Chile Liberal marcha por la igualdad ante la ley en el Gay Pride de París
En la tarde del sábado 25 de junio Vuestro Humilde Servidor se sentaba en una terraza de la avenida Saint-German-des-Prés frente al monumento de París a Danton y frente a una copia del Financial Times, acompañado de un café y un vaso de agua (Chanchi andaba de vacaciones en Copenague). En las páginas rosa, como se llama al venerable periódico inglés, y siguiendo con el tema anterior, pudimos confirmar lo que ya hemos señalado: estudiantes universitarios prefieren abandonar sus estudios para convertirse en emprendedores. La revolución la inició hace años Bill Gates, quien famosamente no aguantó más que le enseñasen idioteces y mejor se dedicó a cosas más productivas, como por ejemplo fundar Microsoft, y ahora, el ejemplo a la nueva camada lo da Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, quien también le dijo adiós a los libros y ha rehabilitado la función del emprendedor, dejando al descubierto el hecho constatable e innegable de que las universidades se han vuelto prácticamente inútiles. ¿Sirven las universidades como bolsas de trabajo para catedráticos y funcionarios? Sí. ¿Sirven para producir papers tan costosos como inutiles? También. ¿Prestan algún beneficio a la sociedad? Ni cagando. En Silicon Valey, nos cuenta el FT, es casi una medalla de honor el ufanarse de haber comenzado un emprendimiento sin terminar los estudios.
Pero ese no es el tema de este artículo, sino lo que pasó antes aquella tarde, y es que desde Montparnasse partió la Gay Pride 2011 en París bajo el lema "En 2011 je marche, en 2010 je vote", consigna potente ya que este año el matrimonio igualitario ha sufrido dos reveses extraordinarios en el Hexágono. En enero, el Tribunal Constitucional dictaminó que el matrimonio entre personas del mismo sexo no constituye discriminación, y luego, la Asamblea Nacional, el Parlamento francés, también lo rechazó argumentando que el matrimonio es una institución reservada para un hombre y una mujer.
Lo anterior no debe sorprender a nadie. Francia es uno de los países más conservadores del mundo. ¿Pero cómo? Claro. Baste notar por ejemplo que un contundente 63% de los galos rechaza la despenalización de las drogas blandas, lo que deja al descubierto que el aborto legal, practicado libremente en Francia desde hace muchos años, no conduce a un completo estallido de decadencia como absurdamente nos advierte la derecha ultraconservadora chilena, sino que los países avanzan a su propio ritmo, e incluso a veces, también, retroceden. Salvo el gobierno socialista de Miterrand, todos los gobernantes galos de la V República han sido de derecha. Por supuesto que es irrisorio ver a la gente reclamando que Francia es un "país socialista". Bueno, como siempre he dicho, la gente al final es estúpida y cree lo que quiere creer.
No obstante, sí es de máxima importancia que el electorado chileno y el gobierno de Piñera saquen lecciones del rechazo al matrimonio igualitario en Francia, puesto que los ultraconservadores chilenos sí tienen toda la razón cuando denuncian que de promulgarse el Acuerdo de Vida en Común se creará una institución paralela al matrimonio.
El asunto se vuelve bastante complejo cuando escudriñamos lo que realmente arguyó el Tribunal Constitucional para fundamentar su rechazo. Una pareja de lesbianas alegó ante esta alta instancia que negarles el matrimonio contravenía lo estipulado en el preámbulo de la Constitución francesa que garantiza el derecho a gozar de una vida familiar; ante lo cual el Tribunal falló lo siguiente:
"Ces articles ne font pas obstacle à la liberté des couples de même sexe de vivre en concubinage ou de bénéficier du cadre juridique du pacte civil de solidarité (...). Le droit de mener une vie familiale normale n'implique pas le droit de se marier pour les couples de même sexe."
"Estos artículos no constituyen un obstáculo a la libertad de las parejas del mismo sexo para vivir en pareja o beneficiarse del marco legal del 'Pacto civil de solidaridad' (PACS). El derecho de tener una vida familiar normal no implica el derecho a casarse por parte de parejas del mismo sexo."
¡Chan chan!
Pues lo anterior es de máxima importancia. Se resume más o menos así: las parejas homosexuales tienen derecho a lo mismo que los heteros, gracias al PACS. No necesitan casarse.
¿Qué sentido tiene entonces disponer de un PACS, una unión civil, para homosexuales, y un matrimonio para heterosexuales? No tiene, en realidad, ni pies ni cabeza. La situación es la misma que durante los años de la segregación racial, posterior a la abolición de la esclavitud, en que los ex esclavos eran libres no obstante la ley no permitía que blancas se casaran con negros y viceversa, y la ley de matrimonio era distina para negros y para blancos. Hasta que todos se dieron cuenta que era una soberana estupidez y se eliminó esta anomalía. Hoy sólo el racista más asqueroso podría alegar que un matrimonio interracial es un escándalo "antinatura", como se alegó una vez. Igual de repugnante es querer proteger a los niños de ser adoptados por una pareja de "otra raza". Proteger a los niños mestizos de la discriminación racial es tan absurdo como negar a los homosexuales la adopción de hijos para evitar la discriminación homofóbica contra los pequeños por ser criados por gays.
Pero ahondemos más. El PACS al final se ha convertido en un matrimonio express, al cual la mayoría de los homosexuales heterosexuales hemos preferido, en desmedro del matrimonio. O sea, inicialmente se crea el PACS como alternativa para los homosexuales pero lo usan los heterosexuales para evitar casarse, mientras los homosexuales quieren casarse y no optan por el PACS. Efectivamente, constatamos dos instituciones paralelas.
No obstante, el PACS es una excelente idea. Al final, PACS (o AVC) y matrimionio son lo mismo. Es una mera cuestión semántica. El AVC no menoscabaría al matrimonio, como argumentarían los ultraconservadores, sino que en realidad crea dos tipos de matrimonio. Es por esto que Chile Liberal sigue a favor del AVC en Chile puesto que ofrece avanzar en cuanto a igualdad ante la ley, que es una de las piedras angulares de una sociedad civilizada, y además, es un avance notable en un país horrorosamente homofóbico como Chile.
Nuestro sitio le solicita al gobierno que encabeza Sebastián Piñera que envíe pronto un proyecto de ley al Congreso Nacional que vaya en la misma línea del AVC propuesto por el ex senador Allamand. Los elementos fundamentales deben ser la firma de la unión ante el Registro Civil, y no un mero arreglo notarial como pugna la UDI; debe además ser factible de celebrarse en una ceremonia con pompa fuera de las oficinas del Registro Civil, tal como un matrimonio. Las parejas unidas en un AVC no pueden ser objeto de discriminación cuando soliciten la adopción de hijos. Cualquier forma del proyecto que vaya contra lo anterior constituirá, aparte de una bazofia legal, una bofetada en la cara a todos los que vimos en Sebastián Piñera una alternativa moderada y de inspiración centrista.
Con mi BlackBerry capté algunas imágenes de la marcha parisina y también un video, que pueden ver a continuación. Disculpen que la calidad no sea la óptima.