La expulsión de la adolescente Leonarda (15), de origen gitano, ha causado una crisis en el gobierno socialista, ha dejado a la sociedad francesa en shock y ha generado una oleada de manifestaciones callejeras por parte de estudiantes
La expulsión de gitanos es un tema gravísimo. Por un lado, en un país donde el partido fascista Frente Nacional aumenta su votación, vuelven como zombies los peores fantasmas que aterran a Europa: la deportación masiva de gente que acabó con los campos de exterminio nazi. Por otro lado, tenemos la pauperización de la población de origen gitano que sin educación no tiene posibilidad alguna de insertarse al mercado laboral. Hay que hacer algo, pero, ¿qué exactamente?
La mayoría de los parisinos vive este problema de primera mano porque se ven acosados por los gitanos que, en el mejor de los casos mendigan por las calles, en el peor, se dedican al crimen.
No obstante, Francia es un país que tiene una larga trayectoria democrática, es una nación que ha estado a la vanguardia del pensamiento y que fue la tierra de las Luces. A la nación heredera de los próceres de 1789, tierra de los derechos del hombre por antonomasia, se le exige una solución humana, ajustada a derecho y a su tradición valórica. No por estar sumida en una horrible crisis económica ahora vamos a olvidar los pilares fundacionales de esta nación.
Francia ha hecho muchísimo por acoger a los Romani, una de las principales etnias gitanas. Camiones especialmente acondicionados como salas de clases llegan a los campamentos, se registra a los niños y se hace seguimiento de su progreso educacional. La idea misma de la educación republicana francesa consiste en que la escuela sea el instrumento de integración. Noten que en Francia es ilegal el negarse a enviar a los niños a la escuela (obligatoria desde los 3 años). La educación universal de hecho es una de las más grandes herencias de Francia al mundo.
La cuestión es muy clara: el que quiera vivir en Francia debe respetar la ley. La ley exige enviar a los niños a la escuela para que sean letrados y adquieran habilidades numéricas, con esto lograrán convertirse en ciudadanos y podrán ganarse la vida dignamente. Los padres que se nieguen a enviar sus hijos a la escuela debe ser expulsados, y sus hijos junto a ellos, porque sería inaceptable separar familias. Así de tajantes. El que no quiera integrarse, el que no desee adoptar los valores franceses, no tiene cabida en el país. Expúlsenlos.
No obstante, sí tienen cabida los que deseen integrarse. ¿Llegaron ilegalmente? Pues eso es una falta, no un crimen. Una multa es necesaria, luego habrá que regularizar su situación. Pero no merecen la expulsión salvaje y masiva que está llevando a cabo el gobierno socialista de François Hollande.
Las tensiones étnicas han sido desde hace varios años un polvorín y la mediática expulsión de Leonarda ha sido la chispa que lo hizo detonar. Miles de jóvenes parisinos en estos momentos salen por segundo día consecutivo espontáneamente a protestar ante estas arbitrariedades y para exigir el retorno a Francia de Leonarda. Chile Liberal se une a ellos y exigimos que la joven Leonarda vuelva al país, retome su educación y pueda optar a la residencia legal.
Este incidente no menor ha puesto de cabeza a toda la prensa, y ha sido cubierta por El País y CNN Chile. Invitamos a conocer los detalles.
La deportación de Leonarda causa polémica en Francia
3 comentarios:
En Chile debería haber mayor selectividad a la hora de dejar entrar inmigrantes. Por lo menos, se les debería prohibir el ingreso o deportar a quienes tengan antecedentes penales o sean portadores de VIH. No sé qué opina Chile liberal de estas medidas. No creo que liberal sea equivalente a libertino, y por eso aceptar a cuanto elemento nocivo ingrese.
http://www.latercera.com/noticia/mundo/2013/10/678-547860-9-europa-endurece-lucha-antiinmigracion-tras-auge-de-ultraderecha-y-exodo-por.shtml
Algunas ideas de la "ultraderecha" (claro, para la izquierda y los progres todo lo que no sea compatible con sus ideas, es tildado de "ultraderecha") europea, me parecen bastante sensatas.
No veo el problema en exigir ciertas condiciones a quienes soliciten permiso de residencia permanente en el país, pero debe hacerse bajo el concepto de apertura a la inmigración.
En una increíble vuelta de tablero, vemos que como en Europa los más acérrimos enemigos de la inmigración, los peores xenófobos son los sindicalistas y los obreros, así como la ultra-izquierda y la ultra-derecha.
A mí no me parece que ninguna idea de la ultraderecha sea sensata, al contrario.
Lo que no podemos olvidar es que una política migratoria amigable y un Estado benefactor reducido al mínimo son la clave para una inmigración exitosa.
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