sábado, 2 de mayo de 2009

Contra las malditas farmacias, otra protesta freak

Como siempre, este blog ha demostrado que tenía la razón. No sólo yo. Nuestro amigo desaparecido en acción CAE hace un tiempo denunció a las farmacias defensoras de la moral, los valores y la vida, que se opusieron a vender la píldora del día después (ver La pastilla del día después y el doble estándar de la moral católica). Los corajudos que se rebelaron contra el relativismo moral fueron los últimos bastiones de la moral cristiana, las farmacias Ahumada, Salcobrand y Cruz Verde. Ejemplo maravilloso de cómo defender la cultura de la vida.

Resulta que como todos sabemos estos valientes fueron los mismos que se coludieron para robar a los chilenos. Es este el doble estándar de aquellos defensores de la vida, y que tanto aplauso se llevaron por su valentía.

No es de extrañarse que ayer en el Día del trabajo (¿por qué no cambian el feriado al primer lunes de mayo?) una estudiante de arte se desnude para protestar. Ya todos reclaman que la libertad se convirtió en libertinaje, y añoran los días de estado de sitio y toques de queda. Este sitio sostiene que las sociedades ultramoralistas y conservadoras generan estas protestas freak. En vez de reclamar por el exceso de desnudez y la decadencia, debemos preocuparnos de por qué un grupo de empresarios defienden los valores cristianos y terminan abusando de quienes más lo necesitan.

Laura Corona, estudiante de arte, protesta contra la colusión de farmacias en el Día del trabajador (fotos: LUN)


La idea es liberalizar el mercado de venta de remedios. ¿Por qué no pueden los supermercados vender medicinas? ¿Qué impide a Wal-Mart vender remedios? Vale la pena averiguar por qué se ponen restricciones a alguien que quiera abrir una tienda y vender medicamentos. Sólo la coacción del Estado impide la libre competencia. Si el mercado no funciona, preguntémonos quién lo está distorsionando. Si la sociedad se manifiesta con protestas freak, pregúntense c qué la está pudriendo y cuándo lograremos desinfectarla.

No está demás decir que un país embrutecido por el cristianismo cae en estos actos de bajeza. Porque hay que ser muy maldito para negarse a vender la píldora del día después y coludirse para aprovecharse de un enfermo. A continuación los dejo con una cita de Voltaire que resume muy bien mi argumento:

Nuestra religión es sin duda la más ridícula, la más absurda, y la más sanguinaria que jamás haya infectado al mundo.

Su Majestad le prestará un servicio eterno a la humanidad si logra extirpar esta superstición infame, no sólo de la chusma, quienes no son dignos de pensamiento claro y quienes se merecen su yugo; sino que debe extirparse de los hombres honrados, de los hombres de pensamiento y de quienes desean pensar. Mi único lamento antes de morir es no poder ayudar en esta empresa, la más noble y respetable que puede guiar el espíritu.


(La nôtre [religion] est sans contredit la plus ridicule, la plus absurde, et la plus sanguinaire qui ait jamais infecté le monde.

Votre Majesté rendra un service éternel au genre humain en détruisant cette infâme superstition, je ne dis pas chez la canaille, qui n’est pas digne d’être éclairée, et à laquelle tous les jougs sont propres; je dis chez les honnêtes gens, chez les hommes qui pensent, chez ceux qui veulent penser... Je ne m’afflige de toucher à la mort que par mon profond regret de ne vous pas seconder dans cette noble entreprise, la plus belle et la plus respectable qui puisse signaler l’esprit humain.)

* Carta de Voltaire a Federico II El Grande (traducción de Chile Liberal)

40 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca escuché ni leí que las farmacias se fundaran en argumentos morales para negarse a vender la píldora del día después. Por lo demás, me parece aberrante que hayan sido obligadas a venderla, puesto que cada uno debiera ser libre para vender lo que estima conveniente y no vender aquello que no quiere ofrecer. Y, si el gobierno quiere repartir la píldora, debiera ocupar sus propios medios e instalaciones (que tiene de sobra gracias al dinero que le entregamos obligatoriamente) para hacerlo.
Que las farmacias se coludieron es un hecho bien conocido, pero es errado pensar que su colusión está ligada con la moral cristiana, puesto que ellas ni siquiera se fundaron en ella para negarse a vender la píldora del día después. Además, generalizar el comportamiento de uno sobre todos los demás que cuentan con otra característica no relacionada directamente con aquella generalizada también constituye un error tan grande y evidente que hasta quien lo acusa debe sentir en su interior que, en el fondo, está mintiendo intencionalmente para conseguir su objetivo de convencer al otro.
No obstante, ahora he cambiado de idea y pienso que probablemente no sea tan malo vender la píldora del día después. Sin embargo, sigo estimando que es abortiva (como lo dice un informe solicitado por el Tribunal Constitucional al respecto) y que es un delito que una mujer la consuma con la intención de frustrar un embarazo.
Por último, quisiera observar que, cuando dices que hay un país "embrutecido" por el cristianismo, estás incurriendo en una gravísima ofensa contra todos quienes creemos que la religión es algo respetable y la practicamos así como se viene haciendo desde cuando hay memoria entre los hombres. Es un hecho que solamente los hombres practican la religión y, por lo tanto, no puede hablarse de un embrutecimiento desde ella. Además, el hecho de juzgar como brutos a quienes siguen una religión específica no solamente resulta en una agresión gratuita (y por ende un acto intrínsecamente perverso), sino en una aberrante demostración de intolerancia.

Chile Liberal dijo...

@Cristian: como nunca leíste ni escuchaste que "las farmcias se fundaran en argumentos morales para negarse a vender la píldora", pues bien, nunca te muestro ahora el documento oficial (ver la Declaración de la Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC))

"A raíz de la obligación y multas impuestas por el gobierno a algunas de las empresas comercializadoras de productos farmacéuticos potencialmente abortivos, respaldamos la libertad de conciencia de quienes las representan y el derecho a abstenerse de su comercialización. Este es el caso de algunas cadenas de farmacias chilenas que manifestaron su objeción de conciencia ante la obligatoriedad de vender un producto que puede tener un efecto abortivo."Esos mismos empresarios cristianos no tuvieron objeción de conciencia alguna contra la colusión, y aprovecharse de la gente que quizás sus poquitas lucas las necesita para curar a un hijo enfermo (quizás con avemarías y padrenuestros se pueden curar). Parece que se te olvidó que el debate fue sobre la libertad de conciencia de los empresarios farmacéuticos (aclaro: este es un blog pro-business y no tengo problemas con los empresarios, pero sí contra empresarios crísticos por ser inmorales)

Mi argumento es poderoso: los moralistas de ayer resultan ser los seres más infames del último tiempo, al descubrirse la colusión de las farmacias.

¿Dónde está la objeción de conciencia que antes reclamaban?

Pues bien, hay que ser ciego para no ver el nexo: un individuo que por convicciones religiosas es capaz de negarle a una muchacha violada la posibilidad de embarazarse, es capaz de abusar de cualquiera con tal de ganar más dinero, y seguir persignándose, hacieno genuflexiones ridículas y pegándose en el pecho "por mi culpa por mi culpa" y que un cura lo perdone.

Ya lo notó Voltaire hace años. No digo nada nuevo.

(Respecto a tu acusación de agresión, me parece no válida. Yo no he ido a ninguna iglesia ni a una reunión de católicos a decirle que su creencia es estúpida -lo es-. Yo lo escribo en mi blog, que es mi propio espacio. La difamación no es agresión, y la tolerancia implica aceptar la difamación.)

socióblogo dijo...

Cristián, el TC no es un centro de investigación y ese informe que citas no ha sido (que yo sepa, al menos...) publicado en ningún journal científico. Creo que la determinación de si la PDD es abortiva o no debería basarse en lo que dicen las publicaciones académicas en journals del campo correspondiente, que en informes solicitados por abogados.

Sobre la religión, probemos si tu razonamiento sirve o no: solamente los hombres han lanzado bombas atómicas, así que no podría hablarse de embrutecimiento por ese acto. Creo que no hace falta decir mucho más. Esa idea tuya de considerar una práctica humana como intrísecamente no brutal evidentemente requiere una revisión, una segunda reflexión. Así como lo planteas, no sirve para nada.

Respecto de la tolerancia, la verdad es que también creo que te equivocas. La tolerencia no excluye la posibilidad de tratar de brutos a los demás y a sus ideas o de lanzarles "gravísimas ofensas". Eso es, en el peor de los casos, falta de tino, mala educación (o sea, nada grave). Muy por el contrario, la tolerencia supone como parte de su práctica la posibilidad de ofender. ¿Por qué? Porque en contextos tolerantes, plurales, diversos, y que valoran esas características, queriendo conservarlas, es inaceptable proteger a una idea de la crítica y las críticas, muy posiblemente, ofenderán a los aludidos. Tolerancia no significa que seamos todos amiguitos, que no digamos garabatos, nos encontremos simpáticos y nos tratemos como unos hermanitos ñoños. Consiste (creo) en renunciar a usar la fuerza para combatir las ideas enemigas y reconocerle a quien las sostiene los mismos derechos que uno (y no existe el derecho de las religiones a no ser consideradas bruta, así como no existe el derecho del comunismo a no ser considerado bruto y así sucesivamente).

En todo caso, la agresión no es gratuita, no es una puteada al voleo: hay razones de sobra para criticar a la religión y de sobra también para criticar la inconsistencia moral de los dueños de las farmacias y sus empleados responsables en este caso.

¿Y Cristián Mancilla se dice liberal, está en el grupo de Facebook del PL? ¿Se dice liberal porque cree en la libertad "de cada uno para vender lo que estima conveniente"? ¿Eso es liberalismo para Mancilla, una ideología a la medida de almaceneros y mercachifles? Qué vulgaridad...

Anónimo dijo...

La cita que haces no refiere a ningún fundamento religioso de la decisión que tomaron las farmacias, Carlos, aunque en su Declaración hay una referencia directa al Catecismo. Por mi parte, sigo estimando que nadie puede ser obligado a vender lo que no quiere: el deber de esparcir un producto es de quien está interesado en hacerlo y no de nadie más. Esta capacidad para escoger lo que se vende también forma parte de la libertad de conciencia.
Ciertamente las farmacias incurrieron en colusión (y esto fue publicado hace ya varios meses en El Mercurio: específicamente el 10 de diciembre), pero esto no quiere decir que todos los que tengan rasgos similares a quienes hicieron esto actuarán de la misma manera. Suponiendo —como tú lo haces— que efectivamente se trate de instituciones pro-cristianas, tú tenderías a decir que todos los cristianos actuarán como lo hicieron las farmacias. Tú insinuación resulta sumamente exagerada y, además, errada, puesto que generaliza infundadamente acerca del comportamiento de las personas.
En cuanto a mi acusación de agresión, me fundo en el hecho de que me pareció ver un ataque personal dirigido contra cualquier creyente cuando dijiste que "un país embrutecido por el cristianismo cae en estos actos de bajeza". Yo, al menos, me sentí ofendido y creo que ésta es la forma básica para identificar una agresión en el plano moral (distinguiendo con este nombre lo que no sea agresión física). Y, aunque es cierto que este blog es un espacio administrado por ti, cualquiera podría decir que usa su propia boca para insultar a los otros y que ella es inviolable. Tendrá razón en cuanto a esto, pero no podrá negar que ha causado un daño si así lo manifiestan quienes fueron objeto de su agresión verbal.

A ti, Socióblogo, te recomendaría tener más confianza en cuanto a nuestros jueces, puesto que seguramente ellos solicitaron aquel informe precisamente por la escasez de trabajos en relación con el tema deliberado por ellos en esa oportunidad.
Tu forma de probar si acaso un razonamiento sirve (y me deja un poco estupefacto que afirmes esto: que un razonamiento pueda "servir" o no) no concluye nada fuera de lo que yo ya había afirmado. En otras palabras, el hecho de que los animales no puedan arrojar bombas atómicas no quiere decir que sean algo de humanos. De hecho, la fabricación y uso de estas armas es propio de los hombres y nadie puede negarlo seriamente, por muy feo que le parezca. Y mi consideración de los hombres como no brutales está fundada en el hecho de que el "bruto" es un animal de acuerdo con la octava acepción del DRAE (http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=bruto), en la cual he estado pensando cada vez que utilicé el término o uno familiar.
La tolerancia implica no agredir a las otras personas. Como sabemos que lo fundamentalmente malo es causar daño gratuito a las otras personas y que esto se consigue tanto por medios físicos como morales, resulta evidente que un insulto puede ser considerado una agresión perjudicial y, por ende, maligna. Como todas las personas tienen derecho a la integridad física y psíquica, es natural entender que no solamente es malo hacerles daño en sus cuerpos, sino también en sus mentes (específicamente en relación con sus sentimientos). No digo que sea malo dirigirse contra las ideologías, porque es imposible castigar esto. Sin embargo, sí es malo agredir gratuitamente a las personas y me he referido a este hecho cuando denuncié una ofensa en mi comentario anterior.
Y si argumentas contra la gratuidad de la agresión: está bien, puede haber motivos para hablar en contra de la religión; pero dudo que haya motivos para ofender a todos los creyentes, puesto que no sé si Carlos reunió datos acerca de todos nosotros antes de concluir que estamos embrutecidos por la religión (a la que seguimos voluntariamente) y de agregar que realizamos genuflexiones estúpidas. No he censurado la crítica y el cuestionamiento de las ideas, sino que sencillamente protesto ante las agresiones que veo venir en mi contra.
Y cuando me acusas de vulgar y de tener ideas vulgares, también siento que me agredes. ¿Acaso no sabes distinguir entre la discusión de las ideas y los ataques personales? En la medida que utilizas más ataques personales, existe una menor posibilidad de discusión real y de consensos en cuanto a las opiniones y las ideas. Y yo, al menos, busco alcanzar consensos cuando discuto con los demás, puesto que de otra manera no tendría ningún estímulo de discutir acerca de ningún tema. Y, como me interesa alcanzar consensos, creo que siempre debiéramos concentrarnos en la discusión de las ideas y dejar a un lado los ataques personales, puesto que ellos disminuyen las probabilidades de persuasión y causan un daño gratuito, innecesario y condenable.

Pablo dijo...

Con respecto al tema original
1º Las empresas son libres de vender lo qu quieran, luego, si no quisieron vender la píldora por "motivos de conciencia", es asunto de ellos y cuestionarles ese derecho, es poner en duda el derecho a la propiedad ajena. El problema aca no es que estas empresas hayan hecho eso; el problema es que, con ese vacio de oferta, se generó un nicho que no pudo ser ocupado por otra empresa, y hay que preguntarse porqué sucedió eso... yo creo que hay un tema de burocracia, pero es sólo una suposición, no soy abogado ni conozco la legislación sobre la farmacias.

2º Sobre la colusión: volvemos al mismo tema anterior, esa pudo ser una mafia, pero una mafia empresarial no sobrevive en un mercado competitivo; hay que preguntarse porqué ese mercado no es competitivo..y ahi estoy de acuerdo con todos uds sobre la liberalización de venta de cierto tipo de medicamentos en otros lugares que no sean farmacias. No creo que esta liberalización deba abarcar a todos los medicamentos ni que se deba dejar a estos nuevos actores libres de regulación, pero si al menos debería permitirseles esta participación en el mercado.

Bonus Track: El tema religioso aqui me parece que está muy demás. Las protestas freak yo no veo que tengan nada de "decadencia" (término muy conservador por cierto), eso lo ve uno desde una perspectiva individual, pero tampoco es para ponerse kantiano y poner esa vision como la idealizada que debería tener todo el mundo... al final esa protesta es tan "freak" para uno, como ir a misa para un hindú o estudiar filosofía para un matemático... No veo motivos para putear a la iglesia en esto que no tiene nada que ver... de que hay empresarios católicos desgraciados es verdad, asi como también hay masones que son unos sinverguenzas totales sin ser católicos.. no por ello la masonería es una institución criminal, y pensando de la misma forma, tampoco hace que la religión de por si sea nefasta.

Chile Liberal dijo...

Cristian: ¿Estás tratando de decir que los empresarios de la Asociación de Empresarios Cristianos objetaron la venta de la píldora no por motivos religiosos? El non sequitur es evidente.

Acá cada uno tiene plena libertad de responder ante mis críticas a las religiones. Más aún, insisto, este es un espacio ya consagrado al secularismo. ¿Dónde queda mi derecho a expresarme?

@Pablo: cualquier empresa es libre de vender lo que quiere. Pero una farmacia, por ser el único punto de venta autorizado para vender medicamentos (que no dulces de la Ligua o productos de bricolaje), debe procurar vender medicamentos que pueden tener un efecto tan enorme en la salud de una persona como lo es evitar un embarazo no deseado. A ningún empresario lo obligan a administrar la píldora a quien no lo demande, sino que simplemente debe estar a disposición para quien lo solicite. Son dos cosas distintas, por lo mismo la objeción de conciencia no era aplicable.

Con este argumento, simplemente quiero poner en evidencia la imbecilidad fundamental de Ahumada, Salcobrand y Cruz Verde, aparte de su podredumbre y pestilencia. No sé si entienden mi argumento: hay que ser cristiano para objetar la venta de la píldora del día después, y luego coludirse para aprovecharse del resto.

Pero ahora la Unión Social (!) de Empresarios Cristianos cierra el hocico y no dice ni mu.

Pablo dijo...

Pero ahi ya el problema no son las farmacias: son la institucionalidad que no permite que otras empresas puedan vender medicamentos. Estás agarrando el problema desde la consecuencia y no desde el origen: la raiz del problema es darle demasiado poder a una mafia de empresarios católicos gracias a la sobrerregulación estatal. La solución no es intervenir esa mafia que nació gracias a la intervención, sino eliminar la intervención que originó el problema, es decir, liberalizar el mercado para que esa mafia no tenga poder y deba competir para ganarse sus ingresos.

Chile Liberal dijo...

@Pablo: OK, estamos de acuerdo 100% en que...

"La solución no es intervenir esa mafia que nació gracias a la intervención, sino eliminar la intervención que originó el problema, es decir, liberalizar el mercado"El otro día vi al honorable senador Girardi (el mismo que le echó la espantada a dos pobres pacos por no saludar al "honorable" y -peor aún- le sacaron un parte) diciendo que debía ponerse límite a la cantidad de locales que podía abrir una cadena de farmacias. Peor aún, quería una farmacia estatal. (Lo vi en TV Senado)

Bueno, es exactamente a eso a lo que debemos combatir. La solución es liberalizar, no restringir más.

Nota aparte: si alguien sabe de una declaración de la Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC) respecto a la colusión, me avisan. Yo busqué y sólo encontré su ofuscación ante la PDD y su defensa del catecismo.

Mario Abbagliati dijo...

Se coludieron porque pudieron. La ausencia de un mercado competitivo les dio la oportunidad. ¿Podrían coludirse con la misma facilidad los vendedores de autos?

Personalmente no me gusta lo que hicieron, pero no encuentro dónde está el fundamento de derecho de obligar a una empresa a vender primero un producto, y después fijarle el precio. ¿Podría algún abogado que visite el blog aclarar ese punto?

@ Chile liberal,

"No está demás decir que un país embrutecido por el cristianismo cae en estos actos de bajeza."

¿Tienes alguna prueba de que en ausencia de cristianismo y religión el país no se embrutecería?

En cuanto a los cristianos, imagino que no todos están libres de pecado.

Chile Liberal dijo...

@Mario: sí, tengo prueba de que en ausencia de cristianismo el país no se embrutecería. Europa vivió mil años de tinieblas, en las que el cristianismo fue la ideología predominante. En dicho período los europeos no crearon ni ciencia ni literatura. Irlanda, país cristiano, Inglaterra, país laico. Piensa por qué los irlandeses emigraban a Inglaterra y no al revés.

Pero la prueba más contundente de la degradación moral del cristianismo, algo que ya notó Voltaire durante el Siglo de las luces, es que la asociación de empresarios cristianos no dijo ni "mu" ante la colusión. Pero ante la venta de la PDD lograron hasta que Ratzinger les corroborase (lo mismo ocurrió en España).

Esta es la quinta vez que destaco que los empresarios que ayer se opusieron a la PDD, Ahumada, Cruz Verde y Salcobrand, lo hicieron mediante una declaración cristiana. Al demostrarse su colusión, aún no emiten una declaración similar.

Mario, la libre competencia es el fundamento de la economía de mercado. Léete a ti mismo: no encuentro dónde está el fundamento de derecho de obligar a una empresa a vender primero un producto, y después fijarle el precio.El único legítimo uso de la fuerza contra un individuo o una persona, incluso contra su voluntad, es que cause daño a otros. Las farmacias que se coluden están causando daño. Esto es lo que se denomina el "principio del daño" (o 'harm principle') establecido por los filósofos liberales (Mill, etc).

Anónimo dijo...

Hay varias cosas mezcladas:

1) La protesta sea como sea, puede hacerse. Para eso hay libertad de expresión. Desde un punto liberal, ni siquiera deberíamos pensar si es freak o no, o si algunos reaccionaron mal.
¿Les suena la neutralidad de valores? Cada cual tiene el derecho a verla como quiere.

2) Desde un punto de vista liberal, el propietario de una tienda puede vender lo que quiera, y también no vender lo que no quiere. El hace lo que quiere con su propiedad privada.

¿Por qué obligarlos a vender?

¿Podríamos obligar entonces a contratar gente?

¿Cuál es la diferencia para no hacerlo?

Así como puedo permitir o no entrar a alguien a un restaurante, o contratar o no a alguien, también puedo no vender un producto.

Lo clave es ver cuál es la relación entre las empresas y el Estado, es decir entre las farmacias y quienes legislan en pro o en contra de permitir la venta en otros lugares, favoreciendo la coacción del Estado.

Lo mismo pasa con grandes empresas que se subsidian, por ejemplo en lo militar. Esas mismas empresas hablan de libre mercado. ¿Cuál?

Chile Liberal dijo...

Anónimo no comprende ninguno de los puntos que he planteado en el artículo.

1) Con sorna me pregunta si conozco la neutralidad de valores. Pobrecito. No soy yo el que critica las protestas freak (o "artísticas"). Soy yo quien critica a los que critican estas protestas. Los conservadores normalmente se escandalizan por estas instalaciones de arte con trasfondo de protesta. Si ellos no quieren estas protestas (todos son simpatizantes o adherentes de la ideología crística), entonces debiesen pedirle a sus clubes, como la asociación de empresarios crísticos, que actúen con un mínimo de decoro.

No, no soy yo el que se molesta por estas protestas. Mi mensaje iba dirigido a los agoreros de la crisis moral.

Te caíste en el punto 1, y en el punto 2 lo hiciste incluso peor.

Hay que ser necio para no entender que una farmacia no vende dulces de la Ligua. Una farmacia vende medicamentos, y éstos guardan directa relación con la salud y la vida. Expender mal un medicamento puede causar la muerte. No disponer de otro medicamento puede causar graves perjuicios (ya es tercera vez que destaco lo mismo). De ahí se desprende que es plenamente legítimo aplicar restricciones y forzar ciertas obligaciones. Con esto respondo a tu absurda pregunta: "¿Por qué obligarlos a vender?"

La diferencia entre aquello y obligarlos o no a contratar o despedir empleados es enorme. Porque lo segundo está netamente relacionado con la administración del local y su subsistencia en el mercado.

Noto como los neófitos del mercado no comprenden en qué consiste el liberalismo (al menos en el sentido clásico de este blog) y al defender un mal entendido dogma liberal con fervor religioso terminan declarando idioteces como que "puedo permitir o no entrar a alguien a un restaurante". Se imaginan un restaurante con un letrero que diga "se prohíbe el ingreso de perros, negros y judíos"? O un hotel que diga "no aceptamos parejas homosexuales"? Entiendo que el oprobio público es mucho más efectivo que el poder coercitivo de las leyes. Pero en un país educado, iluminado y liberal, se entiende que lo anterior constituye discriminación y es una forma de perjuicio a otros miembros de la sociedad, por lo cual es plenamente legítimo actuar en contra de ellos.

Lo importante es entender que yo puedo ir a comprar té a la tienda y si no hay, puedo comprar café o leche, y puedo tomar desayuno igual. No es lo mismo ir a comprar remedios.

Mario Abbagliati dijo...

@Chile Liberal,

En cuanto al embrutecimiento y el cristianismo: In God We Trust. Dudo que surja efecto, pero por si acaso...

¿Por qué no vendes tú los medicamentos que las farmacias no quieren? Ahí tienes una perfecta oportunidad de negocio, te están dando una ventaja competitiva.

No se puede obligar a tres actores a competir por ley. No hay que buscar las respuestas en nuevas leyes y sanciones, si no en aumentar la competencia en el mercado con la llegada de nuevos participantes, los cuales harían estéril la colusión.

Por cierto, la teoría del valor subjetivo y la ley de utilidad marginal no te dicen nada al respecto del precio de los medicamentos.

¿Tienes datos acerca de cuantas personas murieron o vieron su tratamiento interrumpido por el aumento del valor de las medicinas?

El agua es un bien de primera necesidad. ¿Significa eso que el Estado tiene que decirle a las empresas como gestionar el negocio?

¿Alguien sabe cuál es la deuda hospitalaria del Estado?

SSergioA dijo...

1. Hay consenso en la entrada y en lo comentarios en cómo se produjo esta concentración de poder y como debe resolverse. Sólo agrego que se llegó a este punto por la causa de siempre: autoridades crecientemente incompetentes y corruptas.

2. No hay causal ninguna para obligar a las farmacias a vender la PDD. El embarazo no es una enfermedad, luego: la PDD no es un medicamento.

3. Cuando la autoridad política, saltándose la Constitución, pone en peligro el derecho a la vida, cualquier persona puede representárselo. Y los delitos económicos son materia de los tribunales.

Mario Abbagliati dijo...

@ Chile Liberal,

"sí, tengo prueba de que en ausencia de cristianismo el país no se embrutecería. Europa vivió mil años de tinieblas, en las que el cristianismo fue la ideología predominante. En dicho período los europeos no crearon ni ciencia ni literatura. Irlanda, país cristiano, Inglaterra, país laico. Piensa por qué los irlandeses emigraban a Inglaterra y no al revés."

The European MiracleRalph Raico
http://mises.org/story/2404#3

The Importance of the Middle AgesThe stereotype of the Middle Ages as "the Dark Ages" fostered by Renaissance humanists and Enlightenment philosophes has, of course, long since been abandoned by scholars. Still, the "consensus" writers on economic development whom Bauer faults have by and large ignored the importance of the Middle Ages for European growth — something that makes as much sense as beginning the explanation of the economic and cultural successes of European Jewry with the eighteenth century. Economic historians, however, following in the footsteps of the great Belgian historian Henri Pirenne (Pirenne 1937), have had a quite different estimation of the medieval period. Carlo M. Cipolla asserts that "the origins of the Industrial Revolution go back to that profound change in ideas, social structures, and value systems that accompanied the rise of the urban communes in the eleventh and thirteenth centuries" (Cipolla 1981, 298).

Of Europe from the late tenth to the fourteenth centuries, Robert S. Lopez states:

Here, for the first time in history, an underdeveloped society succeeded in developing itself, mostly by its own efforts … it created the indispensable material and moral conditions for a thousand years of virtually uninterrupted growth; and, in more than one way, it is still with us. (Lopez 1971, vii)

Lopez contrasts the European evolution with that of a neighboring civilization, Islam, where political pressures smothered the potential for an economic upsurge:

The early centuries of Islamic expansion opened large vistas to merchants and tradesmen. But they failed to bring to towns the freedom and power that was indispensable for their progress. Under the tightening grip of military and landed aristocracies the revolution that in the tenth century had been just around the corner lost momentum and failed. (Ibid., 57)

In Europe, as trade and industry expanded, people discovered that "commerce thrives on freedom and runs away from constriction; normally the most prosperous cities were those that adopted the most liberal policies" (Ibid., 90). The "demonstration effect" that has been a constant element in European progress — and which could exist precisely because Europe was a decentralized system of competing jurisdictions — helped spread the liberal policies that brought prosperity to the towns that first ventured to experiment with them.

Scholars like Cipolla and Lopez, attempting to understand European development in the Middle Ages, make constant reference to ideas, value systems, moral conditions, and similar cultural elements. As Bauer has emphasized, this is a part of the distinctive European evolution that cannot be divorced from its institutional history. In regard to the Middle Ages, prime importance, in the view of many writers, attaches to Christianity. Harold J. Berman (Berman 1974) has stressed that with the fall of Rome and the eventual conversion of the Germans, Slavs, Magyars, and so forth, Christian ideas and values suffused the whole blossoming culture of Europe. Christian contributions range from the mitigation of slavery and a greater equality within the family to the concepts of natural law, including the legitimacy of resistance to unjust rulers. The Church's canon law exercised a decisive influence on Western legal systems: "it was the church that first taught Western man what a modern legal system was like" (Ibid., 59).

Berman, moreover, focuses attention on a critical development that began in the eleventh century: the creation by Pope Gregory VII and his successors of a powerful "corporate, hierarchical church … independent of emperors, kings, and feudal lords," and thus capable of foiling the power-seeking of temporal authority (Ibid., 56). In this way, Berman bolsters Lord Acton's analysis of the central role of the Catholic church in generating Western liberty by forestalling any concentration of power such as marked the other great cultures, and thus creating the Europe of divided and conflicting jurisdictions. In a major synthesis, Law and Revolution, Berman has highlighted the legal facets of the development whose economic, political, and ideological aspects other scholars have examined (Berman 1983): "Perhaps the most distinctive characteristic of the Western legal tradition is the coexistence and competition within the same community of diverse legal systems. It is this plurality of jurisdictions and legal systems that makes the supremacy of law both necessary and possible" (Ibid., 10)

Berman's work is in the tradition of the great English scholar, A.J. Carlyle, who, at the conclusion of his monumental study of political thought in the Middle Ages, summarized the basic principles of medieval politics: that all — including the king — are bound by law; that a lawless ruler is not a legitimate king, but a tyrant; that where there is no justice there is no commonwealth; that a contract exists between the ruler and his subjects (Carlyle and Carlyle 1950, 503–26).

Other recent scholarship has supported these conclusions. In his last, posthumous work, the distinguished historian of economic thought, Jacob Viner, noted that the references to taxation by St. Thomas Aquinas "treat it as a more or less extraordinary act of a ruler which is as likely as not to be morally illicit" (Viner 1978, 68–69). Viner pointed to the medieval papal bull, In Coena Domini — evidently republished each year into the late eighteenth century — which threatened to excommunicate any ruler "who levied new taxes or increased old ones, except for cases supported by law, or by an express permission from the pope" (Ibid., 69). Throughout the Western world, the Middle Ages gave rise to parliaments, diets, estates-generals, Cortes, etc., which served to limit the powers of the monarch. A.R. Myers notes:
Almost everywhere in Latin Christendom the principle was, at one time or another, accepted by the rulers that, apart from the normal revenues of the prince, no taxes could be imposed without the consent of parliament … By using their power of the purse [the parliaments] often influenced the rulers policies, especially restraining him from military adventures. (Myers 1975 29–30)
In a recent synthesis of modern medievalist scholarship, Norman F. Cantor has summarized the heritage of the European Middle Ages in terms strikingly similar to those employed by the current institutional historians:
In the model of civil society, most good and important things take place below the universal level of the state: the family, the arts, learning, and science; business enterprise and technological process. These are the work of individuals and groups, and the involvement of the state is remote and disengaged. It is the rule of law that screens out the state's insatiable aggressiveness and corruption and gives freedom to civil society below the level of the state. It so happens that the medieval world was one in which men and women worked out their destinies with little or no involvement of the state most of the time. (Cantor 1991, 416)

One highly important factor in the advance of the West, possibly linked to Christianity, has not, however, been dealt with by the newer economic historians. It is the relative lack of institutionalized envy in Western culture. In a work endorsed by Bauer, the sociologist Helmut Schoeck has drawn attention to the omnipresence of envy in human societies (Schoeck [1969] 1987). Perceived as a grave threat by those at whom it is directed, it typically results in elaborate envy-avoidance behavior: the attempt to ward off the dangers of malicious envy by denying, disguising, or suppressing whatever traits provoked it. The antieconomic consequences of socially permitted — or even encouraged — envy and reactive envy-avoidance scarcely lend themselves to quantification. Nonetheless, they may clearly be highly damaging. Drawing on anthropological studies, Schoeck stresses the harm that institutionalized envy can inflict on the process of economic and technical growth (Ibid., 73). Western culture, according to Schoeck, has somehow been able to inhibit envy to a remarkable degree. Why this is so is less clear. Schoeck links this fact to the Christian faith: "It must have been one of Christianity's most important, if unintentional, achievements in preparing men for, and rendering them capable of, innovative actions when it provided man for the first time with supernatural beings who, he knew, could neither envy nor ridicule him" (Ibid., 79). Yet the evident variation in socially permitted envy in different Christian societies (e.g., Russia as against western Europe) suggests that the presence of Christian faith alone is not an adequate explanation.

Ignacio Burges dijo...

Lo que hay que leer:

" the creation by Pope Gregory VII and his successors of a powerful "corporate, hierarchical church … independent of emperors, kings, and feudal lords," and thus capable of foiling the power-seeking of temporal authority (Ibid., 56)".


"El Patronato regio (o Derecho de Patronato) consistió en el conjunto de privilegios y facultades especiales que los Papas concedieron a los Reyes de España y Portugal"

Patronato Indiano Los poderes del monarca para dirigir la Iglesia fueron aumentando con el tiempo. Estos poderes reales fueron: el envio y selección de los misioneros a América (bula inter caetera, 1493), cobro del diezmo (Bula Eximia e Devotionis, 1501), facultad para fijar y modificar límites de las diócesis en América (Bula Ullius fulcite praesidio. 1504) y facultad para vetar la elección de arzobispados u obispados, así como del derecho de presentación (Bula universalis ecclesiae, 1508). En 1539 el emperador Carlos V exigió que las peticiones de los obispos a la Santa Sede pasen por su mano, imponiendo el pase real (pase regio o regium exequatur) a los documentos pontificios para poder ser ejecutados.

En 1574 se expidió la Real Cédula de Patronato en Indias (Real Patronato Indiano) que consolidó la institución. En ella, quedaba bajo autorización real, la construcción de iglesias, catedrales, conventos, hospitales, la concesión de obispados, arzobispados, dignidades, beneficios y otros cargos eclesiásticos. Los prelados debían dar cuenta al Rey de sus actos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Patronato_regio

Otra cosa mas:

La Inquisición española o Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos, que tiene precedentes en instituciones similares existentes en Europa desde el siglo XIII (véase el artículo Inquisición). La Inquisición española estaba bajo el control directo de la monarquía. No se abolió definitivamente hasta 1834, durante el reinado de Isabel II.

http://es.wikipedia.org/wiki/Inquisici%C3%B3n_espa%C3%B1ola

Ignacio Burges dijo...

A proposito de Tomas de Aquino he aqui su edificante pensamiento sobre la mujer, y demos gracias a la Providencia porque la Edad Media no fue una epoca oscura:

” La mujer es, pues, un producto de la polución ambiental, un engendro monstruoso. Ella no responde -opina Tomás en su lenguaje más filosófico y abstracto que ecológico y plástico- «a la primera intención de la naturaleza», que apunta a la perfección (al varón), sino «a la intención secundaria de la naturaleza, como putrefacción, malformación y debilidad de la edad» (S. Th. Suppl. q. 52 a. 1 ad 2). La mujer es, pues, un producto secundario de la naturaleza, que se da cuando fracasa la primera intención de la naturaleza, que apunta a los varones. Ella es un varón frenado en su desarrollo, pero Dios cuenta de alguna manera con ese fallo que es la mujer. A decir verdad, no lo ha programado Dios de forma primera, sino secundaria o como fuere, pues «la mujer está destinada a la procreación» (S. Th. I q. 92 a. 1). Pero ahí se agota la utilidad de la mujer para los machistas y monacales ojos de Tomás.

Tomás cita a Agustín sin nombrarlo; dice que la ayuda para la que Dios creó la mujer para Adán se refiere exclusivamente a una ayuda en la procreación, pues, para las restantes actividades, un varón sería mejor ayuda para el varón. También Alberto había dicho eso mismo (In II sent. 20,1 e In IV sent. 26,6). Los teólogos varones habían interiorizado a Agustín. Para la vida espiritual del varón, la mujer no tiene importancia alguna. Al contrario. Opina Tomás que el alma del varón cae de su elevada altura mediante el contacto de la mujer, como enseñaba Agustín, y su cuerpo queda bajo el dominio de la mujer, es decir, en «una esclavitud más amarga que cualquier otra» (In 1 Cor 7,1). Tomás cita a Agustín: «Nada arrastra hacia abajo tanto al espíritu del varón como las caricias de la mujer y los contactos corporales, sin los que un varón no puede poseer a su esposa» (S. Th. II-II q. 151 a. 3 ad 2).

La mujer posee menor fuerza física y también una menor fuerza espiritual. El varón tiene «una razón más perfecta» y una «virtud (virtus) más robusta» que la mujer (Summa contra gent. III, 123). A causa de su «mente defectuosa», que, además de en las mujeres, «es patente también en los niños y en los enfermos mentales», la mujer tampoco es admitida como testigo en asuntos testamentarios, opina Tomás (S. Th. II-II q. 70 a. 3).

http://www.vallenajerilla.com/berceo/utaranke/mujer.htm

Ignacio Burges dijo...

Y eso no es "medieval" sino mas o menos reciente, pero se aplica igual el "derecho natural" cuyo maimo eponente es el aquinate, menos mal:

He aquí unas palabras muy dicientes de la Instrucción número 1293 de la Sacra Congregación del Santo Oficio, fechada el 20 de junio de 1866, en pleno pontificado del papa infalible Pío IX, y escrita en respuesta a una serie de preguntas del reverendo padre William Massaia, Vicario Apostólico ante la tribu de Galla, en Etiopía:"Aunque los pontífices romanos no han dejado nada sin tratar respec-to a que la esclavitud sea abolida por doquiera entre las naciones, y aunque gracias a ellos ya no hay esclavos en varios pueblos cristianos desde hace varios siglos (a pluribus saeculis nulli apud plurimas chris-tianorum gentes seroi habeantur) , sin embargo la esclavitud misma, considerada en sí y en términos absolutos, en modo alguno repugna a la ley natural y divina (tamen seroitus ipsa per se et absolute con-siderata iuri naturali et divino minime repugnant) , y puede haber muchas justificaciones para la esclavitud como se puede ver consul-tando los teólogos e intérpretes aprobados del canon sagrado (plu-resque adesse possunt iusti servitutis tituli quos videre est apud pro-batos theologos sacrorumque cononum interpretes). Porque el domi-nio que tiene un amo respecto a un esclavo no se debe entender más que como el perpetuo derecho de disponer aquél, para su provecho, del trabajo del siervo, siendo legítimo que una persona le ofrezca di-cho dominio a otra (Do-minium enim illud, quod domino in servum competit non aliud esse intelligitur quam ius perpetuum de seroi ope-ris in proprium commodum disponendi, quas quidem homini ab homi-ne praestari fas est). De esto se sigue que no repugna a la ley natural y divina que un esclavo sea vendido, comprado, cambiado o regala-do, en tanto esta venta o compra o cambio o regalo se observen las condiciones que aquellos autores aprobados ampliamente siguen y explican (/nde autem consequitur iuri naturali et divino non repugna-re quod servus vendatur, ematur, commutetur, donetur, modo in hac venditione, emptione, commu-tatione, donatione, debitae conditiones accurate serventur quas iti-dem probati auctores late perse quuntur el explicant)". Y esta joya, que viene casi al final: "No es fácil contes-tar las preguntas 17 y 18. Usualmente los esclavos que han sido re-ducidos a la esclavitud injustamente tienen derecho a huir; pero no los esclavos que estén bajo una esclavitud justa (servi qui iustam su-beant servitutem), salvo que el amo los quiera inducir a algún pecado o sean tratados inhumanamente".
"La Puta de Babilonia" pag.91
Fernando Vallejo. Editorial Planeta 2007.

Anónimo dijo...

Chile Socialdemócrata dice claramente “Este sitio sostiene que las sociedades ultramoralistas y conservadoras generan estas protestas freak.”

¿Con esa frase no eres tú el que cataloga de freak la protesta?

Y luego agrega “Si la sociedad se manifiesta con protestas freak, pregúntense c qué la está pudriendo y cuándo lograremos desinfectarla.”

No entiendes qué es la propiedad privada ni el libre intercambio, pues el dulce de la Ligua y el remedio son parte de la propiedad privada de un individuo.

Obligarlos a vender algo a otro constituye una agresión, una invasión a la propiedad privada y una intervención en el libre intercambio.

Y lo que hay que leer después: “De ahí se desprende que es plenamente legítimo aplicar restricciones y forzar ciertas obligaciones”.

¿Quién debe obligar? ¿El Estado?
¿Y cómo? ¿Mediante la amenaza o el uso de la fuerza?

¿Hay agresión en seleccionar la clientela o en elegir lo que vendo? No.

De lo contrario la señora Juanita estaría obligada a atender en su boliche al borracho de la esquina cada vez que el quiera, a la hora que quiera, y los tragos que el quiera, y si no los tiene, aguantar su alegato, etc.

Mario Abbagliati dijo...

Las raíces del liberalismoDavid Boaz
http://www.elcato.org/node/2840

La prehistoria del liberalismo Las dos vertientes principales del pensamiento occidental (griega y judeocristiana) contribuyeron a desarrollar el concepto de libertad. Según el Antiguo Testamento, el pueblo de Israel vivía sin rey ni autoridad coercitiva alguna, y se gobernaba en virtud de su acuerdo mutuo con Dios, sin recurrir a ningún tipo de fuerza. De con el libro primero de Samuel, los judíos fueron a ver a Samuel y le dijeron: «Danos un rey que nos juzgue como hacen las demás naciones». Pero cuando Samuel transmitió a Dios la petición del pueblo judío, Dios respondió:

Así será el rey que reinará sobre vosotros. Se llevará a vuestros hijos a sus ejércitos. Se llevará a vuestras hijas a su cocina. Se llevará vuestros campos y vuestras plantaciones de olivos y los entregará a sus sirvientes. Y se llevará también el diezmo de vuestra semilla, vuestros viñedos y vuestras ovejas. Y vosotros seréis sus sirvientes. Y ese día os lamentaréis de vuestro rey que vosotros mismos habréis escogido, y el Señor no escuchará vuestros lamentos ese día.

A pesar de que el pueblo de Israel ignoró esta horrible advertencia e instauró la monarquía, el pasaje citado nos recuerda constantemente que los orígenes del Estado no se encuentran, bajo ningún concepto, en la inspiración divina . El impacto de la advertencia de Dios no sólo resonó en el antiguo Israel, sino que también ha llegado hasta los tiempos modernos. Thomas Paine lo menciona en su ensayo Sentido común, para recordar a los americanos que, en los 3.000 años transcurridos desde los tiempos de Samuel, «los pocos reyes buenos» que se sucedieron «no pudieron borrar el pecado original» de la monarquía. El gran historiador de la libertad, lord Acton, tras haber supuesto que todos los lectores británicos del siglo XIX estarían familiarizados con esta cita bíblica, se refirió por casualidad a la «trascendental protesta» de Samuel.

El pluralismoLa independencia de la Iglesia de Occidente, conocida como la Iglesia católica romana, fue la causa en Europa de la rivalidad por el poder entre dos poderosas instituciones. Ni a la Iglesia ni al Estado les agradaba esta situación, pero su poder dividido abrió una puerta a la evolución de los individuos y a la sociedad civil. Con frecuencia, papas y emperadores denunciaban las actuaciones del otro, lo que contribuía a desacreditar la legitimidad de ambos. De nuevo, este conflicto entre Iglesia y Estado no se podía comparar a ningún otro en el mundo, lo que demuestra que los principios de la libertad se desarrollaron primero en Occidente.

En el siglo IV el emperador Teodosio ordenó a san Ambrosio, obispo de Milán, que entregara su catedral al imperio. Ambrosio respondió:

No es legal que nosotros entreguemos la catedral, ni tampoco lo es que Vuestra Majestad la reciba. Ninguna ley os faculta para expropiar la casa de un hombre. ¿Creéis acaso que puede ser incautada la casa de Dios? Se afirma que todas las cosas son legales para el emperador y que todas las cosas le pertenecen. Pero no agobiéis vuestra conciencia con el pensamiento de que como emperador poseéis cualquier derecho sobre lo sagrado. No exaltéis vuestra vanidad. Que vuestro reinado sea largo y se someta a Dios. Está escrito, a Dios lo de Dios y a César lo de César.

El emperador se vio obligado a visitar la catedral de san Ambrosio e imploró el perdón por su pecado.

Algunos siglos más tarde, un conflicto similar se produjo en Inglaterra. El arzobispo de Canterbury, Thomas Becket, defendía los derechos de la Iglesia contra la usurpación de Enrique II. Éste manifestó que deseaba librarse de ese «sacerdote entrometido», y cuatro caballeros cabalgaron a Canterbury para asesinar a Becket. Cuatro años más tarde Becket había sido proclamado santo, y Enrique II fue obligado a caminar descalzo en la nieve hasta la iglesia de Becket, en penitencia por su crimen y en arrepentimiento de sus exigencias sobre la Iglesia.

Debido a que la lucha entre Iglesia y Estado impidió la consolidación del poder absoluto, quedaba todavía espacio para el desarrollo de instituciones autónomas y, al no ejercer la Iglesia el absolutismo, ciertas visiones religiosas disidentes pudieron florecer. Mercados y asociaciones, compromisos vinculantes, gremios y universidades contribuyeron al desarrollo del pluralismo y de la sociedad civil.

La tolerancia religiosaCon frecuencia, el liberalismo se suele considerar una filosofía de libertad económica, pero sus auténticas raíces históricas se aproximan más a la lucha por la tolerancia religiosa. Los primeros cristianos desarrollaron teorías de tolerancia para combatir la persecución del Estado romano. Uno de los primeros fue Tertuliano, cartaginense conocido como el «padre de la teología latina», quien en los albores del año 200 de nuestra era escribía:

Es un derecho fundamental del hombre, un privilegio otorgado por la naturaleza, que el ser humano pueda practicar su fe según sus propias convicciones. La práctica religiosa de un hombre no daña ni ayuda a otro. Es cierto que imponer una religión no forma parte de ningún acto de fe, al que sólo debemos llegar a través de nuestra libre voluntad y nunca mediante la fuerza.

La defensa de la libertad se basa en este caso en derechos fundamentales o naturales.

(...)

En el siglo XIII, santo Tomás de Aquino (quizás el más importante de los teólogos cristianos) desarrolló, en colaboración con otros filósofos, la justificación teológica para limitar el poder del rey. Santo Tomás escribió:

Un rey que no es fiel a su deber pierde su derecho a exigir obediencia. Derrocarlo no constituye rebelión, pues él mismo es un rebelde a quien la nación tiene derecho a destituir. Si bien es preferible limitar su poder, e impedir así que pueda abusar de él.

(...)

Los pensadores escolásticos españoles del siglo XVI, conocidos también como la Escuela de Salamanca, continuaron la labor exploratoria de los caminos de la teología, la ley natural y la economía iniciada por santo Tomás. Se adelantaron a muchos temas que más tarde aparecerían en las obras de Adam Smith (finales del siglo XVIII) y de la Escuela Austriaca (finales del siglo XIX y siglo XX). Desde su puesto en la universidad de Salamanca, Francisco de Vitoria condenaba la esclavitud de los indios en el Nuevo Mundo, y aludía al individualismo y a los derechos naturales:

Cada indio es un ser humano y por tanto es capaz de conseguir la salvación o la condena […] Es una persona, y como tal goza de libre albedrío y es la dueña de sus acciones […] Cada hombre es el propietario de su propia vida y tiene derecho a la integridad física y mental.

Chile Liberal dijo...

Anónimo es el que no comprende qué es el libre intercambio. Según él, una persona libremente elige el remedio que quiere. Parece que se olvida que la gente no se enferma porque quiere y nadie llega a una farmacia libremente, sino por necesidad. Ante ella, normalmente no se tiene opción (no se es libre).

Me extraña, ya que a veces tienes argumentos mejores.

El dulce de la Ligua yo lo compro porque se me antoja cuando veo a las palomitas al lado de la carretera. Me cuesta concebir a alguien que al pasar por fuera de una farmacia Ahumada exclame "hmm, unas ganas de tomarme una rica procainamida".

Esa es la diferencia. El remedio es un intercambio menos libre, porque el demandante no es libre, muchas veces no tiene opción. Una mujer violada, por ejemplo, no es libre. Y acá no cabe la objeción de conciencia de venderle la PDD primero porque la mujer lo necesita y segundo los dueños de farmacia demostraron no tener conciencia (ni vergüenza).

Es por eso que este sitio defiende un liberalismo consecuencialista, donde no hay conflicto alguno ya que siempre hemos defendido el gobierno limitado y el Estado mínimo.

Respecto a la señora Juanita, es un hecho que ella debe resguardar su propia integridad y puede prohibirle la entrada a un ebrio a su almacén, del mismo modo que un ebrio puede ser expulsado de un bar por provocar desmanes.

Nada tiene que ver eso con restringir la entrada a un judío o un negro, porque eso es no comprender que un restaurante o un bar o el almacén de la señora Juanita son a la vez espacios públicos.

La señora Juanita es libre de no tener amigos negros, o de no dirigirle la palabra a la vieja copuchenta de la esquina. o no invitar a su casa a un negro (si bien su actitud es desde luego reprochable). Dudo que un juez acepte aquello cuando se trata de atender su almacén de abarrotes porque es demasiado evidente que al negarle la entrada al almacén a la vieja de la esquina o al negro constatamos discriminación.

Solicito por favor leer lo siguiente para identificar correctamente las coordenadas políticas donde se sitúa este blog.

Historia del utilitarismo
Tanto la filosofía de Epicuro como la de Bentham pueden ser consideradas como dos tipos de consecuencialismo hedonista, pues juzgan la corrección de las acciones según su resultado (consecuencialista) en términos de cantidad de placer o felicidad obtenida (hedonismo).

Consequentialist libertarianism
Consequentialist libertarianism refers to the view that liberty leads to favorable consequences, such as prosperity or efficiency, and for that reason should be supported, advocated, and maximized.[1] It is contrasted to deontological libertarianism, also known as "rights-theorist libertarianism," "natural rights libertarianism," or "libertarian moralism" which considers the initiation of force and fraud to be immoral, regardless of consequences.

SSergioA dijo...

y si al farmacéutico lo hace infeliz vender abortivos, hacerse cómplice de la muerte de un ser humano?

Chile Liberal dijo...

El farmacéutico resultó ser un infeliz con o sin abortivos

SSergioA dijo...

un infeliz sin remedio!

Chile Liberal dijo...

:-))) hahaha

Mario Abbagliati dijo...

@Chile liberal,

Stated differently, consequential libertarianism is just cost-benefit analysis.

http://thecaseforsmallgovernment.blogspot.com/2006/03/consequentialism.html

¿Dónde fijas la línea?

"liberty leads to favorable consequences, such as prosperity or efficiency, and for that reason should be supported, advocated, and maximized"

¿Qué opinas de la guerra de Irak? Los neocon dicen que la libertad y la democracia traerá paz y prosperidad a la región.

"Milton Friedman, David D. Friedman, Ludwig von Mises and Friedrich Hayek are consequentalist libertarians, who use utilitarian consequentialist arguments to justify libertarian philosophies."

¿Puedes citar algunos ejemplos de su obra al respecto?

Ignacio Burges dijo...

Mario deberia saber que segun ese cajon de sastre que es el " derecho natural" la esclavitud esta justificada, la acepta incluso Vitoria en virtud del derecho de gentes (antecedente del actual derecho internacional):

"Unos detalles que permiten recordar el con-texto filosófico en que se movió el fraile dominico son que, al igual que otros teólogos y humanistas de su tiempo, Vitoria aceptaba la esclavitud en ciertos casos, o también queanduvo muy preocupado por la magia".

http://74.125.93.132/search?q=cache:EHacdXYq8SMJ:isegoria.revistas.csic.es/index.php/isegoria/article/download/188/188+francisco+vitoria+esclavitud+derecho+de+gentes&cd=86&hl=es&ct=clnk&gl=cl&lr=lang_es

Mario Abbagliati dijo...

@Ignacio Burges,

Te empeñas, al igual que Chile Liberal y otros, en juzgar hechos del pasado con la moral actual, lo cual me parece un craso error.

El desarrollo de las ideas liberales no son un camino de rosas, y te podrás encontrar con autores que entran en contradicción. John Locke no era muy "tolerante" con los católicos, y Thomas Jefferson tenía esclavos negros. Cada uno, con sus luces y sombras, aporta su contribución y se desecha lo inapropiado. Yo me quedo con la idea de la mano invisible de Adam Smith, su visión del interés propio y la división del trabajo, y desecho la teoría objetiva del valor. No hay autor perfecto, pero hay que reconocer los aportes que marcan una dirección. A nadie en su sano juicio se le ocurriría llamar liberal a Tomás de Aquino, de la misma manera que las sufragistas no eran feministas.

Anónimo dijo...

En el siglo XVI España ilegalizó la esclavitud de los indígenas.

Irónicamente, la "ética maravillosa" de la oferta y demanda, hizo que los ingleses se convirtieran en líderes del tráfico de negros.

Así, cuando en 1783 La Cámara de los Comunes británica discute una ley de abolición fundamentada en la inmoralidad de la esclavitud, ésta no se aprueba porque la mayoría argumenta que el tráfico es rentable.

Juan de Mariana

Ignacio Burges dijo...

"Te empeñas, al igual que Chile Liberal y otros, en juzgar hechos del pasado con la moral actual, lo cual me parece un craso error."

Mario lo que pasa es que los catolicos y demas defensores del derecho natural hablan que existe un orden moral objetivo independiente de epocas y espacio, eso da pie para que se les juzgue, o entonces llegariamos a la conclusion de que el derecho natural no existe que es lo que yo pienso, porque el derecho ( y la moral)obviamente para mi depende del contexto pero para la doctrina iusnaturalista no es asi.

Ignacio Burges dijo...

"Irónicamente, la "ética maravillosa" de la oferta y demanda, hizo que los ingleses se convirtieran en líderes del tráfico de negros."

El trafico de esclavos negros empezo con una bula papal de 1443 que le dio este monopolio a los portugueses.

Chile Liberal dijo...

[Juan de Mariana] trabajó (...) como predicador, censor de exégesis, colaborador del Índice y consultor de la Inquisición. (fuente: Wikipedia)


"(...) le comisionó'para hacer el Catálogo de los libros prohibidos, y el Indice del Expurgatorio, que se publicó en 1584". (ver fuente)

Estoy 100% de acuerdo con Ignacio Burgues comentario mié may 06, 09:31:00 PM

Mario Abbagliati dijo...

@Ignacio Burges,

¿Puedes expicar porque el derecho natural no existe?

Te centro el balón con la siguiente cita Richard Epstein:

A natural rights theory asserts that the end of the state is to protect liberty and property, as these conceptions are understood independent of and prior to the formation of the state. No rights are justified in a normative way simply because, the state chooses to protect them, as a matter of grace. To use a common example of personal liberty: the state should forbid murder because it is wrong; murder is not wrong because the state forbids it.

Ignacio Burges dijo...

"Te empeñas, al igual que Chile Liberal y otros, en juzgar hechos del pasado con la moral actual, lo cual me parece un craso error."

Mario ,con esta frase tu mismo estas negando, en los hechos, la existencia del derecho natural.

No hay derechos anterores al estado, los derechos son producto de una evolucion continua,lo que antes era malo ahora es bueno y viceversa, te recuerdo Mario que el derecho natural aparte de justificar la esclavitud, se ha usado para aprobar la segregacion racial, el sistema colonial, el orden feudal, la opresion de las minorias sexuales, y aca en Chile era el argumento principal de los catolicos para oponerse a la aprobacion de la ley de divorcio, cuando ellos mismos en 1886 le negaban validez al matrimonio civil.

Como puedes ver el derecho natural no da lo que principalmente se pide al derecho, seguridad juridica, indispensable para el orden social, no es derecho algo que se puede usar para justificar cualquier cosa, muchas veces contradictorias unas a otras.
Por ultimo te cito a Agutin Squella, doctor en Derecho Universidad Complutense:

"Con todo ,la circunstancia de que los derechos humanos hayan surgido historicamente como derechos naturales, esto es , que se les haya considerado en tal caracter cuando empieza tanto a hablarse de ellos como a invocarselos en la cultura juridica y politica europea, no valida por si sola la fundamentacion iusnaturalista de los mismos, porque esta,como toda fundamentacion, tiene una pretension antes filosofica que puramente historica.
La fundamentacion historicista de los derechos humanos , para los cuales tales derechos son derechos historicos,nos recuerda que los derechos del hombre aparecen recien a inicios del mundo moderno y que son consecuencia de un proceso de evolucion activado por luchas y movimientos sociales que han traido consigo la consagracion de sucesivas generaciones de derechos del hombre, desde los primitivos derechos de autonomia hasta los mas recientes derechos de promocion, pasando npor los llamados derechos de participacion".

Introduccion al Derecho, Agustin Squella, pag 167,Editorial Juridica de Chile, 2000.

Aqui un articulo ilustrativo:

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2649856

Mario Abbagliati dijo...

@Ignacio Burges,

Reconociendo que me muevo en un terreno poco conocido por mí:

1. Que el derecho natural se haya utilizado para justificar la esclavitud, puede estar informándonos acerca del sujeto y no del objeto. ¿No puede ser ello un caso de mala interpretación?

2. Hayek sostenía que el derecho se va descubriendo. Si se ha utilizado el derecho natural como argumentación a favor de la esclavitud, ¿no puede ello reflejar que han habido elementos del derecho natural que no han sido descubiertos?

3. El derecho natural se puede complementar con la tradición y la razón, donde si hay convergencia, ello puede ser entendido como que nos movemos en la dirección correcta.

4. Leyendo el documento de Agustín Squella de la Revista Chilena de Derecho, no logro reconocer una explicación a la proposición de Richard Epstein the state should forbid murder because it is wrong; murder is not wrong because the state forbids it. Lo que entiendo es que el se considera escéptico ante ella.

5. En la ausencia de derecho natural, si se produce una expansión legislativa, ¿dónde están los límites? Se puede decir que en una constitución, pero éstas pueden ser cambiadas, y dar más atribuciones al legislativo.

Mario Abbagliati dijo...

http://darwinianconservatism.blogspot.com/search?q=Darwinian+natural+right

The Morality of Nature

Throughout history, it has been common to appeal to nature as a guide to morality through ideas of "natural right" or "natural law." But the critics of this moral conception of nature complain that this kind of thinking suffers from confusing distinct senses of nature.

Insofar as nature covers the entire order of things, argued John Stuart Mill (in his essay "Nature"), the moral injunction to "follow nature" makes no sense, because humans have no choice in the matter. Everything people do must conform to nature in this abstract, all-encompassing sense. On the other hand, if nature is the spontaneous order of things free from human influence, then "following nature" would be irrational and immoral. It would be irrational, because any human action would alter the course of nature and would thus be unnatural. And it would be immoral, because natural phenomena often have evil effects. Mill declares: "Either it is right that we should kill because nature kills; torture because nature tortures; ruin and devastate because nature does the like; or we ought not to consider at all what nature does, but what it is good to do." Surely, Mill insists, morality requires that we go against the impulses of nature.

Morality is not natural, Mill concludes, because it must be artificially perfected by human cultivation and artifice to satisfy the moral concerns of human beings. Those who argue for a natural moral law mistakenly assume that what is can be the rule and standard for what ought to be. Natural science can reveal the natural facts of existence, but morality must tell humans about the moral values of human life.

This distinction between is and ought, or between facts and values, supports the common distinction between nature and culture. Morality is assumed then to arise not from nature but from culture, because moral norms of right and wrong, good and bad, are products of human cultural artifice. Through science, people can understand nature. And through technology, people can control nature. But to judge the moral ends of scientific understanding and technological control, one must go beyond nature and enter the realm of culture, which is an artificial world of human social contrivance set apart from the natural world. As Remi Brague has shown (in The Wisdom of the World [2003]), Mill's essay on nature manifests the shift from the premodern idea that nature is a model for human action to the modern idea that nature needs to be corrected, not imitated.

As a proponent of "Darwinian natural right," I respond to this by saying that although cosmic nature might be indifferent to moral distinctions, human nature is not. If one can identify some human desires and inclinations as natural and not merely conventional, one can say that the naturally good life is one that satisfies those natural desires and inclinations to conform to some deliberate conception of a whole life well lived. So, for example, if human beings have natural desires for life, for parental care, and for social bonding, then one can judge those beliefs and practices that satisfy these desires as naturally good.

Even Mill accepts this in his utilitarian morality, when he claims that the ultimate good for human beings is the attainment of happiness, which is the fullest satisfaction of their natural desires over a whole life. For example, humans' moral duties to others arise from their natural sentiments as social animals who care for their fellow creatures. Of course, as Mill insists, people's moral values do not spring spontaneously from their inborn human nature, because they need to be cultivated through individual habituation and social customs. But still, as Aristotle said, the cultivation of such virtues is made possible by our natural desires and propensities. It is natural for us to fulfill our nature by nurturing it.

To ponder such questions about the meaning of nature expresses some of the deepest desires of our human nature.

Mario Abbagliati dijo...

http://darwinianconservatism.blogspot.com/2008/02/more-on-isought.html

In Chapter 4 of DARWINIAN NATURAL RIGHT, I have argued for a Humean naturalism that is compatible with Aristotelian and Darwinian views of morality. Far from denying that moral judgments are judgments of fact, Hume shows that moral judgments are accurate when they correctly report what our moral sentiments would be in a given set of circumstances. Moral judgments do not have cosmic objectivity in the sense of conforming to structures that exist totally independently of human beings. Yet neither do moral judgments have only emotive subjectivity in the sense of expressing purely personal feelings. Moral judgments for Hume have intersubjective objectivity in that they are factual judgments about the species-typical pattern of moral sentiments in specified circumstances.

Hume compares moral judgments to judgments of secondary qualities such as colors. My judgment that this tomato is read is true if the object is so constituted as to induce the impression of red in human beings with a normal visual system viewing it under standard conditions. Similarly, my judgment that this person is morally praiseworthy is true if the person's conduct is such as to induce the sentiment of approbation in normal human beings under standard conditions. Just as an object can appear red to me when in fact it is not, so a person can appear praiseworthy to me when in fact he is not. The moral judgment whether some conduct would give to a normal spectator under standard conditions a moral sentiment of approbation is, Hume insists, "a plain matter of fact." The moral sentiment itself, however, is a feeling or passion rooted in human nature that cannot be produced by reason alone.

The importance of the moral sentiments becomes clear as soon as one considers those who have no moral sentiments--pure psychopaths. As I have indicated in Chapter 8 of DARWINIAN NATURAL RIGHT, we must treat psychopaths as moral strangers who are incapable of responding to moral appeals because they lack that moral sense that makes morality possible for normal people.

Darwin's contribution to this tradition of naturalistic morality rooted in natural moral sentiments was to show how the human nature of such morality could have evolved.

This Humean and Darwinian naturalism seems more reasonable to me than G. E. Moore's claim that "good" belongs to some transcendental realm of non-natural objects. I cannot see how moral standards could exist independently of the facts of human nature.

In my Darwinian account of morality, moral values are rooted in moral facts--the psychological facts of the human species, such as our disposition to sympathize with our fellow human beings and feel resentment against those who harm others without justification.

Ambrosio Puerta y Ombligo dijo...

Diablos!, Me ausento de este blog unas cuantas semanas, y ¿qué me encuentro a mi regreso?
A Mario Abbagliatti haciendo de las suyas nuevamente, hablando de cosas que no entiende, otras que entiende a medias y-lo peor- haciendo uso de la “ventriloquía argumental” al postear extensos párrafos redactados por algún gurú (de quien no sabemos el nombre) como si éste fuera una especie de “guardaespaldas explicativo” que actúa como su representante discursivo, me imagino!. Y párrafos extraidos vaya a saber uno de que delirante sitio o blog neo-conservador ( como si este blog tuviera esa orientación).No basta con incluír el link, digo yo? Ahora nos endilga una retahíla cardio-dilatada de frases que invocan una variopinta clase de fenómenos más allá de lo meramente inteligible para mamíferos ilustrados.
El autor de estos párrafos, ¿habla en representación de Mario? Tiene razón Cecilia Peña al notar esta mala costumbre de dejar que otros hablen por uno. Pésima costumbre; equivalente a la pereza intelectual más abyecta. Pero vayamos al punto:


“In my Darwinian account of morality, moral values are rooted in moral facts--the psychological facts of the human species, such as our disposition to sympathize with our fellow human beings and feel resentment against those who harm others without justification”

01.-¿Cómo podrían los actos morales provenir de un primigenio valor moral? ¿Remiten éstos
A un previo “Estado de Naturaleza”?

02.-¿Descansan acaso en alguna virtud primitiva previa?

03.-¿Los hechos sicológicos de la especie humana remiten invariablemente hacia una bondad metafísica incuestionable?, ¿Una “bonomía per causa sui”? ¿Por qué?.

04.-¿Sentimos una natural disposición a simpatizar con nuestros semejantes y a sentir resentimiento por aquellos que causan daño injustificado a otros? Habría que probarlo.

“I cannot see how moral standards could exist independently of the facts of human nature”

Vaya frasecita!! ¿En que consiste la naturaleza humana, según lo anterior?

Voy a esperar la respuesta con ansiedad galopante. Traeré mi silla de playa favorita, mi whiskey con soda, una papas fitas, maní, unas cuantas galletas saladas y le avisaré a unos cuantos amigos y colegas para que estén atentos a este magno evento. Mantendré mi computador encendido día y noche hasta que surgan esas palabra mágicas desde el abismo insondable del ideario Abbagliatense Ne-Conservador.Aleluya, pan de hallulla!!

Chile Liberal dijo...

Mario debe hacerse cargo de los comentarios hechos por Ambrosio y Cecilia. Quedamos a la espera.

Manuel dijo...

Quería compartir una viñeta de Alberto Montt que me hizo reír mucho:
http://www.dosisdiarias.com/2009/04/2009-04-27.htmlEl derecho natural requiere siempre de alguien que nos informe sobre la voluntad de Dios o del Universo. Entonces, si bien puede que efectivamente existan normas anteriores y superiores a los ordenamientos positivos, el problema es: ¿quién puede atribuirse el talento de saber cuáles son? En la práctica abundan los interpretes, y la consecuente variedad de contenidos del iusnaturalismo.