domingo, 26 de agosto de 2012

Julian Assange en el balcón




Brillante columna de opinión de Mario Vargas Llosa, publicada por El País, de España, y seleccionada por Chile Liberal para discutirla en nuestro sitio. La posición del premio nobel es similar a la nuestra: el señor Assange no es ningún mártir de la libertad de expresión.


Julian Assange en el balcón


Por Mario Vargas Llosa

Puede que se recuerde al fundador de WikiLeaks por la ayuda que ha prestado a los enemigos más acérrimos de la libertad, como el presidente ecuatoriano Correa, creyendo actuar a su favor

En el cubículo de la embajada del Ecuador en Londres, donde está refugiado, Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, tendrá ahora tiempo de sobra para reflexionar sobre la extraordinaria historia de su vida, que comenzó como oscuro ladronzuelo de la intimidad ajena (es lo que hace un hacker informático, aunque el anglicismo trate de inocular dignidad a ese innoble oficio) en el país de los canguros y ha terminado convirtiéndolo en un icono contemporáneo, tan famoso como los futbolistas o roqueros más de moda, para muchos en un héroe de la libertad de expresión y en el centro de un conflicto diplomático internacional.

Existe tal maraña de confusiones y mentiras respecto al personaje, creada por él mismo y por sus partidarios, y propulsada por el periodismo ávido de escándalo, que hay millones de personas en el mundo convencidas de que el desgarbado australiano de pelos blanco amarillos que compareció hace unos días en el balcón de la embajada ecuatoriana del barrio preferido por los jeques árabes en Londres —Knightsbridge— para dar lecciones sobre la libertad de expresión al presidente Obama, es un perseguido político de los Estados Unidos al que ha salvado in extremis nada menos que el presidente Rafael Correa del Ecuador, es decir, el gobierno que, después de los de Cuba y Venezuela, ha perpetrado los peores atropellos contra la prensa en América Latina, cerrando emisoras, periódicos, arrastrando a tribunales serviles a periodistas y diarios que se atrevieron a denunciar los tráficos y la corrupción de su régimen, y presentando una ley mordaza que prácticamente sellaría la desaparición del periodismo independiente en el país. En este caso sí que vale el viejo refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres”. Porque el presidente Correa y Julian Assange son tal para cual.

En realidad, el fundador de WikiLeaks no es objeto en estos momentos siquiera de una investigación judicial en los Estados Unidos ni este país ha hecho pedido alguno reclamándolo a nadie para enfrentarlo a un tribunal. El supuesto riesgo de que, si es entregado a la justicia sueca, el gobierno de Suecia pueda enviarlo a Estados Unidos es, por ahora, una presunción desprovista de todo fundamento y no tiene otro objeto que rodear al personaje de un aura de mártir de la libertad que ciertamente no se merece. La justicia sueca no lo reclama por sus hazañas —mejor dicho, infidencias— informáticas, sino por las acusaciones de violación y acoso sexual formuladas contra él por dos ciudadanas de ese país. Así lo ha entendido la Corte Suprema de Gran Bretaña y por eso decidió transferirlo a Suecia, cuyo sistema judicial, por lo demás, es, al igual que el británico, uno de los más independientes y confiables del mundo. De manera que el señor Assange no es en la actualidad una víctima de la libertad de expresión, sino un prófugo que utiliza ese pretexto para no tener que responder a las acusaciones que pesan sobre él como presunto delincuente sexual.

La popularidad de que goza se debe a los cientos de miles de documentos privados y confidenciales de distintas reparticiones del gobierno de los Estados Unidos —empezando por la diplomacia y terminando por las Fuerzas Armadas—, obtenidos mediante el robo y la piratería, que WikiLeaks difundió, presentándolos como una proeza de la libertad de expresión que sacaba a la luz intrigas, conspiraciones y conductas reñidas con la legalidad. ¿Fue realmente así? ¿Contribuyeron las delaciones de WikiLeaks a airear unos fondos delictivos y criminales de la vida política estadounidense? Así lo afirman quienes odian a Estados Unidos, “el enemigo de la humanidad”, y no se consuelan todavía de que la democracia liberal, del que ese país es el principal valedor, ganara la Guerra Fría y no fueran más bien el comunismo soviético o el maoísta los triunfadores. Pero, creo que cualquier evaluación serena y objetiva de la oceánica información que WikiLeaks difundió, mostró, aparte de una chismografía menuda, burocrática e insustancial, abundante material que justificadamente debe mantenerse dentro de una reserva confidencial, como el que afecta a la vida diplomática y a la defensa, para que un Estado pueda funcionar y mantener las relaciones debidas con sus aliados, con los países neutros, y sobre todo con sus manifiestos o potenciales adversarios.

Nosotros nunca sabremos la manera cómo las revelaciones de WikiLeaks sirvieron para que se deshicieran las redes de información laboriosa y peligrosamente montadas por los países democráticos en las satrapías que amparan el terrorismo internacional de Al Queda y congéneres, ni cuántos agentes e informantes de los servicios de inteligencia del Occidente fueron detectados y posiblemente eliminados por efecto de esas publicaciones, pero no hay duda de que esa fue una de las siniestras consecuencias de aquella celebrada operación de desembalse informativo. ¿No es curioso que WikiLeaks privilegiara de tal modo revelar los documentos confidenciales de los países libres, donde existe, además de la libertad de prensa, una legalidad digna de ese nombre, en vez de hacerlo con las dictaduras y gobiernos despóticos que proliferan todavía por el mundo? Es más fácil ganar credenciales de luchador por la libertad ejercitando la infidencia, el contrabando y la piratería informática en sociedades abiertas, al amparo de una legalidad siempre reticente a sancionar los delitos de prensa para no dar la sensación de restringir o poner obstáculo a esa libertad de crítica que es, efectivamente, sustento esencial de la democracia, que infiltrándose en los secretos de los gobiernos totalitarios.

Los partidarios de WikiLeaks deberían recordar que la otra cara de la libertad es la legalidad y que, sin ésta, aquella desaparece a la corta o a la larga. La libertad no es ni puede ser la anarquía y el derecho a la información no puede significar que en un país desaparezcan lo privado y la confidencialidad y todas las actividades de una administración deban ser inmediatamente públicas y transparentes. Eso significaría pura y simplemente la parálisis o la anarquía y ningún gobierno podría, en semejante contexto, cumplir con sus deberes ni sobrevivir. La libertad de expresión se complementa, en una sociedad libre, con los tribunales de justicia, los parlamentos, los partidos políticos de oposición y esos son los canales adecuados a los que se puede y debe recurrir si hay indicios de que un gobierno oculta o disimula delictuosamente sus iniciativas y quehaceres. Pero atribuirse ese derecho y proceder manu militari a dinamitar la legalidad en nombre de la libertad es desnaturalizar este concepto y degradarlo de manera irresponsable, convirtiéndolo en libertinaje. Eso es lo que ha hecho WikiLeaks y, lo peor, creo, no en razón de ciertos principios o convicciones ideológicas, sino empujado por la frivolidad y el esnobismo, vectores dominantes de la civilización del espectáculo en que vivimos.

El señor Julian Assange no ha practicado en la institución que fundó la transparencia y la limpieza totales que exige de las sociedades abiertas contra las que se ha encarnizado. Las defecciones que ha experimentado WikiLeaks se deben, fundamentalmente, a su resistencia a dar cuenta a sus colaboradores de los varios millones de dólares que ha recibido como donaciones, según leo en un artículo firmado por John F. Burns, en el Internacional Herald Tribune del 18/19 de agosto. Es un buen indicio de lo complicadas y sutiles que pueden ser las cosas cuando se observan de cerca y no a partir de lugares comunes, estereotipos y clisés.

En las actuales circunstancias no hay razón alguna para considerar a Julian Assange un cruzado de la libertad de expresión, sino más bien un vivillo oportunista que, gracias a su buen olfato, sentido de la oportunidad y habilidades informáticas, montó una operación escandalosa que le dio fama internacional y la falsa sensación de que era todopoderoso, invulnerable y podía permitirse todos los excesos. Se equivocó y ahora es víctima de estos últimos. En verdad, su peripecia parece haber entrado en un callejón sin salida, y no es imposible que, una vez que pase la ventolera que hizo de él una persona famosa, se le recuerde sobre todo por la involuntaria ayuda que ha prestado, creyendo actuar a favor de la libertad, a sus enemigos más acérrimos.


Salzburgo, agosto de 2012

© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2012.

© Mario Vargas Llosa, 2012.

jueves, 23 de agosto de 2012

América Latina levanta vuelo, excepto Argentina, mientras Europa se desploma


Cuando Cristina Fernández anunció que estatizaba la petrolera, no pocos en Chile aplaudieron a rabiar. Incluso hablaron de "ejemplo".

El ex candidato Marco Enríquez Ominami elogió esta usurpación; por su parte, la Confech exigió hacer lo mismo en Chile para financiar la educación e imitar el excelente modelo gratuito allende los Andes

Pero transcurridos algunos meses de la supuestamente paradigmática movida del gobierno argentino, el socialdemócrata The Guardian revela lo que la clase bienpensante auguró: la economía argentina se paralizó después de la estatización. Nos preguntamos si la Confech y los los populistas en Chile  insistirán en robar estatizar las inversiones de cobre que Chile ha recibido hasta paralizar la economía chilena, como ocurrió en los años 70. Una de las pocas voces que inequívocamente se alzó contra la ridiculez del gobierno de Fernández fue el ex ministro y ahora candidato presidencial Andrés Velasco.

El daño ahora está hecho, pero que sirva en Chile no como ejemplo, sino como lección de lo que no debemos hacer. Además, sirve para discernir los candidatos populistas de los serios.

Pero qué boluda fui... la cagué. Pero en Chile me van a aplaudir igual, che

Invito a los lectores de esta tribuna a leer el artículo completo de The Guardian, traducido y publicado por Clarín de Argentina.



América Latina levanta vuelo mientras Europa se desploma
Los cajeros automáticos de Santiago de Chile se están quedando sin dinero, pero no se trata de una corrida bancaria. Los consumidores chilenos simplemente están gastando billetes tan rápido que no dan tiempo a que se los reponga. En Bogotá, se levantan nuevos rascacielos para crear el espacio de oficinas y comercio minorista que necesita una economía en crecimiento. México –el nuevo niño mimado de los inversores extranjeros- supera con creces los pronósticos de PBI. Brasil, que el año pasado desbancó al Reino Unido del puesto de sexta mayor economía mundial, acaba de anunciar un plan de estímulo de 66.000 millones de dólares además de los generosos fondos que asignará a los preparativos para la Copa Mundial 2014 y las Olimpíadas de 2016.

La música de fondo económica en América Latina durante la mayor parte de este año difícilmente podría marcar un mayor contraste con la de la Unión Europea, empantanada en la crisis financiera, deprimida por la austeridad y cayendo nuevamente en recesión.

América Latina ahora se está reacomodando, ya que la mayoría de los países espera un crecimiento más lento pero todavía firme y algunos se preparan para utilizar sus abundantes reservas para escapar de la caída de la actividad económica mundial a través del gasto.

Su capacidad para soportar la tormenta que se avecina tendrá implicancias de largo plazo para la imagen de una región que hasta hace poco era sinónimo de turbulencias financieras. Últimamente, muchos de los gobiernos de la región recibieron elogios de la ONU, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial por acumular sólidas reservas y mantener niveles en general bajos de deuda pública.

Esto les da más margen para abrir las canillas del estímulo fiscal cuando la economía comience a flaquear, como hizo Brasil esta semana con el anuncio de un paquete de estímulo de 133.000 millones de reales. Si pueden evitar los peores coletazos de la crisis internacional sin quedar sumergidos en deudas –como ocurrió con la mayoría de las naciones de Europa en 2008-, reforzarían el buen nombre que ganaron por una administración económica prudente.

Varios años de fuerte crecimiento en las economías de desempeño más sólido han creado un impulso visible. En Santiago, el fuerte aumento de los precios de las propiedades, cientos de nuevos restaurantes y verdaderas selvas de grúas en el paisaje urbano indican que la economía chilena ha logrado atravesar las primeras etapas de la última crisis. Las ventas de autos se multiplicaron a tal punto el año pasado que en un momento el gobierno se quedó sin chapas patentes y debió reemplazarlas por placas de cartón.

Con un crecimiento del PBI calculado en 4,5 por ciento para este año, más robustas reservas públicas, Chile está en condiciones de capear las posibles consecuencias de la crisis europea. "Tenemos una situación bastante cómoda para enfrentar los desafíos de 2012", dijo este año a la prensa la directora de presupuesto Rosanna Costa en Santiago. El gobierno cuenta con un fondo de estabilización calculado en 14.000 millones de dólares que puede usarse para estimular la economía a través de proyectos de obras públicas o inyecciones de efectivo, de acuerdo con las necesidades.

Perú también vive una expansión sostenida, mientras que Venezuela, con el impulso de las ventas de petróleo y el importante gasto preelectoral de Hugo Chávez, podría crecer más del 5 por ciento, aunque su capacidad para pagar las cuentas dependerá de que los precios del petróleo estén altos.

Hay algunas excepciones significativas a estas tendencias. La economía argentina se paró en seco luego de la nacionalización de los activos locales de la petrolera española YPF, lo que indica que la influencia de los mercados financieros globales sigue siendo fuerte en América Latina.

Aun así, se prevé que la región crecerá un 3 o 4 por ciento este año –una situación privilegiada si se la compara con la depresión que castiga a los países latinos del Viejo Mundo-. Portugal, España e Italia estuvieron entre las naciones de peor desempeño cuando la UE esta semana anunció que el PBI de la zona euro había caído 0,2 por ciento en el último trimestre.

Los contrastes son notables. Mientras España ruega que le den un rescate, Juan Carlos Echeverri, ministro de Hacienda de su ex colonia Colombia, este año se jactó de que su gobierno "no necesita más ingresos". Gracias al crecimiento de la tasa de inversiones externas, la caída del desempleo y un crecimiento anual de 4,5 por ciento durante más de una década, se considera que las finanzas de su país están en buena forma para resistir las repercusiones de la crisis europea.

Aunque el estado de ánimo ha caído un poco en los últimos meses, se siguen construyendo símbolos de riqueza. Colombia está levantando el rascacielos más alto del país, el edificio BD Bacata de 66 pisos, que albergará un centro comercial, oficinas y departamentos de lujo.

El magnate inmobiliario español responsable del proyecto, Venerando Lamelas, dijo que marchaba al ritmo de los tiempos. "Al mercado europeo no le está yendo bien. América Latina es muy importante y, dentro de América Latina, el mejor mercado es Colombia", señaló en declaraciones a un diario local.

Otros corren detrás de las oportunidades atravesando el Atlántico. Gonzalo Rodríguez hace poco renunció a su empleo de operador del mercado de bonos en España y se mudó a Brasil para trabajar en una empresa de energía que diseña líneas de transmisión para parques eólicos.

"No gano tanto aquí como en España pero pienso en lo que ocurrirá de aquí a cinco años", señaló el joven de 25 años en Copacabana. "Hay un 100 por ciento más de potencial de crecimiento en la energía brasileña que en los bancos españoles. En España hay muchísima gente con talento que no encuentra empleo. Aquí sucede lo contrario. No tienen suficientes trabajadores calificados."

Los próximos meses pondrán a prueba semejante optimismo. Brasil se ha visto más afectado que cualquier otro país por la caída económica de otras regiones –en particular, la mayor debilidad de la demanda china de materias primas-. Es probable que este año crezca más lentamente –alrededor del 2 o 3 por ciento- que cualquiera de las grandes economías regionales, lo que llevó a la presidente Dilma Rousseff a lanzar el importante paquete de estímulo anunciado esta semana.

Sin embargo, tiene dinero para gastar. Las reservas internacionales de Brasil pasaron de 38.000 millones de dólares en 2002 a más de 370.000 millones, un fondo considerable para hacer frente a la crisis mundial.

"En el pasado, cuando el mundo estornudaba, nosotros teníamos neumonía. Ya no es así," expresó Rousseff este año. "Puedo asegurarles que Brasil está un 100 por ciento, un 200 por ciento, un 300 por ciento preparado."

Muchos economistas se preguntan si Brasil y la región en general serán tan resistentes esta vez. La fuerte demanda china de soja, petróleo, cobre y otras materias primas ayudó a América Latina a atravesar la crisis de 2008-09. Esta vez, con la caída de la actividad en China, tendrá que meter la mano más hondo en sus reservas. Aunque las finanzas públicas están mucho más fuertes que en los 80 y los 90, la gran pregunta es si Brasil ha invertido lo suficiente en capital humano.

"Los puestos importantes aquí en Brasil ahora están siendo ocupados por europeos, en especial de España y Portugal", dijo Nelson de Sousa, profesor de finanzas de la escuela de negocios Ibmec. "No hemos invertido lo suficiente en educación y capacitación. Esa es nuestra gran dificultad, una dificultad muy distinta a los problemas que afronta Europa."

"El gobierno brasileño gasta mucho pero mal. Dilma es conciente de eso pero hay una gran diferencia entre saber qué hay que hacer y poder hacerlo."

Pero si ella –y otros dirigentes de la región- tienen éxito, mucho más que la antorcha olímpica pasará este año de Europa a América Latina.

TRADUCCIÓN: Elisa Carnelli

domingo, 19 de agosto de 2012

Pongan a Assange tras las rejas

Se debe sentar un precedente internacional juzgando y castigando al líder de Wikileaks


Hola Al Qaida, acá les tengo unas copuchas re buenas
La narrativa ramplona tiene poco eco en Chile Liberal. Entiendan que el cabeza de ajo Julian Assange no es ningún adalid de la libertad de expresión ni un valiente guerrero contra alguna conspiración internacional para mantener a la ciudadanía desinformada. Como demostraremos en este post, este sujeto ha puesto en peligro el funcionamiento de una sociedad libre, su comportamiento ha sido antidemocrático y propio de un gamberro. Su próximo destino, después de la embajada de Ecuador, debe ser la cárcel. 

Un gobierno democrático es accountable ante los ciudadanos. Para ello, todo gobierno necesita mantener información clasificada, esto no es ninguna novedad. Lo anterior no significa —como ridículamente sostienen algunos—, que el gobierno mantiene secretos para joder a los ciudadanos, sino que al contrario: cierta información es delicada y debe mantenerse lejos de quienes pueden causar gran daño con ella, como por ejemplo, los terroristas y extremistas. Éstos también leen los diarios, tienen acceso a Internet, y pueden maliciosamente emplear información para planificar sus atentados. 

Los terroristas tienen acceso a Internet
El cabeza de ajo cree que ha puesto a disposición de la ciudadanía todo aquello que el gobierno esconde, pero se equivoca, porque los cables también pueden eventualmente contener información que en manos de terroristas puede traer consecuencias letales. ¿Son tan palurdos los cheerleaders de Assange que no se dan cuenta? 

En su estupidez, Assange cree que los terroristas no leerán el material publicado por Wikileaks, que sólo accederán a él ciudadanos que actúan de buena fe. ¿De cual fuma Assange? 

En los cables publicados por Wikileaks, también hay información personal de funcionarios de gobierno, lo que absurdamente pone en peligro a gente que sólo cumple con su trabajo. 

El poder arbitrario de Assange 
El demente de los cabellos blancos arguye que Wikileaks normaliza los textos y elimina toda información que ponga en peligro a personas. Lo que abre una cuestión mucho más delicada: ¿ante quién es accountable Assange? O sea, el gobierno clasifica datos porque su función es mantener la seguridad del país. Y después de todo, el gobierno está ahí porque fue elegido por la ciudadanía para resguardar la seguridad nacional.

Pero Assange no responde ante nadie. Hace lo que se le antoja, y él obtiene ilícitamente datos que arbitrariamente él decide si se publican o no. Este poder nadie se lo ha delegado ni proporcionado. Sólo fue obtenido ilícitamente, sin medir las consecuencias. 

Mientras que un gobierno que falle en neutralizar elementos terroristas será castigado por los electores, Assange no es responsable ante nadie, y como nadie puede castigarlo, la justicia debe actuar. 

Cahuineo geopolítico
El contenido de Wikileaks cautivó la curiosidad del mundo por ser una retahíla de chismes, comentarios estúpidos de funcionarios del gobierno norteamericano, cotilleo diplomático, y tonerías de baja estofa. Una sociedad que exalta la farándula desde luego iba a caer rendida ante todo este sinsentido. Así todo, no es posible que ciudadanos de bien tengan que cruzar los dedos para que Assange y los editores de Wikileaks no cometan algún error y publiquen datos que traigan consecuencias fatales. 

Insistimos que es inaceptable que un sujeto not accuntable ante nadie se arrogue este poder. Es un acto arbitrario. De hecho, las pugnas internas en Wikileaks llegaron al punto de terminar publicando los cables confidenciales sin edición alguna.

Wikileaks y el freedom of speech 
El temerario y arbitrario procedimiento de Assange y la pandilla de Wikileaks no se encuentra protegido por la Primera Enmienda de la Constitución Americana, que protege la libertad de expresión como algo sagrado. 

Este señor no ha manifestado opinión alguna, sino que ha publicado información que el grueso de la opinión pública no debe conocer. 

No al asilo 
No es necesario brindarle asilo político al cabeza de ajo, a no ser que algún mandatario tercermundista quiera aprovechar de ganar notoriedad internacional como el "anti-gringo" estrella del momento. Si Rafael Correa, el populista mandatario de Ecuador, quiere reafirmar su cartel de bananero, puede mantener a Assange en la embajada de Ecuador en Londres. 

No obstante, el gobierno británico no tiene por qué ofrecer un salvoconducto a Assange, quien en estricto rigor es requerido por abuso sexual. Si es necesario, efectivos británicos deben ingresar a la embajada de Ecuador para aprehender a Assange y ponerlo a disposición de la justicia. De este modo, se sentará un precedente internacional que evitará más filtraciones de información confidencial, y se evitarán abusos de los protocolos diplomáticos. 

Mientras no haya forma de discernir quiénes son los terroristas y quiénes los ciudadanos honrados, funcionarios de gobiernos democráticos deben trabajar bajo un marco legal transparente para poder clasificar información. Esto es legítimo. Assange ha filtrado el trabajo diplomático del gobierno norteamericano, y estas publicaciones han sido temerarias, innecesarias, y han puesto en riesgo muchas vidas. Además, significan que un individuo se arrogue mediante un acto clandestino e ilícito un poder que él ha usado de forma ilegal y arbitraria.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Desalojen

"Los derechos no están sujetos al voto público; una mayoría no tiene derecho a eliminar los derechos de una minoría; la función política de los derechos es precisamente la protección de las minorías frente a la opresión de las mayorías (y la minoría más minoritaria sobre la tierra es el individuo)."
Ayn Rand, pensadora liberal norteamericana

En la década de los 90, con el ex mandatario de facto Augusto Pinochet enquistado en la Comandancia en Jefe, el país vio su naciente democracia amedrentada mediante Boinazos y Ejercicios de enlace. Hoy, haciendo eco del golpismo, los asambleístas, los pirómanos, los sindicalistas, los "reivindicadores sociales" y un grupo de estudiantes intentan lo mismo que el patético Ejercicio de enlace: poner de rodillas a las autoridades elegidas democráticamente hasta doblegar a la democracia representativa.

El último incidente ahora es la irrupción de nuevas tomas de escuelas municipales por parte de un grupo de pelusones que esgrimen a sus amigos para impedir el normal funcionamiento del año escolar, con el objetivo final de imponer un sistema educacional soviético. 

La toma de una escuela es ilegítima y debe reprimirse inmediatamente por la fuerza mediante el accionar de Carabineros, por instrucción del alcalde de la comuna.

Una toma no es legítima
Los salvajes aducen que la toma se decidió democráticamente, y que el 55% de los estudiantes votó a favor. Con la desfachatez que brinda la ignorancia —más el desparpajo propio de un púber—, argumentan que en una democracia la minoría acepta las decisiones de la mayoría. Y recordemos como una niñita le gritaba a los ministros y autoridades que en una democracia las autoridades acatan lo que ordena el pueblo. Todo esto es completamente ridículo, y sólo en una democracia que vive una eterna edad del pavo como la nuestra es necesario repasar los más elementales principios de una sociedad democrática representativa.

Primero, para que sepan los pelusones, los derechos individuales jamás se han sometido a escrutinio público y no son decididos, otorgados o removidos por votación popular. Una mayoría no puede decidir que, por ejemplo, el mandamás de alguna de estas curiosas asociaciones de secundarios (nadie sabe cómo se eligieron) salga a pasear en pelota con un sombrero rosa sobre un palo de escoba como si fuese vaquero del Far West. Del mismo modo, ninguno de estos púberes puede decidir que un sólo alumno se quede sin acceso a sus clases, o que un profesor no acuda a su puesto de trabajo. Eso es vulnerar sus derechos. Y los derechos, escuchen bien palurdos, ¡no se deciden mediante votación!. Una minoría, giles, no puede ver vulnerados sus derechos porque los decidió una mayoría.

Lo que sí corresponde es que como forma de protesta cada uno de los estudiantes del 55% que ganó se reste de las clases. Eso pueden hacerlo. Pueden incluso persuadir a sus amigos para que se resten de las clases. Pero NO PUEDEN impedirle las clases a otros. 

El absurdo es tan grande que estos cabritos no captan que ellos son una minoría, y que en realidad, la mayoría del país eligió a Sebastián Piñera como presidente, y que en una democracia los designados para tomar decisiones son nombrados mediante sufragio universal. La cabra chica que se desgañita alegando que el pueblo es el soberano y que las autoridades acatan las decisiones del pueblo debe entender, este es nuestro segundo punto, que las decisiones se toman mediante representantes. No es el representante ni el vocero del pueblo el más revoltoso, ni el que más causa desmanes ni el caudillo más choro.

Por supuesto que el asambleísmo iba a ser consecuencia de lo anterior, ya que el asambleísmo es la consecuencia de la frustración al ver que los representantes no hacen lo que unos quieren. Esto es porque el respresentante de inmediato adquiere una posición de responsabilidad. En el asambleísmo, no hay responsables, por eso abunda el populismo y las ideas más ridículas. Escuché a un líder estudiantil decir que "hay que reemplazar a este tipo (al Presidente Piñera) y que la autoridad sean las juntas de vecinos". 

Es estúpido pedirle a Piñera que impulse un sistema cubano de educación, como pretenden los niños. Si eso quieren, están sonados y tendrán que proponer un candidato comunista en la próxima elección presidencial. Pero eso da lo mismo, ni Gladys Marín sacó una votación suficiente para si quiera hacer valer sus propuestas, porque el país hace rato que desechó un sistema tipo "Escuela Nacional Unificada". Este gobierno, a pesar de sus innumerables errores, tiene pleno derecho para imponer su agenda porque llegó al poder mediante una votación. Si a alguien eso no le gusta, puede protestar, puede ponerse en contacto con sus representantes, pero no puede vulnerar los derechos de una minoría.

Basta sólo un estudiante en contra para que la toma, sea cual sea, se convierta en un acto fascista. Y un acto inherentemente fascista, como la toma de un colegio, debe ser rectificado mediante la fuerza policial, ya que constituye un legítimo acto de fuerza ante una arbitrariedad ilegítima.


Con los estudiantes fuera, encuentren la solución
Una vez desalojadas las escuelas, se podrá avanzar hacia lo que este sitio propone. La educación municipal, si es que tanto la quieren, debe ser gestionada correctamente por el municipio, para ello se necesita dotar al alcalde y al consejo municipal de los poderes necesarios para premiar buenos colegios y clausurar los malos. 

Nadie puede impedirle a los padres su derecho a elegir entre una escuela municipal o una privada, así como nadie puede impedir que alguien funde una escuela. Ante todo, respeten el derecho a elegir y el derecho a emprender. Las escuelas municipales deben competir con las privadas, y si los padres no pueden acceder a colegios privados, en su calidad de contribuyente cada padre tiene derecho a que le subsidien una escuela particular.

La discusión debe plantearse en la instancia que tiene toda sociedad democrática, que es el congreso de representantes de la ciudadanía. Los estudiantes, estúpidamente (como es su costumbre) se restaron de esta instancia y ahora, por segunda vez, lloriquean que se llega a acuerdos a espaldas de ellos. ¿Pretenden doblegar al Congreso? Eso es equivalente, como sostuvimos anteriormente, a otro Ejercicio de enlace. Eso sería inaceptable.

La política tiene sus propios tiempos, sus principios son inescrutables, y requieren de una habilidad especial. Los políticos llegan a acuerdos de forma que puede parecer incomprensible, porque la política es un arte, no una ciencia. Por mucho que lleguen 10, 20 o 30 mil estudiantes con carteles, lienzos o cualquier parafernalia, deben entender cómo funciona la política, y no es como ellos creen. No se pega el puñetazo en la mesa, ni se amedrenta a los congresistas, sino que se adoptan sus métodos sutiles y se entra al juego político. Deben comprender ante todo que la política es el arte de ceder un poco para ganar luego un poco más.

En todo este muñequeo los estudiantes, predeciblemente, perdieron toda visibilidad, ya que son niños, son jóvenes adolescentes o jóvenes hirsutos que ni siquiera se han titulado. Por supuesto que con el ímpetu de su desconocimiento iban a perder el rumbo, como lo advertimos el año pasado.

Lo importante es que los políticos sí hagan su trabajo, y esto implica inmediatamente desocupar las tomas. Este sitio hace un llamado formal a los alcaldes a autorizar ahora ya el uso de la fuerza, si es que el diálogo no dio resultado alguno.

Esto hace un político consciente de su papel en una democracia representativa seria. No vaya a ser cosa que terminen como en Argentina, donde un ministro de educación elogia las tomas como "un triunfo de la democracia". Por lo que ha explicado Chile Liberal, una toma es el fracaso de la democracia, es cuando cualquiera manda porque pega el grito más fuerte. En nuestro sitio seguiremos siendo los Caballeros Templarios de la democracia, defenderemos el orden constitucional y la libertad individual, como ha sido nuestra costumbre. En esta ocasión creemos estar en plena sintonía con la opinión pública, que sabe que nuestro carácter e idiosincrasia nos lleva a rechazar el despelote y a privilegiar el orden. Después de todo, Santiago no es Atenas ni Buenos Aires.

Finalmente, volvemos a menifestar nuestro rechazo visceral a implantar una maquinaria educativa estatal. El argumento lo proporcionó John Stuart Mill, un economista y filósofo inglés:

"Confiar la instrucción pública al Estado constituye una perversa maquinación tendiente a moldear la mente humana, de tal manera que no exista la menor diferencia de un individuo a otro; el molde utilizado a tal efecto es el más grato al régimen político imperante, ya se trate de una monarquía, una teocracia, una aristocracia, o bien a la opinión pública del momento; en la medida que tal cometido se realiza con acierto y eficacia, queda instalado un despotismo sobre la inteligencia de los hombres que más tarde, por natural evolución, somete a su imperio el cuerpo mismo de la gente". (Sobre la libertad, 1859.)

domingo, 5 de agosto de 2012

Reforma tributaria: Mal innecesario

"De los frutos daréis la quinta parte al faraón; las otras cuatro partes serán vuestras, para sembrar las tierras y para vuestra manutención, y también de los que están en vuestras casas, para que coman vuestros niños." 
Génesis 47:24

Desde tiempos inmemoriales que los gobernantes han cobrado como tributo alrededor de un quinto de las ganancias, es decir, un 20%. La reforma tributaria que ha propuesto el actual gobierno de Chile contempla un aumento a los impuestos a las ganancias de las empresas de un 17% a un 20%, o sea, a una tasa igual a la de los tiempos en que se inventó la Biblia. Plus ça change, plus c'est pareil.

El impuesto, desgraciadamente, ha existido desde siempre. En el Antiguo Egipto, alrededor del año 3000 antes de la Era Común, se cobraba un diezmo —un 10%—, y quienes no podían pagarlo debían someterse al trabajo forzado, la infame corvea
Un egipcio entrega su declaración de impuesto
En el imperio romano también se obligó a otros pueblos a pagar impuesto mediante complejas técnicas  como por ejemplo el conteo de la población a través de un censo, y así, con la muchedumbre contabilizada, se podía extraer a los individuos el fruto de su trabajo. 

Todos recuerdan la historia del nacimiento de Jesús en un pesebre. Este incidente se produjo porque los romanos convocaron a un censo y los padres de Jesús se encontraron en medio de esta operación burocrática sin lugar donde alojarse. Luego de ser contados, debían pagar un impuesto a los romanos. Otra de las curiosas fantasías crísticas fue la expulsión de mercaderes del Templo. Éstos eran cambistas, es decir, gente que compraba y vendía monedas griegas, romanas y las cambiaba por monedas judías, y en estas transacciones especulativas se llenaban los bolsillos. Este cambio de moneda era necesario para pagar los tributos a los romanos, que los cobraban en su propia moneda. Lo que desató el episodio esquizoide de Jesús (todo indica que fue un esquizofrénico) fue la impotencia de ver cómo estaban sometidos sus compatriotas a pagar un impuesto a la vez que perdían dinero sólo cambiando la moneda para pagarlo. (Para que quede claro: no hubo ningún censo en el año 1 ni se registró incidente alguno con los cambistas, lo que demuestra que la historia de Jesús es mera ficción.) 

La caída del imperio romano en ningún caso significó el fin del cobro de impuestos, a pesar que la poderosa maquinaria estatal romana se desintegró y comenzó la terrible Edad Oscura. 

El feudalismo medieval revivió la corvea, que no era sino una forma de esclavitud. Los siervos trabajaban para los vasallos y éstos para los señores feudales, salvo que los primeros, para gozar de la protección del señor feudal, labraban y trabajaban las tierras para pagar una renta. No eran libres, sino que pagaban la renta —el impuesto— de forma obligatoria. El sistema feudal también sucumbió y dio paso a las monarquías absolutas. 
Clérigo, caballero y siervo

El Tercer Estado pagaba tal nivel de impuesto, mientras el clero y la nobleza estaban exentos, que gatilló la Revolución Francesa. Al otro lado del Atlántico, en las Plantaciones de Norteamérica estallaba una revolución bajo la famosa frase "no taxation without representation", ya que los norteamericanos eran forzados a pagar impuestos sin tener representación política alguna. 

Si bien el impuesto es una tropelía, un acto exporpiatorio de suyo inmoral, es al mismo tiempo inevitable, como este blog ha argumentado. La Revolución Americana al menos mostró que un gobernante sólo puede cobrarle impuesto a sus gobernados si éstos últimos gozan de representación politica para al menos decidir cuánto es lo que pueden pagar. Ningún gobernante es capaz, en una democracia moderna, de imponer un impuesto sin que sea aprobado por un congreso de representantes de los ciudadanos.

No obstante, comprobamos que inexorablemente los impuestos son pagados por los más pobres. Así ha sido desde el Antiguo Egipto, pasando por el Imperio Romano, la Edad Oscura, hasta la actualidad. Bajo este prisma, el argumento contrario a las alzas de tributos es poderoso.

Hagan su trabajo, cobren menos impuestos
Por lo anterior, es tarea primordial de un gobierno el ser eficiente para maximimzar los recursos y así mantener la tasa de impuesto lo más bajo posible. Desgraciadamente, en Chile se han trastocado a tal extremo los conceptos que ya no consideramos al cobrador de impuesto un sujeto odioso, ni al pago de impuesto un acto confiscatorio. Al contrario, es decepcionante ver como se llama a pagar cada vez más, y peor aún, una cantidad decepcionantemente alta de liberales incluso aplaude este despropósito. 

Para algunos, el impuesto es una hermosa herramienta de justicia social, un gran corrector económico que el gobernante debe usar para imponer el igualitarismo, ya que si hay diferencias sociales al parecer la gente se enferma de los nervios o caerá de nuevo el diluvio universal. La turba furiosa vocifera todo tipo de consignas para subir impuestos, y el gobierno en vez de economizar y optimizar las finanzas de la república, claudica y envía al Congreso un proyecto de reforma tributaria para echarle más dinero al saco roto de la educación, como si el problema fuese escasez de recursos y no una gestión deficiente

Si los problemas del mundo se solucionasen quitándole a unos para darles a otros, la humanidad habría resuelto el problema hace rato. Pero comprobamos que la creencia de subir impuestos para mitigar la brecha entre ricos y pobres constituye un simplismo ramplón que en nada contribuye al progreso, todo lo contrario, es un acto de ignorancia que obstruye el desarrollo económico, intelectual y ético. 

Es ridículo despojar a las empresas de sus ganancias. Son éstas las que crean empleos, las que ofrecen productos y servicios de los que la sociedad entera se beneficia. ¿Por qué hay que subirles impuestos? El empresario debe ser entendido como el primer benefactor social, y la creación de riqueza en ningún caso es un juego de suma cero en que uno gana y el otro pierde. Al contrario, la creación de riqueza es un factor de beneficio social y debe incentivarse, ¡no castigarse con impuestos! 

Taxation With or Without Representation
El derrotero del impuesto es siempre el mismo. Se subió un impuesto a las empresas como medida transitoria para la reconstrucción luego del terremoto del 2010. Y ahí sigue, muy campante. Resulta que terminó la reconstrucción pero las arcas fiscales necesitan el dinero igual. 

El impuesto específico a los combustibles lo impuso la dictadura de Pinochet para reconstruir la infraestructura vial. Si bien una dictadura —como vimos antes— no puede legítimamente cobrar impuesto alguno ya que sus tributos no fueron aprobados por representantes de la ciudadanía, los chilenos debieron masivamente resistirse a pagarle impuestos a Pinochet ya que no contaban con un Congreso de representantes sino por una Junta Militar formada por Comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, sin legitimidad alguna para representar a nadie. Así todo, la idea era relativamente sensata: quienes usan combustible se benefician de las carreteras, por lo tanto ellos deben pagar por construirlas. Los que no tienen auto no tienen porqué pagar por las carreteras. 

Hoy todo el mundo tiene un cacharro, y resulta que el impuesto al combustible castiga con ferocidad a los más pobres, pero nadie se atreve a abolir ese impuesto de la dictadura, al contrario, se inventan ex post todo tipo de argucias para mantenerlo. 

Es decir, no existen impuestos transitorios, por eso la máxima de Milton Friedman sigue plenamente vigente: "Estoy a favor de bajar los impuestos bajo cualquier circunstancia, por cualquier excusa y por cualquier razón, siempre que sea posible". 

Por qué votamos a favor de esta reforma
La razón para aprobar la actual reforma tributaria es muy simple: es el mal menor. Mientras el gobierno no racionalice el gasto en educación, mientras continúe inflándose la burbuja de los aranceles disparados, mientras los sindicalistas no saquen sus manos de la educación, no hay motivo para echarle más bencina al fuego. No más recursos a educación sin un cambio estructural.

Insistimos que el problema en educación es gestión, no falta de recursos. Esta reforma no se justifica. Creer, más encima, que es labor del gobierno el igualar la cancha quitándole a unos para darle a otros es una idea estúpida. La cancha es desigual porque las leyes están hechas para que algunos se aferren a sus privilegios. 

El gobierno debe atenerse a su tarea fundamental de imponer el estado de derecho, no usar al Estado para las fantasías igualitaristas. La igualdad es perfectamente posible en países de bajos impuestos, como Hong Kong, Japón, Corea, Singapur y muchos otros. Sólo se necesita un poco de voluntad para conformar una institucionalidad justa que respete los derechos de cada cual, no un gran Robin Hood que le quita a unos y le da a otros, y de pasadita se deja un buena tajada para sí mismo. 

Si este gobierno quiere 700 millones de dólares, habrá que dárselos. La Oposición exige entre 6 y 7 mil millones, lo que es ridículo. El crecimiento económico de Chile ya permite una mayor recaudación, ¿para qué necesitan aún más? Vean en España como subieron impuestos y terminan recaudando menos

El impuesto siempre ha sido un acto de naturaleza exproiatoria. Un gobierno que impulse la expropiación no tiene futuro alguno porque roba a sus gobernados. Un gobierno que, más encima, abdique ante las voces furiosas que ensalzan la rapiña, traiciona su deber de gestionar correctamente el país. 

 A Chile Liberal no le vienen con cuentos. Chile gasta lo mismo que Corea del Sur en educación, como porcentaje del PIB. Los resultados entre ambos países son dispares, a pesar de gastar lo mismo. Corea del Sur tiene probablemente la mejor educación del mundo, y gasta lo mismo que Chile. No nos vengan con que el gobierno debe subir impuestos para gastar más hasta tener educación de calidad. Pamplinas. A otro perro con ese hueso.