lunes, 6 de abril de 2009

"Mark-to-market": cosas que no entiendo

En la declaración del G20, se ha dicho lo siguiente (ver texo íntegro):

El fortalecimiento de la regulación y de la supervisión debe promover el decoro, la integridad y la transparencia; proteger frente al riesgo en todo el sistema financiero; amortiguar en lugar de amplificar el ciclo financiero y económico; reducir la dependencia de fuentes de financiación indebidamente arriesgadas; y desincentivar la excesiva asunción de riesgos.

Pero mientras los mandatarios del mundo se deciden a regular más, y vaya que no se ha basureado a la "desreguación neoliberal", ocurre que los mercados estallaron de emoción la semana pasada porque se ha aprobado en el Financial Accounting Standards Board (FASB), por unanimidad, la flexibilización del principio contable llamado "mark-to-market". ¿Qué significa eso? Muy sencillo: si tú tienes 10 acciones compradas a $5, el valor contable es de, evidentemente, $50 (5 x 10). Pero si la acción se tranza a 6, el valor mark-to-market, o valor razonable, es de $60. Hasta aquí todo bonito. Pero en el caso de los activos tóxicos, el valor razonable se desconoce aunque está claro que se ha depreciado. Esta información debe publicarse, como obliga la regulación en cuestión, y hace que los bancos deban declarar pérdidas. Este es un caso de las regulaciones que sirven cuando el mercado marcha bien, pero en la situación actual, los precios de mercado se desconocen. La relajación de esta regla suscitó furor la semana pasada, lo que incluso hizo que Wall Street llegase al orgasmo. Desgraciadamente, en los medios se creyó -erróneamente- que la subida fue por la inútil reunión de los líderes mundiales del G-20. El gesto del G20 no pasó de ser un saludo a la bandera.

Las regulaciones son necesarias. Pero deben ser inteligentes. Se ha hablado con un simplismo abismante sobre la falta de regulación como la causa de la actual crisis. Es importante saber que no es posible regularlo todo, y que en el mundo de las altas finanzas, la inmensa mayoría de las transacciones se hacen a trato de caballero. Es absurdo pretender que el regulador lo sepa todo, simplemente porque es muy difícil. y además porque "hecha la regulación, hecha la trampa". Si lo que el G20 quiere es más regulaciones, no entiendo cómo es que cuando se elimina una, las Bolsas estallan en euforia. A veces, para evitar el pánico, es mejor el laissez-faire, el mism oque los políticos se han dedicado a demonizar y ahora nos prometen "transparencia" ¿No será que los del G20 nos están tomando el pelo?

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