Sobran razones para ser optimistas
"La danza de la realidad", de Alejandro Jodorowsky (2013) |
Cuando observamos la historia de Chile y sus continuos y repetitivos ciclos no podemos sino concluir que el país se encuentra hoy en un momento inmejorable. La Gran Depresión de 1929, y el consecuente colapso del sistema financiero mundial, pulverizó los fundamentos de Occidente, precipitó la consolidación de la Unión Soviética, facilitó la irrupción de los nazis en Europa, y condenó a América latina a una interminable seguidilla de golpes de Estado. Chile fue uno de los países más golpeados. El contraste con la Crisis financiera 2008 es absoluto: hoy la larga y angosta faja de tierra se encuentra en plena expansión.
Si vieron la impactante narración onírica "La danza de la realidad" de Alejandro Jodorowsky — le maître Jodo como lo llaman afectuosamente en francés — podrán apreciar la sordidez desoladora del Chile posterior a la Gran Depresión. La miseria sacudió por completo al país — fuimos uno de los países más devastados, como consignó un informe de la Liga de las Naciones. El gobierno — por primera vez en nuestra historia — se declaró en cesación de pagos (default). Una revuelta social derrocó al gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, quien debió partir al exilio, y en el film de Jodorwsky podemos seguir la historia de un grupo anarquista en medio de la feroz convulsión social.
Olla común en 1932 (memoriachilena.cl) |
Hoy Europa — en particular Francia — sucumbe ante el racismo más asqueroso, evocando la irrupción de los nazis en 1933. Las agencias de clasificación degradan a casi todas las grandes potencias. El euro tambalea, y con ello, el cimiento de la economía ("para destruir al capitalismo hay que envilecer su moneda", decía Lenin). En cambio en Chile hemos obtenido nuestra nota más alta. Hoy no somos deudores sino acreedores. Nuestros bonos se vendieron como pan caliente. Los desempleados no deambulan por las calles como en los años 30 ni debemos organizar ollas comunes, al contrario, vemos que tiendas como H&M deben contener a la turba de clientes — hablamos incluso de pleno empleo. La inmigración a Chile ha aumentado un 900%. Nada de esto es magia sino el resultado de una política fiscal austera, una política económica sensata, y una política partidista responsable desde 1990 que ha consolidado las arcas fiscales y ha democratizado al país.
Michelle Bachelet ayer se oponía al matrimonio homosexual y no hablaba de aborto, hoy sí. En su pasado creyó en la violencia, hoy no. Evelyn Matthei defendió con histeria a Pinochet, hoy ha morigerado sus palabras. El padre de ME-O creía en los cambios mediante los balazos — su hijo mediante los votos. Los candidatos que quieren estatizarlo todo apenas registran preferencias. Los empresarios y las FFAA antes se alineban con la derecha, los primeros al parecer hoy apoyan a Bachelet, los segundos se mantienen al margen de la política partidista. A todos nos une el deseo de profundizar la democracia. Todo indica que el país es mucho más sobrio y maduro que nunca antes.
Argentina transitó a porrazos a la democracia gracias a una revuelta que siguió a su fallida invasión a las Falklands, y hoy sufre los estragos de una cleptocracia. Perú vivió el desangramiento interno producto del terrorismo maoísta, aunque al menos levanta cabeza. Bolivia sigue culpando a Chile de su propia indolencia. Brasil se pegó el frenazo. En Venezuela no tienen papel higiénico. Colombia sigue convaleciente y vemos a muchos de sus nacionales emigrar a Chile en busca de oportunidades. Cada día aparece un nuevo ranking en que Chile está a la cabeza. Nos hemos consolidado como una nación con un buen clima para los negocios gracias una institucionalidad funcional.
La situación actual nos presenta un nuevo desafío: aumentar la productividad. Gracias a un exitoso modelo de desarrollo, Chile hoy tiene los recursos suficientes para conformar un sistema educativo de excelencia. Incluso, la educación chilena puede llegar a ser tan buena que será un producto de exportación. Tenemos a nuestro alrededor cientos de miles de estudiantes latinoamericanos — y de más lejos también — que querrán ir a Chile a formarse (como en Inglaterra, cuya industria educativa es una enorme fuente de ingresos). Sólo aumentaremos la productividad con un capital humano capacitado — sin educación de excelencia no hay productividad.
Y además tenemos el tiempo y la preparación para escribir una Constitución desideologizada y breve que trace los grandes lineamientos del Chile post-bicentenario — el país que resistió casi incólume la peor crisis financiera desde la Gran Depresión (apenas un par de trimestres en recesión fue el saldo de la caída de Lehman Brothers y la crisis europea).
Lo anterior debe redundar en que podamos seguir exportando más y mejor, de manera eficiente, y que estos recursos sirvan para conformar una industria financiera y de servicios que haga sombra a la gran minería, como ya está ocurriendo. ¿Con qué reemplazaremos al cobre? Pues siendo el centro financiero y de servicios de la región. Chile ya exporta sus empresas a los países vecinos, y pronto, empezará a exportar capitales.
Cuando uno va por el camino correcto sólo necesita seguir avanzando. Cuestiones como mayor equidad, asegurar un mínimo de seguridad social, pensiones justas y acceso digno a la salud son perfectamente realizables en el escenario actual.
Sin olvidar cuanto nos falta en cuanto a libertades individuales.
Sí importa
En lo personal, he sido fuertemente golpeado por una noticia devastadora, que ha afectado a mi familia en Chile y que me ha producido mucha pena, impotencia e indignación. Espero poder contar más en un próximo post porque además guarda directa relación con todo lo que hemos discutido en este blog. Al final, la política tiene un impacto directo en nuestras vidas.
Por el momento espero mis compatriotas como de costumbre hagan gala de nuestro talante escépitico y nuestro espíritu de la moderación y que la gente acuda a votar tranquilamente este domingo, y así esperemos con calma el recuento de votos.
Probablemente todos los candidatos concurrirán esa noche al comando de Michelle Bachelet a felicitarla — como es tradicional en Chile — y aceptarán con entereza su derrota mientras la proclamada presidenta electa recibirá con humildad su triunfo, que no es sino la decisión libre y soberana de todos nosotros. Los partidarios de Bachelet aplaudirán a sus contrincantes, y éstos últimos se mostrarán agradecidos, e inmediatamente empezarán a organizar la Oposición, como corresponde en toda democracia. Así, con elegancia, no sólo habremos elegido la directora de la administración del Estado, sino que empezaremos a escribir un nuevo capítulo en nuestras vidas.
3 comentarios:
Clap, clap, clap! Me parece un excelente balance no solo del año que está por terminar, sino que por sobretodo de la senda del desarrollo y la libertad que Chile ha venido trazando casi ininterrumpidamente desde la década de los ´90; en las antípodas de la miseria a la que nos habíamos acostumbrado con populismos, socialismos, grovismos, ibañismos... varios durante el pasado siglo, incluyendo una sangrienta dictadura que debe ser lo más oscuro que hemos vivido como nación.
PD: Espero que la situación personas que te aqueja pronto pueda mejorar y poder así continuar con tus valiosos aportes.
Muchas gracias Patricio
Ver: Llega a Chile "La danza de la realidad", de Alejandro Jodorowski. Increíblemente llega con polémicas y escándalos y se exhibirá sólo en algunos cines de Santiago, en el sector oriente. Me asombra la capacidad del chileno de escandalizarse con cualquier cosa.
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