domingo, 29 de abril de 2012

Nuestro veredicto: François Hollande debe ganar

El candidato socialista está lejos de ser una opción 100% confiable, pero representa la mejor alternativa para enfrentar la crisis económica... o al menos, ofrece una solución mejor que las propuestas del presidente-candidato, Nicolas Sarkozy. El sitio Chile Liberal le entrega su voto François Hollande y en este post explicamos las razones

C'est maintenant

Esta ha sido una decisión muy, muy difícil. Claramente, muchos lectores de Chile Liberal se sentirán extrañados, incluso defraudados. Pero es necesario comprender que la aproximación de Sarkozy para paliar la crisis ha sido errónea.

A nivel internacional, vivimos un choque de dos visiones para enfrentar la crisis: austeridad versus gasto. Después de años, incluso décadas, de irresponsabilidad fiscal (¡Francia cuenta 35 años seguidos de déficit fiscal!) y anacronismos (pensiones estatales, rigidez laboral, asistencialismo desbocado, socialismo para banqueros), la crisis sub-prime, el posterior credit crunch y la ulterior crisis de la deuda soberana han dejado a EEUU y Europa Occidental exangües. Se han impuesto feroces planes de austeridad para tratar de mitigar el daño causado, pero el tiempo ha demostrado que ha sido una calamidad. El Reino Unido, que ha aplicado el más severo plan de recortes que se ha conocido, ha caído en recesión. Ni en EEUU ni en Europa levantan cabeza, a pesar de los presupuestos minimalistas. Es que no es en este momento del ciclo cuando se necesita frugalidad.

Francia, bajo Sarkozy, ha unido fuerzas con Alemania para imponer su plan de rigor en Europa. El resultado ha sido nefasto. La economía al otro lado del Rhin es exportadora, con una población que consume poco y por tanto con un mercado interno subdesarrollado. ¿Alguien le ha explicado a Alemania que es tan causante del desastre como el despilfarro de Portugal, Irlanda, Grecia o España, por nombrar sólo a los agresores más conspicuos? Nadie, y ciertamente Sarkozy no se lo ha comentado a Merkel. La receta alemana es necesaria luego de la recuperación, ¡no durante la crisis! 

La única alternativa hoy, demostrado el fracaso de la austeridad, es estimular la demanda. No por nada, el prestigioso e influyente Financial Times —que nada tiene de izquierdista—, ha entregado su apoyo explícito al plan económico de Hollande. Por otro lado, aunque The Economist ha calificado al candidato de izquierda como "un peligro", incluso reconoce que menos austeridad es necesaria. Los alemanes por supuesto que deben estar preocupados, pero alguien debe recordarles que ellos mismos el 2002 rompieron las reglas de Maastricht para salir de su propia crisis, y que luego pasaron la década de los 00 implementado reformas (valientemente, no han adoptado la idiotez del sueldo mínimo), y que ahora, para poner el énfasis en la demanda y la recuperación, para así llegar al ansiado crecimiento, es necesario que el resto de Europa haga lo mismo que Alemania. Políticamente hablando, es además deseable que sea un candidato de izquierda el que, junto con estimular la demanda, logre la urgente flexibilidad laboral que Francia necesita.

La consigna del presidente candiato es "La Francia Fuerte". Quizás esto demuestra la propia autocrítica del hiperkinético y menudo presidente. Medidas como el la jubilación a los 62 años o la autonomía de las universidades (y la aparición de las primeras universidades privadas) han sido bienvenidas. Pero la estupidez de la semana laboral de las 35 horas semanales ahí continúa, convertida en "derecho de los trabajadores", mientras la productividad francesa continúa en caída libre. Incomprensible es, más encima, que  persista un altísimo desempleo con la economía francesa aún exhibiendo enormes déficit en el área de servicios. Encontrar un taxista o un gásfiter es tarea monumental, mientras miles de obreros cobran seguros de desempleo: ¿por qué no se integran a la economía? ¿Qué ha hecho Sarkozy para solucionar este problema? Ha faltado fuerza política por parte de un presidente que parece más preocupado del bling bling que con el destino de su país, una de las naciones de más peso internacional.
Parodia de The Economist, cuadro original "El almuerzo sobre la hierba" (1863) de Édouard Manet
La primera vuelta francesa ha sido un fiasco. Un tercio de los votantes marcó su preferencia ya sea por una lunática nazi o un payaso de ultraizquierda. Se esperaba una abstención récord de un 30%, que a última hora se revirtió y marcó un 20%, lo que considerando la desoladora participación fue casi un triste consuelo. Lejos de ser el voto voluntario y la inscripción automática un factor que obliga a mejorar el debate y a estimular a los jóvenes para acudir a las urnas, la realidad confirma lo que advirtió Chile Liberal: esta situación sólo degrada la política y favorece el extremismo político. Sólo un país bananero puede tener 10 candidatos. Francia lo hizo. Algo debe cambiar en el Hexágono, y los chilenos deben estar conscientes de la estupidez que han imitado.

En esta segunda vuelta, al menos los dos candidatos se enmarcan dentro de la tradición republicana francesa. Y más aún, el elector se enfrenta a un real contraste: la austeridad de Sarkozy versus el gasto de Hollande. Chile Liberal cree que la coyuntura actual exige lo segundo, y por eso, aunque no tenemos derecho a voto, simbólicamente marcamos nuestra preferencia por el socialista François Hollande. Vive la différence et vive la République !
Foto tomada hoy, a la vuelta de la esquina de mi departamento


7 comentarios:

Herr Löbel dijo...

Lo siento, esta vez no puedo estar de acuerdo. Por supuesto que Sarkozy es un conservador populista infumable, pero mi crítica va más bien a tu visión económica.
Más gasto? Estimular demanda? Más medidas keynesianas de estímulo??? Pero no ves que es lo que ha llevado a la nueva crisis que tenemos ahora encima? Qué pasó el 2008? Inyección de dinero, más y más gastos... te recomiendo algo de lectura de la escuela austriaca de economía y en especial lo referente a la teoría del ciclo económico. Incentivar la demanda como dices es exactamente lo mismo que dar una dosis más de heroína a un drogadicto moribundo. Lo terminarás de matar, aunque se sienta bien por unos minutos. La recesión es por fin la primera señal de recuperación, que el necesario desapalancamiento de los factores productivos mal asignados por la burbuja crediticia comienzan a reubicarse...
En todo caso, ni Sarkozy ni Hollande. En Francia no hay opciones.

Juan Saavedra dijo...

www.francoishollande.cl sitio creado por Comité Chileno de apoyo a FVrancois Hollande. Sigue la campaña en Chile donde votan 9.216 electores,
Juan

Chile Liberal dijo...

@Herr Löbel: A esta altura la crisis ha destruido bastante, pero insisto, que la austeridad de Merkozy es contraproducente. Ve cómo resultó en Chile el plan anticícilo (Chile crece al 6%) y esto me hace pensar que este no es el momento de la austeridad.

Sí es imprescindible que Hollande comience cuanto antes las urgentes reformas estructurales que Francia necesita, y que Sarkozy no pudo/supo/atrevió a hacer. No he dicho que haya que gastar nomás y que así va a resultar.

Chile Liberal dijo...

Hoy en el Financial Times:

http://www.ft.com/cms/s/0/c1095e6c-938a-11e1-8ca8-00144feab49a.html#ixzz1tqSx0TGB

Hollande’s dangerous dream of exceptionalism

By Josef Joffe

François Hollande is odds-on favourite to win the French presidency, a bleak prospect for all but new Keynesians and old socialists. If he wins, will he be another François Mitterrand, who came to the Elysée with the same tax-and-spend programme? Or will he bow to Angela Merkel and her drive for fiscal discipline? He should do neither. Instead, he should take the lead from his fellow social democrat, Gerhard Schröder.

Why the former German chancellor? Because he dared tell his own electorate what neither Mr Hollande nor Nicolas Sarkozy would have uttered even on the rack. Nine years ago, Mr Schröder warned his country: reduce social benefits, loosen up labour markets and accept individual responsibility – or else. Then he carried through with his “Agenda 2010”. And lo, Germany went from zero to 3 per cent growth in the two years before the crash – and back to 3 per cent thereafter.

High quality global journalism requires investment. Please share this article with others using the link below, do not cut & paste the article. See our Ts&Cs and Copyright Policy for more detail. Email ftsales.support@ft.com to buy additional rights. http://www.ft.com/cms/s/0/c1095e6c-938a-11e1-8ca8-00144feab49a.html#ixzz1tqSsdG4l

Sadly, there is no such agenda in France. As Mr Sarkozy pointed out in his debate with Mr Hollande on Wednesday night, the presidential favourite has rejected the idea of importing many of the reforms that created that German growth. If he is to be believed, Mr Hollande will actually undo the timid reforms pushed through by Mr Sarkozy. So it would be back to retirement at 60 for some, rather than 62 ; a minimum wage of €1,700 a month; tens of thousands of new teachers as a sop to their powerful unions without a clear explanation of how to pay for them; and a few dollops of class struggle, such as a new wealth tax and a 75 per cent rate for millionaires.

So forget the tired debate between Paul Krugman and the austerity hawks. What is at issue is microeconomics. And anyway, what is this “austerity” that is being talked of? The French deficit is more than 5 per cent; France groans under a 56 per cent government share of gross domestic product, the highest in Euroland. But this is France, alas.

Chile Liberal dijo...

Look at the triumph of Marine Le Pen’s National Front in the first round and listen to her campaign manager Florian Filippot. He explains her 18 per cent thus: “These people want change, protectionism and the social economy.” Decoded: “They want to rebuild the walls of the nation-state that globalisation and European integration, especially the euro, have levelled.”

They bridle against immigration, capitalism and the diktat of financial markets. Add the protest vote for the “Left Front”, another 11 per cent. This was the same message, although minus the xenophobia, because a proper leftie would not rail against “foreigners” – the enemy being “outsourcing” and “job theft.” This makes almost 30 per cent in favour of the all-protecting state. Now count in the 29 per cent for Mr Hollande, who has been pushing a milder version of NeverNeverland. All told, almost three-fifths of the electorate are dreaming of a new Maginot Line against reality.

Would Dr Sarkozy heal the French patient? At least he occasionally talks that way but, in the run-up to the second round, he has been busily courting voters who say “non” to the bitter medicine of reformism by delivering a strong dose of anti-market and anti-immigrant sentiment. After all, the motto of the French Revolution was not the individual “pursuit of happiness”, but “Liberté, égalité, fraternité”, which still graces the constitution of the Fifth Republic. In modern parlance: “solidarity” and “social justice” trump risk and opportunity.

So will French exceptionalism live on past May 6? Here is a scenario built around a Hollande victory. As a young staffer for Mitterrand, he witnessed what his mentor wrought. Making true on his campaign promises, Mitterrand nationalised companies, raised the minimum wage, shortened the working week, boosted welfare and imposed a “solidarity tax” on the rich. The predictable price was capital flight, devaluation and unemployment.

Two years later, it was “repent”. So back to discipline and markets. Now, it would happen a lot faster, if it is indeed Mitterrand 2.0 after Sunday. First, France’s loss of competitiveness is here for all to see: Last year it ran a record trade deficit of €70bn. Second, market integration has accelerated since the early 1980s. The traders will take revenge more swiftly and cruelly.

“God lives in France,” goes an old saying. No more: these days, he travels between Shanghai and Silicon Valley, with stopovers in Frankfurt. The next president will have to lure him back. Then he should bring in Mr Schröder as consultant.

The writer is editor of Die Zeit and a fellow at the Freeman-Spogli Institute for International Studies and the Hoover Institution at Stanford

Copyright The Financial Times Limited 2012.

Action Française dijo...

¡Vive le roi!
¡Vive La Vendée!

Ignacio Burges dijo...

Vaya el corporativismo fascista clerical hace acto de presencia, ahora por lo menos con su nombre y no disfrazados.