sábado, 28 de marzo de 2009

Radiohead desbarra

El tema All I need es una elegía contra el trabajo infantil (child labour). Pero hacer trabajar niños no es necesariamente algo malo

El simple hecho de mencionar "trabajo infantil" produce náuseas a cualquiera, pero por las razones equivocadas. Los niños pueden contribuir al desarrollo económico de un país si se les emplea como capital humano y, a la larga, pueden ser decisivos en la derrota de la pobreza. Este blog sostiene que el trabajo infantil no debe ser vilipendiado. Por paradójico que parezca, aparte del argumento económico, hay motivos humanitarios para alentarlo.

El video "All I Need" de Radiohead, banda británica que se presenta en estos días en Chile, cae en el populismo barato de comparar la infancia feliz de un niño occidental con las condiciones aberrantes de un niño en un sweatshop de un país emergente. La analogía es desafortunada. El niño es despertado por una madre cariñosa, va sonriente al colegio, disfruta la vida. Pero todos sabemos que esto no es así en Occidente. Los colegios en su mayoría son pésimos, y en extensos lugares, no menos EEUU, los niños ya emplean armamentos, son pandilleros, se acosan entre ellos, y no aprenden absolutamente nada. Los Estados nacionales gastan enormes sumas de dinero en ellos sin resultado alguno. Pedirle a Estados en países pobres que destinen recursos similares en sus niños es algo muy lindo pero poco realista. Lo que gasta EEUU o Gran Bretaña, o incluso países como Chile, en sus colegios fracasados es mas que todo el PGB de cualquier país asiático o africano. Nadie discute que hay excelentes escuelas en Occidente. Pero no son una cuestión de recursos sino de desarrollo humano, y es imposible pedirle a países que viven en la miseria absoluta que hagan lo mismo. Las economías emergentes deben destinar sus recursos humanos para fomentar el crecimiento económico y así derrotar la pobreza. Esta es la mejor forma de eliminar el trabajo infantil, el cual es consecuencia de la pobreza. Del mismo modo que si tú tienes fiebre no destruyes el termómetro, sino que tomas medicinas contra la gripe (de sabor asqueroso, no hay duda), el trabajo infantil es un síntoma de la pobreza. Es a la pobreza a la que se debe atacar. La pobreza se combate integrando a todos a la producción económica.

Trabajo infantil en la historia
A través de la historia los niños siempre han trabajado. Los relatos de Charles Dickens evidencian las condiciones en que trabajaban durante la Revolución Industrial. El mismo Dickens fue obrero a los 12 años. Pero desde tiempos bíblicos que los niños han laborado. De hecho, el dictum cristiano de tener muchos hijos persigue fomentar las familias numerosas (de preferencia, con hijos varones) para que ayuden en actividades agrícolas. Incluso hoy en EEUU la secta Amish hace trabajar a sus niños, y recordemos que ellos viven su vida tal como en los años de la Biblia. No es usual que este blog aplauda a sectas cristianas: este es un caso excepcional.

Persiste la creencia de que el trabajo infantil ha desaparecido, pero simplemente se ha reinventado como trabajo doméstico y en la forma de educación universal. Del mismo modo que a algunos les revuelve la idea del trabajo infantil, parecen no objetar que los niños son forzados a ir a la escuela.

Definamos conceptos
¿Qué es el trabajo infantil? ¿Es trabajo infantil un niño de 16 años que trabaja los fines de semana en McDonalds? ¿Cuál es la diferencia entre un niño que corta el pasto porque su padre prefiere no pagar a un jardinero y uno que cose balones de fútbol para una multinacional? No deja de ser curioso que los países que más pontifican hoy sobre la maldad del trabajo infantil sean los mismos que en el siglo XIX lo usaron para alcanzar su actual nivel de industrialización. Países como Gran Bretaña durante la Revolución Industrial emplearon enormes cantidades de niños. Hoy, ONGs de estos países, y sus propios gobiernos, parecen no darse cuenta del enorme daño que generan al prohibir el trabajo infantil. Pero veamos cómo definir trabajo infantil es intrincado. En el sitio Web de UNICEF se dice lo siguiente (ver fuente):

UNICEF define trabajo infantil como el trabajo que excede una mínima cantidad de horas, dependiendo de la edad del niño y del tipo de trabajo. Este tipo de trabajo se considera dañino para el niño y debe ser eliminado.
  • 5 a 11 años de edad: al menos 1 hora de trabajo económico o 28 horas de trabajo doméstico semanal
  • 12 a 14 años de edad: al menos 15 horas de trabajo económico o 28 horas de trabajo doméstico semanal.
  • 15 a 17 años de edad: al menos 43 horas de trabajo económico o doméstico semanal.

No estoy seguro de las razones por las que un niño hasta las 23:59 hrs antes del día su cumpleaños número 12 puede trabajar una hora, y desde las 0:00 puede trabajar 15. Pero estas pautas ya al menos representan un avance, porque gracias a la evidencia presentada por innumerables economistas, el tolerar el trabajo infantil ya se considerado como un factor de desarrollo económico. En países donde los infantes tienen casi nulas probabilidades de asistir a buenos colegios, la propuesta de Chile Liberal es que estos niños se beneficien del trabajo y que sus lugares de empleo se conviertan en escuelas, y donde el mismo oficio les permita adquirir habilidades que le ayuden a ofrecer trabajo de mayor valor agregado.

Cómo el mercado puede contribuir
Si, por ejemplo, empresas como Nike o Adidas ofreciesen condiciones laborales humanas a los "niños" (vamos a considerarlos desde los 12 años hasta los 17), debiesen tener un distintivo que le permita a los consumidores elegir estos productos sobre, por ejemplo Reebook o Puma, que quizás no lo tengan. De este modo, los mágicos mecanismos de mercado comienzan a premiar a quienes emplean mano de obra barata pero que contribuyen al desarrollo económico (de paso, mejora la eficiencia económica ya que se pueden producir productos cada vez más baratos).

Iniciativas de esta especie han tratado de ponerse en práctica pero la ferocidad y ofuscamiento de las ONGs de tendencia socialista no han permitido avanzar, ni tampoco los ánimos proteccionistas de los gobiernos occidentales que prefieren mantener empleos en sus países, y menos aún la hipocresía e ignorancia de los propios consumidores en occidente.

La clave está en no interferir en el desarrollo económico. Desde 1993 a 2007, Vietnam logró crecer un 6,5% anual gracias a sus políticas económicas de mercado. En dicho período, el trabajo infantil se redujo un 28%.

Lectura complementatria:
The economics of child labour, The Economist
Does Child Labor Decline with Improving Economic Status?



"All I Need", Radiohead


2 comentarios:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Efectivamente, la prohibición siempre es peor. Si no, a mirar el tema de las drogas.

http://www.jorgevalin.com/artic/heroes_libertad.htm

Anónimo dijo...

Ver el viedeo final contrasta enormemente con tu artículo.