lunes, 2 de septiembre de 2013

Drogas, sexo, computadores

**Alerta spoiler** Este post es sobre el film Jobs, dirigido por Joshua Michael Sterns y protagonizado por Ashton Kutcher. Aunque a esta altura sólo un troglodita no conoce la historia del fundador de Apple Computer, Inc, a continuación describiré escenas de la peli así es que pueden saltarse este artículo si desean conservar la sorpresa.


La temprana muerte de Steve Jobs nos motivó a dedicar posts sobre su vida e inmensa obra. Ahora Hollywood ha decidido rendirle homenaje al emprendedor e innovador, el visionario inigualado, el iconoclasta y rupturista más inspirador de nuestra era, el extraordinario empresario norteamericano Steve Jobs, con un film protagonizado por Ashton Kutcher (ver imagen arriba).

En uno de los muchos cines de Montparnasse, en la Rive Gauche, por donde Vuestro Humilde Servidor deambula con su Mac —por supuesto— por los cafés con wi-fi, vi la cinta, y si se preguntan si la recomiendo, la respuesta es . El film no es extraordinario, no los dejará inquietos después de verla, pero es una película bien lograda que no hace justicia a la biografía del personaje sólo porque Steve Jobs es simplemente un personaje inasible por film alguno.

El libreto bebe de la monumental biografía de Walter Isaacson, no obstante, sólo se centra en algunos elementos claves para agilizar la narrativa. El film es largo pero pasa rápido, un buen signo. Los fans de la informática no encontrarán nada excepcionalmente interesante porque la idea es llegar al público masivo, como lo habría querido Steve: no hay que ser computín para entender su vida y su legado.

Cosas que quedan fuera son por ejemplo la cercana relación con su padre adoptivo, quien siempre lo apoyó y estimuló para aprender sobre electrónica. En general, toda su infancia es obviada. Pero sí quedan claro elementos que sectores conservadores preferirían evitar, como por ejemplo, el uso creativo de drogas, particularmente de LSD, práctica abiertamente tolerada en su universidad, Reed College, o el estilo de vida disoluto del gran Jobs. La película también nos muestra uno de los episodios más siniestros del inventor cuando éste se niega a reconocer a su hija para poder dedicarse por entero Apple.

El film se detiene en un viaje iniciático a la India donde pudo imbuirse de las doctrinas filosóficas orientales, y un curso de caligrafía que tomó en la universidad, ramo que sería decisivo. Jobs siempre se inspiró en los hermosos libros de la Antigüedad y la Edad Media y se enfurecía al ver que todos los tipos de letra eran feos en los computadores, y no es una cuestión menor sino elemento esencial de la filosofía inherente de todos los productos de la manzana mordida.

La visión de Jobs era lanzar al mercado un computador con tipos de letra con los que diera gusto escribir, por ejemplo, una novela. No olvidemos que ante todo Steve Jobs era un artista. Años después, en una tensa reunión, un furioso Jobs putea a su equipo y pregunta desaforado por qué carajo el desarrollo sigue atrasado. El equipo se excusa aduciendo que la idea de los tipos de letra consumía tiempo. El ingeniero a cargo trata de convencerlo de que no hay tiempo para esos detalles: Steve Jobs se exaspera, revienta de furia y lo echa cagando. Sí, lo despide. Atónito, su jefe de proyecto reclama, "es nuestro mejor programador". "No comparte la visión de Apple!!", responde el ogro.

Descrontrolado al ver que Windows plagiaba el trabajo de Apple, Jobs pide que le pongan a Bill Gates al teléfono: "Te voy a destruir maldito sicópata cuatro ojos te haré pedazos desgraciado... " y sigue la descarga hasta que consumido por la furia hace añicos el teléfono. ¡Vaya personajazo!

Echar gente con viento fresco, preocupantes ataques de ira, pagar páginas en los diarios con diatribas contra IBM (líder en aquella época), entre otras salidas de madre son escenas que nos muestran una imagen menos beata y más realista de este loco, que no siempre fue un loco lindo, sino en demasiadas oportunidades fue un loco culiao, un iracundo hijo de puta, un traidor con sus primeros colaboradores, lo que finalmente conspiró en su contra y le valió ser despedido de la misma compañía que co-fundó y a la que dedicó toda su vida. 

El film comienza con un Jobs que dice a la audiencia, "señoras y señores, les presento un producto que cambiará para siempre a la industria". Sacaba de su bolsillo un pequeño aparato rectangular aclarando que ahí caben mil canciones, y que ahora somos libres de disfrutar nuestra música en cualquier parte. El iPod fue la coronación de Jobs y su regreso triunfal, y es en esta época en que termina la narración del  film, que es un gran racconto, desde sus hirsutos días universitarios, pasando por Apple Computer, Inc, en el garage de su papá, hasta el momento en que el directorio le pide que vuelva, lo que a la larga significaría que el obsesivo Jobs convertiría a su empresa en la mejor capitalizada en la historia de la economía capitalista.

Steve Jobs con sólo dos palabras nos removió la conciencia: "Think Different". Cuando nos describía sus productos, nos inspiraba, nos hacía volar, nos mostraba que con 320 pixeles el ojo humano puede leer mejor las noticias, apretaba un botón y podía pasar cualquier cosa, su público lo aplaude tal como a un David Copperfield o a un David Blaine, así este mago hizo estallar una revolución. Y cuando pensábamos que ya lo habíamos visto todo, nos mira, se dibuja una sonrisa malévola, levanta el índice y remata: "And one more thing....", el público estalla, el mercado se agolpa para comprar sus productos poseído por un comportamiento completamente irracional que lleva a pagar precios absurdos pero lo hacemos para que Apple pueda seguir haciéndonos volar, para hacernos caminar sobre el agua, para mostrarnos que otro mundo sí es posible y que todos, al fin y al cabo, somos un poco iconoclastas porque todos llevamos un Steve Jobs en nuestra alma.

"Jobs" es un buen film para dejar como testimonio esta biografía extraordinaria del hombre que nos enseñó que para ser un verdadero revolucionario más vale imitar a Thomas Alva Edison que a Karl Marx. Steve Jobs fue quien nos mostró que la tecnología es un elemento de liberación y no de sometimiento. Jobs nos mostró que Orwell se equivocaba, 1984 no sería como lo describe en 1984. Donde sea que estés, Steve, sigue inspirándonos. Te extrañamos.

Comercial Apple, "1984 no será como 1984"

Trailer del film "Jobs"

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