"Argentina es una dañosa amalgama de razas incapaces e inadecuada para la civilización"
- Domingo Faustino Sarmiento, intelectual y político argentino
Con boato la Kleptocracia argentina anunció el año pasado que expropiaba YPF, empresa filial de Repsol, a pesar de invertir más de 11 mil millones de dólares en el país, entregando más de 3,5 mil millones en beneficios al voraz fisco argentino.
El tema ya lo abordamos en Chile Liberal.
Tal como lo adelantamos, los populistas en Chile aplaudieron la usurpación de la Kleptocracia, y nos conminaron a emular el "ejemplo" argentino, no sólo nacionalizando el cobre chileno, sino ojalá robándose los fondos de pensiones, como lo hizo el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Advertimos que esto terminaría mal, y como de costumbre, teníamos razón. Argentina culmina el 2012 con un enorme déficit. Y peor aún, aparte de ahuyentar a los inversionistas, Argentina se encuentra con que no es capaz de explotar el petróleo que nacionalizó. ¿De dónde obtendrán los capitales necesarios para invertir y sacar rendimiento al petróleo? ¿Alguien querrá invertir con el gobierno Kleptómano en el poder? ¿Alguien querrá prestar dinero a la Kleptómana? ¿Continuán los pelotudos de la Confech, e incluso Marco Enríquez Ominami, ensalzando a Argentina como paradigma? Difícilmente.
Veamos qué realmente ocurrió. YPF bajo el control del Estado vio una reducción de un 0,7% en su producción de petróleo. Un reciente incendio es el epítome de la ineptitud estatal. A pesar de sus reservas, deben importar cada vez más combustible, pasando de 9 mil millones el 2012 a 14 mil millones este año.
El zénit de la estupidez la alcanzan con el reciente anuncio de la manilarga mandataria argentina, quien ha confirmado que recibirá capitales de Chevron, una empresa norteamericana, asociándose con ellos para poder continuar con las costosas inversiones necesarias para reactivar la industria energética. Esto no es otra cosa sino una reprivatización.
La Kleptómana quiso hacer creer que podía salirse con la suya, pero la realidad se impuso sobre el populismo. Con poco sentido práctico, nula credibilidad y aún menos capacidad, la Doña ha demostrado que su movida fue una soberana boludez.
Al final no queda sino sacar una lección para Chile: terminen de joder con la "soberanía" del cobre. Lo mejor que podemos hacer es crear un sólido y fiable marco institucional para que el país sea atractivo para las inversiones, traten de recomponer el daño que ha causado el populista Sebastián Piñera, que logró una abrupta caída de Chile en los ránking de inversión. Dejen que la inversión extranjera directa siga fluyendo hacia el país porque le hace muy bien a las arcas fiscales por la recaudación fiscal, y por los empleos que genera la inversión.
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