jueves, 2 de junio de 2011

Keiko Fujimori debe ser la próxima presidenta de Perú

Una elección polarizada, con poco debate, menos respeto y ninguna propuesta. Después de una pequeña bonanza económica, Keiko Fujimori no es ni siquiera el mal menor: es apenas la más incapaz de derruir Perú


La campaña presidencial peruana ha sido deplorable incluso bajo estándares sudamericanos. Entre agresiones y bruscos cambios de programas, nada augura que en los próximos años sea posible consolidar los recientes logros de Perú. Su crecimiento es alto, y ha reinado la estabilidad. Todo esto hoy está en jaque gracias a los dos candidatos que disputan la presidencia. 

Ambos, la joven e inexperta hija del dictador Fujimori, Keiko, y el ex golpista e inquietante Ollanta Humala, son igualmente populistas, torpes e histéricos. Ninguno podrá contar con una Oposición constructiva. No obstante, al menos, será más fácil mantener a Keiko a raya.

Ollanta Humala, un ultranacionalista que ha incorporado el odio a Chile a su estilo de vida, puede perfectamente inflamar los ánimos de tal manera que una posible guerra con nuestro país debe ser una hipótesis de trabajo. Si Chile, con un ministro de Defensa que tan fácilmente se deja provocar, no maneja  con habilidad un Perú bajo Humala, esto se pondrá feo, muy feo. No está demás decir que como chileno es prácticamente imposible considerar si quiera la presidencia de Humala como un mal menor.

El ex oficial ha celebrado un solemne acto en la mítica Universidad de San Marcos donde juró que no despedazará la Constitución del país. ¿Le recuerda esto el "Estatuto de garantías democráticas" de Allende? Un candidato que presenta cuatro programas de gobierno carece de credibilidad. Ollanta Humala a cargo de Perú es capaz de pulverizar el país en menos de lo que tardamos en decir "Diferendo marítimo Perú-Chile".

El currículum, por otro lado, de Keiko Fujimori es tan corto como sus años. No exhibe ningún logro ni posee experiencia. Su único mérito en política es ser la hija de un dictador aborrecible (como todos los dictadores). No obstante, ha recibido el apoyo de Pedro Pablo Kuczynski, quizás el único candidato con proyectos serios, y ella misma se ha convertido en la darling de la prensa pro-business peruana y de las clases medias. Esto sólo nos hace pensar que un eventual gobierno suyo, si se compromete —como lo ha hecho— a hacer valer acuerdos comerciales e impulsar la economía a partir del respeto a los derechos de propiedad, será cuestión de cruzar los dedos y esperar que los peruanos defiendan su país de lo que de otro modo sería una candidata improbable.

Desde que comenzó el balotaje, Keiko ha progresivamente ganando en adeptos, convirtiendo su inicialmente rezagada candidatura en una que hizo sombra al señor Humala, y llegó a igualarlo, al punto incluso de superarlo levemente. Démosle algo de mérito por esto. Aún quedan muchos indecisos por lo que en esta elección, en que lamentablemente se juega la vida o muerte de Perú, nadie puede cantar victoria.

En Chile reside una enorme colonia peruana a quienes en Chile tenemos la obligación moral de cobijar como agradecimiento por su enorme contribución a nuestro desarrollo económico, a nuestra cultura, e incluso a nuestra forma de hablar. Como sabemos, los peruanos, hasta los más humildes, poseen excelente dicción, el chileno de la condición socioeconómica que sea apenas balbucea con una voz de pito irritante. Ni hablar de la gastronomía peruana, que gracias a la reciente estabilidad política ha alcanzado notoriedad internacional (hace poco vi un documental francés sobre la cocina peruana) y que en Chile ha posibilitado salir del arroz con pollo y el asado. Todos queremos a Perú y les deseamos bien. Los del Rímac además de la cátedra en lenguaje y gastronomía nos dan una lección democrática porque pueden votar desde el extranjero. Esta gran colonia peruana en Chile puede ser decisiva. Es deber de ellos el resguardar lo que Perú ha logrado, y Chile Liberal los invita a votar por Keiko Fujimori y nombrarla como su presidenta este domingo. Luego, será también su deber proteger al país de lo que venga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen comentario, imparcial y con buen juicio, al parecer las cosas se ven mejor desde fuera.
Ojalá gane keiko que es el mal menor y sigamos mejorando al igual que Chile y nos olvidemos de pensar en guerras y tonterías, hay cosas mas importantes.Viva el Perú! y viva Chile!