miércoles, 29 de junio de 2016

Brexit post mortem 2: Anarquía en el Reino Unido

Pensaba que esto era el Reino Unido
Pero ya parece un país cualquiera

⎯ "Anarchy in the UK", Sex Pistols

Keep Calm and Carry On
Nuestro sitio emitió su voto a favor de la opción Leave. Dijimos que traería consecuencias negativas, pero que luego, cuando se calmen los ánimos, las bolsas y los mercados se adaptarán al nuevo escenario, como siempre lo hacen. Después del brexit el Reino Unido buscará la manera de acceder al mercado común, y cuando los viejos que votaron Leave empiecen a morir, la nueva generación, que votó Remain, se unirá a Europa con entusiasmo.

¿Por qué si hay tanto caos, ataques xenófobos, histeria colectiva y desplome de la moneda Chile Liberal ⎯amante de la calma⎯ sigue creyendo que el Leave fue lo mejor? La razón es simple: porque hay un déficit democrático que es insoslayable, y que justifica plenamente el brexit. ¿Cuál es este déficit democrático?

Unelected bureaucrats
Una de las quejas más comunes en la opinión pública británica es una cuestión de máxima importancia, tanto para la democracia parlamentaria más antigua del mundo, como para democracias imperfectas (como la chilena). Los británicos se quejan de ser "gobernados por burócratas no elegidos", los famosos "eurócratas", vale decir, los burócratas de la Comisión Europea, entre Bruselas y Luxemburgo. 

En una democracia se debe cumplir un requisito fundamental: la legislación debe ser propuesta por un ejecutivo elegido por votación, no designado a dedo, y aprobada por un legislativo, también elegido. 

Respecto a los unelected bureaucrats de los tanto que se quejan en la isla, invito a los lectores de Chile Liberal a consultar esta página de fact checking. Es un tanto exagerado declarar que Europa es gobernada por burócratas, lo que sería equipararla con la Unión Soviética, que efectivamente era un país gobernado por burócratas (por eso no se necesitaban elecciones, y las pocas que habían eran una farsa). Los británicos están conscientes de que su democracia es una de las más antiguas del mundo, que ha servido de inspiración para muchas otras, y toda esta tradición no puede arruinarse viéndose sometidos a un gobierno estilo soviético. Pero mucho hay de cierto en todo esto.

Para comprender mejor este punto ayudémonos del idioma francés, que con sus exquisitos giros y sofisticadas formas, ilustra esta cuestión. En la lengua de Molière existen dos términos: los élus, o sea quienes ocupan un cargo designado por votación popular, y los fonctionnaires, es decir, los empleados públicos.

La democracia francesa, o cualquier democracia, sólo acepta que grandes políticas, planes y proyectos sean iniciados por los élus, por ser ellos depositarios de la voluntad popular, gozan del mandato para iniciar sus decisiones y cuentan con ⎯he aquí el quid del asunto⎯ le legitimidad para ejecutarlas. 

Por otro lado, son los fonctionnaires los encargados de implementar y llevar a cabo las políticas iniciadas por los élus. ¿Se entiende o no? Sería anómalo que los funcionarios comenzasen a tomar decisiones por su cuenta. Constituiría una falta a la democracia. Los funcionarios son designados según reglamentos. No cuentan con un mandato para iniciar nada. Todo lo que hagan, por más loable que sea, sería ilegítimo.

En este mismo saco caben los tecnócratas, los expertos, y en fin, cualquiera que no haya sido elegido mediante una elección. (En rigor, la Unión Soviética era un país dirigido por tecnócratas.)

Los funcionarios son removidos de su cargo por faltas administrativas o incumplimiento de sus deberes según los reglamentos establecidos, pero normalmente están ahí mucho tiempo. Una buena democracia debe disponer de excelentes funcionarios, profesionales y dedicados. En cambio, los elegidos ocupan su cargo un tiempo limitado, ya que deben regularmente someterse al escrutinio popular, para ser reelegidos o bien ser apartados de su cargo. Los elegidos se deben ante todo a sus electores, ante ellos responden, ante ellos rinden cuenta. 

El déficit democrático de la Unión Europea
Algo que empelota a los británicos es comprobar que las decisiones de enjundia en la UE las toma la Comisión Europea, que es en el fondo un organismo con miembros designados, es decir, son funcionarios, no elegidos. El jefe de la comisión es Jean Claude Juncker, un tipo que no sólo amenazó a los británicos antes del referéndum sobre el brexit, aliénándolos aún mas, sino que hace gracias como llegar borracho a las reuniones.

Los súbditos de la Reina se preguntan: ¿por qué el presupuesto de la UE es administrado por burócratas por los que no hemos votado? ¿Quién carajo eligió, votó, o vio en campaña alguna vez al borracho Jean-Claude Juncker? De hecho, "¿De dónde salió ese huevón?", se pregunta Chile Liberal. Ni pico idea, la verdad.

Quizás las decisiones que tome la Comisión sean hermosas, atingentes, muy prácticas y maravillosas. Pero para el elector británico, carecen de legitimidad. ¿Para qué tenemos el Parlamento en Westminster entonces, si las leyes superiores las manda un curagüilla en Bruselas?

Para los alemanes esto no es grave porque para ellos lo importante es que se tomen buenas decisiones. Y ellos confían en la Comisión y toda la galaxia de instituciones europeas. Es decir, los alemanes justifican la UE mediante un razonamiento kantiano, mientras que los británicos exigen un método utilitarista milliano (de John Stuart Mill). 

Por esto es que los británicos consideran que su cultura política es ajena a la tradición europea continental. Alemania es una democracia joven, de hecho, en su forma actual existe apenas desde 1989, luego de la caída del Muro. Los británicos en cambio viven en una democracia desde siempre, su país nunca ha sido invadido y han vivido siglos ininterrumpidos de democracia.

Cualquier persona hoy puede ver la maravillosa serie Yes Minister, de un humor satírico so British, que justamente examina la conflictiva relación de un ministro, Jim Hacker, un tipo que viene a imponer sus políticas (en Reino Unido los ministros son elegidos), con los funcionarios y burócratas, principalmente Sir Humphrey, éste último cabecilla de un fortín en donde se desbarata toda la legislación que quiere imponer el ministro. Así, en la comodidad de su TV, sin perder años en una escuela de gobierno, en el Reino Unido han repasado lo esencial de una democracia y en qué consiste la gobernanza de un país.

Los eurócratas deben en estos momentos empezar a reformar su sistema para que al menos el brexit sirva de algo, y no sólo para enriquecer a los especuladores en Mayfair. Perfeccionar y reformar la UE es ahora la condición necesaria para su sobrevivencia. Si se logra, no nos quedará sino agradecerle a los súbditos de la Reina de haber logrado, por la fuerza, que la UE sea gobernada por depositarios de la voluntad popular.

10 comentarios:

Ignacio Burges dijo...

Las mentiras del Brexit al descubierto:

"Horas después del triunfo del 'Brexit', sus defensores han reconocido que algunas de sus promesas de campaña -como el fin de la "libertad de movimientos" para reducir la inmigración o la desviación de 430 millones de euros semanales a la seguridad social- no van a poder cumplirse con la salida de la UE. El reconocimiento entre dientes y la sensación de incertidumbre total que se respira en el país han provocado lo que ya se ha bautizado el "Bregret": el arrepentimiento por la ruptura con Europa.

La cadena de televisión ITV fue la primera en captar ese fenómeno incipiente, que corre como la espuma con el hashtag #Bregret en las redes sociales. Mandy Suthi, estudiante e hijo de inmigrantes indios, que si tuviera ocasión de volver a votar lo haría por la "permanencia" en vez de por la "salida", tras comprobar que los peores presagios "se están haciendo realidad".

Decenas de votantes llamaron a la Comisión Electoral el mismo viernes para preguntar si podían cambiar su voto y reconocer que habían optado por la opción "leave" en señal de "protesta", pero con la certidumbre de que el Reino Unido se iba a quedar dentro de la UE, según informe 'The Independent'.

Khembe Gibbons, una socorrista de Suffolk, admitió que se sentía estafada tras escuchar cómo Nigel Farage, el líder nacionalista del Ukip, reconocía que había sido un "error" prometer que los 350 millones de libras (430 millones de euros) aportación semanal al presupuesto de la UE se iban a "desviar" para financiar la sanidad pública.

"Nos hemos ido de la UE, David Cameron ha dimitido, nos hemos quedado con Boris (Johnson) y Nigel admite ahora que la promesa del NHS (Servicio Nacional de Salud) era una mentira", escribió Gibbons en su cuenta de Twitter. "Yo voté a favor de la salida porque me creí esas mentiras, y ahora me arrepiento más que nunca. Me siento realmente como si hubieran robado mi voto"."

http://www.elmundo.es/internacional/2016/06/26/576ec5a8468aeb11758b462e.html

Chile Liberal dijo...

Es cierto, creo que se si repitiese el referéndum, el Remain ganaría. Yo en todo caso dudo que los votantes por el brexit sean seguidores del payaso de Farage. Los británicos, como sostengo, aborrecen la idea de ser gobernados desde Bruselas por burócratas, más aún temen la proclamación de los Estados Unidos de Europa, y acabar con una UE Federal.

Esto no es ciencia ficción. Gente extraordinariamente influyente como el economista francés Thomas Piketty normalmente sacan a la palestra la "anomalía" de tener una moneda común, un banco central común, sin una política fiscal ni un gobierno.

Los británicos estaban de acuerdo con entrar a la Comunidad Económica Europea, pero esta lentamente fue derivando en una unión política, que se llevó a cabo sin consultar a los pueblos. Cuando se organizaron plebiscitos para ratificar la Constitución Europea, que en la práctica federalizaba a la UE, fue rechazado en Irlanda, Francia y Países Bajos. No es de extrañarse que se abandonasen los plebiscitos y el trabajo hacia la Federación Europea continúa, a cargo de burócratas no elegidos.

Como también sostuve, el Reino Unido y Europa se necesitan, por lo que esta partida implica inmediatamente pensar en una nueva alianza entre ambos, probablemente con el R.U. como un miembro asociado, similar a Noruega o Suiza.

Ignacio Burges dijo...

Boris Johnson es tan payaso y mentiroso como Farage:

" La segunda manipulación o "mentira" de la campaña de VoteLeave se refiere al asunto más palpitante de la campaña: la inmigración. Otra de las promesas-bandera de Boris Johnson fue asumir el "control de las fronteras" y acabar con la libertad de movimientos de la UE.
En un tensa entrevista en el programa Newsnight de la BBC, el eurodiputado conservador Daniel Hannan reconoció que si el Reino Unido quiere seguir teniendo acceso al mercado único, sin estar dentro de la UE, deberá seguir permitiendo aún la entrada en el país de los trabajadores europeos, como ocurre actualmente con Noruega."

Ignacio Burges dijo...

Si es por falta de legitimidad democràtica,por tener composiciòn no electa popularmente, el Reino Unido tiene una Càmara legislativa entera que era hasta hace poco hereditaria, y ahora es semidesignada y con voto censitario.

Chile Liberal dijo...

La Cámara de los Lores no propone legislación ni menos aún puede invalidar leyes aprobadas por los comunes, por tanto no creo que constituya un déficit democrático el que aún continúe en funciones. Como muchas instituciones británicas (sin olvidar la monarquía misma), es más ceremonial que real.

Así todo, ya bastante tienen los británicos con su idiosincrasia institucional como para más encima aceptar instituciones con poder real y que provienen desde Bruselas, Luxemburgo o Estrasburgo.

Ignacio Burges dijo...

La Càmara de los Lores si tiene poder, menor a otras èpocas, pero me parece que es màs que simplemente ceremonial:

" Aunque en realidad fue dicha Cámara la que terminó con el mandato de Margaret Thatcher cuando esta empezó a exponer un comportamiento inestable y tiránico sobre miembros de su gabinete y por ende sobre miembros de la Cámara de los Comunes. En tercer lugar la Cámara de los Lores realiza un papel legislativo. Tiene la capacidad de discutir los proyectos de ley, y lo hace de una forma más libre, profunda, flexible y rigurosa que la Cámara de los Comunes. También revisan las piezas legislativas que le son remitidas desde la Cámara de los Comunes debido a su complejidad técnica para que las analicen profundamente. Y, por último, la función legislativa permite a la Cámara de los Lores rechazar leyes remitidas por los Comunes, aunque únicamente por un periodo máximo de un año."

https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A1mara_de_los_Lores

Ahora bien, como tu dices lo uno no justifica el dèficit democràtico de Bruselas.
Por eso se propone sustituir la comisiòn europea por un gobierno elegido.

"El presidente del Parlamento Europeo (PE), Martin Schulz, propone reemplazar la actual Comisión Europea (CE) por un auténtico Gobierno europeo controlado por un parlamento bicameral, en un artículo que publica mañana el diario "Frankfurter Allgemeine", "

http://euroefe.euractiv.es/1311_actualidad/3914698_el-presidente-de-la-eurocamara-propone-reemplazar-a-la-ce-por-un-autentico-gobierno-europeo.html

Chile Liberal dijo...

Como muchas instituciones en el Reino Unido, la Cámara de los Lores cumple un papel peculiar y que debe entenderse en el contexto idiosincrático de dicho país. Desde luego los Lores no cumplen sólo un papel decorativo, pero no diría que tienen poder como tal. Los lores por ejemplo revocaron el fallo de la High Court que había dictaminado que Pinochet sí gozaba de inmunidad. Una decisión sin precedentes y que en un principio se consideraba meramente una formalidad, pero resultó que los Lores efectivamente mostraron tener poder.

Pero seamos claros, fue un caso excepcional en la historia.

P A dijo...

La buena noticia sería que, después de esto, países que de verdad deberían haber salido hace mucho de la Eurozona encuentren sus pelotas y se salgan. No tienen nada que perder. Estoy pensando específicamente en Grecia y en Italia.

Chile Liberal dijo...

Grecia e Italia son países que deben permanecer en la Unión, así como todo el resto.
Italia es una gran nación, qué duda cabe, pero con una política ultra-corrputa (similar a la de sus primos argentinos) y una economía esclerótica y caótica (la lira italiana era un chiste), su única esperanza de no colapsar fue la estabilidad que le proporcionó el euro, y las garantías de gobernabilidad de la unión. Italia ha ganado mucho.

Grecia es lo mismo. Un país paupérrimo, que salió de una dictadura atroz, al igual que Portugal y España, y que la UE los sacó del fango. Siendo miembros de la UE, no veo razón para expulsarlos.

El caso es distinto del Reino Unido, que desea mantener su moneda, y su inextricable institucionalidad. Como miembro "a medias", es mejor su salida y que luego encuentre su propia forma de relacionarse con la UE, como he explicado en los posts.
Pero salvo la notable excepción británica, ningún otro país debe ni llamar a referéndum ni ser expulsado.
Convengamos que incorporar a Grecia fue un error, impulsado por el ex Presidente de Francia Valéry Giscard d'Estaing, bajo el dudoso principio de que Grecia en su calidad de "cuna cultural" de la civilización europea no podía quedar marginada del proyecto común, a pesar que los indicadores económicos mostraban que era peligroso dejar entrar a Grecia.

El problema mayor es que los indicadores de Grecia tampoco son muy distintos del caos total de los indicadores de Francia, por tanto impedirle a Grecia la entrada era admitir que ni siquiera Francia, miembro fundador, debía permanecer en el club.
El error se pagó bastante caro y seguirá causando estragos mientras la UE no acepte reformarse a fondo.

P A dijo...

No estoy de acuerdo. Italia no ha ganado absolutamente nada. Es un caso muy distinto a Grecia. Hasta 1999 era un país con una economía industrial, que exportaba a todo el mundo (autos, electrodomésticos, etc.). Desde que le cedieron su política monetaria a la UE han perdido un cuarto de su producción industrial. La cesantía es altísima y gracias a que están atados al Euro, no pueden hacer lo único que los volvería competitivos otra vez: devaluar.

El Euro le sirve a Alemania, a nadie más. El problema es que a esta altura las únicas opciones viables son dos: lo malo (irse de la UE y desatar el caos en el resto de la Eurozona, con corridas bancarias atroces) o lo peor (seguir en la UE, con ajustes fiscales que no hacen más que agravar la crisis aún más).