Ayer El Mercurio ha publicado una entrevista a Piñera en vacaciones, donde el presidente confirma que enviará al Congreso un proyecto de ley sobre unión civil homosexual, muy en línea con la la idea presentada por el ex senador Allamand (hoy ministro de Defensa, y potente carta presidencial de la Alianza). La Concertación se abre a apoyar esta legislación. La principal duda es que la derecha recalcitrante en el gobierno, a través de su estandarte el ministro Larroulet —justamente el encargado de lidiar con el Congreso—, ha dicho que debe moderarse el proyecto de Acuerdo de Vida en Común de Allamand y propone apenas el registro notarial de parejas homosexuales y no ante el Registro Civil bajo las mismas obligaciones que un matrimonio civil, como en esencia propone Allamand. El matrimonio igualitario puede esperar mientras el país avanza hacia la unión civil.
Larroulet no puede salirse con la suya, y Chile Liberal invita al gobierno a poner bajo discusión parlamentaria el protecto AVC tal como lo planteó Allamand.
Por otro lado, Piñera sigue trabajando, aunque a menor intensidad, mientras descansa en familia en la costa italiana. La verdad es que considerando la alta tensión del cargo y la necesidad de que el presidente se encuentre en buen estado físico para afrontar ahora el "segundo tiempo" (se acercan las elecciones municipales), le recomendamos a su equipo que se hagan cargo del buque y por lo menos dejen a Piñera descansar por completo unos dos o tres días, y que bien lejos del asedio periodístico que viviría en Chile, se desconecte totalmente unos días en Italia.
Piñera ha afirmado que, según él, un matrimonio consiste en la unión de un hombre y una mujer para tener los hijos que Dios les mande. Eso está muy bien, Sebastián Piñera puede sostener las opiniones que él estime acordes a sus valores y principios. Pero el presidente tiene por función servir a sus gobernados, ése es su trabajo, y necesitamos "la protección de más de dos millones de chilenos" como ha afirmado la diputada Karla Rubilar.
A continuación transcribimos las palabras de Piñera en que se compromete a impulsar el proyecto de unión civil apenas vuelva de Europa.
EM: Otro tema de debate en estos días, si bien no estuvo contenido en el mensaje del 21 de Mayo, es el relativo al proyecto para legalizar las uniones de hecho. Ha trascendido que usted enviaría este proyecto al Parlamento en cuanto vuelva de Europa. ¿Lo puede confirmar?
Piñera: Efectivamente. En nuestro programa de gobierno está el compromiso de regular y proteger mejor los derechos de más de dos millones de chilenas y chilenos que viven en pareja, ya sea de sexos distintos o del mismo sexo, sin estar casados. Ese compromiso lo vamos a cumplir.
EM: Se ha especulado respecto de las características de ese proyecto. ¿En qué consiste?
Piñera: Le puedo explicar los tres principios en que se basa. Primero, en nuestra opinión, el matrimonio por su esencia y naturaleza es entre un hombre y una mujer que forman una familia y que reciben los hijos que ellos quieran y que Dios quiera darles. Segundo, proteger y resguardar derechos de distinta naturaleza, como por ejemplo derechos hereditarios, de salud, previsionales, de parejas que viven en conjunto sin estar casadas y que hoy día están totalmente desprotegidos. Y el tercer criterio es respetar y resguardar la dignidad de esas parejas que conviven sin estar casados, ya sean de sexos distintos o también del mismo sexo, porque nuestro gobierno tiene la convicción de que los derechos y dignidad de esas parejas también deben ser resguardados y protegidos.
EM: Usted tiene claro que este proyecto hoy día genera división en la Alianza...
Piñera: El proyecto, al igual que todos los temas valóricos, genera legítimas diferencias, tanto al interior de la Coalición por el Cambio, como al interior de la Concertación. Pero ellas no nos deben impedir buscar y ojalá encontrar un acuerdo.
EM: ¿Su gobierno quedará en la historia como el que legalizó las uniones homosexuales?
Piñera: Mire, recuerdo muy bien que en uno de los spots de la franja electoral, en que yo estaba con un joven llamado Luis Larraín, dije que en nuestro país las parejas homosexuales eran aceptadas, pero que también tenían que ser respetadas, y esa es una firme impresión de nuestro gobierno.
7 comentarios:
Mientras analizamos aqui los legítimos derechos que le asisten a la comunidad gay, en la UDI amenazan con una "eventual "guerra civil" si los sectores liberales de RN se alínean con la oposición para así aprobar el AVC. Al igual que Cristián Muñoz, los conservadores antediluvianos por fin muestran su cara sin maquillaje.
aqui está el link
http://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2011/06/02/coloma-y-kast-se-alinean-contra-el-avc-y-ponen-en-jaque-al-gobierno/comment-page-1/
patético hasta decir basta!
Cecilia Peña
Con "aliados" como esos, Piñera no necesita Oposición.
Cuando se consagró el matrimonio civil, la iglesita auguró que todo tipo de cosas malulas ocurrirían, y incluso desafió a las leyes. Antes de que Cristian Mancilla venga a decir que a él no le consta nada de aquello y que nunca ha oído tal cosa y que no ha ocurrido, porque todo es imaginación mía, pues una breve reseña sobre el escándalo del matrimonio civil:
Ley de Matrimonio Civil: El 16 de enero de 1884 se aprueba la Ley de Matrimonio Civil. Esta ley viene a modificar de una forma radical la legislación establecida en el Código Civil y la circular reinterpretativa de 1872. El art. 1º de la nueva ley establecía que los matrimonios que no se celebrasen con arreglo a las disposiciones del Código Civil no producirían efectos legales; así mismo, vino a estatuir que desde ese momento sólo producirían esos efectos civiles los matrimonios realizados ante las autoridades o funcionarios públicos competentes para ello. Esta ley alteró gravemente la situación establecida hasta ese momento, que suponía el reconocimiento de los efectos civiles del matrimonio sacramental, privándole de efectos civiles.
Son diversos los autores que vienen a apuntar la resistencia de una buena parte de los católicos tuvieron ante lo que consideraban un nuevo atropello. Así, por ejemplo, Bernardino Bravo Lira nos cuenta como el nuevo matrimonio no era considerado por buena parte de la sociedad al no considerarlo realmente matrimonio valido, dado que después de él los católicos - según el Derecho Canónico - quedaban tan solteros como antes (38).
Desde un punto de vista menos jurídico y tal vez más materialista, Arturo Alessandri Rodríguez se expresaba de la siguiente manera: "¿a cuál matrimonio se invitaba? ¿ en cuál la novia se viste? Los diarios ¿ de cuál dan cuenta? El matrimonio civil, en cambio se hace a solas, a puerta cerrada, tal vez con vergüenza de cometer un hecho inmoral. El que sólo se casa civilmente lo miraban mal, la sociedad lo reprochaba, los salones le son cerrados, porque ellos representan el oprobio y la impudicia" (39).
Lo cierto es que la ley fue incumplida por los católicos chilenos y de ello ofrece datos concretos Julio Heise, quien analiza el número de matrimonios realizados conforme a derecho entre 1880 y 1914. Así, por ejemplo, nos cuenta como en 1880 se celebraron 14.106 matrimonios; esta cifra se va incrementando hasta alcanzar los 17.873 matrimonios en 1884. Este número de matrimonios desciende de forma alarmante hasta los 5. 120, que son los que se celebraron un año después de aprobarse la ley. Sólo en 1905 las estadísticas dan una cifra similar a las de 1884, en aquel año llegaron a contraer matrimonio 17.220 parejas, esta vez de acuerdo a las normas establecidas en las leyes civiles (40).
Esta práctica traía consigo graves problemas, tales como la ilegitimidad de los hijos al nacer o aquellos que hacían referencia a los derechos hereditarios. No obstante, con el paso del tiempo, la Iglesia va a tolerar el mal menor. Algunos obispos, como el de La Serena, Mons. José María Orrego, ya advertía de la necesidad de cumplimentar el matrimonio canónico con el civil; esta era al menos la recomendación que efectuó a sus diocesanos: " Después de haberos desposado por la Iglesia, andad, sin demora, y lo más pronto que podáis, a la oficina del Registro Civil, porque también es vuestro deber. Un buen católico debe tener por norma de su conducta obedecer todas las leyes de la Iglesia y también las del Estado, cuando se puedan obedecer sin contradecir a la conciencia" (41).
Cierto, para la Iglesia Católica, el matrimonio civil era un "concubinato legal" no un matrimonio, entonces no me explico por qué los católicos chillan con la sola idea del matrimonio homosexual, igual qu con el divorcio, que lo aceptaron a duras penas.
Y también leí a unos católicos fanáticos , que el actual matrimonio con disolución de vínculo no es realmente matrimonio, tiene del año que les pidan...
el matrimonio civil era un "concubinato legal" no un matrimonio, entonces no me explico por qué los católicos chillan con la sola idea del matrimonio homosexual
De aquí a unas décadas más, si es que aún existe la iglesia Católica Romana, dirán "el 2011 nosotros siempre estuvimos a favor del matrimonio igualitario, porque el amor de dos hombres o dos mujeres es el amor de Cristo que hecho carne -por gracia del amor del Dios Trino- ama, tal como la gente se ama, así que no es cierto que en aquella época nosotros estuvimos en contra, PERO ahora nos oponemos a [ponga aquí cualquier innovación ética] porque si esto ocurre llegará el fin de la sociedad y el mundo Occidental..." whatever.
Amigos:
Siguiendo con el tema de la discriminación sexual, fui ayer a echarle una miradita a la sección “Discurso del 21 de Mayo:Nuestro Ultimo Llamado” para ver que nuevas atrocidades podría estar tecleando “Crispín” Muñoz y ¡Oh, horror de horrores! Me encuentro con un espectáculo dantesco, de pesadilla: No contento con responder cuanta huevada se le venía a la cabeza y acorralado como una rata de alcantarilla ante los firmes argumentos de Cecilia Peña, me entero que este orangután integrista-cegado por la furia de saberse perdido en el debate-no ha tenido ningún escrúpulo en recurrir a la infamia para escaparse del embrollo en que se metió y así no dar la cara como una persona medianamente decente. Resulta que ahora las emprende en contra de Cecilia por haber cometido ésta-al parecer-el “horrible pecado” de defender la adopción gay: échenle un vistazo a estas perlas de estupidez: “¡¡Aha y vaya, vaya!! … ¿o sea que ahora afirmarás que en las parejas gays las “apariencias” no podrían engañar?, ¿tan perfectas consideras a las parejas gay? … ¿no habrá demasiado sesgo en tu análisis sobre los gays?, ¿eres acaso tú misma gay Cecilia que tanto pareces admirarlos?. Y si lo fueras, porque no lo señalas abiertamente, ¿o lo consideras algo de que avergonzarse o que te conflictúa de alguna forma?”
Luego de esa salvajada, y sin tapujos que lo detengan, este batracio reaccionario emprende una ridícula y espantosa homologación entre la homosexualidad y –afírmense- ¡¡¡Nada menos que el cáncer!!!. También equipara dicha orientación con un “accidente”(¡Con traumatismo, fractura y magulladuras severas, me imagino!) y, ya en el paroxismo de la imbecilidad, derechamente la asimila con el sacerdocio y la policía, ¿Habráse visto tanta minusvalía mental? ¿Qué tendrá en la cabeza el “Amiguín Tontín”? Lean y horrorícense con justa razón: “Vi en tu anterior y fallido posteo, que tú asumías a partir de este deseo mío una “prueba” de mi homofobia, y de que yo “odiaría” a los gay … esto es el colofón de lo ABSURDO. ¿Acaso si yo no deseo que ninguno de mis hijos se accidente, significa que yo “odio” a los accidentados? … ¿si yo deseo que ninguno de mis hijos sufra de cáncer … significa que “odio” a los enfermos de cáncer?, ¿si yo no deseo que ninguno de mis hijos sean sacerdotes (pues espero que ellos me den nieto(a)s), significa que yo deba “odiar” a los sacerdotes?, ¿si no deseo que ninguno de mis hijos sea policía (por el riesgo de vida que corren), significa que “odie” a los policías?.”
Aferrado como un triste náufrago a una tabla podrida para no hundirse, Crispín se aferra como gato agónico a la triste figura de Ana Martín-Ancel, vieja cavernaria (muy asidua a los mitines católicos y seminarios del PP) que no tiene escrúpulo alguno en validar las conclusiones de un estudio que ella misma condenó en su cacareada lista de “Erróneos”: “GROWING UP IN A LESBIAN FAMILY: EFFECTS ON CHILD DEVELOPMENT” de
de Tasker y Golombok (1997) ¡Rara cosa ¿NO? El estudio está “mal hecho”, pero a la viejuja le “acomoda” muy bien algunas conclusiones de éste, pues le vienen como “anillo al dedo” a su postura homofóbica..¡Y “Crispín” la aplaude, como un obediente monaguillo! Cecilia ha aportado, con mucha perspicacia, distintas perspectivas desde las cuales enfrentar la Homofobia, ¿Qué respuestas ha aportado Crispín? Puros ataques a la integridad profesional de ella y vomitivas argucias para perpetuar la injusta discriminación sexual, apelando a que dicho prejuicio existe “nos guste o no”, ¡Claro!, como a él le acomoda el odio, nos avisa que no hará ningún esfuerzo perceptible por combatirlo; aunque su propio
hijo confesara ser gay. Imagino que Crispín nunca le perdonaría a éste adoptar un hijo, ¡Primero están sus trasnochadas convicciones religiosas, faltaba más!
Ambrosio Puerta y Ombligo
Dejo esta pavorosa frasecilla final como un obsceno “Colofón del Horror Homofóbico”, aguanten la respiración para que el tufo a “pozo negro” no los aturda: “Primero derrotemos la homofobia y la intolerancia, y después, si lo primero se logra, entreguemos niños en adopción si TODOS o una AMPLIA MAYORÍA, estamos de acuerdo en que esto no afectará en nada relevante a dichos niños.” …¿No es una “belleza” intelectual?
Oye Crispín: ¿Has pensado en solicitar una “Membresía Honoraria” en el Ku-Klux-Klan?
Mándales un email con algunas de tus “Frases Escogidas” y cruza los dedos, ¡Buena suerte “Amiguín Tontín”?
Ambrosio Puerta y Ombligo
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