jueves, 14 de diciembre de 2006

El primer día del resto de nuestra historia




Los pinochetistas y allendistas son una minoría ruidosa y prescindible

Los chilenos hemos presenciado las exequias de uno de los personajes más controversiales de nuestra breve y poco democrática historia republicana. Desde hoy tenemos que responder al llamado de los fundadores de nuestro país para alcanzar por fin una democracia plena que cumpla con los estándares internacionales de probidad y responsabilización que se observan en las naciones del primer mundo, de la mano con índices de libertad individual y crecimiento económico que alienten el espíritu emprendedor y la ética del trabajo duro en cada uno de nosotros.

Sepultadas quedan las etapas en que la economía de mercado se imponía por decretos y en que el dirigismo hizo estragos hasta niveles inverosímiles. Desde hoy abramos el debate y ejercitemos nuestra atrofiada musculatura democrática para demostrar que la libertad individual es la senda que conduce a la prosperidad.

Pero hemos comenzado mal. Aunque Michelle Bachelet ha tomado una decisión correcta al no decretar ni duelo ni funeral de estado, decisión hiriente para la minoría de pinochetistas exaltados quienes parecen olvidar que la misma Bachelet siempre fue categórica para aclarar su postura, un gesto de reconciliación sí se esperaba en Chile y el mundo. Pero todos sabemos que Chile no está encabezado por una estadista de fuste. Sí, muchos la vitorean, muchos votaron por ella para que no otorgara honores de estado ni duelo a Pinochet, pero la jefa de estado y de gobierno debiese estar por sobre la hojarasca… ya saben a qué me refiero.

Un nieto de Pinochet ha tenido el desatino de compartir sus opiniones políticas con la prensa. Desde hoy, el ejército debe volver a ser la institución disciplinada y apolítica que un país aspirante a primermundista necesita. No sólo fue motivo de serias distorsiones institucionales la dilatadísima permanencia de Pinochet a cargo de la comandancia en jefe del ejército, justificada sólo para escabullirse de los requerimientos de los tribunales de justicia (y su anónamla función de senador autodesignado), sino que su sola figura ha desalentado a eventuales cadetes de nuestras FFAA quienes tienen todo su derecho a no ser pinochetistas. Gran daño le haríamos a nuestro país si asumiésemos que para ser militar hay que ser de derecha. Pinochet fue parte del Ejército, pero Pinochet no es el Ejército.

Las acusaciones, con sustento, de malversación de fondos, falsificación de documentos y evasión de impuestos que mancillaron la alicaída figura del desaparecido Augusto Pinochet deben remitirse a lo judicial y apartar a la sociedad de temas que sólo competen al poder judicial. Es inaceptable que la Concertación siga utilizando mañosamente los errores de Pinochet para esconder su propia falta de probidad y no tomar el toro por las astas ante los niveles rampantes de corrupción e incompetencia. La presidenta aún no expulsa a los cleptócratas, ¿qué espera?

Llegó la hora de que el electorado castigue con dureza a la Concertación y a la Alianza. Este es el momento propicio para que irrumpan nuevas corrientes de pensamiento en el escenario político y que se ofrezcan al país alternativas realistas y eficientes a los problemas que atañen a las PYMES, a los trabajadores, a los emprendedores y a la castigada clase media. Llegó la hora de que los liberales entren en acción.

chileliberal@gmail.com

3 comentarios:

Chile Liberal dijo...

Se ha dado de baja al Capitán Pinochet lo que demuestra el espíritu profesional de nuestras Fuerzas Armadas.

El siguiente es un extracto de declaraciones perniciosas para nuestra institucionalidad:

CARLOS LARRAÍN (RN)

"No deja de admirarme que se le pida a un hombre joven mucha serenidad y que el ministro del Interior no pueda exhibir la misma".

BALDO PROKURICA (RN)

"El Gobierno y la Concertación se exceden en sus decisiones por la odiosidad que tienen contra del abuelo de este oficial".

ANDRÉS CHADWICK (UDI)

"Ojalá uno pudiera tener un nieto que pone en riesgo su profesión para rendirle un homenaje público a su abuelo".

Apoyamos la decisión del Comandante en jefe.

"Desde que Pinochet Molina se bajó del estrado yo, como comandante en jefe, tenía claro que no había otro camino que la baja."

Uno de los pocas declaraciones plausibles:

HERNÁN LARRAÍN (UDI)

"La sanción aplicada se explica por lo impropio de sus declaraciones. Actuó más en su condición de nieto que de oficial".


chileliberal@gmail.com

Bernardo dijo...

A otra cosa mariposa, ¿no?

Ahora me gustaría ver un poco más de acción en materia de libertades económicas.

¿Cuándo veremos una reforma tributaria agresiva, que simplifique el modelo y promueva la inversión?

¿Tendremos alguna vez espacio real para discutir la privatización de Codelco o seguimos amarrados a las viejas ideas de los bastiones inexpugnables (por falta de voluntad de la autoridad o por la fureza de los sindicatos)?

¿Habrá espacio para cambiar el subsidio a la oferta por subsidio a la demanda en educación? Imaginemos una tremenda industria cuyas calderas están ardiendo a plena máquina gracias a las ingentes cantidades de leña que se le entrega a las personas para que hagan competir por calidad a colegios eficientes.

¿Podremos reformar el sistema AFP para que tengan más espacio de inversión?

¿Eliminaremos más impuestos anacrónicos?

Estos son temas de interés real, ahora que finalmente podemos cerrar el capítulo menos importante de todos.

Chile Liberal dijo...

Se está llevando a cabo un encuentro privado en el que se comenzarán a perfilar todas las reformas pendientes.

Las que mencionas son ciertamente urgentes para liberalizar nuestro país.

Sin embargo, mañana seguiremos con este tema, desde la perspectiva de The Economist.

Creo que por esta semana vale la pensa reflexionar al respecto.