domingo, 14 de diciembre de 2008

Madonna y nuestro cardenal Medina, amén


En el artículo anterior cometí un error por hablar antes de tiempo. Dije:


"En cuanto a las protestas --tal como Chile Liberal lo predijo-- las hubo y las manifestó un obispo canuto. Ahora que los curas inexplicablemente callan, son los canutos los que sacan la voz. Quizás es porque Madonna es demasiado católica (descendiente de italianos)."


Nuestro comentarista Ignacio Burgess me corrigió. El cardenal Medina, nuestra reserva moral ante tanta decadencia, ha dicho:

"Estos días, mis queridos hermanos, está bastante agitado el ambiente en nuestra ciudad, porque viene de visita esa mujer que, con una desfachatez increíble, provoca un entusiasmo loco, que es un entusiasmo de lujuria. Los pensamientos de lujuria, los pensamientos de impureza, los actos de impureza, son una ofensa a Dios y una mancha, una suciedad en nuestro corazón".


El cura tiene plena libertad de opinar. Los liberales queremos asegurarnos de que exista libertad de expresión. Así como el mercado demanda que Madonna presente su show en dos noches abarrotadas de público pagando precios exorbitantes, esta vez el cura puede criticar, siempre y cuando se abstenga de censurar, como lo hacían antaño (recordemos el caso Iron Maiden).


Los dejo con el pensamiento de Stuart Mill sobre la libertad de expresión:

Hemos reconocido que para el bienestar intelectual de la humanidad (del que depende todo otro bienestar), es necesaria la libertad de opinión; y esto por cuatro motivos que ahora resumiremos. Primero, una opinión, aunque reducida al silencio, puede ser verdadera. Negar esto es aceptar nuestra propia infalibilidad. En segundo lugar, aunque la opinión reducida a silencio sea un error, puede contener, y con frecuencia contiene, una porción de verdad; y como la opinión general o prevaleciente sobre cualquier asunto rara vez o nunca es toda la verdad, sólo por la colisión de opiniones adversas tiene alguna probabilidad de ser reconocida la verdad entera. En tercer lugar, aunque la opinión admitida fuera no sólo verdadera, sino toda la verdad, a menos que pueda ser y sea vigorosa y lealmente discutida, será sostenida por los más de los que la admitan como un prejuicio, con poca comprensión o sentido de sus fundamentos sociales. Y no sólo esto, sino que, en cuarto lugar, el sentido de la misma doctrina correrá el riesgo de perderse o debilitarse, perdiendo su vital efecto sobre el carácter y la conducta; el dogma se convertirá en una profesión meramente formal, ineficaz para el bien, pero llenando de obstáculos el terreno e impidiendo el desarrollo de toda convicción real y sentida de corazón, fundada sobre la razón o la experiencia personal.
Es necesario que el cura opine, y que nosotros digamos que es cierto: Madonna es una desfachatada que despierta un "entusiasmo loco", que no es otra cosa sino "lujuria". Por eso nos gusta. No por nada es una MILF ('Mother I'd Like to Fuck'). Salvo que la lujuria entre adultos no tiene nada de reprochable, al contrario, ha sido interesante ver cómo la cultura popular ha explorado la sexualidad y ha derribado mitos y tabúes que las religiones se han dedicado a promover.

Es en este "mercado de opiniones", con algunas a favor y otras en contra, en el que las mejores pensamientos prevalecen y son reconocidas como tales, y así llegaremos a conocer la verdad.
Imagen: La Tercera

1 comentario:

Flo dijo...

Estimado American Pie (por lo MILF): Es cierto que el cura Medina tiene derecho a decir lo que quiera y que queda al criterio de sus seguidores si le hacen caso a un cura que oficia una misa por Pinochet. Creo que todos prefieren un poco de lujuria a un poco de genocidio.
A mí Madonna no me gusta pero miles de personas la idolatran y bien por ellos si tuvieron las lucas para ir a verla: creo que el pastor que se quejó de lo caras que eran las entradas hizo el loco. El show de Madonna no tiene por qué ser caridad. Claro quedó que la gente estaba dispuesta a pagar, y harto, por ir.
Si Medina pretendió prohibirles a sus seguidores que fueran, me permito una sonrisita. ¿No sería lógico y mucho más efectivo que sugiriera que sus feligreses usen su tiempo y dinero en algo más edificante, en vez de retarlos a todos y amenazarlos con la perdición eterna? Porque como muchos han dicho, mirar la paja en el ojo ajeno en vez del palo en el propio (o algo así) es bien inconsecuente...
No le bastó con Iron Maiden. ¿Vinieron al final o el rebaño de pelotudos le hizo caso al curita?
Me río con los airados comentarios a la columna del rector de la UDP en el Mercurio. La gente no entiende que si no está de acuerdo con algo o alguien, puede ignorarlo o elegir a otro!
Felices vacaciones, no nos dejes sin posts!!