar alguien a en quien descargar la mano dura que de seguro exigen los televidentes de Televisa los ciudadanos de México, desde luego aterrados por la inacepatble violencia diaria a la que están sometidos.
La postura del gobierno francés, encabezada por el mismísimo Nicolas Sarkozy, ni siquiera fue la de exigir la liberación de su conciudadana, sino simplemente dejarla cumplir la pena en Francia. Es en este punto en el que Chile Liberal desea concentrarse.
Las cárceles latinoamericanas, un infierno
América latina tiene una imagen deplorable cuando se trata de justicia, gobernabilidad y servicios policiales (en realidad, no sé en qué tengamos buena imagen). Así como nadie que haya visto "Expreso de medianoche" podría creer que las cárceles turcas son un ejemplo de rehabilitación, para la opinión pública francesa el pensar en las atrocidades que se viven en una cárcel latinoamericana es algo horroroso, cómo no, si fuera de ellas campea el hambre, el desempleo la corrupción y la violencia. Difícilmente las cárceles serían mejores que lo vivido fuera de ellas.
Los chilenos hemos hecho nuestro importante aporte. Luego que la derecha ultraconservadora chilensis se dedicase por dos décadas sin interrupción a promover la histeria colectiva en la ciudadanía ante una supuesta ola irrefrenable de criminalidad que arreciaba al país y que los criminales eran alentados y propiciados por la Concertación, y con la siempre útil ayuda de El Mercurio y La Tercera, Chile se convirtió en el país con la mayor población penal de la región, a pesar de ser lejos el país menos violento. ¡Mano dura! exigía la facción ultraconservadora.
Recordemos la felizmente fracasad campaña presidencial del payaso Joaquín Lavín quien nos mostraba una puerta giratoria y él afirmaba que cuando fuese presidente iba a encerrarlos a todos. Pues bien, luego de dos décadas de irresponsabilidad, con cárceles repletas, ocurrió la tragedia de San Miguel, y el hacinamiento de cárceles se hizo tan evidente que ahora el propio gobierno de Sebastián Piñera anuncia medidas para permutar condenas, indultar y descongestionar las cárceles. Ya fue un avance que Piñera nos dijera durante la campaña que se necesitaba "una mano dura para castigar y una mano blanda para rehabilitar", pero es una lástima que tengamos un sistema carcelario colapsado y, como dijese The Economist ya en el año 2003, que los chilenos creen que su país está por sobre el resto pero sus cárceles son decididamente latinoamericanas.
La tragedia de San Miguel dio la vuelta al mundo tal como las noticia del rescate de los mineros, lo que simplemente reafirma que somos un país con un atraso enorme en muchas materias, siendo las cárceles un botón de muestra de nuestro salvajismo.
Desgraciadamente, América latina nunca ha tenido a pensadores de envergadura. En el siglo XIX el filósofo liberal Jeremy Bentham fue quien acuñó la idea del Panóptico y dedicó gran parte de su vida y de su fortuna personal en persuadir a las autoridades para transformar los centros penales en lugares no de mero castigo infrahumano, sino en centros de rehabilitación. Eso hace una sociedad avanzada. Incluso, como planteaba The Economist, sería bueno no encarcelar tantos negros ya que esto recrudece la violencia en EEUU. Pero nosotros estamos a años luz de esto. Nuestros políticos hacen campaña prometiendo abrir más cárceles hasta encerrarlos a todos. El populacho, embobado de tantas telenovelas, aplaude.
El chileno no sale de una supuesta lógica ridícula de aumentar las penas para desalentar el delito. No se nos ocurre otra cosa sino construir más cárceles y encerrar más gente, y como somos brutos de naturaleza bruta, no aprendemos de otros que empiezan a cerrar cárceles por falta de reos. Peor aún, a los ogros de la sociedad les construyen hoteles 5 estrellas.
L'affaire Florence Cassez: veredicto de Chile Liberal
El blog Chile Liberal es claro, no es una columna de opinión timorata de El Mercurio, así que nos mojamos el poto: todo indica que Florence Cassez es inocente. Creemos que fue víctima de un montaje y, por cierto, de su propia estupidez. Pero lo que ella solicitaba era —al menos—, pasar el resto de su vida en una cárcel francesa en condiciones humanas y al menos cerca de sus familiares. La apoyamos.
Sería bueno además que la TV ocupase el lugar que le corresponde y no que se dedicase a alimentar el morbo con circos romanos de mal gusto ante una población aterrada. Los noticiarios no pueden ser una extensión de las telecebollas, sino que deben informar a la opinión pública, y formar opinión pública, no entretenerla de forma macabra.
Bien harían además los mexicanos en privatizar su extraordinariamente corrupta fuerza policial —recordemos la célebres "mordidas"—, ya que ésta no es parte de la solución, ni siquiera es parte del problema: es el problema.
Los franceses en ningún momento abandonaron a Ingrid Betancourt, otra víctima de su propia estupidez, y en este caso tampoco lo harán con Florence Cassez. Una pena que se cancele el Año de México en Francia, que desplegaría centenares de películas y presentaciones artísticas, pero que así sea.