domingo, 10 de junio de 2018

Chile, un Narco-estado

Esta ciudad es propiedad del Señor Matanza
Esa olla, esa mina, esa finca y ese mar, ese paramilitar
Son propiedad del Señor Matanza
Ese federal, ese chivato y ese sapo,
El sindicato, y el obispo, el general
Son propiedad del Señor Matanza


"El Señor Matanza", Mano Negra





Chile se va convirtiendo en un Narco-estado
No, no es hipérbole. La ley la proclaman y aplican los barones de la droga, esto ha quedado en evidencia. Alguna vez vimos con mezcla de alivio y desdén como en "otros países" los narcos corrompían jueces, compraban políticos ⎯ incluso, como ocurre en Estados enclenques, proveen servicios comunitarios. Pero esto ya no lo vemos como algo ajeno en telediarios argentinos, bolivianos, brasileños o nicaragüenses.

Óscar Galindo, cabo de Carabineros, de 29 años, deja una viuda y un huérfano al ser asesinado en La Pintana, en la periferia de Santiago, durante un operativo policial antidrogas ⎯ pésimamente gestionado, por lo demás. Esta misma semana, a un sujeto detenido en un control policial rutinario, el "Kiruza", le encontraron armamento de guerra... y fue liberado. Fue detenido nuevamente. Y liberado nuevamente. El gobierno de Piñera, tratando de salvar cara, acusa "falta de sentido común". Falso. Son los narcos los que deciden quiénes deben ser liberados y ya han establecido sus redes en el poder judicial. Los narcos a veces acuerdan treguas y acuerdos con las policías nacionales y estos tratos deben respetarse. Hemos caído a este nivel.

El caso del cabo Galindo es elocuente. En medio de la conmoción nacional, de la nada aparece un menor de edad quien se entrega a las autoridades y afirma ser el autor material de los disparos. Claro. Los narcos, bien asesorados, saben que el menor no es imputable. Incluso ellos comprenden que en la actualidad un mínimo de responsabilidad social ante la comunidad los conmina a admitir su falta. Echarle la culpa a un adolescente puede apaciguar los deseos de justicia que exige la comunidad y así la banda queda en paz, y la policía hace como que funciona. El descaro es inconmensurable. Tal como liberar una y otra vez a quienes son sorprendidos portando armamento de guerra.

Ya no hablamos del delincuente que decide subir en el escalafón del hampa y pasa del lanzazo a usar un arma blanca para actuar como cogotero. O que luego se procura un revólver y se une a sus colegas para formar una banda criminal que puede entrar a tu casa y violar a tu mujer y tu hija. No. Ya ni siquiera estamos frente a traficantes que en la clandestinidad venden drogas a niños. Estamos frente a bandas que establecen gobiernos paralelos, y como ya vimos en el pasado, cuando mueren los barones de la droga, ofician funerales de Estado a vista y paciencia de la comunidad atónita que en sus cómodas y abrigaditas casas ignoraba que en las poblaciones de la periferia de Santiago de Chile hace años se vive la misma realidad de Ciudad Juárez.

En una extraña columna de opinión en "El Mostrador"  un diario electrónico de izquierda se nos dice que liberar a un sujeto sorprendido con armamento de guerra es "el incómodo precio a pagar para entender que en una república democrática no se puede hacer lo que se quiera con los individuos". El ánimo libertario puede parecer encomiable. Pero es retorcido y desvirtuado hasta el absurdo. El problema es que el espíritu de dicha ley pretende protegernos de un policía que a propósito quiere detener a alguien y le inventa una falta. Hoy en Chile te pueden mandar a la capacha por caminar sin carné de identidad, principio que buscaba justamente darle más poder al Carabinero que sospecha de actividad delictual, a lo que en Chile Liberal nos oponemos rotundamente. Pero es demasiado estúpido asumir que un policía a propósito le depositaría arsenal de guerra a un sujeto que conduce un auto con vidrios polarizados. Dejar en libertad a tal persona no es una cuestión liberal sino una muestra de cómo hay ciudadanos por sobre la ley por el hecho de pertenecer a una banda de narcotraficantes.

Por otro lado, es hora de que los altos mandos de los pacos expliquen por qué el cabo Galindo no portaba casco mientras los narcos disponen de metralletas de guerra. El adolescente que mandaron los narcos a las autoridades aseguró haber confundo al cabo Galindo con un sicario colombiano. Nos preguntamos por qué por tanto tiempo en el aeropuerto de Santiago entraban cientos de sujetos cada día sin control. ¿Es esto admisible en un país donde rige la ley? No, estas cosas ocurren cuando rige la ley del más fuerte, de los que compran y corrompen, y éstos son los que manejan el negocio de las drogas.

La primera reacción de Sebastián Piñera ante las cámaras fue la habitual monserga conservadora:  esta es una guerra que va a tomar tiempo pero que la vamos a dar con toda la fuerza de la ley. Bueno, entendemos que no es el momento de decir otra cosa, pero la verdad, señor Piñera, entérese que esta es una guerra que no usted NO va a ganar. Esta es una guerra que nadie ha ganado, y peor aún, usted sabe que es imposible de ganar y sigue mandando gente a morir por nada. La guerra contra las drogas no es ganable.

Sebastián Piñera y el gobierno seguirá viendo cómo los narcos son liberados. Los narcos seguirán en el negocio clandestino de la venta de drogas. Más Carabineros y civiles morirán bajo las narices de los altos mandos y frente a la mirada atónita e impotente de los ciudadanos de bien. Más jueces y autoridades seguirán sucumbiendo al poder de las bandas de narcos y entre estas bandas habrá más "quitadas" y ajustes de cuentas. Más barrios caerán ante la ley paralela, más inocentes morirán. El joven supuesto autor material del crimen será liberado y Piñera nos dirá que necesitamos más mano dura y más cárceles, y lo mismo hará su sucesor. 

Si entendiesen de una vez por todas que la guerra contra las drogas es imposible de ganar ayudarían a la gobernanza del país, contribuirían a la paz social, pero eso no lo harán porque así como la comercialización ilegal de drogas es una industria, también la industria antidrogas necesita seguir sus actividades. Muere un cabo oriundo de Cañete, y culpan a un pato malo de 17 años. Los que realmente ganan dinero con todo esto son los verdaderos criminales y se están burlando de nosotros en nuestra cara.

domingo, 3 de junio de 2018

Aborto en Irlanda: Chile next

Irlanda dice goodbye al último bastión ideológico del catolicismo político: el aborto


Savita Halappanavar y su esposo emigraron desde la India a Irlanda en búsqueda de un futuro mejor. Ya quedó atrás la Irlanda paupérrima de antaño, la de los Paddies emigrando en masa a Inglaterra o a EEUU huyendo del hambre. Hoy, Irlanda acoge a gente de todo el mundo para construir una sociedad mejor y así poner el país al día después de siglos de miserias. Savita añoraba fundar una familia y por fin quedó embarazada después de años de intentos. Repentinamente, aquejada por intensos dolores de espalda, acudió a Urgencias del hospital de Galway donde recibió la fatal noticia: su embarazo era inviable. Luego de un día entero soportando dolores de parto, ella y su marido pidieron un aborto. La matrona a cargo le dio una respuesta repugnante que aún resuena en Chile Liberal y en el pecho de todos los irlandeses: no, acá no hacemos abortos, éste es un país católico

El 28 de octubre del 2012, pasada la 1 de la mañana, Savita falleció de una septicemia. Una muerte completamente evitable.

Este crimen perpetrado por la iniquidad de los provida fue terrible pero al menos no fue en vano. El error histórico monumentalmente brutal cometido contra Savita y su ahora viudo logró movilizar a la opinión pública para de una vez por todas revocar la 8a Enmienda de la Constitución de la República de Irlanda que, al igual que la Constitución de Chile, en la práctica conculca el legítimo derecho de una mujer a tomar una decisión de conciencia. Sus consecuencias son fatídicas como muestra el vil asesinato de Savita.

Cuesta entender cómo pueden ocurrir esas cosas en una democracia occidental, en Europa, en una de las Islas Británicas, ya entrado el siglo 21. Hagamos un poco de historia.

Irlanda es un país de raigambre católica y lo ha sido desde que en Hibernia los celtas y sus mitologías fueron desplazadas. Inglaterra instaló su Primera Colonia en Irlanda, implantando inmigrantes protestantes, lo que daría inicio al imperialismo británico y al progresivo sometimiento de Irlanda. No obstante, su población permaneció unida al Papa de la "iglesia universal" en Roma. Los protestantes fueron consolidándose como ricos terratenientes y latifundistas mientras que los católicos les trabajaban la tierra.

A mediados del siglo 19 Irlanda fue azotada por una de las peores hambrunas que ha visto el hemisferio occidental. Se habría evitado el descalabro si tan sólo los colonialistas protestantes hubiesen abierto el país al libre comercio y a la importación de granos. La iglesia de Roma durante todos estos años y siglos continuó acendrada en la psiquis irlandesa. 

En 1916, con el Reino Unido viendo centenares de miles de sus soldados morir en las trincheras de la I Guerra Mundial, una insurrección republicana estalló el Viernes Santo. Líderes independentistas se tomaron los principales edificios del país, en particular la Oficina de Correos en O'Connell street, la principal arteria de Dublin (el equivalente a nuestra Alameda). Ferozmente reprimida por las fuerzas británicas, a petición de los protestantes del Norte, la revuelta marcó un vuelco enorme en la opinión pública de Irlanda que empezó a clamar por su libertad ya que nadie quedó indiferente a las atrocidades infligidas por parte de un imperio que ya no era viable.

Los británicos aceptaron devolver poderes a Irlanda lo que desata tanto la furia de los protestantes como el miedo a ser ellos los sometidos como una minoría en un país mayoritariamente católico. Después del alzamiento de 1916 seguiría una guerra civil entre católicos-republicanos y protestantes-lealistas. Cuando a ustedes les digan que la religión es amor recuérdenles siempre que hasta hoy persisten los odios sectarios entre católicos y protestantes. 

En 1922 se proclamaría la Constitución del Estado Libre de Irlanda, no obstante, 6 condados de mayoría protestante en la provincia de Ulster no se unirían a la República y formarían una nación leal a la corona británica. Este difícil acuerdo implicó al menos la independencia del Sur del país, que como hemos visto, continuó culturalmente marcada por la influencia Católico-Romana.

La Irlanda libre comenzaría una tortuosa travesía por el desierto. El país era muy pequeño e incapaz de retener a sus ciudadanos. Ahí donde fallaba al Estado, la iglesia Católica suplía con educación y atención de salud. Mientras que en el Continente ya había países como Francia que en 1905 habían establecido la separación entre iglesia y Estado, Irlanda continuaba empantanada en una teocracia... con terribles consecuencias.

Las atrocidades de la iglesia Católica irlandesa son desconcertantes. El informe Ryan del 2009, especie de Informe Rettig sobre los abusos de las autoridades eclesiásticas, no dejó a nadie indiferente. Fosas comunes de fetos clandestinos en conventos católicos o el empleo de mano de obra esclava en las lavanderías de la Magdalena demuestran en todo su horror la decadencia y repugnancia de esa iglesia infecta.

La moral católica dominaba de forma maniática todos los aspectos de la vida de los ciudadanos de la República. Sólo daremos unos ejemplos de los más macabros casos judiciales:

En 1972, Mary McGee, una mujer casada, logró revertir la prohibición a la importación de anticonceptivos para así evitar otro embarazo, tal como le recomendó su GP (médico de cabecera), apelando al derecho a la privacidad en el matrimonio. La señora MacGee arriesgaba su vida si volvía a quedar embarazada pero no podía usar anticonceptivos porque eran ilegales. A pesar de ello, los preservativos siguieron prohibidos, tanto así que hasta la década 90, sí, la década 90, en el Aeropuerto de Dublín te registraban tu equipaje para detectar si traías contrabando de drogas... o condones. 

La célebre resolución judicial Roe v Wade en EEUU, más la decisión de la Corte Suprema irlandesa sobre el caso McGee, movilizaron a los ultraconservadores para imponer en la Constitución la infame cláusula provida llamada "8a Enmienda", que en la práctica establece que una mujer embarazada no tiene más derechos que el feto.

En 1992 la brega entre proelección y provida vivió otro choque con el Caso X. Una muchacha de 14 años había sido violada y quedó embarazada. Su salud mental era delicada y sufría pensamientos suicidas. Sus padres, en vez de ir sigilosamente al Reino Unido, llevaron su hija abiertamente al otro lado del Irish Sea no sólo para un aborto, sino para tomar además una muestra de ADN del feto y usarla judicialmente contra el violador. Una decisión de la Corte Suprema dictó que efectivamente la 8a Enmienda no rige si está en riesgo la vida de la mujer, incluido el riesgo de suicidio, y que es imposible restringir el derecho a viajar para proceder a un aborto.


El año 2007 otra controversia volvió nuevamente a demostrar lo inadecuado de la 8a Enmienda. Analizamos acá en Chile Liberal el Caso de Miss Den Irlanda. Pero ha habido en el intertanto muchos otros. Miss Y fue una refugiada política que descubrió ya asilada en Irlanda que estaba embarazada producto de una violación de guerra perpetrada en el país del que huía. Miss P, una joven madre quedó en estado vegetal mientras estaba embarazada pero los médicos no podían desconectarla porque el feto alojado en su cuerpo continuaba mostrando actividad cardíaca a pesar de no tener cómo sobrevivir. Tal fue su estado de descomposición que las enfermeras debían maquillarla para que la vieran sus hijos. La Corte Suprema sentenció que podían desconectarla, como encarecidamente solicitaba su familia.

BASTA
El caso de Savita el 2012 fue la pluma que le rompió las patas al camello. Con el factor agregado de que hoy los irlandeses ya no recibirán la anunciada visita del Sumpo Pontífice romano como lo hicieron en 1982, cuando se decretaron 3 días feriados para venerar al polaco. Si la visita del Papa argentino a Chile fue un fiasco, lo de Irlanda puede ser incluso más bochornosa.


En 1995 Irlanda debió realizar un plebiscito para remover otra enmienda ultraconservadora, esta vez una que prohibía el divorcio. El Sí ganó y dejó a Chile en ese entonces como el único caso de país sin ley de divorcio. Hoy en Chile se acaba de morigerar la ultraconservadora ley de aborto, que también está incrustada en la Constitución. Como vemos ambos países tienen mucho en común. 

El Taoiseach de la República de Irlanda ("Primer Ministro"), Leo Varadkar, ya ha anunciado que antes de fin de año ya regirá la nueva normativa sobre la terminación de embarazos en su país. En Chile no olvidemos que apenas se ha despenalizado el aborto en tres causales específicas. Es hora de usar el actual impulso feminista y promover una ley sensata, sin inspiración religiosa, que regule el aborto como una cuestión de conciencia. ¿Lo lograremos en Chile? 

En Irlanda el Sí a la derogación de la 8a Enmienda ganó ampliamente con un contundente 66%. Cuando se conocieron los resultados, el memorial a Savita se llenó de flores, velas y mensajes diciendo: "Perdónanos, Savita, tardamos mucho tiempo" y "Never Again". Esperemos que los ultraconservadores no maten a alguien en Chile para corregir de una vez por todas esas provisiones provida que no tienen cabida en una sociedad civilizada. ¿Qué esperamos para actuar?