martes, 10 de agosto de 2010

El triste adiós de la Love Parade

Una era hermosa llega a su fin, con un desenlace trágico

Como sabemos, los absolutistas detestan las fiestas populares, y en particular, las fiestas rave les preocupan por sobre manera. Aprovechándose para causar aún más dolor a los familiares de las víctimas de la Love Parade, un cura austriaco llamó "pecaminoso" a este festival y dijo que constituye

"una rebelión contra la creación y lo que llamó el orden de Dios." (fuente: BBC Mundo)

Francamente, comentario de mal gusto. Me pregunto si esta gente conoce el significado de la palabra "tino", y la importancia de guardar silencio.

La Love Parade tiene una resonancia especial en este sitio, ya que vuestro corresponsal el año 2000 tuvo la suerte de pegarse un travesía "de aquellas" de Bruselas a Amsterdam, y después a Alemania, para terminar en el magno encuentro (mención aparte merece el arriendo de un BMW par irnos como las velas por una Autobahn). Más emotivo fue mi primer festival rave nada menos que en Putre, al interior de Arica, en 1993, en lo que fue una extraordinaria fiesta de música y hermandad llamada "la Rave del Eclipse", cuando la música electrónica aún era un bicho raro. El broche de oro no fue la Puerta de Brandeburgo, sino un eclipse total que aquel año fue visible en todo el país y sirvió de telón de fondo para lo que, según entiendo, fue efectivamente la primera festa rave en el país. Vuestro modesto servidor contaba apenas 15 añitos y fui con mi primo, de 20, y de lo poco que recordamos fue la mezcla de música electrónica y andina con rituales aymarás y algo de Pink Floyd, "The Dark Side Of The Moon" durante el eclipse mismo.

El origen de la Love Parade fue una cuestión política: "love" significaba tolerancia y respeto, en un ambiente de libertad y paz, donde cada cual es libre de expresarse, sin molestar al resto. Lo que terminó por molestar a los vecinos de Berlín al ver como un millón de personas se tomaba las calles de una de las ciudades más vanguardistas del mundo. Con la irrupción de la música electrónica en los 90 fue aumentando la convocatoria de los festivales rave, y creo que el objetivo se cumplió: todos los que ayer celebramos el amor de la Love Parade, hoy —algo aburguesados— convertimos nuestros deseos en exigencias. Es entendible por qué grupos religiosos y políticos sienten gran desconfianza hacia estas manifestaciones tribales.

Lo curioso es que mientras en Alemania la trágica estampida puso fin "a lo que queda de la Love Parade", en Cuba, a pesar de la brutalidad del régimen comunista, cobra fuerza el Rotilla Festival, cuyo objetivo final es promover:

"(...) los valores nacionales patrios que en las ultimas décadas se han visto muy reducidos entre los jóvenes por las problemáticas socio-económicas que vive el país."

Hmm... déjenme ver: los cubanos están muriéndose de hambre, tienen que pedirle permiso al gobernante para tener acceso a Internet, y más encima se quejan de la pérdida de "valores nacionales patrios". Pero bueno, mientras que las libertades logradas en Occidente recién echan raíces en Cuba, en Alemania esta etapa llega a su fin.

Hoy la música electrónica sólo vive gracias a David Guetta y otros que, la verdad, ya les estoy perdiendo el rastro, como no si ya tengo 33 años.

Así todo no deja de ser conmovedor el servicio religioso ofrecido a las víctimas, con la presencia de las más altas autoridades políticas de Alemania, y que impactó al mundo. La fiesta musical del amor y la tolerancia terminó en silencio, entre sollozos y recriminaciones, y con los cuerpos sin vida de esos 21 jóvenes europeos se dijo adiós a una era.

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