domingo, 10 de mayo de 2009

Necesitamos mantener nuestra reputación

Se acerca la última cuenta al país de la presidenta Michelle Bachelet, en un clima económico tumultuoso. Se dice que la economía mundial ya tocó fondo, pero eso está aún por verse. En Chile, la mandataria goza de un nivel de popularidad sin precedentes, que ha llegado a un extraordinario 67% de aprobación. Sin duda, la excelente gestión del equipo económico de la presidenta ha sido instrumental, pero además contribuye la confianza que tiene el electorado en una coalición de gobierno que ha proporcionado casi dos décadas de estabilidad financiera. Es en el lado político donde aún queda mucho por reformar. Pero el líder opositor, el conservador moderado Sebastián Piñera, parece quedarse sin argumentos cuando vemos que hasta el semanario británico The Economist (ver a continuación) elogia la gestión del gobierno de Bachelet, a la vez que nadie asegura que la derecha sea un baluarte de probidad.

No "estamos blindados", como alardeó el ministro Velasco. Pero sí el país se encuentra en una posición robusta: el manejo de las finanzas en Chile ha sido profesional y tecnocrático. Es la intención de este blog el instigar un golpe de timón en la conducción del país, pero bajo condición que quienes pretendan reemplazar a la Concertación posean la credibilidad como para demostrar que pueden hacerlo mejor. Esta es una duda que Piñera, y los políticos que lo rodean, aún no aplacan.

En el resto del continente aún persisten piquetes de populismo y socialismos trasnochados. El temor es que otros que iban rumbo a consolidarse, se derrumben ante una prolongada recesión que acecha. La Gran Depresión de 1929 desembocó en nacionalismos y proteccionismos que hicieron estallar la II Guerra Mundial en Europa, y una seguidilla de dictaduras militares en América Latina. Necesitamos evitar los errores del pasado.

El siguiente es un artículo seleccionado y traducido por Chile Liberal para su difundir y comentar. Los destacados son propios.







Esa cosa tan frágil: una buena reputación
The Economist (ver original)

En estos dos últimos siglos, América Latina ha sido sinónimo de despilfarro de oportunidades y de crisis económicas. Su reputación se encuentra tan arraigada que cuando la presidenta de Chile se reunió con el primer ministro británico y ella se jactó de la visión que tuvo su gobierno al ahorrar sus excedentes durante los años del boom, el líder opositor británico, George Osborne, se burló: "Los latinoamericanos le están dando clases de finanzas públicas a Gordon Brown. Aunque cueste creerlo, así es".

Felizmente, la visión del señor Osborne es añeja, o al menos sólo se aplica a unos pocos países de la región [Nota de ChL: Osborne es Conservador]. Durante la década pasada, la mayoría de los países más grandes han mejorado enormemente sus políticas económicas y las instituciones gubernamentales necesarias para aplicarlas. Esta es una de las principales razones por las que América Latina hasta hace poco era un mero espectador en la crisis financiera mundial. Sus bancos son principalmente conservadores y están bien regulados. Muchos países se abstuvieron de continuar con sus malas costumbres habituales de abusar de los préstamos durante los años de boom. Las cuentas públicas no sólo se han mantenido en equilibrio, sino que el endeudamiento público cayó y la región terminó con un superávit de cuenta corriente. De hecho, desde el punto de vista que se quiera, Chile es una de las economías mejor administradas del mundo, pero México, Brasil, Colombia, Perú y Uruguay lo siguen a corta distancia.

Desgraciadamente, nada de lo anterior sirve para blindar a la región contra la recesión mundial. La mayoría de los analistas pronostican que la producción se contraerá este año y se experimentará un tímido repunte el próximo año, o sea, el ingreso per capita caerá. Algunos países están peor que otros. Incluso antes del brote de influenza porcina, México ya se encontraba malherido ya que su economía está firmemente acoplada con la de EEUU. Brasil está un poco mejor. Argentina, Venezuela y Ecuador han desdeñado la prudencia de sus vecinos y se han enemistado con los inversionistas. Sólo la incierta posibilidad de ayuda económica de China puede evitar una posible crisis el próximo año.

Así todo, en contraste con las recesiones anteriores, América Latina en su conjunto no se encuentra peor que el resto del mundo. Es decir, sus flaquezas no están exacerbando el problema. Incluso más, sus gobiernos han sido capaces de amortiguar el golpe con políticas contracíclicas, las mismas que los países ricos han acostumbrado desde los tiempos de Keynes pero que los habituales derroches latinoamericanos y la poca seriedad de sus gobiernos habían hecho imposible en el pasado. Por ello, en vez de verse obligados a recortar gastos cuando caen las recaudacioness de impuesto, esta vez los gobiernos han sido capaces de aumentarlo. Sus bancos centrales han ganado credibilidad como enemigos de la inflación, y muchos tienes suficientes reservas como para bajar las tasas de interés sin poner en riesgo sus monedas.

Conoce tus límites
No obstante, los esfuerzos que hacen los gobiernos para apaciguar el dolor desde luego que tienen un límite. Mientras haya radio de acción, sin lugar a dudas, para suavizar la política monetaria, debe contenerse la política fiscal. El FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo van a tapar las grietas este año, pero el próximo se prevé difícil. La recaudación fiscal caerá aún más y los gobiernos latinoamericanos, por causa de sus oscuros pasados, se verán en aprietos para conseguir recursos en los mercados de capitales, que ya estarán seriamente solicitados.

La prioridad para estos gobiernos debe ser mantener la reputación que se han ganado recientemente manteniendo la estabilidad financiera. Esto significa que deben mantener a raya sus presupuestos. Algunos de sus logros sociales en estos últimos años inevitablemente se perderán. Pero los gobiernos sí pueden ayudar a los pobres focalizando sus recursos en áreas como evitar la desnutrición infantil, contener la deserción escolar y mejorando los servicios de salud pública.

Hay otra lección, mucho más difícil. El reciente crecimiento de América Latina se debe a factores externos, como el dinero barato y los altos precios de las materias primas. Con la economía mundial--en el mejor de los casos--desacelerándose por varios años, la región tendrá que buscar en sí misma espacio para crecer, y debe hacerlo mejorando su productividad. Esto necesita de un enorme esfuerzo no sólo por mejorar sus niveles de educación, sino de implementación de reformas que llevan años esperando, como por ejemplo, flexibilizar el mercado laboral. Estas reformas nunca son fáciles en América Latina, donde los políticos democráticos deben conseguir votos de gente que vive en países con las mayores desigualdades del mundo. Pero si la región aspira a consolidar su nueva reputación de progreso prudente y buena gestión económica, tendrán que hacerlo.

1 comentario:

Luis Bustamante.A. dijo...

Inteligencia de la señora Presidenta Michelle Bacheletla la vara de la esta dejando muy alta nigun candidato la superara....en la SOCIAL,,, mi admiracion ha la señora Presidenta Michelle Bachelet ..de todos los Chilenos....forma de inteligencia que surge de la colaboración y concurso de muchos individuos. Es una rama de la sociología, teoría de sistemas y ciencias de elección o al rechazo o también a la verdad y al conocimiento Y LA Creatividad aplicada a la resolución de conflictos Y CRISIS NACIONAL Y INTERNACIONAL ES UN RECONOCIMIENTOS PARA Chile, Atte LUIS Bustamante , A. Stgo de Chile....