sábado, 25 de abril de 2009

Las chantas columnas de Karin Fomensberger, Susan Boyle y la sociedad de consumo

Lejos, la más soporífica, insípida, sosa y mediocre de las columnas de El Mercurio es la de Karin Ebensberger. Y ojo, que ser insulso en El Mercurio significa ser más fome que la chucha.

La última de las columnas que me ha hecho urdir ideas que no sabía que podía concebir ha sido la rupturista reflexión sobre Susan Boyle y la nueva sociedad planetaria, cha-chaaaan. Fomensberger declara cosas que nadie se había dado cuenta: "el poder que está adquiriendo un clic en el computador" y la "influencia de la sociedad virtual", o "las personas ya no reciben pasivamente lo que la TV les entrega, sino que 'visitan' lo que les interesa", entre otras novedades de tipo futurista. Pensar que los diarios de peso en el mundo ponen toda la carne a la parrilla los fines de semana. En Chile, El Mercurio, el principal diario de un país gris y conformista, pone a Karin Ebsensperger para que nos diga que China se está convirtiendo en una potencia, o que le emociona Sarah Palin (la crisis ha demostrado que China está a años luz de ser una potencia; Sarah Palin fue la culpable que McCain perdiese).

Uno de los aspectos más notables del siglo XVIII fue la consolidación de la "opinión pública", gracias a la acción de la prensa. Las novedades técnicas de la época permitieron publicar no sólo más libros, sino mantener informados a los individuos. A finales de aquel maravilloso siglo existían numerosos periódicos semanales, a principios del siglo de las luces, no había periódicos. El resultado fue que las ideas de un Voltaire o un Diderot empezaron a calar hondo. Cuando estalló la Revolución Francesa los pensadores ilustrados ya estaban todos muertos, pero sus ideas estaban más vivas que nunca. Cuando se desencadenaron las revueltas, un columnista declaró que todo aquello era consecuencia de Voltaire. Tal es el poder que tiene la prensa, por eso es tan preciosa la libertad de expresión y la libertad de imprenta. ¿Se puede hacer algo en Chile con un diario tan cagón como El Mercurio y sus columnistas con el peso específico de un paquete de cabritas? Yo por años he sido suscriptor de The Economist porque cuando me llega la carta para renovar el contrato, me recuerdan que el compromiso de ellos es entregar artículos "thought-provoking", innovadores, críticos, irreverentes e incluso choqueantes No se quedan atrás el Wall Street Journal u otros, capaces de derrocar gobiernos. Creo que es deber de cualquier lector de este blog (en su mayoría gente educada) el ser suscriptor de un diario, o sea, de recibir un diario impreso todos los días. Si el "patrón oro" de la prensa chilena es El Mercurio, creo que tenemos una calidad de prensa enferma de rasca y tendremos que conformarnos con prensa foránea.

¿Y qué significa Susan Boyle entonces?
Luego de décadas de estabilidad económica, de crecimiento, de democratización en el mundo y de eliminación de barreras al comercio, se creó una sensación de seguridad sin precedentes. Más aún con la caída del comunismo y el supuesto "fin de la historia": democracia y capitalismo eran los valores universales, que China y Rusia, India y Brasil estaban tratando de adoptar. No es de extrañarse que como consecuencia el mundo viviese un delirio, y surgió la "cultura de las celebridades". Hoy todos estamos al tanto de lo que ocurre entre Angelina y Brad, y del terrible suplicio de Jen, tanto así que no hay periodista capaz de explicar qué es el quantitative easing (expansión monetaria cuantitativa), mientras el mundo se cae a pedazos, pero no importa, la familia de Brad Pitt es lo que todos sabemos, y es lo que realmente importa. Hemos caído tan bajo que Sarah Palin entusiasma a Karin Ebensperger por tener muchos hijos, y uno de ellos mongolito: eso fue valentía.

Acierta la columnista al destacar que Susan Boyle viene de un pueblito de Escocia, y el jurado, todos ingleses metropolitanos, se ríen de ella. Pero también la audiencia. El público siente vergüenza ajena. La concursante no sólo es vieja, sino además, fea. Es espantosamente fea. Vivimos en una era que exalta lo joven, con o sin talento, da lo mismo. Que una cantante tenga tetas de silicona es de rigueur. Si sabe cantar o no, eso es otro cuento. Aplaudimos las apariencias, las revistas se llenan de historias, nos dejamos llevar por la cultura de las celebridades, hasta que empiezan a influenciar la vida común de las masas. Basta ver las expresiones faciales de las niñas en la audiencia antes de escuchar a Boyle, para darse cuenta de cuál es el monstruo que ha engendrado la sociedad capitalista y democrática.

Lejos de llegar cabizbaja y temerosa, la señora Boyle llegó rebosante de vitalidad, exudando confianza en sí misma, aunque después de ver el clip un par de veces está claro que luchaba contra el nerviosismo. La gente se burló de su intento por ponerse de igual a igual con el resto. Pero no fue sólo la audiencia. Los que hemos visto el clip, millones de personas en el mundo, nos burlamos también. Nos reímos de Susan Bolye todos. "¿Qué edad tienes, Susan?", pregunta Simon Cowell. "Tengo 47", Cowell y la audiencia expresan asco. "Quiero ser cantante profesional", sentencia, y la cámara muestra a una adolescente riéndose con desprecio. Cantantes profesionales son Britney Spears, no una pueblerina de 47 años.

Todo fue desprecio, arrogancia, burla. Hasta que Susan Boyle, desempleada, cantó. Empezó a entonar "I Dreamed A Dream", de Les Misérables. Es entendible el éxito del video no por la altisonante y rimbombante pelotudez de la "sociedad planetaria" de Ebensperger. Sino porque empezó en Gran Bretaña, país azotado por el desempleo, poblado de gente que se creía rica por tener una casa que valía cantidades astronómicas, pero que ahora valen nada, y los bancos en la ruina las reclaman, y la gente se encuentra con deudas que no puede pagar. Esa gente, desmpleada igual que la señora Boyle, se creía mucho, pensaban que podían burlarse. Un país tan musical como ése se olvidó que los cantantes deben saber cantar. A medida que Susan Boyle sigue con su presentación la gente se emociona, y algunos lloran. Nos burlamos del más débil, del viejo y del feo. Su voz nos hizo darnos cuenta de que somos unos huevones de mierda, unos superficiales. Nos reímos de alguien antes que empezara a cantar, y cuando oímos su voz nos dimos cuenta de nuestra miseria.

Cuando Susan Boyle termina su número, todos sentimos vergüenza. No quisimos prestar atención a una persona talentosa simplemente porque estamos enceguecidos por las apariencias. Al final todos se pusieron de pie y la aplaudieron a rabiar. Susan Boyle, una modesta escocesa, fue una mujer que con su preciosa voz sostuvo un espejo frente al mundo, y todos vimos lo que realmente somos, o en lo que nos hemos convertido.

Una sociedad obnubilada por la estupidez e incapaz de reconocer el talento, es una sociedad condenada al fracaso. Si queda alguno por ahí que aún no haya visto el video, pueden verlo ahora (aquí subtitulado), o pueden repetírselo.


Susan Boyle en Britain's Got Talent

8 comentarios:

Manuel dijo...

Tan nice la Karin, le faltó sólo hacer referencia a McLuhan y la "aldea globlal"

socióblogo dijo...

yo pienso que ese interés por las celebridades tiene que ver con la importancia que tiene la vida privada, la vida cotidiana, en sociedades liberales (¿la libertad de los modernos de la que hablaba Constant?). buena parte de las audiencias quiere saber cómo viven su vida privada, cómo enfrentan las dificultades cotidianas, estas celebridades.

entonces los temas "importantes", como la recesión, se tratan en algunos casos desde la perspectiva micro: cómo enfrenta tal actor la vida con un presupuesto reducido (es sólo un ejemplo inventado). a veces no es sólo como viven su vida cotidiana celebridades, también parece interesar eso mismo de gente corriente.

Chile Liberal dijo...

O sea es por el instinto de la copucha, lo que en sí incluso es saludable. Que a partir de ello florezca una sociedad de la copucha y el chisme me parece positivo siempre y cuando haya gente capaz de procesar esa información y entregársela a las masas con valor agregado.

El problema es cuando no se sale de ello. En Chile algunos de esos programas a media mañana u otros de farándula son tan bajos que llega a doler el cerebro de verlos.

Y a lo que apuntaba en el artículo es cómo hemos creado una cultura en torno a lo inútil, que no nos deja siquiera creer que una mujer fea de 47 años pueda tener talento.

Otra cosa es lo que, creo, dice Manuel, y es que Karin Ebensperger escribe unas obviedades que no pasan el nivel de la observación básica.

Nicolas V. dijo...

Siempre me llamo la atencion q Karin Ebensberger aunque te este contando sobre una matanza en Palestina o otra tragedia no quita la sonrisa de la cara y te lo cuenta como si estuviese hablando de un paseo por fantasilandia

Chile Liberal dijo...

Nicolás V: yo creo que es porque Karin Ebensperger era idónea en una época en que los comentaristas en TV tenían que decir todo sin decir nada, es parte de la generación acostumbrada a obedecer, y que tenía prohibido disentir. Hoy sigue escribiendo pero no dice nada. Su expresión es de nada.

De hecho, si la sacaran, nadie se daría cuenta.

Veo en su curriculm vitae:
-Durante 25 años comentarista internacional en el noticiario central, “Tele 13”, Canal 13-TV,Santiago de Chile. (1980-2005)Sus comentarios no salen de las obviedades y los lugares comunes, y no pasa de reptir lo que dicen otros, aunque ya esté obsoleto.

Chile Liberal dijo...

El siguiente mensaje fue enviado a nuestra casilla. Aquí lo reproduzco:

"Respecto de su comentario de la mediocridad de las columnas de el
mercurio de Stgo., me permito agregar lo siguiente:
También es una verguenza nacional, los programas de la Tv, en los
horarios de la mañana, donde todos los canales se pelean el raiting, sacando
los trapitos al sol a cuanto personaje del ambiente de la farandula se les
cruce por delante.
Yo pregunto, (y lo he consultado con el consejo nacional de Tv,
el que no tiene respuesta al respecto), que aporte cultural tiene esta programación,
que lo unico que hace es aumentar el copucheo y la mediocridad en gran parte
de la población, en consecuencia que podrían tener programas culturales que
hacen tanta falta en nuestro país."

La verdad es que si la mayoría de los chilenos no lee, no compra libros ni tiene libros en su casa, tampoco tiene un carné de bibioteca, y ni siquiera reclama tener acceso a la cultura, entonces no se puede pedir otra cosa a la TV. Es una lástima.

Mario Abbagliati dijo...

"Sarah Palin fue la culpable que McCain perdiese".

Obvio. Un tal Barak Obama no tuvo nada que ver, como tampoco el voto de castigo para Bush.

"Creo que es deber de cualquier lector de este blog (en su mayoría gente educada) el ser suscriptor de un diario, o sea, de recibir un diario impreso todos los días."

¿Por qué aconsejas a tus lectores que tiren la plata?

"Si el "patrón oro" de la prensa chilena es El Mercurio, creo que tenemos una calidad de prensa enferma de rasca y tendremos que conformarnos con prensa foránea."

Que sutil. Imagino que será ironía.

"Hemos caído tan bajo que Sarah Palin entusiasma a Karin Ebensperger por tener muchos hijos, y uno de ellos mongolito: eso fue valentía."

Que elegancia en la exposición, que tacto. Con relaciones públicas de ese tipo, tenemos asegurados 100 de ostracismo para las ideas liberales.

"Una sociedad obnubilada por la estupidez e incapaz de reconocer el talento, es una sociedad condenada al fracaso."

Interesante reflexión. ¿Cómo explicas que la sociedad más culta de Europa diese lugar al nazismo?

Ignacio Burges dijo...

Asi como va la prensa me tendre que suscribir a The Clinic, en donde leo articulos muy interesantes que jamas estaran ni en La Tercera ni en El Mercurio, como la censura del programa de Diaz y Peirano en Canal 13, o el interesante articulo del historiador liberal Alfredo Jocelyn-Holt sobre la propusta de la derecha mas recalcitrante (e ignorante) de como tiene que ser la ensenanza de la Historia de Chile.
http://www.theclinic.cl/2009/04/10/la-ultima-arremetida-del-pinochetismo/