domingo, 24 de julio de 2011

¿Es legítimo que el Estado cobre impuestos?



"El impuesto es el precio que debemos pagar por vivir en la civilización"
Oliver Wendell Holmes

Muy a mi pesar, he tenido que rellenar la Déclaration de chiffre d’affaires y hacer mi cotisation trimestral. "Ouch!" fue mi comentario al ver la cantidad que debo pegar este trimestre por mis actividades. Lo que ha conminado a Chile Liberal a reflexionar sobre el siempre espinudo y controversial tema del pago de impuestos. ¿Es legítimo que paguemos impuesto? De hecho, ¿qué es el impuesto? En este artìculo pretendo establecer que desde una perspectiva liberal es plenamente legítimo que —bajo ciertas circunstancias— los individuos paguemos tributos al Estado, y que dicho desembolso no constituye ni un latrocinio, ni un saqueo de nuestros bolsillos, ni menos aún implica que el Estado sea el "asaltante de caminos", como normalmente arguye el conservadurismo ramplón con sus coloridas exageraciones.

Primero, estamos de acuerdo con John Stuart Mill, filósofo y economista británico, quien afirma que el impuesto es "una forma moderada de robo" ("a mild form of robbery"). Pongo el énfasis en "moderada", porque no es un hurto ni un atraco. Nadie paga feliz de la vida los impuestos, eso está claro, pero deben pagarse y quien se niegue debe enfrentar las penas correspondientes. En apariencia, es injusto que parte del fruto de mis labores deban ser entregadas —bajo amenaza de castigo si no accedo— al Estado, a pesar de que en ningún momento ni he firmado un documento otorgando mi consentimiento ni tampoco he acordado cuánto pagar, más aún es dinero que me quitan producto de "mi" propio esfuerzo. 

Pero, ¿es realmente "mi" propio esfuerzo? George W Bush hizo célebre su presidencia con la frase "It's your  money" para justificar las rebajas de impuesto, frase que buscaba graficar que el gobierno sólo devolvía lo que le pertenece a cada uno (si hubiese disminuido el gasto no habría dejado al país con un déficit de medio trillón de dólares, despilfarrando el histórico superávit que le dejó Bill Clinton). ¿Es realmente "mi" dinero? Chile Liberal sostiene que no. ¿Pero cómo? ¡Sacrilegio! ¡Hay que rechazar totalmente al Estado y el impuesto siempre es malo!, dirá el conservadurismo-anarquista en una de sus acostumbradas diatribas.

Pues se equivocan. Toda actividad productiva que yo realice no se debe exclusivamente a mi propio esfuerzo sino que parte del fruto de mi propio trabajo se debe a los beneficios que me entrega el Estado como por ejemplo infraestructura, capital social, seguridad, derechos de propiedad. Sin ellos, no podría producir nada. El economista Herbert Simon (premio nobel 1978) de hecho calculó que en los países más prósperos y avanzados hasta un 90% de la producción es gracias a los beneficios que entrega el vivir en un Estado, principalmente gracias al capital social. En ninguna parte la gente tributa un 90% de sus ingresos al Estado, por lo tanto, cada vez que pagamos impuesto de hecho estamos haciendo un gran negocio, ya que el capital social y el Estado de derecho nos permite producir una enorme cantidad de dinero y el Estado nos exige a cambio una cifra muy menor al 90%. Mirado bajo este prisma, difìcilmente se puede considerar "mi" dinero, sino que gran parte de él es plata que logré gracias al Estado.

Un estudio del 2005 efectuado por el Banco Mundial corrobora lo anterior al concluir que gran parte de la riqueza de un país se origina a partir de capital intangible, es decir, gracias al capital humano, el funcionamiento institucional de una nación, y el Estado de derecho, entre otros. El estudio concluye que el 82% de la producción de EEUU es posible gracias al capital intangible, y un 56% gracias al Estado de derecho. Podemos declarar con bastante seguridad que vivir en un Estado no es equiparable a vivir violentado por las leyes o poco menos que asaltado a cada momento por el maligno Estado. Gran parte de lo producido es gracias al Estado, siendo el propio Estado un factor más de producción, que en realidad facilita la producción y hace más expedito el funcionamiento del mercado.

Establecido que el impuesto no es necesariamente un robo violento, pasemos al segundo tema: el consentimiento. ¿Hemos asentido a que nos cobren impuestos? Siguiendo el punto anterior, podemos dar respuesta a esta pregunta si pudiésemos desmantelar el Estado, o si nos mudamos —libremente—a un país sin Estado. Pues para que vean ustedes, amigos lectores de Chile Liberal, en estos momentos se está llevando a cabo uno de los experimentos más curiosos que el mundo contemporáneo ha visto, y es el de eliminar por completo un Estado y dejar que las gentes vivan sus vidas sin coacción estatal, lo que en teoría —siguiendo a Fredereich Von Hayek, un pensador conservador austríaco— permitiría que surja el famoso "orden espontáneo", sistema maravilloso en que todos cooperamos libremente y de forma pacífica. Pues en Somalía se ha eliminado al Estado y el país ha vivido en lo que llamaremos, para claridad de este artículo, una "situación sin Estado". El Instituto Von Mises (inspirado en Ludwig Von Mises, otro pensador austríaco) publicó el 2006 el artículo Sin Estado en Somalía, y nos encanta, donde describen las maravillas que ocurren en Somalía, donde sus habitantes están mucho mejor que bajo las corruptocracias que los gobernaban, y en general auguran un futuro promisorio, donde la familia es la base de la sociedad y las tribus y clanes viven en el paraíso de la situación sin Estado.

Para mala pata de los seguidores de Von Mises, Von Hayek, y todos los Von en general, Somalía duró menos que un candy como  paraíso sin Estado —si es que alguna vez fue tan paradisíaco— y en estos momentos ha estallado una impactante hambruna, y —deliciosa ironía del destino— los "progres" de la ONU se han instalado en el país para alimentar a la población. Pues el resultado es que sin la malicia estatal lejos de surgir el orden espontáneo hayekiano, se desata el caos y la violencia, lo que impide cualquier forma de organización y menos aún de producción. Lo dicho anteriormente reafirma por qué es aceptable que el Estado cobre impuesto asumiendo que los individuos han entregado su consentimiento: si no quieren pagar impuesto, vayan a Somalía, ahí vivirán "libres". De paso, allá se pondrán a régimen y cada día será excitante, lleno de aventuras, pero lo más probable es que de producción naca la pirinaca. Ni siquiera los del instituto Von Mises cambiarían la exquisita sofisticación y al aire cosmopolita de .... um.... Auburn, Alabama, por la "libertad" del paraíso de Somalía. Chile Liberal en todo caso los invita a irse a Somalía y ojalá que se queden allá y que no vuelvan.

Hay un tercer punto que además conviene aclarar. El Estado en sí, a secas, no es garantía de nada. Corea del Norte es un Estado, y su población también ha sufrido las más atroces hambrunas. De hecho, es más fácil alimentar a los somalíes ya que sin Estado las fuerzas de la ONU pueden entrar y por último agarrarse a balazo limpio con las guerrillas hasta neutralizarlos y así posibilitar la distribución de alimentos, que entrar a Corea del Norte donde Kim Il Jong puede desatar un conflicto nuclear. Cuando hablamos de Estado al que nos referimos es a un Estado democrático, donde la autoridad es elegida por los ciudadanos mediante elecciones, donde el gobierno preserva las libertades, y donde los mismos gobernados participan en la promulgación de las leyes que los rigen. Nada de esto se observa en Corea del Norte, pero sí en la mayoría de los países donde, incluso por pobres que sean, no llegan a la humillación del hambre y la violencia como en Somalía. Dicho de otro modo, ni bajo los peores tiroteos en Ciudad Juárez se está peor que en Somalía. El asunto es como perfeccionar al Estado para que la imposición de la ley no afecte la libertad individual. Me parece que este es el desafío liberal, y no el discurso ramplón sobre la inmoralidad del impuesto. 

Cuando los individuos pueden ejercer ciudadanía, y participar de las leyes, y mediante esas leyes se fija la tasa de impuesto, entonces nuevamente constatamos que no hay nada perverso en exigir que se paguen, ni se vulnera la individualidad, sino que al contrario, todos participamos en la fijación de los tributos, por lo tanto, como se ha explicado aquí, es posible asumir que todos hemos consentido a meternos la mano al bolsillo y pagarle al Estado lo que corresponde.

Y finalmente un cuarto punto, uno altamente controversial, porque con lo anterior nos hemos enfrentado a los conservadores, pero ahora corresponde enfrentarnos contra los socialistas. ¿Cuánto es lo justo que debemos pagar? Porque ya establecimos que es aceptable que nos cobren, la cuestión ahora es determinar cuánto. Pues esto ya lo abordó hace muchos siglos el economista tunisio Ibn Jaldún. Claro, en el siglo 14 ya empezó a notar que el gobernante debía tener cuidado con cuánto cobrar porque si la tasa es demasiado alta, se desalienta la producción. (A todo esto, no vaya a creer aquí algún pajarito que la economía nació en la Escuela de Salamanca, no pues, si ya en Túnez existían profundos conocimientos sobre la materia, y fue desde aquí que mediante la Escuela de Toledo los "moros" —¡puaj!— le entregaron a los europeos todo el conocimiento que la iglesia Católica destruyó al arrasar con todas las bibliotecas del Continente, incluso la Biblioteca de Alejandría en África). A lo que apuntamos es que los impuestos siempre deben ser bajos. Esto es plenamente en línea con la postura ideológica de Chile Liberal de Estado mínimo y bajos impuestos. En sus estudios, Ibn Jaldún notó que llega un momento en que el gobernante hace más mal que bien en subir impuestos, y por contraintuitivo que parezca, al bajar impuestos el Estado logra recaudar más, ya que al reducir las contribuciones estimula la producción y cobrando menos impuestos termina recaudando más. Esto, como ya sabrán varios de mis amables y perspicaces lectores, fue el antecedente de la célebre Curva de Laffer, llamada así en honor al economista epónimo quien se inspiró en Ibn Jaldún para establecer justamente lo que proponemos: bajar impuestos hasta determinar el punto óptimo en que el Estado logra recaudar más interfiriendo menos. Algo simple pero imposible de entender para un socialista.

Como saben, les contaba antes que Chanchi sufrió de un inusual caso de sarampión. Bueno, al ir al médico tuvimos la desgracia de constatar que después del maligno robo que perpetra el Estado asaltante de caminos nos vimos obligados a sufrir las malicias del servicio de salud francés, elegido por la OMS como el mejor del mundo. Ahí, claro, no dije "ouch" sino que dije "wow". Los socialistas no se suban por el chorro, porque de todos modos se debe realizar un copago, no vayan a creer los pajaritos que el sistema es "gratis y de calidad para todos", nada es gratis, hay que pagar. El sistema funciona mediante un sistema de mutuales en que uno también puede contratar un seguro privado para no verse enfrentado a varias de las falencias del NHS británico (que sí es "gratis") donde hay que esperar más de una semana para conseguir hora con el médico y no es posible elegir el especialista, lo que obliga a muchos británicos a preferir atenderse en Francia. Pues es ahí donde es tarea de todos exigir calidad y que nuestro dinero se use como corresponde, con eficiencia. Pero despotricar hasta por los codos contra el Estado me parece más chifladura propia del Tea Party que algo sensato. Y ojo, que shut it down shut it down chilla el Tea Party para clausuar el gobierno y así ser libres. Pero hey, cuando llega la hora de los quiubo, hasta el Tea Party se opone a privatizar la salud. Contradicciones del anarquismo conservador. 

Lo de oponerse à la Tea Party a los impuestos y al Estado, aparte de intrínsecamente contradictorio y abiertamente estúpido, es una forma de conservadurismo deontológico de corte fundamentalmente moralista, que todo considera "agresión" y "coacción" y se opone a ello porque es malo. En este sitio desde siempre cultivamos un libertarianismo consecuencialista, que evalúa las acciones por el mérito de sus resultados, y seguiremos defendiendo una interferencia mínima del Estado y unas tasas tributarias bajas. En nuestro esquema, por lo anteriormente expuesto, es legítimo que el Estado nos cobre impuestos, y es obligación pagarlos.

domingo, 17 de julio de 2011

El día de gloria ha llegado

Este artículo será contundente en imágenes y videos, y menos en texto, ya que lamentablemente ayer a Chanchi la han diagnosticado sarampión, y como se imaginarán ando corto de tiempo.

Bueno, empecemos. Como se imaginarán, para un autodenominado jacobino como Vuestro Humilde Servidor, me propuse prepararme como corresponde para tal magno evento así que hace dos semanas fui a la extraordinaria Médiathèque (biblioteca audiovisual) de mi barrio (tenemos 10 sólo aquí en el 15ème arrondissement, y de una calidad que uno llega a cagarse) y saqué un libro: Robespierre, ou l'impossible filiation, que nos describe la personalidad del Incorruptible pero desde un ángulo sicológico, ahondando en las patologías mentales de tan ilustre personaje de la historia quien, hay que decirlo, no sólo estaba más loco que una cabra, sino que claramente mostraba rasgos de sicópata.

Este año lo celebré bien. Nunca como un 18 de septiembre (día nacional de Chile), pero bueno igual. La víspera de la Toma de la Bastilla, el día 13, fue un momento muy especial para Vuestro Humilde Servidor. Terminé mis labores temprano, como todos excepto Chanchi —quien trabaja como china, eso de las 35 horas semalaes es sólo para los trabajadores—, y me fui al legendario Café Les Deux Magots, otrora el bar favorito de los existencialistas, principalmente de Jean-Paul Sarte y de uno de mis mpaximos ídolos de siempre, Albert Camus. Del aperitif ahí luego nos fuimos posteriormente a Le Procope, del que ya he hablado antes. Este es un restaurante de especial significado para Vuestro Humildísimo Servidor porque fue ahí mismo donde un grupo de reformistas radicales, habitués del lugar, entre trago y trago decidieron un bien día que no aceptaban más huevadas y al parecer exaltados con la arenga de uno de ellos, a quien llamaban El Incorruptble, decidieron que a la mañana siguiente había que hacer algo para cambiar la situación, cualquier cosa, por último dejar la cagada, y al final lo que ocurrió que la infame cárcel de La Bastilla fue ocupada y en los días, meses y años venideros se desatarían los hechos que hoy, colectivamente, llamamos "Revolución Francesa".

El mundo nunca sería lo mismo después de 1789. Su legado —eso de que la masa furiosa salga a las calles—, lo constatamos incluso hoy desde la Plaza Tahir de El Cairo, la avenida Bourguiba en Túnez, e incluso en Bengazi, reducto de resistencia al demente de Muammar Gaddafi, también en los jóvenes diplomados "en paro" en la Puerta del Sol, hasta la Revolución Pingüina en Chile y hoy, la Movilización Estudiantil. O sea, en los estudiantes chilenos hasta en la Primavera Árabe vemos florecer hoy a las bisnietas de la Revolución Francesa. Es que la Revolución amigos míos nunca terminó, ni debe nunca terminar, porque el revolucionario se vuelve conservador el primer día de la revolución, por eso el espíritu reformista no debe apagarse jamás. Con toda modestia, Vuestro Humilde Servir, 222 años más tarde de aquel mítico año de 1789, reservó una de las mesas del Procope y dio partida al día feriado con que se conmemora aquella fecha tan importante (dicho sea de paso, para una aplastante mayoría de franceses este no es más que un día feriado sin mayor significación). Además, muy importante, Chile Liberal practica el hedonismo ilustrado y somos muy pero muy sibaritas.

El menú del Procope es bastante bueno. Nada fastuoso ni tremendamente chic, sino que fiel al espíritu revolucionario, tiene un toque popular pero básicamente es accesible para todo el mundo. Como entrada, algo livianito, como toda la comida francesa: foie gras de canard, que esta vez venía acompañado de un pan con frutas y un coulis. El vino que nos acompañó fue un tinto Côtes du Rhône :

Lo choro de todo esto es que mucho antes de los revolucionarios, ya venían a este lugar los padres ideológicos de ellos: desde Voltaire a Rousseau, pasando por los enciclopedistas —si lo piensan bien, Diderot y D'Alember fueron los precursores de Wikipedia— hasta Benjamin Franklin o Thomas Paine. Ya en aquella época —estamos hablando del siglo 17—, el plato tradicional del célebre Procope era la Tête de veau en cocotte, o sea "cabeza de ternero a la olla". Pues adivinen: eso mismo pedí en esta ocasión. Chanchi fue por un más tradicional Coq au vin. Lo encachado es que lo traen en la misma olla y a uno se lo sirven en el plato. De postre pedimos un profiterole. Pueden ver a continuación el menú y unas fotos del local. Ni vayan a pensar que a uno le traen la cabeza así entera, nunca tan gore.

El día siguiente comenzaron las festividades a las 10 de la mañana con el tradicional defile, a la que también fui. Desgraciadamente Chanchi ya andaba un poco enferma y no se la pudo para levantarse temprano, por lo que no pudimos ir a su oficina a ver el desfile: su bureau está justo en los Champs Elysées, así que como el resto de los ciudadanos tuve que ponerme ahí tras la reja y verasí nomás el despliegue de armamento y personal militar, así como también de organizaciones ciudadanas, incluido, curiosamente, una unidad de Bomberos de Chile (Chanchi los vio por la tele, yo no los vi). Después caminamos por la avenida principal de la ciudad y subimos el Arco del triunfo.

Al bajar nos decidimos volver a casa porque Chanchi empezó a sentirse un poco débil, y al final sólo yo salí de noche para asistir al Concierto por la Igualdad, en el parc du Champ-de-Mars, a los pies de la Torre Eiffel. En una ciudad intercultural, multilingüe y pluriétnica —propio de las sociedades contemporáneas esclarecidas— , creo que todos hemos acusado recibo del golpe bajo que significó el rechazo al matrimonio homosexual, y por otro lado, la difícil y muy dolorosa decisión el prohibir el uso del burqa, pero la verdad es que entre todos debemos aprender a convivir y respetarnos mutuamente porque si queremos que París siga siendo un santuario de tolerancia —como históricamente lo ha sido y sigue siéndolo—, debemos continuar exaltando valores tan importantes para una sociedad esclarecida como lo es la igualdad. 

Y para coronar todo, vinieron los fuegos artificiales, muy tarde, pero valió totalmente la pena ya que la calidad del despliegue pirotécnico fue apoteósica, y cuando se tiene como telón de fondo la Torre Eiffel, y todo en un día tan simbólico como el 14 de julio, pues ¿qué más se puede decir? Nada. Puse al final un video de la última parte del show de fuegos artificiales por si quieren verlo.

Para terminar diré que cada vez que se practica la intolerancia se construyen nuevas Bastillas, y no son sólo las tiranías las que yerguen estas afrentas, sino que nosotros mismos también cuando discriminamos, cuando no respetamos a nuestro prójimo, cuando nos olvidamos que debemos exaltar las legítimas diferencias, no acallarlas. No debemos dejar de tomarnos esas Bastillas si queremos edificar una sociedad abierta, pluralista, esclarecida, tolerante, e incluso permisiva. No digo nada más porque voy a llevarle el paracetamol a Chanchi porque está con fiebre y roja como langosta. Estaré leyendo vuestros siempre inteligentes comentarios desde mi BlackBerry pero no podré postear ni comentar mucho esta semana.

domingo, 10 de julio de 2011

Affaire DSK: Complot

Demasiados indicios en el "Affaire DSK" apuntan al Elysée
Para entender lo ocurrido el el 14 de mayo, día en que el ex director del Fondo Monetario Internacional fue arrestado, viajemos a comienzos de aquel mes, cuando una foto de Domique Strauss-Kahn y su mujer, la famosísima personalidad de TV Anne Sinclair, salían de un lujoso Porsche. "Gauche caviar!", estalló la prensa y, por sobre todo, ese hervidero de cahuines llamado Twitter. El "incidente del Porsche" no es una cuestión baladí. Recordemos que DSK era según todas las encuestas el principal contendor de Nicolás Saroky, quien por estos días goza de piñerísticos niveles de aprobación, y si las elecciones se hubiesen celebrado en aquel momento, DSK ganaba por masacre. Hay un detalle muy importante en aquella foto del Porsche. El que la entregó a los redactores del matutino Le Parisien fue el redactor en jefe del sitio Atlantico.fr, Arnaud Dassier. No olviden este nombre, Arnaud Dassier, porque es clave para entender que hay gato encerrado en el Affaire DSK.

Hay otro pequeño gran detalle anterior al incidente del Porsche. DSK comentó al periódico Libération el 28 de abril que tenía la impresión de ser vigilado y perseguido, y que tenía tres puntos débiles que sus enemigos explotarían para descarriar su firme carrera al Elysée, "la plata, las mujeres y ser judío". Fue más allá e inlcuso comentó que podría ser víctima de una acusación de  una mujer que lo denunciaría por  haber sido "violée dans un parking et à qui on promettrait 500 000 ou un million d’euros pour inventer une telle histoire" (violada en un estacionamiento y a quien le ofrecerían 500 mil o un millón de euros por inventar la historia). DSK, sin duda, ya algo habrá sospechado, a no ser que de repente haya adquirido dotes adivinatorios.

Llega el 14 de mayo, Aeropuerto JFK, el jefe del FMI es arrestado después que una camarera reportase a la policía que el pasajero de la habitación 2806 del Hotel Sofitel la forzó a darle sexo oral, quedando incluso restos de semen en su ropa. El arresto ocurrió a las 22:45 hora de París (se dice que justo antes de ser detenido, DSK le dice a una pasante "bon cul", "buen poto"). Pues bien, ¿quién fue el primero en publicar en Twitter este incidente? Fue un señor llamado Jonathan Pinet, quien increíblemente twiteó el hecho transcurridos apenas 14 minutos después del hecho. Monsieur Pinet, curiosamente, es un militante del UMP, el partido de Sarkozy. "¡No seas mal pensado!", me dirán ustedes. Sigamos. La segunda persona en twittear el incidente, y de paso, hacer un RT al mensaje de Pinet, fue Arnaud Dassier... el mismo que había filtrado a Le Parisien la foto de DSK en el Porsche. Como dije antes, este sujeto es redactor en jefe de Atlantico.fr, un sitio cercano al UMP, y cómo no, si el propio Dassier fue jefe de campaña de Sarkozy y su asesor en temas ligados a redes sociales. ¿No les parece sospechoso todo esto?

Pues hay mucho más. Muchísimo más. El jefe de seguridad de la empresa Accor, asociada a la cadena Sofitel, es un francés, René-Georges Querry, otro cercano a Sarkozy. De hecho, éste fue el primer francés en conocer el incidente ya que lo llamaron directamente a su Blackberry mientras veía la final Lille versus Paris Saint-Germain del fútbol francés en el Stade de France, nada menos que en la tribuna presidencial a pocos metros de otros precandidatos presidenciales socialistas, y nada menos que muy cerca del mismísimo Nicolás Sarkozy, quien entregaría la copa al campeón. El presidente francés, como ha comentado Le Monde ayer (tengo una copia en mis manos), recién se enteró de lo que ocurría en el Aeropuerto JFK al otro día, a pesar de que nerviosamente revisaba su Blackberry durante el match, y a pocos metros de él, Querry en su Blackberry, ya era informado del evento. ¿Y cuál es la relación entre Querry, jefe de seguridad de Accor, y Nicolás Sarkozy? Pues nada menos que el hecho no menor que Querry fue condecorado con la máxima distinción de la République, la Légion d'honneur, el año 2002, por el presidente Nicolás Sarkozy. Según informó inicialmente el palacio presidencial francés, el presidente sólo se enteró de lo ocurrido la mañana siguiente mientras desayunaba. ¿Por qué entonces Martin Aubry, precandidata socialista y alcaldesa de Lille —en el estadio para aplaudir a su equipo— le comentó a Roselyne Bachelot, ministra de Sakrozy, que el presidente se veía inusualmente nervioso?

Y todo esto no termina ahí. El jefe de la policía de Nueva York, la célebre NYPD, es un tal Ray Kelly, acusado por varios de falta de rigor para evitar la seguidilla de trascendidos que llegaron a la prensa luego del arresto. "¡Ah, pero no hay conexión alguna entre el jefe de la NYPD y el presidente francés!", me dirán. Pues se equivocan: el 2006, Ray Kelly también fue condecorado con la Légion d'honneur ya que Kelly viajaba constantemente a Lyon, sede de la Interpol, y entre ambos, Kelly y Sarkozy, surgió una gran amistad.

Resulta que después de las fotos de DSK esposado, declarando ante un juez como si ya fuese culpable, entrando a tribunales en medio de una lluvia de gritos como "Shame on you!" y carteles "DSK Not In My Backyard" o "El ataque a una de nosotras es un ataque a todas", más protestas de grupos feministas, resulta que después de todo eso, todo se fue a las pailas. La denunciante, Nassifatu Diallo, al parecer conocía perfectamente quién era DSK según se supo al analizar conversaciones que ella efectuó con su ex marido en la cárcel (condenado por tráfico de drogas), y ha trascendido que la mujer ocasionalmente ejerce la prostitución. En un extraordinario "coup de théâtre", como dicen los franceses, la defensa solicita la libertad de su cliente y el juez la concede, y vuelve la sonrisa a Le Perv, el mismo que semanas antes decía a Libération que no le extrañaría ser víctima de un complot.

Y cuando ya todos se preparaban a ver el colapso del caso contra DSK por falta de fiabilidad de la denunciante, otra bomba estalla: la novelista francesa Tristane Banon declara también haber sido víctima de un intento de violación por parte de DSK, en el año 2002, hecho que una mujer pública como ella, con acceso a todos los medios de comunicación, no se habría atrevido a denunciar. Es decir, una mujer inmigrante que trabaja por el salario mínimo sí se atreve a denunciar a DSK por violencia sexual, pero la escritora y educada Tristane no, ya que su propia madre —ligada al ex jefe del FMI— le habría aconsejado guardar silencio. ¿Qué clase de mujer aconseja aquello a su hija? Esto es inverosímil. Y ojo... ah, "¡no me digas ahora que hay alguna conexión entre Tristane y el UMP!", me increparán ahora ustedes. Pues increíblemente, Tristane Banon es otra redactora de Atlantico.fr, sitio cercano al UMP, donde el editor en jefe es... Arnaud Dossier. Justo ahora que DSK prepara su regreso triunfal para retomar la campaña que probablemente lo lleve al Elysée, aparece otra querella. Si todo esto tiene la apariencia de un complot, si los indicios dejan entrever un complot, los involucrados muestran conexiones propias de un complot, entonces esto es muy probablemente un complot.

Todos se rieron de DSK. Otros se indignaron. Nadie se acordó que un acusado es inocente hasta que se demuestre lo contrario más allá de toda duda. Lo acusaron con el dedo pasándose por el traste la "presunción de inocencia", baluarte de las libertades de Occidente. DSK es lo que llamamos en Chile un "viejo verde", un sujeto de aspecto repulsivo que saliva como animal cuando ve una mujer, y es célebre además por ser el arquitecto de uno de los disparates más espectaculares que ha visto la economía francesa, la "semana de 35 horas", idiotez que tomará años en corregirse, si es que alguna vez se revierte. No obstante, el tipo hizo un buen trabajo en el FMI, a pesar que varias economistas "extrañamente" renunciaron a sus labores mientras el hombre dirigía el buque del organismo, hecho que por cierto no tiene nada de gracioso porque el acoso sexual al nivel que sea es algo terrible, al que nuestras mujeres, hermanas y amigas están expuestas. Podremos basurear como queramos a DSK, no obstante, está claro que la acusación de violación, cuestión gravísima, es tan débil que ya pronto quedará desechada. Todo lo indicado en este post nos lleva a ventilar públicamente el secreto a voces que corre en Francia: Dominique Strauss-Kahn, la carta presidencial más potente del Partido Socialista para vencer a Sarkozy, ha sido víctima de un complot.

viernes, 8 de julio de 2011

Keep Calm And Carry On

Tal como dijo Piñera, Chile va por el camino correcto. Lo importante es no dejarse llevar por las encuestas sino por los objetivos a largo plazo

Como se desprende de la filosofía que fundamenta a nuestro sitio, los objetivos que se ha planteado Chile Liberal, y que justifican su existencia en la blogósfera, son cultivar los valores cívicos y las virtudes republicanas, bajo el convencimiento que éstos iluminan el entendimiento y en último término nos conducirán a la edificación de una sociedad civilizada y esclarecida. Parte fundamental en todo esto es entender la importancia de los compromisos, el honor y el respeto a la palabra empeñada, así como adherir a los ritos ciudadanos que implica el vivir en una comunidad civilizada.

El día 17 de enero del 2010, los chilenos firmamos un pacto. Ese día, después de una ardua justa electoral, nombramos a uno de nuestros conciudadanos para dirigir las cuestiones de Estado. Esta persona, como sabemos, es Sebastián Piñera, quien finalmente asumió el poder el 11 de marzo, con el comprimiso de atenerse a la Constitución y las leyes, y para ejecutar el mandato que le entregamos.

Parte de aquel acuerdo es que, basados en la campaña, nuestro conciudadano no emplearía el poder entregado para refundar el país ni para iniciar revoluciones de ninguna especie, sino que, tal como lo interpretamos en aquel momento, el mandato fue retomar el crecimiento y continuar con el proceso reformista que el país merece. Consideramos que el país iba por el camino correcto, y lo que necesita es, como cuando uno anda despistado y pierde tiempo encontrando el camino, recuperar el valioso tiempo desperdiciado y, asegurados de que el camino encontrado es el correcto, pisar el acelerador y avanzar. Piñera fue un candidato que además ofrecía una saludable distancia de los desagradables elementos golpistas, ultramontanos y ultraconservadores recalcitrante que también lo apoyan (o apoyaban).

No cabe duda que Chile necesita reformas profundas. Continuamos gobernados bajo una institucionalidad impuesta a culatazos por aquellos que, incapaces de ganar en las urnas, entraron al palacio de La Moneda luego de bombardearla con Hawker Hunters hasta reducirla a cenizas, y sacaron al ex presidente muerto, una barbarie sin precedentes en nuestra historia republicana. Piñera, siempre más cercano a la Democracia Cristiana freísta que al golpsimo guzmaniano, prometía no continuar la senda extremista del golpismo y el autoritarismo. Y así ha sido, por ejemplo, como se planteó en la campaña, hoy avanzamos hacia el voto libre y también desde el extranjero, entre otras mejoras. Chile así todo ha continuado las reformas, recordemos que la Constitución, si bien redactada por el Gorila y su cáfila de mentecatos, fue al menos simbólicamente resarcida con la firma del ex presidente Ricardo Lagos quien, independiente de la evaluación que hagamos de su gestión, fue un presidente legítimo.

Chile necesita reformas, esto nadie lo pone en duda. Desgraciadamente, hoy varios elementos parecen olvidar la importancia del compromiso que adoptamos al nombrar a Piñera y comienzan a exigir cambios que van más allá de lo pactado al inaugurarse el cuatrienio del actual mandatario.

Los estudiantes chilenos, o al menos su dirigencia, pusieron en el tapete dos graves falencias del sistema de instrucción pública. El primero es que la idiotez de Daniel López y su cáfila prohibieron expresamente el lucro en la educación universitaria, no obstante, en oscuras jugadas sus adláteres comenzaron a fundar universidades privadas que mediante subterfugios obtienen pingües ganancias. Por otro lado, los secundarios han dejado de manifiesto una vez más que la administración municipal de los colegios no hace sino replicar las diferencias sociales, ya que desde luego los municipios más pobres administran peor sus escuelas. En un país como Chile, altamente segregado y con serias falencias de capital humano, un colegio en una comuna pobre será administrado por alcaldes y concejales pobres que harán de las escuelas en el mejor caso centros de mediocridad, y en el peor, laboratorios del delito y focos de maternidad adolescente (que es fuente de delitos).

¿Podría el gobierno de Piñera estar a favor de continuar el status quo y negarse a aplicar las reformas que subsanen lo anterior? Difícilmente. Las demandas de los estudiantes empezaron como cuestiones necesarias que este gobierno, formado por una coalición que históricamente ha sido de Oposición, tendría gran interés en mejorar, y así presentar como su gran legado en la próxima contienda electoral.

Los problemas comienzan cuando el petitorio de los estudiantes, cada vez que el gobierno ha accedido, se radicaliza y se desplaza hacia temas que van más allá de la educación, llegando a exigir demandas que van contra el rumbo que el país acordó seguir.

En su última oferta, el gobierno ha hecho lo correcto. Ha asignado 200 milones de dólares al presupuesto de educación y se ha comprometido a transparentar el lucro. Las universidades estatales deberán redefinir su relación con el Estado, mientras las Ues privadas deberán decidir si son instituciones con fines de lucro o no. Los intereses en créditos para estudiantes bajarán sus tasas a un razonable 3%. Nos parece que lo anterior es sensato y plausible.

Lamentablemene, la dirigencia estudiantil ha rechazado lo anterior. Uno de los líderes ha declarado que transparentar el lucro es como legalizar el robo en los supermercados al ver que la gente roba en ellos. ¿Es posible comparar el lucro con el robo? No, es una pelotudez. El lucro significa que yo ofrezco a alguien un bien, en este caso una formación profesional, y esa persona con ese bien adquirido podrá ganarse la vida. A cambio de ese bien corresponde pagar, como todo (incluso internet, la luz, y el agua, por cierto, todo debe pagarse). Nada tiene de malo el que esto sea así. ¿Y si ese "bien" es de mala calidad? Pues las reglas del juego deben ser claras y los postulantes deben informarse sobre qué expectativas de salario y empleabilidad les ofrecen. Se puede por ley forzar a las instituciones a entregar esta información, ya que para que haya mercado debe haber información simétrica en todos los actores de un intercambio, pero nada puede reemplazar la iniciativa del postulante para averiguar si la carrera que le ofrecen lo llevará a alguna parte o no.

Lo anterior tampoco es tan sencillo. Dejado sólo en las manos de las fuerzas del libre comercio, en el mercado de la educación superior crecerán como callampas las carreas de "tiza y pizarrón", porque son fáciles de ofrecer, y la demanda es siempre alta, las ganancias serán fáciles y rápidas. ¿Hay alguien que no quiera ser periodista, abogado o ingeniero comercial? No: demanda hay hasta por debajo de las piedras. ¿Es difícil montar una carrera de tiza y pizarrón? No, basta, justamente, un pizarrón, tiza, y unespantapájaros que haga las veces de catedrático. ¿Qué ocurrirá entonces si miles y cientos de miles caen en este juego? Pues luego veremos no a estudiantes en las calles, sino a diplomados, tal como los Indignados de la Puerta del Sol, gente a la que se le ofreció un futuro mediante la educación, y todo para ver que la empleada doméstica gana más que ellos. En Chile ya lo empezamos a ver.

Por otro lado, los estudiantes exigen la estatización del sistema. ¿Qué ocurrirá si lo hacemos? Pues que tendremos estudiantes profesionales, huevones de 42 años que siguen en cursando por enésima vez el segundo año de estudios, y pobre que los echen, ya que habrá un reglamento que lo prohíba. Para justificar su existencia, la educación estatal comenzarán a realizar investigaciones inútiles y publicar unos papers cuya única utilidad posible es servir de libreto para un humorista de baja estofa, aunque el mejor uso sería literalmente de papel confort. Tendremos académicos dedicados a cualquier mierda menos a enseñar ya que son chantas enquistados en los intestinos de un Leviatán insaciable. Al final, los estudiantes harán como que estudian, los profesores harán como que enseñan. No hacen nada productivo, pero exigirán mas platita del Estado para seguir haciendo nada, porque después de todo, tirarse las bolas puta que es rico.

En su inocencia, creo que los estudiantes añoran la época en que los abuelos o los padres se recibían y de inmediato pasaban de ser adolescentes a middle age. Se casaban de inmediato, porque el tener un título era un seguro de por vida. Su carrera comenzaba en su más tierna juventud y se dedicarían al mismo oficio para siempre. Era la época en que la universidad era costeada por el contribuyente (en su enternecedor desconocimiento, los estudiantes le llaman "educación gratis"). La vida era sencilla, dando la ilusión de que la educación era de calidad. El Estado era el gran empleador, entonces era lógico que formase los profesionales. Probablemente, los estudiantes quieren volver a los años 50. Y han llegado al paroxismo de la idiotez, por ejemplo ahora al demandar, sí o sí, nacionalizar una de las empresas más ineficientes del mundo, Codelco, y los sindicalistas, ni cortos ni perezosos, se unen con los estudiantes. Los que se agarraron la teta quieren ahora dejar mamar un poquito al resto, total, a la larga les asegurará más teta.

Pedirle la estatización de la educación a Piñera, o la prohibición del lucro, es como ir a pedirle a Chávez que privatice el petróleo, o exigir a Fidel Castro que exista la propiedad privada en Cuba.

Los estudiantes reclaman más o menos que el plan de Jorge Arrate, candidato del Partido Comunista en la elección del 2010, sea implementado. Lamentablemente para la señorita Camila Vallejo Dowling , dirigenta del movimiento estudiantil y militante del PC, su candidato obtuvo apenas un 6% de los votos en la primera vuelta, por lo que ni siquiera pudo pasar al balotaje. Lo mismo corre para el señor Jaime Gajardo, líder del sindicato de profesores, y también militante del PC. Si ellos quieren ahora implantar sus medidas, deben ganarlo en las urnas. El país, volviendo al tema con que abrimos este post, ya declaró el 17 de enero que no desea volver al estatismo, y lo dijo al nombrar a Sebastián Piñera como presidente, no a Arrate. Y si no era él, habría sijo Frei hijo, quien ya como presidente (1994 - 2000) tampoco llevó a cabo este "cambio de sexo" que pretenden los comunistas (Vallejo y Gajardo).

En el fondo, lamentablemente lo que este movimiento pretende es casi un golpe de Estado. En Chile Liberal el golpismo no tiene posibilidad alguna de ser refrendado.

Una de nuestras banderas de lucha ha sido la unión homosexual, la cual fue ofrecida por Piñera si que mediase acto de fuerza alguno, y en la Marcha por la Igualdad de la semana anterior, la ciudadanía se expresó a favor no de que se haga lo que queremos, sino que se le pidió a Piñera que ahora cumpla con su compromiso. Dicho sea de paso, no se registró un sólo incidente, la manifestación fue de las más pacíficas y alegres que se ha visto. Por otro lado, los amigos de Red Liberal han tomado contacto con parlamentarios que comparten el ideario liberal para que las iniciativas enviadas al Congreso vean la luz del día. Esta es la forma civilizada e institucional que promueve este sitio. Le recomendamos a los estudiantes que adopten una vía similar.

Pero desgraciadamente, los estudiantes recurren a la amenaza, la radicalización, la violencia. Peor aún, buscan implantar aquello para lo cual no tiene legitimidad popular alguna, ni legitimidad institucional menos. Son meros actos de fuerza bruta.

Ahora que el voto voluntario está a punto de estrenarse, los jóvenes deben aprender que es en las urnas donde deben manifestarse, no en las calles, ni menos aún uniéndose a un sitio Facebook "Penca la educación kiero ke cambie". El que no participa, se margina. El que se margina, no puede después tomarse la calle, a no ser que estemos en la Plaza Tahrir o en la avenida Bourguiba de Túnez. Piñera, al igual que sus antecesores, son presidentes legítimos. Más aún, no cuenta con el dominio del Congreso, así que difícilmente hará lo que se le antoje (a pesar de ser Chile un ultrapresidencialismo con anfetaminas). Estamos completamente de acuerdo en que el sistema binominal debe cambiarse por uno uninominal por mayoría, pero tal como se hizo para derrocar al Pinocho, se puede perfectamente lograr mediante la vía institucional.

Chile logró sacarse de encima a la brutal dictadura de Daniel López jugándole su propio juego. Sin disparar un tiro, e incluso con elegancia, la democracia fue recuperada. No podemos ahora aceptar que alguien le de una patada a la mesa y quiera imponerse. Esto no corre para ningún bando. Para lograr el AVC no hemos hecho nada de aquello, sino que metódicamente hemos hecho un trabajo a conciencia para lograr esta reforma. Mañana será lo mismo con el aborto, y así otros temas.

Piñera la está viendo negra pero no tiene nada que temer. El 51,6% del electorado votó por él, y lo que vale es que los objetivos se cumplan al fin de su mandato. Michelle Bachelet vivió una jornada negra con la burda inauguración del Transantiago, los escándalos de corrupción y el antecedente de la movilización actual: la crisis del los pingüinos. Su mandato terminó en una alta popularidad porque cuando llegó la crisis y fue necesario inyectar recursos, los excedentes del cobre ahí estaban, y no fueron farreados cuando los estudiantes quisieron. Nos golpeó el terremoto y el tu-sunami, y ahí aún quedaban dineros. La gente supo honrar la valentía de Michelle Bachelet (aunque, ojo Piñera, fue popular y perdió igual).

Piñera debe continuar con las reformas educacionales que ha propuesto porque son sensatas. Los estudiantes deben trabajar sobre esta oferta. Prohibir el lucro es un atentado liberticida, e inaceptable. Entre todos deben trabajar para conciliar los mecanismos de mercado y las regulaciones para que optimicen la educación, que no es en estricto rigor un "bien de consumo".

Durante los bombardeos nazis a Londres, los ingleses inventaron su famosa frase "Keep Calm And Carry On", "mantenga la calma y continúe". En medio del asedio de los bombardeos, los escombros, el desabastecimiento, el hacinamiento en las estaciones del metro (los refugios de emergencia), y el temor a perder la guerra, el mensaje era mantener la compostura y seguir trabajando. Piñera necesita aprender de este espíritu inglés. Su contraparte británica, el Primer Ministro David Cameron, se encuentra aplicando el más feroz plan de austerida que el reino ha visto en su memoria viviente. Ha declarado, no obstante, que su objetivo, mitigar el déficit el año 2015, continúa incólume. La peor parte, tristemente, la ha sacado el vice primer ministro, el Liberal Nick Clegg, quien del niño maravilla de la elección anterior se convirtió en el personaje más odiado de Gran Bretaña. ¿Esta preocupado? Sí, y mucho, no obstante hoy está de visita en Francia y ha dicho a Le Monde que el plan de austeridad continuará, sí o sí y que su popularidad se verá en la próxima elección general.

Piñera debe basar su gobierno en continuar las tasas de crecimiento actuales, inéditas en estos últimos años, aunque debe fiscalizar que este sea crecimiento real. El desempleo debe seguir bajando, como lo ha logrado. Su promesa sobre la unión civil gay debe cumplirla, como sea ha comprometido. Las reformas deben continuar, y el plan que ha propuesto en educación es mejorable, pero sustancialmente sensato. Que se hagan el harakiri los estudiantes, es decisión de ellos. Primero, que se inscriban, y que voten. El resto es paja molida. Piñera: Keep Calm And Carry On.

lunes, 4 de julio de 2011

Movimiento estudiantil: In extremis

¿Quién quiere que terminen las movilizaciones?

El presidente de la FEUC ha declarado anoche en Tolerancia Cero que el movimiento desea "recuperar la educación pública". Los jóvenes quieren más aporte del Estado, más regulación del Estado, más control del Estado, y más injerencia del Estado, como si éste fuese un ser todopoderoso y omnisciente capaz de todo. Noto incluso un elemento de pensamiento mágico al atribuirle a un ente capacidades más allá de lo razonable.

Luego de un doble peak en las protestas, mediante dos manifestaciones multitudinarias, ahora comienza la Copa América y los más interesados en profitar de un (como siempre, probable) fracaso de La Roja de seguro son los dirigentes estudiantiles. Un éxito futbolístico sería la estocada final ya que la pelota desplazaría a la educación en la agenda de nuestra excelente prensa y nuestra aguda opinión pública. Pero no es necesario que los dirigidos por Borghi hagan nada del otro mundo, porque la verdad sea dicha, en vez de maximizar el momentum y negociar, el movimiento se radicalizó, exigiendo en las calles las reformas que sólo deben venir desde los cauces institucionales. El ímpetu de los estudiantes se acerca a la recta final.

Que quede claro: el movimiento estudiantil no es una insurgencia legítima bajo una dictadura, sino un grupo de estudiantes que ha planteado algunas demandas razonables (otras no tanto), pero que ha culminado en la idea perniciosa de estatizar por completo la educación secundaria y de solicitar más recursos para las universidades que, guste o no, siguen educando a los sectores medios y altos. Lo anterior ya no puede clasificarse como demanda razonable, sino que es una cuestión política. Hay lugares donde hacer política, y las calles, las tomas y las marchas no son el sitio apropiado, sino que debe hacerse mediante la acción de los representantes del electorado, como debe ser en una sociedad civilizada y democrática. Dicho en lenguaje coloquial: los estudiantes están cagando fuera del tiesto.

El movimiento puso el dedo en la llaga al develar que el lucro en la educación es ilegal y sólo se logra en la actualidad mediante subterfugios. El llamado a transparentar la ley es urgente y necesario. El nivel de endeudamiento del consumidor chileno es otro tema de importancia máxima que nos ha permitido constatar, gracias además al escándalo de los créditos de la multitienda La Polar, que en Chile ya vivimos una "exuberancia irracional", como diría Alan Greenspan, y que probablemente parte del crecimiento del que se vanagloria Piñera se deba a que construimos un castillo de naipes sobre la arena que al menor ventisco se vendrá abajo, y no se basa en un aumento real de la productividad ni de la capacidad de añadir valor a nuestro trabajo. La excesiva oferta de carreras de "tiza y pizarrón" es otra área de mejoramiento. El sistema de acceso también, aunque acá la administración de Piñera ya anunció el 21 de mayo un sistema novedoso, en que se considerará el ranking escolar del postulante y no sólo empleará la PSU (la versión chilena del SAT).

El gobierno respondió de dos formas. Primero, apostó por el desgaste del movimiento. Segundo, sí cedió en sus posturas y ofreció una inyección de 75 millones de dólares y anunció reformas que transparenten el lucro. Los estudiantes, o quienes se dicen sus representantes, han aceptado la oferta pero continuaron la movilización y avisan que no cederán. Es decir, el gobierno cedió, pero los estudiantes se radicalizan. Está claro que esto ha terminado en un absurdo "power trip" entre los estudiantes y el gobierno.

Llegó la hora de bajar la movilización. Es imposible volver a un modelo estatal de educación superior, y ni siquiera en Francia, país con un poderoso Estado, se aceptó la completa estatización del sistema educativo primario y secundario. En 1984 el movimiento escuela libre se agolpó a las calles para exigir que el gobierno socialista de Miterrand reculase y no procediera a estatizar por completo el sistema educativo. Es totalmente inaceptable que un grupo de estudiantes logre estatizar un sistema, medida que sólo puede tomarse producto de una deliberación y no a través de presiones al gobierno. Los dirigentes estudiantiles lograron lo imposible: hacernos compartir una postura con Joaquín Lavín.

Anoche, volviendo a Tolerancia Cero, uno de los líderes del movimiento no logró ni explicar por qué los sectores medios y altos, actualmente en las universidades estatales, exigen más dinero, ni tampoco pudo satisfactoriamente aclarar de dónde sacó que una universidad por el hecho de ser estatal será necesariamente de buena calidad. Gran error cometió al demandar estudios que demuestren que el lucro sí genera calidad, misma falta alevosa en que cayó Camila Vallejo, otra líder del movimiento, porque ellos tampoco cuentan con evidencia alguna de que el Estado sí es tan benévolo y eficaz como para cumplir con todo el petitorio de los estudiantes. Ellos absurdamente ponen al resto de la OECD como ejemplo, a pesar que en casi toda Europa las universidades están en crisis por la falta de una cultura académica centrada en logros producto de los "estudianes parásitos" quienes sin ninguna exigencia y financiados por el Estado se inscriben en las universidades para recibir beneficios sociales a costa del contribuyente, quienes cada vez vemos cómo se desvanece ante nuestros ojos el poder adquisitivo ("pouvoir d'achat", le llaman los franceses), para continuar financiando el "parasitismo ilustrado" y a los "estudiantes profesionales" con su batería de papers inútiles, reserach irrisoria y catedráticos momificados.

Nos queda la impresión que estamos ante la izquierda más añeja, desechada y desplazada por el electorado, pero que ahora con nuevos reclutas intenta lo que no logró en las urnas. Por cierto es entendible, cuando uno es estudiante uno le pide a los padres y éstos a uno le dan, en la medida que pueden. Los universitarios y secundarios ahora, lógicamente, le piden al Estado, y ¡zas!, por arte de magia, el Estado con su varita mágica entrega calidad, recursos, y todo lo que le pidan.

Sería interesante negociar un impuesto adicional a todos los megaproyectos energéticos para que todo lo recaudado vaya a educación. Esto acabaría con los movimientos contra HidroAysén y otros similares. Pero la verdad sea dicha, los estudiantes no han presentado un plan de trabajo claro, sólo demandan perogrulladas, adornadas con una demonización a la economía de mercado como si acaso no fuese el mercado el que mañana les dará la oportunidad de recompensar su talento. Sería triste que en Chile, tal como en España, la aspiración de los jóvenes fuese convertirse en funcionario público y no, como en EEUU, donde aspiran a fundar su propia start-up. Es ese espíritu innovador y desfachatado de un Mark Zuckerberg lo que necesitamos, y no llenarnos de diplomados en dudosos títulos que luego se agolpan a la Puerta del Sol a exigir que se suban impuestos ya que no tienen en qué trabajar.

Es hora de que los estudiantes conversen con sus parlamentarios y sea en el Congreso donde se presenten reformas. Las negociaciones con el gobierno deben continuar, ya que al final estamos en un sistema ultrapresidencial. De paso, sería bueno continuar ahondando sobre la necesidad de reformar el sistema electoral y empezar a plantear la necesidad de una nueva Constitución: prohibir el lucro por parte del fascismo de mercado es otra de las idioteces heredadas de la incompetencia supina del régimen ilegal e inmoral de Daniel López.

Lavín acertó en apostar por el desgaste del movimiento. Ahora radicalizados, los líderes se balcanizan. Sería lamentable que no lograsen más a partir de varias de sus legítimas demandas.

No obstante, no olvidemos lo esencial. Sebastián Piñera es el presidente legítimo de Chile, nombrado libremente por el electorado para hacer cumplir la ley y para mover los engranajes que hacen funcionar al país. Un último llamado a los estudiantes es necesario para deponer las manifestaciones y sentarse a trabajar.

De no ser así, es necesario desalojar establecimientos e imponer, Estado de derecho mediante, el orden.

Por el bien de ellos mismos, y por ende, del país entero, Chile Liberal les recomienda poner fin a la movilización y pasar a una etapa de trabajo constructivo y planificación para implementar las reformas que armonicen las necesidades de una economía del conocimiento con la siempre necesaria justicia para que los más capaces reciban una educación de excelencia, orientada hacia el mercado del trabajo, para que así el país progrese. "Educación gratuita" o "educación es un derecho" han sido consignas ya demasiado añejas. Si los estudiantes así lo desean, deben plantearlo de otra forma, y no tomando de rehén al sistema educacional para amedrentar al gobierno. Los rectores además deben cooperar para desalentar todo lo necio en las exigencias estudiantiles. Si los estudiantes, como dijo anoche el presidente de la FEUC, quieren luchar contra la ideología del gobierno, deben plantear su lucha entonces como una cuestión política, y la instancia no es mediante paros ni demostraciones de fuerza: ahí tienen las próximas elecciones para exponer sus políticas.

Nuestro mensaje final es claro: depongan la movilización.