lunes, 28 de octubre de 2013

¿Votar por Michelle Bachelet?


Habemus programam... por fin
En un mundo ideal los postulantes a la presidencia inscribirían sus candidaturas junto con un programa de gobierno, que sería requisito indispensable ante el registro electoral, y luego, en las cuatro semanas siguientes, cada aspirante a La Moneda haría campaña para publicitar las ideas plasmadas en su texto, y las debatiría con sus adversarios. El mundo real es bastante distinto. Una plétora de candidatos defiende una que otra medida, todas convenientemente ambiguas, casi todas charlatanería de fácil combustión, y los programas son considerados como deseables pero no obligatorios.

Faltan pocas semanas para que los chilenos vayamos a las urnas para elegir nuestro próximo presidente/a y recién vemos el programa de la candidata con más posibilidades concretas de ser elegida.

¿Es bueno? ¿Es malo? ¿Es "ahí nomás"? La cuestión no es tan simple. La candidata del pacto Nueva Mayoría (=Concertación + Partido Comunista) sabe que salvo un exabrupto será ella la elegida—el exabrupto no ocurrió ni ocurrirá. Por tanto, su programa reviste una importancia inusitada para una campaña. Dicho de otro modo, esto no es sólo un programa de una candidata, sino prácticamente la hoja de ruta del próximo gobierno. En una democracia joven e inmadura, con un electorado empoderado pero no muy bien formado, era imprescindible tomarse un tiempo y ser cauto. El resultado de tan impaciente espera no es un listado de ofertones, sino un documento inclusivo, convocante, y por sobre todo, responsable.

Al grano
Hay grandes temas que quedan zanjados, lo que es excelente porque evita incertidumbre. La Nueva Constitución va. Esto es seguro. El método no sería una Asamblea Bolivariana, sino un mecanismo institucional. Nos parece muy bien. El país ha remozado la Constitución de 1980 —lleva la firma de un Presidente legítimo y no de un Presidente de facto—, pero necesitamos un documento que concite la unidad nacional y que en la siquis del electorado sea el pilar de nuestra república. Una Constitución es en sí una cuestión estúpida (el Reino Unido ni siquiera tiene una, la de EEUU es apenas dos páginas), por tanto se evita el extraordinario desgaste de una Asamblea en que los autodenominados mesías del pueblo redactarán una letanía de derechos de extensión dickensiana.

Muchos temas los aprobamos. Por ejemplo, nuestra república será laica, sólo esperamos que la separación de iglesias-Estado sea total. Aspiramos una laïcité á la française, o algo como la gloriosa Primera Enmienda de la Constitución Gringa la cual establece de manera taxativa que no habrá leyes basadas en religión alguna.

En cuanto a drogas, pareciera dejar espacio de maniobra para el consumo personal, y cierto avance hacia el tratamiento médico de la adicción, y no tratar el tema como mera cuestión de represión policial, sin olvidar la necesaria prevención y educación. Michelle da luz verde a reclasificar la marihuana no como droga dura, con lo que rectifica una de las mayores brutalidades de su primera administración. Bachelet 2.0 corrige un bug de Bachelet 1.0

Tristemente, frente al matrimonio homosexual sólo se nos asegura una discusión y no un proyecto de ley como el país esperaría. Considerando la sublevación interna que sufrió en carne propia Sebastián Piñera en esta materia, creemos que Michelle ha sido responsable y ha evitado un quiebre con la Democracia Cristiana, agrupación que arrisca la nariz ante el tema y al parecer prefiere que los homosexuales sean ciudadanos de segunda clase. En fin, al menos que siga la discusión.

Aborto. La ley dictada por la Junta Criminal a pocas horas de abandonar el poder será rectificada por Bachelet 2.0. Enhorabuena. Como cualquier país civilizado, una mujer violada podrá optar a un aborto legal y seguro. Además, cuando un feto sea inviable se procederá a interrumpir el embarazo si la mujer lo desea. Esto no debe entenderse como un paso hacia la interrupción voluntaria del embarazo, que como sabemos, según la Constitución de EEUU es perfectamente legal hasta que el feto sea viable por sí mismo. Sino más bien se busca corregir la legislación más neandertal del mundo.

Otros temas nos producen menos entusiasmo. La "función social" de la propiedad privada abre la puerta a expropiaciones kirchneristas. O el reconocimiento constitucional a esa tribu urbana post-soviética llamada "los Mapuche", cuestión loquísima. 

Pero en fin, lo importante es que tenemos paño que cortar. Ciertamente, no esperábamos un mamotreto de 200 páginas, que al menos en mi veloz MacBook tarda 5 minutos en descargarse. Sólo en imprimirlo se me agotó la tinta y me quedé sin papel. Imposible que el ciudadano de a pie lo lea de una pasada, más aún cuando es más valioso por lo que sugiere que por lo que dice. 

Valoramos el esfuerzo y seriedad del equipo de Michelle Bachelet y pensamos que, a pesar de haber asegurado que no votaríamos por ella, algunos temas acá expuestos van en línea con lo que por años ha propuesto Chile Liberal, y los liberales debiesen seriamente considerar darle una oportunidad a la ex Presidenta. Corresponde citar a la gran pensadora contemporánea y filósofa Rihanna: 'We found love in a hopeless place'.

6 comentarios:

Ignacio Burges dijo...

"Una Constitución es en sí una cuestión estúpida (el Reino Unido ni siquiera tiene una, la de EEUU es apenas dos páginas),"

El Reino Unido sí tiene una Costitución material, lo que no tiene es una carta formal.

La de EEUU tiene cuatro páginas porque es un Estado Federal, el detalle lo ven en cada estado ,con su respectiva Constitución, como la de California la segunda mas larga del Mundo.

Chile es un Estado Unitario, por eso su constitución entra mas al detalle.

Chile Liberal dijo...

¿Me imagino te refieres a la Magna Carta como la constitución material del R.U.?

Ignacio Burges dijo...

Por supesto,esa y otras leyes ,como el Bill of Rights de 1689,constituyen la Constitucion material del Reino Unido,y su reforma, no requiere,en consecuencia, mas quórums que una ley simple,al contrario de lo que ocurre en Chile.

Su Excelencia dijo...

Qué repugnante el comentario de la harpía pinochetista Matthei en el debate: "Van a venir los ateos con su estado laico a comerse a los niños canutos y papistas."

A votar a Parisi en primera vuelta (para dejar a la nazi Matthei en tercer lugar), y a Bachelet en la segunda.

Anónimo dijo...

En todo caso en este blog se hizo una apologética a Matthei, basada en el rechazo de esta candidata al ultraconservadurismo de la UDI. Lamentablemente, por presión ha debido moderar un poco ese discurso. Pese a esto (tomando en cuenta que no hay ningún Hayek o Ayn Rand entre los candidatos)la candidata de la alianza es la menos colectivista que hay, así que por eso es mi opción. Jocelyn Holt también tiene un discurso algo liberal, pero no tiene opciones con la chancha y nadie lo conoce.

Ignacio Burges dijo...

Pese a esto (tomando en cuenta que no hay ningún Hayek o Ayn Rand entre los candidatos)la candidata de la alianza es la menos colectivista que hay, así que por eso es mi opción. Jocelyn Holt también tiene un discurso algo liberal, pero no tiene opciones con la chancha y nadie lo conoce.

Pero si Carlos Cáceres, eximio hayekiano(igual que el presidente del amuy liberal Fundación Jaime Guzmán) ,miembro de la Mont Pelerin, y partidario del voto censitario igual que el austriaco,es del bando de la Matthei, como no va estar con ellos patito, si son muy, requetecontra "liberales", ja, ja, ja ,ja.