"Los tengo a todos identificados"
- Augusto Pinochet
Las razones para eliminar el carné de identidad
Observábamos una "numerosa" protesta, de no más de 100 personas, con un amigo inglés. Llegó la policía, comenzaron los intercambios de palabrotas. Hubo algunos intentos por desviar la marcha y empezaron los empujones y la confusión. Con mi amigo nos encontramos de pronto en medio de la batahola. Un paco nos pide a mí y a amigo que nos largásemos (él es fotógrafo). De la nada otros pacos nos agarran y nos amenazan con que si no nos vamos, nos van a detener. Mi amigo, desafiante, le contesta a uno: "No, no me voy". El paco, autoritario, contesta: "Señor, lo voy a tener que detener entonces. Cuál es su nombre". Mi amigo, impertérrito, responde: "Michael". "¡Y su apellido, señor!", pide el paco. "Mouse", contesta mi amigo. El paco lo mira con furibunda cara de pregunta: "What". "Michael Mouse, es mi nombre. Soy Mickey Mouse". Nadie se rió del chiste. "Lárguense por favor", y nos dejaron ir.
Ocurre que ni en Gran Bretaña ni Irlanda existe el carné de identidad. "¡Muy mal eso pues!", me contestó una vez un chileno descendiente de exiliados de Suecia, mientras conversábamos en el avión de regreso a Chile. Lo que me produjo no poca extrañeza. "La seguridad es muy importante", insistía condescendiente, apuntando con el dedo índice. "Si a uno se le pierde la tarjeta de crédito, ¿qué hace?". El tipo me entró a hinchar las pelotas. "¿Acaso con carné de identidad no hay más robos de identidad?", fue mi irónica respuesta.
El tiempo, como siempre, demuestra que tengo la razón. Leo hoy en la edición dominical de El Mercurio que Dicom, bancos, inmobiliarias y universidades han comprado la base de datos del registro electoral. La información proporcionada incluye datos personales y, crucialmente, el RUT (ID Number). La cifra pagada fue $40 millones. Ningún chileno ha recibido un peso por ello. Esto es un robo descarado alevoso y avergonzante desde el punto de vista que se le mire: un hurto de la identidad de cada uno, y un paso firme hacia la instauración de un Estado Policial, donde un Gran Hermano controlará la vida y la intimidad de cada individuo. Súmenle las omnipresentes cámaras de seguridad, el creciente poder del gobierno central—con la venia del público embobado—y la insaciable sed de poder de socialistas y conservadores, y la mezcla fatal será la materialización de la novela "1984" de George Orwell.
NO AL ESTADO POLICIAL
Lo curioso del señor de Suecia es que cuando Pinochet se tomó el poder, comenzó en Chile una nueva etapa en la vigilancia de de ciudadanos por parte de los organismos represores del Estado, cuyo fundamento fue renovar el carné de identidad, y de seguro fue más fácil exiliar gente una vez que ya estaban identificados. El propio tipo que reclama por la inexistencia del carné ha sido víctima de ese instrumento represivo.
Observábamos una "numerosa" protesta, de no más de 100 personas, con un amigo inglés. Llegó la policía, comenzaron los intercambios de palabrotas. Hubo algunos intentos por desviar la marcha y empezaron los empujones y la confusión. Con mi amigo nos encontramos de pronto en medio de la batahola. Un paco nos pide a mí y a amigo que nos largásemos (él es fotógrafo). De la nada otros pacos nos agarran y nos amenazan con que si no nos vamos, nos van a detener. Mi amigo, desafiante, le contesta a uno: "No, no me voy". El paco, autoritario, contesta: "Señor, lo voy a tener que detener entonces. Cuál es su nombre". Mi amigo, impertérrito, responde: "Michael". "¡Y su apellido, señor!", pide el paco. "Mouse", contesta mi amigo. El paco lo mira con furibunda cara de pregunta: "What". "Michael Mouse, es mi nombre. Soy Mickey Mouse". Nadie se rió del chiste. "Lárguense por favor", y nos dejaron ir.
Ocurre que ni en Gran Bretaña ni Irlanda existe el carné de identidad. "¡Muy mal eso pues!", me contestó una vez un chileno descendiente de exiliados de Suecia, mientras conversábamos en el avión de regreso a Chile. Lo que me produjo no poca extrañeza. "La seguridad es muy importante", insistía condescendiente, apuntando con el dedo índice. "Si a uno se le pierde la tarjeta de crédito, ¿qué hace?". El tipo me entró a hinchar las pelotas. "¿Acaso con carné de identidad no hay más robos de identidad?", fue mi irónica respuesta.
El tiempo, como siempre, demuestra que tengo la razón. Leo hoy en la edición dominical de El Mercurio que Dicom, bancos, inmobiliarias y universidades han comprado la base de datos del registro electoral. La información proporcionada incluye datos personales y, crucialmente, el RUT (ID Number). La cifra pagada fue $40 millones. Ningún chileno ha recibido un peso por ello. Esto es un robo descarado alevoso y avergonzante desde el punto de vista que se le mire: un hurto de la identidad de cada uno, y un paso firme hacia la instauración de un Estado Policial, donde un Gran Hermano controlará la vida y la intimidad de cada individuo. Súmenle las omnipresentes cámaras de seguridad, el creciente poder del gobierno central—con la venia del público embobado—y la insaciable sed de poder de socialistas y conservadores, y la mezcla fatal será la materialización de la novela "1984" de George Orwell.
NO AL ESTADO POLICIAL
Lo curioso del señor de Suecia es que cuando Pinochet se tomó el poder, comenzó en Chile una nueva etapa en la vigilancia de de ciudadanos por parte de los organismos represores del Estado, cuyo fundamento fue renovar el carné de identidad, y de seguro fue más fácil exiliar gente una vez que ya estaban identificados. El propio tipo que reclama por la inexistencia del carné ha sido víctima de ese instrumento represivo.
Esto lo sabía muy bien Winston Churchill, quien debió eliminar en el Reino Unido las infames ID Cards gracias a la desobediencia civil de un ciudadano común y corriente, don Clarence Willcock, quien simplemente se negó a mostrar su carné de identidad a un policía. Su caso llegó a la Corte Suprema, y finalmente, este modesto obrero logró pulverizar a la poderosa burocracia británica. Su ejemplo es similar al de Rosa Parks, otra ciudadana común cuyo acto de desobediencia civil hizo estallar la chispa que pondría fin a la segregación racial.
En Chile, el ex hombre fuerte Augusto Pinochet pudo fácilmente perseguir, reprimir, vigilar, torturar, espiar, matar y hacer desaparecer gracias al infame RUT. El gobierno puede fácilmente rastrearnos al asignarnos un maldito número. Pueden cobrarnos impuestos con el RUT. Dicom nos mantiene bajo control con el RUT. Éste no es "voluntario", sino una imposición sobre ciudadanos supuestamente libres, quienes se ven obligados a portarlo, y a identificarse ante las fuerzas policiales bajo pena de cárcel o multas de hacer lo contrario.
El RUT y el carné de identidad le dan un poder descomunal al gobierno. Una dictadura jamás podría imponerse sobre un grupo no identificado de ciudadanos. La eliminación de ese documento de la vergüenza es el mejor "NUNCA MÁS" que podemos declarar después de la dictadura asesina que rigió a Chile, país que ostentaba una de las tradiciones republicanas más largas del mundo. Se ha conmemorado otro aniversario del golpe. Es ahora el momento, más que nunca, de continuar nuestra defensa por las libertades individuales y civiles. No podemos defender nuestras libertades civiles mientras nos obliguen a identificarnos, a fotografiranos, y a identificarnos.
En Chile, el ex hombre fuerte Augusto Pinochet pudo fácilmente perseguir, reprimir, vigilar, torturar, espiar, matar y hacer desaparecer gracias al infame RUT. El gobierno puede fácilmente rastrearnos al asignarnos un maldito número. Pueden cobrarnos impuestos con el RUT. Dicom nos mantiene bajo control con el RUT. Éste no es "voluntario", sino una imposición sobre ciudadanos supuestamente libres, quienes se ven obligados a portarlo, y a identificarse ante las fuerzas policiales bajo pena de cárcel o multas de hacer lo contrario.
El RUT y el carné de identidad le dan un poder descomunal al gobierno. Una dictadura jamás podría imponerse sobre un grupo no identificado de ciudadanos. La eliminación de ese documento de la vergüenza es el mejor "NUNCA MÁS" que podemos declarar después de la dictadura asesina que rigió a Chile, país que ostentaba una de las tradiciones republicanas más largas del mundo. Se ha conmemorado otro aniversario del golpe. Es ahora el momento, más que nunca, de continuar nuestra defensa por las libertades individuales y civiles. No podemos defender nuestras libertades civiles mientras nos obliguen a identificarnos, a fotografiranos, y a identificarnos.
No al carné de identidad. No al RUT. No, No, NO, y NO!!
(Los dejo con un video del líder del los Liberal Democrats, Nick Clegg, quien presenta su argumento contra la introducción en el Reino Unido del carné de identidad.)
(Los dejo con un video del líder del los Liberal Democrats, Nick Clegg, quien presenta su argumento contra la introducción en el Reino Unido del carné de identidad.)
6 comentarios:
Vaya, hace tiempo que no estaba tan de acuerdo con esta columna.
Basta de CNI! (Cédula Nacional de Identidad)
¿Sigue en vigencia la Ley de Patriotismo Obligatorio? (Luzca la bandera chilena en su casa durante Fiestas Patrias, o marche preso.=
No puedo creer que hayan vendido la base de datos del Registro Electoral!
Lo encuentro una vergüenza, como están las cosas yo les volvería a pagar para que saquen mis datos de esa lista.
Me tienen harta los idiotas que me llaman al celular, me mandan cartas y panfletos, me mandan e-mails y me huevean gracias a que alguien decidió vender mis datos sin preguntarme si me importaba.
Respecto de la bandera, no sé dónde la guardé y la última vez que la puse fue un cacho que no se cayera, no se enredara con las ramas del árbol, no se ensuciara, etc. No pienso ponerla y que vengan los pacos a buscarme por la chucha.
Creo que incluso está prohibido quemar esa cagada de bandera. Ya saben, por quemar un trapo, a la cárcel.
Pero por no vender nuestros datos, nadie se preocupa.
De esto me di cuenta viviendo en EEUU, alla solo a los delicuentes le toman huellas, porque aca en Chilito tenemos que obligatoriamente estar fichados? Lo encuentro propio de un estado policial, si el carne fuera sin huella, lo encontraria mas aceptable, y la derecha conservadora de este pais quiere reponer la detencion por sospecha, ojala Pinera no les haga caso, lo dudo.
Piñera es la derecha conservadora. El resto de la derecha chilena es fascista (clerical).
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