martes, 9 de enero de 2007

En defensa de nuestros amigos gays y lesbianas

El matrimonio es un contrato privado, el estado y la sociedad no deben entrometerse

Es fácil causar revuelo en Chile. Hace algunos días, dos jóvenes chilenos se han visto envueltos en una batahola de declaraciones públicas y sus identidades publicadas en los medios de comunicación por un asunto baladí: se aman, y desean casarse.

Para algunos, el detalle que estos dos jóvenes sean del mismo sexo les ha llevado a invocar motivos absurdos para impedir o cuestionar esta unión: “es contra la naturaleza”, argumentan algunos.

Desde una perspectiva liberal, lo que debemos hacer es preguntarnos ¿me afecta el que dos hombres o dos mujeres se casen? . La respuesta debe ser categórica: en nada. Es en este punto cuando evidenciamos que en nada perjudica el matrimonio homosexual. Nadie saldrá afectado si Álvaro y José se casan. Al contrario, podemos sólo constatar beneficios ya que fomentamos el amor y la fidelidad de por vida cuando entendemos que hay personas que desean formalizar legalmente su vínculo afectivo.

El amor, concepto derivado del romanticismo europeo
Elegir libremente a una persona para casarse es un concepto occidental derivado del romanticismo en Europa, concepto además extraño en lugares como India, en gran parte de África y Asia. En otras palabras, el amor tal como lo entendemos en Chile y Occidente es una creación cultural cuya relación con los sentimientos biológicos es discutible. En países sometidos a la opresión musulmana, por ejemplo, el homosexualismo no sólo es visto como un delito (que amerita pena de muerte) sino que además se acostumbra a practicar la poligamia heterosexual. Ésta última es, frente a los ojos occidentales, algo anómalo, aunque el adulterio se practica con enorme frecuencia.

Por otro lado, la historia nos muestra que homosexuales ha habido desde siempre y eran ampliamente tolerados en la cuna de la cultura occidental, Grecia clásica. Los filósofos clásicos practicaron y defendieron el sexo con otros hombres sin que esto impidiera que en dicho entorno surgieran los fundamentos de nuestra civilización (la democracia y la lógica, entre otras).

Podemos verificar que en India, entre muchísmas otras naciones, abarcando la mayoría de los habitantes del planeta, los padres aún siguen decidiendo con quiénes se casan sus hijos, tal como en Occidente antes del romanticismo. La etapa romántica que vivimos hoy también es el producto de nuestra evolución.

Todo indica que amor, matrimonio, homosexualidad, romanticismo, monogamia, son conceptos más bien creados por nuestra cultura, y es complicado establecer el fundamento biológico de estas realidades. A estas alturas, la noción de que el homosexualismo es “contrario a la naturaleza” carece de sustento. Al contrario, debemos contemplar el ejemplo de la legislación holandesa que goza de siglos de una idiosincracia basada en la tolerancia, e incluso países hasta hace poco retrógrados, como España, donde ya se ha dejado en libertad a los individuos para que decidan por sí mismos y tomen sus propias decisiones para forjarse su felicidad individual.

La privatización del matrimonio
Desde nuestro ángulo, el individuo es libre para pensar, decidir, opinar, desplazarse y emprender. Es en este ambiente libertario en que el estado debe reducir al mínimo su coerción sobre los individuos. Los impuestos y los diktum morales emanados del estado deben mirarse con desconfianza y jamás deben interferir con la libertad individual. Un sujeto cualquiera es libre para iniciar una empresa, para adquirir propiedad o para intercambiar bienes en el mercado, ¿por qué, entonces, no va a ser libre para casarse con quien estime conveniente?

Recordemos que el matrimonio occidental surge de la interacción libre y espontánea de los individuos, quienes procuran su propia felicidad y cuyo límite sería, al igual que una empresa privada, la responsabilidad ante la sociedad.

Si sabemos que el estado no debe entrometerse ni coartar el libre accionar de una empresa privada, ¿por qué habría de hacerlo con una sociedad conyugal? Una vez más nos preguntamos, ¿en qué nos afecta el que dos hombres o dos mujeres se casen?

Por definición la moral es relativa
Algunos piensan que estamos viviendo una decadencia moral. Esto se ha venido pregonando desde el comienzo de los tiempos y si algo podemos entender de nuestro mundo es que la moral ha ido evolucionando a medida que aumenta nuestro conocimiento científico y nuestra reflexión filosófica. Hasta hace muy poco, cuando la Biblia se consideraba “palabra de dios”, la gente se maravillaba de la fe de Abraham quien consintió ante los requerimientos infanticidas de Yavé. Hoy, dicha actitud es considerada una aberración moral y con nuestra legislación, Abraham y Dios habrían sido condenados a prisión. La moral no sólo es relativa a cada individuo, sino que va mejorando con el pasar de las generaciones.

Por tanto, debemos procurar entender nuestra realidad, comprender que si se sigue prohibiendo o negándose el reconocimiento a las parejas ya sea homosexuales o heterosexuales no casadas formalmente, la solución será o viajar a España o mantenerse fuera de la ley, en el caso de las parejas heterosexuales en concubinato.

Un concepto esencial en el liberalismo es el de rule of law, y no podemos seguir en la situación actual en que las legislaciones de décadas o siglos pasados, que respondían a necesidades de una época específica, sigan aplicándose a la nueva sociedad científica, racional y globalizada de hoy.

Todos tenemos amigos, parientes o colegas homosexuales. ¿Hasta cuándo seguimos negándolos? Llegó la hora de dejar de lado prejuicios anacrónicos y permitir que ellos y ellas contraigan matrimonio y formen una familia, lo que también implica adoptar hijos.


chileliberal@gmail.com

28 comentarios:

Anónimo dijo...

Tienes razón cuando dices que actualmente el matrimonio es un asunto privado. Por lo tanto, la posición liberal coherente sería la de derogar la ley de matrimonio civil.
Después de todo, si el matrimonio es un acuerdo entre dos personas que no afecta a nadie más ¿por qué debería el Estado regular sus efectos u otorgarle una protección especial sobre otros acuerdos?

Chile Liberal dijo...

El hecho concreto es que hay parejas homosexuales y heterosexuales que conviven.

Me parece que sería más coherente legalizar el matrimonio homosexual.

Esta legislación no sería una interferencia en la decisión libre y espontánea de los individuos. Al contrario, sería aplicar el vital principio de rule of law (o estado de derecho) a la sociedad y evitar injusticias.

Es en estos momentos es el estado el ente que interfiere al darle preferencia a unos por sobre otros.

zoidzilla dijo...

Buen punto, patoace, es la posición liberal: no a la intervención del estado en asuntos privados, y no su 'legalización', a lo que agrego otra cosa: cada individuo puede acordar como más le acomode la forma de regular su patrimonio, el régimen de convivencia, su disolución, etc.

No se requiere para nada la intervención del estado favoreciendo la 'legalización del matrimonio homosexual', oh, ahora caigo que en verdad ésta es una página 'progresista'.

P.S. ¿qué es lo que se entiende por rule of law?

Anónimo dijo...

Yo entiendo que un Estado liberal no sólo no debe prohibir a las personas aquellas conductas privadas, sino que ni siquiera debe interferir en ellas, aunque sea mediante refuerzos positivos. El Estado liberal no debe decir a sus ciudadanos cómo vivir.
Con quien conviva o con quien mantenga relaciones sexuales es, actualmente, una de esas decisiones privadas, donde el Estado no debería interferir. Al legislar sobre el matrimonio, el Estado me está poniendo requisitos como la exclusividad, la estabilidad o el amor, elementos todos sobre los cuales cada uno debería ser libre.
La conclusión lógica, para un liberal, es que no se deben legalizar los matrimonios homosexuales, sino derogar la ley del matrimonio, por ser un acto privado entre dos personas.

Chile Liberal dijo...

Zoidzilla:

Les recomiendo consultar "Planning and the Rule of law", en The Road to Serfdom, de F.A. von Hayek.

Para todos:
Hoy miércoles 11 de enero se lleva a cabo otra de las Charlas Liberales en la Universidad Finis Terrae, 19:00 hrs. Yo, Nelson y Víctor asistiremos. Si desean, vengan también.

De otro modo, en este sitio se mantendrá a los lectores informados sobre el Proyecto Nuevo Partido Liberal.

Chile Liberal dijo...

Lo que Zoidzilla y Patoace plantean es lo correcto en un estado liberal.

Si todos los liberales viviésemos en una isla, se aplicaría. Sin embargo, la sociedad se compone de socialistas, comunistas, derechistas, católicos, radicales, anarquistas, etc etc etc, y lo que uds plantean termina siendo contrario al estado de derecho.

Sin estado de derecho, no hay democracia, y sin democracia, terminamos en un sistema totalitario. Hayek jamás ha hablado de abolir el estado de derecho.

Finalmente, legalizar el matrimimonio homosexual no significa que el estado liberal dicta como vivir. Cada individuo merece igualdad ante la ley, y cada uno sigue siendo libre para decidir con quién se casa (si es que desea casarse).

La Charla Liberal se llevó a cabo y pronto habrá información al respecto.

Patoace dijo...

Mi pregunta sería: si el apoyo que propones al matrimonio homosexual no surge de una posición liberal coherente, pues ya has dicho que tal posición apuntaría a derogar el matrimonio, ¿De dónde surge?

Por otro lado, nadie ha propuesto una legislación como la que propones, donde cada uno sea libre para decidir con quien se casa. Todavía existen las prohibiciones de casarse con alguien que ya está casado, que sea menor de edad o entre parientes. ¿Propones que cada cual sea libre de casarse con quien desee?

Chile Liberal dijo...

No, yo propongo que haya igualdad ante la ley para parejas homosexuales tanto como para heterosexuales.

Ayer en las Conversaciones Liberales Nelson expuso sobre la derogación del matrimonio civil. A mí no me parece incorrecto, me parece coherente, pero utópico.

Al menos sí reconozco que llegó el momento de debatir al respecto y de dejar de lado los prejuicios. El único referente capaz de traer el tema a la palestra será el Partido Liberal (en formación).

Anónimo dijo...

Si ustedes no están de acuerdo con la interferencia del Estado en la vida privada, entonces -obviamente- están en contra de las Normas de fertilidad del gobierno.

Me gustaría leer vuestra postura, que supongo de entero rechazo.

Chile Liberal dijo...

El tema será abordado pronto, pero adelanto que la interferencia de la iglesia católica (episcopado) junto con el dictado de normas santitarias sin debate previo (como la píldora) son una amalgama letal.

El país sigue estancado en peleas inútiles.

En el caso de la PDD, el gobierno no está imponiendo el consumo de la píldora. El gobierno permite que muchachas menores de edad, que ya están teniendo relaciones sexuales, y por tanto con una débil o inexistente estructura familiar, eviten el embarazo. No me parece una imposición del estado.

Distinto sería si el gobierno prohibiese a toda menor de edad el quedar embarazada.

zoidzilla dijo...

Pues mala referencia para señalar lo debe entenderse por “estado de derecho”… Hayek desbarra al entregar el monopolio de la coacción al estado, que según él, es conferido por la sociedad libre, partiendo por la confusa definición que da de ‘coacción’, en la que desborda los fronteras de la violencia física y no distingue con precisión la coacción o violencia ofensiva de la defensiva. Para peor, la entrega de ese monopolio no puede determinarse históricamente: nunca ha habido nada parecido al contrato social, y ese monopolio lo detenta (no de la coacción, sino de ambos tipos de violencia) gracias al apoderamiento que ha hecho del uso de la violencia ofensiva y de la conquista. Para ello, se ha valido de los impuestos para llenar las arcas fiscales y la proscripción forzosa de las agencias de violencia defensiva que pudieran competir con el estado. Por ello, es que el estado no puede nunca justificarse como defensor de la libertad. El estado es injusto e injustificado cualitativamente.

Además no sólo expande el concepto de coacción más allá de la violencia física, sino que además lo restringe para excluir ciertas formas de violencia ofensiva, Con el propósito de ‘limitar’ la coacción de estado (justificándola dentro de ciertos límites) acude a la noción de ciertas normas generales, universales, cognoscibles con antelación, que linda en lo absurdo al querer hacerla el criterio de la libertad individual. Supongamos que el gobierno decretara que todas las personas debería vivir en esclavitud un año de cada tres, tal esclavitud universal no sería ‘coactiva’. Tal tipo de sociedad, cumpliendo con los requisitos de generalidad, universalidad y predecibles para que la ley no sea “coactiva”, en términos de Hayek, sería absolutamente despótico y totalitario.

El fallo básico es que los derechos individuales no surgen de una doctrina moral ni de un orden social independiente y no gubernamental, sino precisamente de los poderes públicos. El gobierno y su “imperio de la ley”, no defienden el derecho, sino que lo crean.

Anónimo dijo...

Yo no me referí a si el gobierno está o no imponiendo una determinada conducta o postura valórica -yo creo que sí, pero ese no es mi punto-; me referí a que, objetivamente, el Estado se está metiendo en un asunto de vida íntima -el más íntimo, quizás- como es la sexualidad y fertilidad de la población.

Hasta donde yo sé (algo he leído a pensadores liberales como Stuart Mill)el liberalismo no acepta la intervención del Estado en el ámbito referido (vida íntima y sexualidad).

Por otra parte, creo, no se puede comparar la intervención de la Iglesia, que se reduce al campo de la opinión, con la del Estado, que abarca el terreno de las normas y disposiciones de aplicación efectiva. Porque supongo que Ustedes -liberales- no están en contra de que la Iglesia opine.

Uno Poniente dijo...

Lo único claro es que, con la aplicación del principio liberal, no hay nada "público". Y eso, todos sabemos, es imposible.
El matrimonio no es un contrato puramente privado, porque la sociedad tiene interés en que resulte bien, y en que el fruto del matrimonio -los hijos- reciban una formación adecuada.
Yo no entiendo este liberalismo tan exacerbado: ¿por qué no van a vivir al lago Gral Carrera si tanto les molesta vivir en sociedad?
Saludos

Proyecto Neocons-Chile dijo...

Al parecer nuestros amigos liberales, que al parecer adhieren mas al pensamiento progresista de izquierda que al liberalismo, no se han dado cuenta de la dictadura Gramsciana en la que nos tiene sumida la concertacion y todo su aparataje Eurocomunista, donde todos los principios que sustentan el orden natural, estan siendo aplastados por la ideologia de la revolucion Social-Cultural de Gramsci, lo que como objetivo final lleva al totalitarismo neo-marxista, entonces mas que una cuestion de valores, hay que cuidar nuestra cultura Cristiano-Occidental, si no sucumbiremos ante el Socialismo y perderemos mucho mas que la Libertad.

Chile Liberal dijo...

El estado de derecho debe evitar las arbitrariedades. El matrimonio ciertamente debe tener ciertas limitantes. No por ser liberal voy a permitir que un hombre de 35 años se case con una pequeña de 8, como ocurre en algunas tribus primitivas.

En caso de un cura pedófilo, ¿quién defiende al niño abusado? ¿Quién garantiza que se cumplan las leyes? ¿Qué ocurre cuando el individuo ve su libertad cohartada por otros individuos? En Inglaterra me tocó ver el caso de inmigrantes que practicaban la mutilación femenina a sus hijas, ¿podemos aceptar estos comportamientos? La respuesta es no.

El estado no debe impedir que los individuos escojan libremente si desean formar una familia con un adulto de su mismo sexo o del sexo opuesto. Desde luego, reglas hay. Al menos, esa es mi postura. Creo estar de acuerdo con Tomás H., ya que a la sociedad le interesa que las familias formen buenos hijos.

El asunto de fondo es que yo formo una familia por iniciativa personal, no por cooperar con la sociedad.

"El Estado liberal no debe decir a sus ciudadanos cómo vivir." (Patoace)
De acuerdo, además no debe interferir. Ello no implica que el estado no pueda restringirle a un individuo que no se case con su hijo, o con un perro. También vi el caso del rey de Suazilandia quien cada año fuerza a todas las mujeres jóvenes y vírgenes de su país a defilar frente a él, y él elige a una mujer para casarse con ella (tiene más 13 esposas). Esto es un abuso, y una imposición. Acá se necesita que exista un estado de derecho fundado sobre los principios del raciocinio y de la filosofía occidental iniciada durante la Ilustración.

El liberalismo que proponemos es un liberalismo pragmático, no dogmático. Es por ello que jamás habrá llamados a la violencia ni a violar el estado de derecho.

Al contrario, invitamos a reflexionar y debatir en un marco de tolerancia y respeto, en un ambiente democrático.

Saludos a todos los participantes que siempore demuestran un excelente nivel de intercambio de ideas y sólida formación intelectual.

zoidzilla dijo...

¿Y es posible que los individuos llamados a custodiar el ‘estado de derecho’ puedan abstraerse de todas las connotaciones negativas, de todos los defectos que afectan a los seres humanos?

Son individuos, como cualquier otro, con virtudes y defectos, y también con intereses, sus hijos, su bienestar personal, etc. Pero ya se ve por donde apuntan los dardos: se busca un orden organizado desde arriba, al mejor estilo de Esparta, por un grupo de intelectuales y pensadores, disfrazado de un ‘liberalismo pragmático que no dogmático’, que no es otra que un utilitarismo rancio, donde se manosea la libertad cuando conviene y cuando no se desecha, vaya liberales que no son capaces de comprometerse con la libertad y defenderla en todos los ámbitos. Y es bastante inquietante leer que “a la sociedad le interesa que las familias formen buenos hijos”.

Y es perfectamente legítimo evadir al ‘asaltante de caminos’, léase el estado, negándome a pagar impuestos (norma universal, general y cognoscible, en términos de Hayek: las que supuestamente configurarían el ‘estado de derecho’), que no son más que un robo perpetrado por ese delincuente a escala gigantesca que es el estado. El ejemplo del rey de Swazilandia no hace sino confirmar lo errado de la idea de Hayek de un ‘estado de derecho’ basado en normas con las características ya mencionadas y que él considera que ‘limitarían la coacción del estado’. Vaya ilusión.

El ‘liberal’ sobra… basta con progresista.

Anónimo dijo...

Efectivamente, Ustedes de liberales sólo tienen el nombre. En el fondo tienen una ideología "moral" relativista, basada en una antropología atea y materialista, que quieren imponer desde arriba, desde el Estado.

Como dice Zoidzilla, sí pueden llamarse "progresistas", en el sentido vulgar de este término. No veo cual es la diferencia de vuestros postulados con el socialismo liberal de base gramshiana, actualmente enquistado en el gobierno.

Chile Liberal dijo...

¿Y es posible que los individuos llamados a custodiar el ‘estado de derecho’ puedan abstraerse de todas las connotaciones negativas, de todos los defectos que afectan a los seres humanos?

Respuesta: no. Pero tampoco se logra en un estado donde no hay rule of law.

Les invito a revisar una breve definición de liberalismo progresista. Y lean artículo sobre progressive taxation, el cual se basa en los postulados de Adam Smith (específicamente en The Wealth of Nations), padre del liberalismo británico y de la Ilustración europea. He reiterado en muchos de los artículos aquí publicados que mi interpretción del liberalismo está fuertemente influenciado por el liberalismo europeo clásico, en el cual también se basa The Economist, periódico leído y citado por Hayek en sus obras.

Respecto a The Economist, lean la entrada aqui en Wikipedia, y les copio una sección muy importante para entender Chile Liberal:

The Economist se considera tradicionalmente una publicación de filosofía liberal, tanto en lo económico como en lo referente a lo político y las costumbres. Favorece el libre comercio, la propiedad privada, la libertad de prensa, las libertades políticas, la democracia de partidos, la separación de la iglesia y el Estado, y propone que el gobierno debe mantenerse lo más alejado posible de los individuos y la empresa privada. También critica la instrumentalización del gobierno por los intereses privados. Esto ha resultado en que las opiniones del semanario muchas veces creen conflictos con la izquierda y la derecha conservadora alrededor del mundo. La izquierda protesta la filosofía pro-capitalista del periódico, mientras que el conservadursimo protesta el punto de vista tolerante que el magazín tiene a favor de homosexuales, la legalización de drogas, entre otros asuntos.

zoidzilla dijo...

Primera diferencia, no habría Estado en un entorno liberal, una entidad que por sí sola se sostiene mediante el uso de la agresión, no puede ser llamada a custodiar el ‘estado de derecho’… la dirección apunta en sentido contrario: una sociedad de propietarios, en donde cada dueño decidiría libremente con quien contratar educación, salud, previsión, justicia, defensa, etc. y cuyos efectos sólo le alcanzarían a él y nadie más.

Segunda, la generación de las instituciones, que se produce de manera espontánea: el ‘orden social espontáneo’, aportación original hayekiana, mediante el repetición de conductas de forma constante, realizada con el convencimiento de que le proporciona un bienestar, que no es más que la costumbre, así puede explicarse el surgimiento del derecho, el lenguaje (a propósito de la imposición de ‘matrimonio’ como un contrato que también podrían celebrar los homosexuales, después de la apropiación que ha hecho el estado), el dinero, el mercado, instituciones que surgen desde abajo y no de un grupo de iluminados que desea imponer unas ‘normas generales, universales y cognoscibles’ desde arriba, que puede servir de coartada para cualquier proyecto totalitario y despótico.

Y del enlace (de wikipedia, por Dios!!, que incluye a Rawls y una serie de positivistas entre los liberales) no se percibe distinción alguna entre lo que es el ‘liberalismo progresista’ y cualquier intervencionismo, partiendo por los socialdemócratas, es decir sólo reafirma la idea de que es el estado quien concede derechos, el encargado de la defensa de los ‘derechos ciudadanos’ y la extensión de la ‘igualdad de oportunidades’, otorgándole un ‘rol regulador’, a fin de ‘garantizar la competencia y corregir desigualdades’. Eso no es más que socialismo disfrazado de liberalismo –pragmático–, por ello sigo insistiendo que de este blog, ‘liberal’ debería salir cascando quedándose sólo con ‘progresista’.

Chile Liberal dijo...

Lo que no entiendes es que legalizar el matrimonio homosexual no significa imponerlo.

Significa que ya hay en estos momentos homosexules viviendo en concubinato. También parejas heterosexuales. Ambos han decidido libre y espontáneamente casarse. Los heterosexuales pueden casarse, a los homosexuales se los prohíbe la derecha conservadora. ¿Por qué insistes en ver "imposición"?

Del mismo modo, ya propondremos que parejas en concubinato por más de 4 años puedan pasar a vivir en un régimen de sociedad conyugal, sean homosexuales o heterosexuales.

Tranquilo, Zoidzilla. Nadie te va a imponer casarte con otro hombre.

Es cierto que en un entorno liberal no habría estado. Por si no te has dado cuenta, en el entorno en que vivimos, no sólo hay liberales. Esto lejos de ser una desventaja, es una virtud, pero además es una realidad.

Tu liberalismo intolerante no tiene su origen en Adam Smith. Me pregunto de dónde proviene.

"Aunque necesario para la libertad, el capitalismo sólo no es suficiente para garantizara. Tiene que estar acompañado por un conjunto de valores y de instituciones políticas favorables a la libertad". - Milton Friedman.

No me vengas ahora con que Milton Friedman tampoco es liberal.

zoidzilla dijo...

¿Que parte de mi mensaje no entendió acerca de la ‘coacción’? Ya es ‘imposición’ el hecho que a 2 personas de diferente sexo, el estado les imponga una determinada forma de contratación, de administración de SUS patrimonios, un régimen de convivencia, formas de disolución, incluso la obligación de dar una cantidad de dinero después de terminada la relación conyugal, como para que, más encima, con un pretexto igualitarista, se extiendan estas mismas imposiciones a los homosexuales.

Segundo, ¿acaso no leyó lo que les imputa Verbal Stockmeyer? El lenguaje, como cualquier otra institución humana, es una creación ‘espontánea’, que se nutre de la práctica cotidiana que de él hacen quienes lo hablan durante un largo período, NO es un código que redactan unos cuantos iluminados con el pretexto de cambiar las instituciones sociales que causan ‘injusticias y discriminaciones’: el término ‘matrimonio’ tiene largo tiempo arraigada la idea de una unión de hombre y mujer, como para que unos burócratas, de golpe y porrazo, decidan ‘extender’ la aplicación de tal acepción a los uniones entre personas del mismo sexo. Es el igualitarismo ‘conquistador’: la idea de imposición violenta de una determinada institución, en este caso el lenguaje, como parte del diseño de una ‘nueva sociedad’, modulada bajo ciertos parámetros que dictan los ‘ingenieros sociales’. De allí, la alusión a la subversión de valores gramsciana que se les imputa.

Y dale con Adam Smith, que no es el padre de nada (salvo para la wikipedia, doctrina ‘dura’ y sólida, vaya fuente), si, como dices, has leído a Hayek, verás que él ubica antecedentes de la libertad individual en la Atenas de Pericles, la república romana, incluso encuentra ciertos vestigios en la China a.C., pasando por la república florentina (antes de los Médicis) y la Holanda que acoge a Spinoza. Como puedes ver, bastante antes que Smith, que sólo es recordado por la ‘mano invisible’ y poco más; y cuya teoría económica de los precios deja bastante que desear, debiendo los austríacos, partiendo por Menger, fundar los cimientos de “toda una teoría formal sobre el surgimiento espontáneo y evolución de todas las instituciones sociales”.

Mucho más interesante puede resultar Smith con sus aportaciones en el campo de la ética, aunque es relegado a una plano secundario después del vendaval que supone Hume y su empirismo, la conjectural history, como uno de los niveles de aproximación al estudio de la realidad humana.

Y Friedman, miembro de la escuela de Chicago, quien fuera un excelente divulgador de las ventajas de la libertad, siempre perteneció a ese grupo de ‘especialistas en intervenciones económicas’, que presentan un ‘grado muy variable de compromiso con la libertad’.

Chile Liberal dijo...

En cuanto al lenguaje, entiendo que te refieres a lengua (o idioma), distinto a lenguaje y a habla. Estas diferencias las estableció Ferdinand de Saussure (Curso de lingüística general) y si verificamos la teoría de la gramática generativa de Chomsky, verías que la lengua sí es impuesta, que todos tenemos la capacidad del lenguaje, y que sólo hay libertad individual en el habla. Similar a la organización social, ¿no te parece?

¿Adam Smith no es el padre de nada?, salvo de la Ilustración y de haber sido el primer economista moderno, sus teorías morales son tan valiosas como el concepto de la división del trabajo (division of labour), el cual no mencionas.

Tu devoción por la escuela austríaca es un tanto anacrónica, creo. Los planteamientos son correctos en el contexto de la debacle de las dos guerras mundiales, cuando la crítica iba dirigida y fue articulada contra el régimen nazi. El tema de la guerra, por ejemplo, es repetitivo. El libertarianismo no deja de ser interesante pero es utópico, la supresión del estado es tan fantasiosa como creer que el estado debe controlarlo todo.

Pareces olvidar que existe en una democracia occidental, la que debe contar con una oposición, rige el imperio de la ley.

Tu postura fue la reacción contra la ideología de aquel austríaco de bigote a lo Chaplín. Hoy, más que compromiso firme por la libertad, más bien suena a algo así como a talibanización del liberalismo. Estos ideólogos vivieron en carne propia la opresión estatal, lo que nos proporciona el contexto para entender la postura "austríaca".

Por el contrario, Adam Smith fue un austero catedrático escocés, quien llevó una vida apacible junto a su madre, y fue en esa calma insular en la que estableció los principìos liberales que me inspiran, los cuales fueron redescubiertos por Milton Friedman.

Nelson e Ignacio están más de acuerdo con "derogar" la ley de matrimonio civil (lo han planteado), no sé si Víctor piensa lo mismo. Yo, como ya he dicho, creo que es una chifladura.

Por lo mismo, te extiendo la invitación para intercambiar ideas debido a que tienes bastante conocimiento en la materia. El test del Mises Institute lo hemos usado internamente. Se llevará a cabo la próxima semana otra de las Conversaciones Liberales, organizadas por Álvaro Bardón (entre otros académicos), donde asisten gentes de distintos ámbitos quienes comparten idearios liberales. Puedes asistir y exponer, o de otro modo, podemos concertar un encuentro informal y profundizar en la materia.

Escríbeme a
chileliberal@gmail.com

Carlos

zoidzilla dijo...

Es mucho endosar la labor de padre del liberalismo, de la Ilustración y de un cuanto hay a Adam Smith, de quien repito sólo se rescata la ‘mano invisible’ y un poco más, la división del trabajo entre ellas, pero que repito, su aspecto más destacado, el económico, ha sido dejado de lado por estimarse que su teoría económica de determinación de los precios es insuficiente, a la vez que omite la acumulación de capital, como causa del desarrollo económico, todo lo cual es ampliado y mejorado por los austríacos, al agregar la desigualdad de los hombres y de distribución de las oportunidades de producción. Tampoco es acertada la calificación de ‘primer economista moderno’, muchos otros como los escolásticos de la Escuela de Salamanca, ya elaboraban desarrollaban sus escritos sobre la teoría subjetiva del valor, el libre intercambio, entre otras aportaciones.

Por cierto, no son similares a la organización social, más bien se explica el surgimiento de instituciones sociales, entre ellas, el lenguaje, de manera evolutiva, en el que actúan innumerables seres humanos, de manera espontánea y dinámica, a través de un proceso descentralizado de prueba y error, descartándose así la creación deliberada de éstas, por carecer el hombre de la capacidad intelectual para asimilar el enorme volumen de información dispersa. Algo muy distinto a lo que pretendes colar con Chomski (negador del genocidio camboyano, no perder de vista) y su ‘imposición de la lengua’.

Y ya que se acaban los argumentos (o su inexistencia) para demostrar una definición acabada de libertad, coacción, sin que éstas presenten fisuras que puedan socavarla, comienzan a aparecer los calificativos, a la vez que erróneos: la primera obra de Menger (Principios de Economía Política), que se considera el puntapié inicial de la escuela Austríaca data de 1871, la obra cumbre de Böhm-Bawerk aparece en 1884, de Mises en 1912, bastante antes que la ‘debacle de las dos guerras mundiales’, la crítica contra el régimen nazi y su ‘sufrimiento en carne propia’.

Si uno adopta la libertad y la doctrina que la propugna, el liberalismo, habrá de aplicarla a rajatabla, y no reservándose cuando se es ‘liberal’ y cuando no; cuando se es enemigo de la coacción y cuando se le justifica sólo por provenir del estado y otros agentes. Se ha de ser coherente a fin de presentar un cuerpo doctrinario sólido, que no ofrezca esas posibilidades de ‘ser liberal’ sólo cuando me conviene. Más aún pretender que los austríacos sólo elaboran su teoría como respuesta al totalitarismo nazi sólo demuestra una insuficiencia de información sobre las características del liberalismo. Sin ir más lejos, esta página que se dice ‘identificada con los principios whigs’ (ojo que al comienzo no aparecía tal mención, tan sólo una mención a wikipedia como ‘fuente’), que pone a Locke como el primer pensador liberal (¿qué no era Smith), olvidas señalar la lucha que llevan a cabo los ingleses contra el poder del monarca, ensalzando al Parlamento como su contrapeso y custodio del ‘estado de derecho’; sin embargo, curiosamente, es el mismo Parlamento el que declara que la mayoría podía aprobar cualquier ley que estimara conveniente, ante el cual se revuelven los colonos americanos… sólo revoluciones como puedes ver, la gloriosa y la americana, ante las cuales, lamentablemente sólo la francesa goza de mayor difusión, dejando de lado todo el período de terror que le siguió, terminando con lo que podría ser llamada la I Guerra Mundial contra Napoleón y el surgimiento de las bases del socialismo, vaya herencia; la rule of law hace agua en manos de una mayoría y su poder ilimitado e ilimitable…

Recién acabo de ver el nuevo comentario del blog: simplemente lamentable…

Por último, se agradece la invitación pero estoy escribiendo desde más de 2000 km. de distancia, pues soy de Arica, así es que no podré asistir.

Æðelstan dijo...

Patoace:

Creo que más que liberal eres anarquista, pero en fin, te explicaré por qué es útil el matrimonio reconocido por la ley. Sucede que el matrimonio es un contrato que tiene consecuencias en la vida patrimonial y social de las personas, permite heredar, recibir seguros, visitar en la clínica, acompañar en la ambulancia, la legítima defensa (puedes defender a tu mujer, pero no a tu novia), ser carga en la ISAPRE, ser heredero en la AFP (hoy en día sólo la mujer puede serlo, el marido no, lo que es una discriminación arbitraria y un anacronismo, al abrir el matrimonio a los homosexuales se debería modificar esa legislación caduca)

A diferencia de otros contratos es barato (una sociedad sale mínimo $300.000, además de correrse el riesgo de que los bienes del fallecido sean heredados por sus asignatarios forzosos, verbigracia sus hermanos), tiene el inconveniente de ser un contrato regulado (pero existen las capitulaciones matrimoniales), pero se es libre de subscribirlo o no.

Recuerda que cuando se discutió la ley del divorcio, los conservadores decían que se dejase a la voluntad de las partes, así se podía optar por un matrimonio sin disolución de vínculo. Eso no puede aceptarse, porque es un contrato de larga duración y las circunstancias pueden cambiar.

Lo dejo hasta aquí por ahora (creo que me extendido demasiado)

Chile Liberal dijo...

A Zoidzilla: los planteamientos de la escuela austríaca no los domino, pero sí entiendo que el carácter social que adopta (y ciertas menciones recurrentes a las guerras) dan la impresión de haber sido articuladas con la las dos guerras mundiales en la mente.

Espero poder documentarme al respecto, de ahí la invitación a exponer dicha doctrina (o teoría, etc).

Entiendo que la distancia es un impedimento, de ahí que soy firme partidario de utilizar la Internet. Si no, no estaríamos discutiendo al respecto. Más aún, porque hace seis años que vivo principalmente fuera de Chile.

Para Æðelstan:

Añado que la misma situación ocurre con las parejas en concubinato, las cuales en muchos lugares pasan después de una cantidad de años (sí, ya sé, fijada arbitrariamente) a formar un matrimonio bajo la common law. Es en este contexto donde se aprecia con total claridad la injusticia contra las parejas homosexuales.

Por último, sólo añado: ¡Viva la diferencia!

Anónimo dijo...

Con la feble lógica de algunos aquí, la discusión torna a la cuestión radical de derogar el matrimonio civil.
Evidentemente, esto es un absurdum; deberíase enfocar "desde adentro hacia afuera" y no al revés.
Lo explicaré con manzanas.
Vivimos en un Estado de derecho, nos regulamos con normas, cierto o me equivoco? No estamos en un estado de naturaleza... Suponemos que han pasado un buen tiempo hasta la configuración de estas concepciones que ordenan nuestro diario vivir de algún modo. Sí, tal vez no son perfectas o tal vez no lo han sido para nosotros cuando las necesitamos, pero existen y están ahí.
La desensatez de derogar el matrimonio civil suena a desarticular un edificio legal tomando una de sus piezas. Claro, el matrimonio es ante todo un contrato y los contrayentes, quienes cumplen los requisitos; o sea, es el Estado -con todas sus imperfecciones y limitaciones- la que provee de legitimización a esta unión, además de promoverla.
Aquí, sin embargo, debería reconocerse estas uniones de hecho por uniones de derecho; o sea, que el Estado reconociose la igualdad a estas parejas del mismo sexo si ellas así lo desearan y estimasen. La idea, entonces, es proveer instrumentos dentro del aparato legal para satisfacer la justa demanda de los homosexuales y ampararlos bajo el mismo techo; de ninguna manera vertir quimeras extirpando un concepto para luego... agregar otro?
Está más que claro que las relaciones humanas es un asunto de intimidades; sólo algunos idiotas y mentecatos ávidos de popularidad y un poco de dinero disfrutan exhibiéndose ante millones en los realities. Muchos, en cambio, aún valoran la esfera de lo privado respetando el espacio de los demás.
oscar (sociedad del ocio)

Chile Liberal dijo...

Un elemento que yo sí consideraría es derogar ciertas secciones de la ley de matrimonio civil, ya que cae en definiciones de familia y otros puntos paternalistas. Creo que sería un buen punto de consenso.

Concuerdo con Óscar en el elegante epíteto de "insensatez" frente a la derogación del matrimonio civil. Yo usé "chifladura". Pero creo que estamos de acuerdo en que ciertas secciones pueden reformularese y otras eliminarse.

El punto del liberalismo (o de los "liberals" como creo que nos han calificado, según el término inglés) es un gobierno limitado y mínima interferencia del estado. Me parece que suprimir el estado y el gobierno central es una utopía. Prefiero limitar, no derogar.

zoidzilla dijo...

Que 'interferencia' estatal más mínima que el 0, cero, la inexistencia del estado, pero oh misterios de la filosofía política ¿por qué motivo las gentes acatan sin más las órdenes del Gobierno o del tirano, cuando los gobernados, los ciudadanos, son más que éstos y, por supuesto, podrían gobernarse a sí mismos mucho mejor, con menos costes y sufrimientos?

¿A qué se debe esa falta de coraje, esa escasa estimación y poco aprecio por la libertad? Se acostumbran a la servidumbre porque ven a los demás hacerlo, piden mandamases para dejarse mandar, tutelar, explotar… Sólo bastaría con decir NO, no soy siervo de nadie, puedo gobernarme a mi mismo, sin miedo de pronunciarlo.

Pero como se ve, se prefiere limitar, no el estado, sino la libertad de los individuos de sacudirse de esta ‘costumbre’, de pedir caudillos ante quien ‘legitimar’ su unión. Así les va… progresismo del más rancio…