"La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía. Un justo celo es la garantía de la libertad republicana, y nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente."
Simón Bolívar
Venezuela desciende hacia una autocracia
Una amarga derrota empaña el desarrollo de Venezuela, uno de los países más ricos del mundo, que, no obstante, vive con más de la mitad de su población sumida en la miseria. Así todo, la principal preocupación de los venezolanos es la galopante tasa de criminalidad, que se ha triplicado desde 1999, como muestra el gráfico de la izquierda (fuente: The Economist). El año 2008 hubo 15 mil asesinatos en Venezuela.
Pero eso no es todo. La industria estatal venezolana del petróleo produce 25% menos que hace 10 años. Los excedentes de recaudados durante el altísimo precio del crudo fueron farreados (a diferencia de la admirable autodisciplina del gobierno de Michelle Bachelet). La administración Chávez es la campeona latinoamericana en inflación, con un magnífico 31%. Como si fuese poco, el perla quiere terminar con la independencia del Banco Central. El precio de los alimentos ha aumentado un 50% en Caracas, y la canasta familiar semanal pasó de 100 a 300 bolívares (el sueldo mínimo es de 800). En 1998 el petróleo constituía el 64% de las exportaciones del país. Gracias a Chávez, hoy supera el 90%. Peor aún, un cuarto de las reservas del Banco Central han desaparecido. Venezuela puede esperar una contracción este año de un 2-2,5%.
Hoy más venezolanos dependen del Estado que hace 10 años, y el Estado sigue desangrando los frutos de la producción del país. Y como si la economía no anduviese mal, el lado político no se queda atrás: Human Rights Watch ha denunciado el acoso político y la creciente intolerancia en Venezuela.
Un gran error han cometido los venezolanos al darle carta blanca a un autócrata para que acumule más y más poder. Los liberales queremos exactamente lo opuesto: un gobierno limitado, menos personalismo, alternancia en el poder. Chávez pretende gobernar por 20 o hasta 30 años. Esto no sólo es un disparate, sino un típico ejemplo de los gobiernos refundacionales de América Latina, tan asidua a vitorear a sus perfectos idiotas latinoamericanos y sus archirrepetidos cuentos chinos sobre la justicia social, el pueblo, el hombre nuevo raudo por la gran Alameda, blah blah blah.
No sé si fue un plebiscito limpio y democrático. Chávez es un agitador que busca asir el mayor poder posible por medios democráticos, pero desvirtuando la finalidad de la democracia que es ponerle límites al poder para contrarrestar la tiranía.
Pero Chávez ganó. Y como dijo Bolívar: al pueblo se le obedece hasta cuando yerra.
Venezolanos: cuídense del gorila que pusieron al mando.
Pero eso no es todo. La industria estatal venezolana del petróleo produce 25% menos que hace 10 años. Los excedentes de recaudados durante el altísimo precio del crudo fueron farreados (a diferencia de la admirable autodisciplina del gobierno de Michelle Bachelet). La administración Chávez es la campeona latinoamericana en inflación, con un magnífico 31%. Como si fuese poco, el perla quiere terminar con la independencia del Banco Central. El precio de los alimentos ha aumentado un 50% en Caracas, y la canasta familiar semanal pasó de 100 a 300 bolívares (el sueldo mínimo es de 800). En 1998 el petróleo constituía el 64% de las exportaciones del país. Gracias a Chávez, hoy supera el 90%. Peor aún, un cuarto de las reservas del Banco Central han desaparecido. Venezuela puede esperar una contracción este año de un 2-2,5%.
Hoy más venezolanos dependen del Estado que hace 10 años, y el Estado sigue desangrando los frutos de la producción del país. Y como si la economía no anduviese mal, el lado político no se queda atrás: Human Rights Watch ha denunciado el acoso político y la creciente intolerancia en Venezuela.
Un gran error han cometido los venezolanos al darle carta blanca a un autócrata para que acumule más y más poder. Los liberales queremos exactamente lo opuesto: un gobierno limitado, menos personalismo, alternancia en el poder. Chávez pretende gobernar por 20 o hasta 30 años. Esto no sólo es un disparate, sino un típico ejemplo de los gobiernos refundacionales de América Latina, tan asidua a vitorear a sus perfectos idiotas latinoamericanos y sus archirrepetidos cuentos chinos sobre la justicia social, el pueblo, el hombre nuevo raudo por la gran Alameda, blah blah blah.
No sé si fue un plebiscito limpio y democrático. Chávez es un agitador que busca asir el mayor poder posible por medios democráticos, pero desvirtuando la finalidad de la democracia que es ponerle límites al poder para contrarrestar la tiranía.
Pero Chávez ganó. Y como dijo Bolívar: al pueblo se le obedece hasta cuando yerra.
Venezolanos: cuídense del gorila que pusieron al mando.
Créditos: datos, estadísticas e imágenes de The Economist Research Tools - Venezuela
4 comentarios:
Sostengo la misma posición contigo en cuanto a la necesidad de alternancia en el poder y las decisiones populares. Pero hay algo en lo que discrepo.
Confiando en que las elecciones fueron limpias, no veo el problema en que se produzca la mencionada alternanacia. Que el mono tenga bajo su poder la carta de la reelección indefinida no significa que siga al mando. El pueblo sigue teniendo la decisión en sus manos.
Con abtención del 32.95%, el referendo no ha sido limpio. Ha sido agresivo, alienante y contraproducente.
Por ahora el electorado puede sacar a Chávez. Lo que me preocupa es lo que decía Bolívar (cita al comienzo del artículo):
"nuestros ciudadanos deben temer con sobrada justicia que el mismo magistrado, que los ha mandado mucho tiempo, los mande perpetuamente"
El tirano nació hace mucho, con su sangrienta intentona golpista y sus amigotes nazifascistas.
La última farsa plebiscitaria, con matonaje contra los opositores, corrupción clientelística y un servicio electoral dócil, fue digna de Pinochet.
@Su Excelencia: buena analogía con el amaño de Pinochet el año 1998.
La idea era maquillar su dictadura con un toque democrático con la finalidad de entronarse en el poder. El mérito de la Concertación fue jugar el juego a la dictadura, llamar a inscribirse, organizar el Comando del No, y finalmente, acaparar la atención y solidaridad de la comunidad democrática internacional. A pesar que la reacción de Pinochet fue la de desconocer los resultados, la presión interna y externa fue insostenible.
Sin disparar un sólo tiro, la Concertación ponía de rodillas a la dictadura, y le exigía abandonar el poder.
Sin duda una jugada magistral que habla muy bien del espíritu democrático chileno.
Desgraciadamente, en Venezuela no hay una Oposición organizada. El fascistoide ya afila los cuchillos para asirse del poder total.
En Chile, Pinochet "fue por lana y salió trasquilado". No olvidemos que uno de los más destacados líderes del Comando del No fue Sebastián Piñera.
Nota aparte: el gobierno de Pinochet completamente derrotado, con un NO categórico en contra, a días de abandonar el poder, sin mandato popular alguno, se dedica a legislar sobre el aborto. Inaceptable.
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