jueves, 4 de julio de 2013

Tres portadas históricas

Ciertas imágenes han capturado el zeitgeist de forma tan magistral que quedan grabadas en la retina para siempre. Las ideas pueden ser escritas, leídas y cambiar nuestra forma de pensar, y de actuar. A veces,  una imagen nos ahorra mucho texto. A continuación, Chile Liberal quiere compartir y comentar algunas portadas de revistas que han causado shock para abordar el desafío que nos plantean.

La marcha de la protesta

Francia 1848, EEUU y Europa 1968, 
Imperio Soviético 1989, Todo el mundo 2013

En estos momentos, más de 17 millones de personas han vuelto a congregarse en Plaza Tahrir, en el Cairo —ahora lugar tan mítico como la Place de la Concorde, en París— para deponer al mandatario egipcio Mohamed Morsi, elegido democráticamente hace un año. Se suma a las grandes marejadas de protestas que han sacudido Turquía, Brasil, y que son la segunda fase de la Primavera Árabe y sus versiones primer mundistas: los indignados europeos y los Occupy Wall Street de EEUU. Incluso las olas llegan al apacible Japón.

Chile no ha estado exento. El país se ha alfabetizado como nunca, la educación chilena lidera la región en cuanto a calidad, pero el sistema exhibe vicios estructurales que los políticos no han sabido resolver, y para nadie es un misterio que tal como están las cosas no tendremos una educación nacional que responda al desafío de incorporarnos a la elite de países avanzados. En Chile, el movimiento estudiantil, con sus errores y aciertos (más de lo primero que de lo segundo), epitomiza la oleada de indignación mundial.

The Economist parodia la legendaria Marcha del progreso, que nos muestra desde un Pliopitecus hasta el Homo sapiens moderno, para mostrarnos cómo el método de los revolucionarios franceses aún sigue vivo: la masa es capaz de volcarse a las calles para desestabilizar un gobierno y provocar cambios. Los sans-coulotte de la Revolución Francesa hoy son la chica de jeans con un iPhone en una mano y un latte Starbuck's en la otra, como en la imagen. Tres siglos después de la toma de la Bastilla, al parecer la revolución francesa y su declaración universal de los derechos del hombre aún sigue plenamente vigente.

Dejen que Ernie y Bert se casen

Déjenlos casarse, 1996

Ahora una tanda doble de imágenes. Primero, la controversial portada de The Economist el año 1996 (arriba) en que invitaba a sus lectores a legislar sobre el matrimonio homosexual. Recordemos que esto fue a mediados de los años 90, cuando esto parecía en el mejor caso una utopía, en el peor, una locura. Para comodidad de los amables lectores de Chile Liberal, tenemos una traducción de aquel artículo editorial, que ya lo usamos en la campaña presidencial anterior para llamar a Sebastián Piñera a abordar el matrimonio de personas del mismo sexo.

"Momento de felicidad de Enrique y Beto",  junio 2013

Finalmente, la siempre controversial revista norteamericana The New Yorker nos muestra a Bert y Ernie de Plaza Sésamo en el sofá de su living viendo la TV, donde aparecen nada menos que los jueces de la Corte Suprema, quienes acaban de emitir un histórico fallo que abre la vía al matrimonio homosexual. Más de 15 años después que The Economist nos invitase a pensar el tema, más de 14 países ya lo contemplan en su ordenamiento legal. Esto es lógico, los que vimos Plaza Sésamo en nuestra infancia somos los que estamos hoy en edad de casarnos, y somos los que exigimos terminar con la homofobia en la ley.

La tarea es ahora para los políticos interpretar las exigencias de la masa. La muchedumbre en Egipto rechaza la corruptocracia y la tiranía religiosa de los Hermanos Musulmanes. La gente exige más libertad individual. Esperamos que comience una etapa de reformas y no una revolución, porque como decía Albert Camus, Toutes les révolutions modernes ont abouti à un renforcement du pouvoir de l'Etat (todas las revoluciones modernas han terminado por aumentar el poder del Estado).

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