lunes, 25 de agosto de 2008

¿Vuelve?

El ex presidente desea volver a La Moneda, mas no debiese. Chile Liberal se opone a que Ricardo Lagos Escobar ocupe o aspire nuevamente a la presidencia

Algo tiene el poder. Engolosina. Cuesta dejarlo. Lo hemos visto particularmente en el Reino Unido durante los inacabables gobiernos de Maggie Thatcher (ídola) y Tony Blair: se quedaron más de lo que debían. Pero en los sistemas presidenciales (a diferencia del sistema parlamentario británico), existe un período determinado para que los presidentes realicen su gestión. En esta línea, el paradigma es EEUU con sus cuatro años con una reelección, y luego nunca más al sillón presidencial. Chile Liberal prefiere esta modalidad.

No es bueno que un presidente vuelva al poder porque entorpecen el necesario avance de un país al fomentar el personalismo (en desmedro del institucionalismo) y bloquean el ascenso de nuevas figuras políticas. Candidatos plausibles en la Concertación (izquierda) hay, ¿por qué no darles una oportunidad?

Debemos preguntarnos qué motiva a Ricardo Lagos a querer volver a la presidencia de Chile. ¿Qué persigue? ¿Lavar su imagen? ¿Pero acaso que no era el presidente más exitoso de nuestra república? ¿Qué pasó?

El gobierno de Lagos Escobar fue mediocre. Su gestión hizo estallar la corrupción en el país. Su retórica grandilocuente no se tradujo en éxitos visibles. Su proyecto estrella, el Transantiago, fue un fiasco. La Concertación necesita nuevas ideas y debe revitalizarse. Sería un error presentar a este ex presidente.

¿Una cuestión práctica?
Quizás el problema de fondo es que la carta más fuerte del bloque de izquierda es José Miguel Insulza. Un hombre de maneras presidenciables y porte de estadista quien sería un buen presidente (a pesar de su enorme barriga, inaceptable en un presidente de EEUU). Pero Insulza es un hombre de gabinete, no de elecciones. Carece de la retórica que tanto le gusta al chileno. Fotos de campaña con Insulza dándole besos a un bebé o abrazando a la Señora Juanita serían grotescas. Dicho de otro modo, Insulza será mal candidato, pero buen presidente.

La Concertación tiene mucho de qué preocuparse porque Sebastián Piñera es el primer candidato de centro-derecha en décadas que parece tener una posibilidad real de llevar a su sector al poder sin golpes de estado de por medio. El país en este sentido ha madurado y parece haber superado el trauma de la dictadura y puede darle una oportunidad a este sector, a la vez que existe desazón ante la falta de probidad del sector gobernante. Ya hemos visto en este blog la importancia del respeto al Estado de derecho.

Es entendible que una coalición haga lo posible por ganar. Si debe presentar a Lagos para asegurar un triunfo, es algo legítimo. Aunque sólo podemos esperar un quinto gobierno de la Concertación condenado al más absoluto fracaso.

La solución ante esta disyuntiva ya la propuso otro ex presidente, Eduardo Frei: organizar primarias. Sólo un vigoroso debate político y un examen interno le permitirá salir adelante a la Concertación en estos duros momentos de incertidumbre. Por lo demás, ha sido una constante en dicho sector, y ya hemos dicho que a Chile Liberal le fascinan las primarias.

La dementia pugilistica es mala, pero la competitividad es buena.

En éxtasis
Mucho mejor sería que la propia derecha también organizase primarias, y que los vientos del debate y la confrontación de ideas refresquen a todo el espectro político, y dejar atrás las designaciones a dedazo por parte de una mesa directiva. Es un vicio de nuestro sistema el esperar que lentamente se vayan fraguando los líderes políticos. Mucho mejor es el escenario abierto e igualitario que abren las primarias.

Un sujeto como Barack Obama jamás habría surgido como lo hizo, casi de la nada, si no hubiese sido por el vigor del sistema de primarias. La Concertación ha organizado primarias y ha ganado. Que vuelva a hacerlo.

Y por mientras, ¿qué espera la derecha? Ambos debiesen adoptar esta modalidad.

Si le añadimos un sistema de cuatro años con una reelección, entonces por fin habremos adoptado el sensato sistema presidencial norteamericano, lo que sería muy bueno para institucionalizar nuestro país.

Pero eso es otro tema. Por ahora lo importante es que Lagos no vuelva.

2 comentarios:

SSergioA dijo...

Muy de acuerdo esta vez con el voluntarismo de Chile Liberal. Los ex presidentes no deberían volver.

Es cierto que las primarias son un gran ejercicio democrático, pero son muy costosas.
En Chile, siendo imposible ganar en primera vuelta, es lógico que ésta sustituya a las primarias.


Saludos.

Chile Liberal dijo...

El razonamiento que fundamenta la postura de este blog ha sido explicada en términos claros. Por lo demás, es la costumbre en este sitio. ¿Voluntarismo? En lo absoluto.

Error de razonamiento al achacar el costo de las primarias. Mucho más costosas son las dos rondas presidenciales.

De hecho, el único motivo por los que el país ha ido al balotaje en la elección anterior fue porque la Derecha no organizó primarias entre Lavín y Piñera (que de haberse materializado, debió haberlas ganado éste último).

Un punto que quedó fuera del tintero: la necesidad de contar con un vicepresidente. El trabajo en equipo no sólo es importante, sino sano que el vicepresidente aprenda del presidente y se postule como candidato después del período del primero. Así somete al escrutinio público a todo el período que finaliza y el conglomerado en el poder se hace accountable ante el electorado.

Si el vicepresidente no gana, significa que el balance de los dos períodos de 4 años fueron malos. Si gana, ya tiene el bagaje de la presidencia para continuar al mando (siempre y cuando gane las primarias de su sector).

Los gringos son prácticos, copiémosles su sistema, excepto esa estupidez de los votos de delegados por estado.