martes, 29 de diciembre de 2009

In Memoriam: Paul Samuelson

Termina el año 2009. Muchos han partido al descanso eterno. Aparte de Farrah Fawcett y Brittany Murphy, otros dos de los que ya no están tienen en común el haber nacido en Gary, Indiana (EEUU): Michael Jackson y Paul Samuelson. Estos dos últimos fueron, tal vez, los más grandes exponentes en sus respectivas profesiones, el entretenimiento y la economía (ambas, salvo alguna excepción que no nos consta, jamás se mezclan). La tradicional sección "Economics Focus" de The Economist ha rendido un pequeño tributo, que desde luego no logra hacer justicia, a la gran obra del economista. Nuestro sitio ha traducido esta columna para compartirla con nuestra siempre incisiva y amable lectoría. Rendimos también, por supuesto, un sentido homenaje a uno de los más influyentes intelectuales de las últimas décadas.



Paul Samuelson
The Economist
Traducción de Chile Liberal

El último de los economistas generales ha fallecido el 13 de diciembre, a los 94 años de edad

"Yo volví a nacer, esta vez nací un economista, a las 8 de la mañana del 2 de enero de 1932, en una sala de clases de la Universidad de Chicago", escribió Paul Samuelson en sus memorias, publicadas a principios de este mes. Fue probablemente el economista más influyente de la segunda mitad del siglo XX. Su trabajo en varias ramas de la "ciencia funesta" le valió convertirse en el primer estadounidense en ganar el premio Nobel de economía. Con sus superventas logró que millones de personas se interesasen en la ciencia económica. Y hasta el final de sus días siguió siendo el mentor de los más brillantes expertos en esta disciplina.

Su verdadero nacimiento fue en realidad 17 años antes, en la ciudad industrial de Gary, Indiana, en una familia de inmigrantes polacos de ascendente movilidad social. Sus primeros recuerdos —la recesión de 1919 a 1921, y los obreros de reemplazo traídos de México— determinaron la visión macroeconómica que sostuvo durante su vida. Samuelson dio su visto bueno a los enormes gastos fiscales destinados a rescatar la economía cuando la política fiscal ya no da resultados. Cuando la administración Obama introdujo este tipo de estímulo el año pasado, en parte siguiendo los consejos de Larry Summers, sobrino de Samuelson y jefe del equipo económico del presidente, él rápidamente dio su aprobación.

Aunque considerado como el estandarte del keynesianismo en EEUU, él se consideraba a sí mismo un "keynesiano de café" quien sólo elige aquello que más le gusta. Su combinación de economía clásica con ideas keynesianas se denominó "síntesis neoclásica". Desde su puesto en el Massachusetts Institute of Technology y en su columna de Newsweek, el autoproclamado "centrista aburrido" se alzó como un feroz crítico de la Escuela de Chicago y su libertarianismo, siendo especialmente crítico de Milton Friedman (autor de una columna rival en la misma revista). Los mercados no son perfectos, sostenía, y las terribles advertencias de Friedman, y anteriormente de Friedrich Von Hayek, sobre el peligro de la regulación de los mercados "nos dice más sobre la personalidad de ellos que de Genghis Khan o Franklin Roosvelt. Hay que ser paranoico para vivir advirtiendo sobre las catástrofes que seguirán (...) cuando las libertades de comercio de los individuos se han infringido de forma alguna".

En cuanto a su amigo por más de 50 años, Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva Fedral, "el problema es que él fue un Randiano", devoto del capitalismo estilo laissez-faire. "Se puede sacar a un niño de una secta, pero a veces no se puede sacar a la secta del niño", dijo Samuelson hace algunos meses. "Parece que él tenía una orden pegada en la pared: 'Nada que pueda desacreditar al capitalismo saldrá de esta oficina. La avaricia es buena'".

Las ventas extraordinarias de su libro de texto "Economía", publicado en 1948 y actualizado cada tres años, debió gran parte de su éxito a su estilo vivaz. (El resumen de su reciente memoria termina con un "boo hoo"). El libro transformó la manera de enseñar economía en todo el mundo. Si las primeras ediciones creían con demasiada facilidad que una economía puede alcanzar su punto de equilibrio, es quizás porque el autor encontró en las matemáticas una herramienta útil para los economistas, y además la economía tenía mucho que aprender de la física y de las leyes de la termodinámica. Hoy es costumbre quejarse de que la economía perdió el rumbo por su "envidia a la física", que encegueció a las sutilezas del comportamiento humano, no obstante Samuelson después de ganar el Nobel en 1970 anticipó el actual interés de los economistas en los sistemas biológicos al escribir varios papers sobre la dinámica Mendeliana.

El mercado ineficiente
Paul Samuelson fue el último de los grandes economistas generales, cuyo trabajo fue de enorme influencia en comercio internacional, macroeconomía, finanzas públicas y comportamiento de consumo. Así todo, él decidió alrededor de los 50 años de edad que para seguir siendo competitivo en el campo académico tenía que especializarse. Tal vez por estar tan cerca de sus amadas matemáticas eligió la economía financiera.

Su trabajo ayudó a cimentar dos de las ideas más brillantes en la materia: la hipótesis de los mercados eficientes y la valoración de opciones. En 1965 publicó un paper donde explicaba que en mercados especulativos competitivos y bien informados los movimientos de precios en el tiempo serán básicamente aleatorios, principio fundamental de la hipótesis de los mercados eficientes posteriormente descrita en todo su esplendor por Eugene Fama, de quien Samuelson siempre dijo que debió haber recibido el Nobel. En la década 50 fue Samuelson quien descubrió el trabajo pionero de Louis Bachelier, un matemático francés en cuyos estudios posteriormente se sustentaría el modelo de valoración de opciones Black-Scholes. Fue Samuelson quien sugirió que los precios de las acciones se mueve siguiendo el movimiento geométrico Browniano. Samuelson continuó colaborando con Robert Merton, quien ganó un premio Nobel por su obra junto con Fischer Black y Myron Scholes sobre la valoración de opciones.

Además Samuelson comprendió que más allá del mundillo intelectual las condiciones necesarias para un mercado eficiente nunca existen: deben regularse. "Para entender la economía no hay que comprender sólo principios, sino también los matices", explicaba. "Cuando alguien pontifica 'Economía en una lección' yo les digo: ahora anda a la segunda lección'". La reciente crisis financiera (de la cual él se sintió en parte responsable ya que él mismo ayudó a elaborar los derivativos financieros que los ejecutivos nunca entendieron) comprobó que "los mercados libres no se estabilizan por sí solos. Cero regulación es enormemente sub-óptimo para una regulación racional. ¡El libertarianismo es el peor enemigo de sí mismo!"

Samuelson se alegraba cuando le decían que era "un maestro-Matusalén como Verdi", quien compuso sus más célebres obras a una edad avanzada. Samuelson pudo lograrlo en gran medida gracias a su interés en la medicina basada en evidencia. Por décadas fue un ávido lector de New England Journal of Medicine, y —al notar una debilidad común en sus ancestros— adoptó tempranamente el hábito de consumir pastillas contra el colesterol como también el beber leche descremada. Su pasión por "buscar la teoría debajo de la comprensión empírica" puede ser el factor que explique su longevidad, así como su larga lista de logros.


Paul Samuelson, economista
1915 - 2009
Q.E.P.D.

No hay comentarios.: