sábado, 26 de marzo de 2011

Chile, Bangladesh, Níger

El problema de imagen de Chile sólo puede subsanarse con más democracia y más libertades

Quizás producto de nuestro aislamiento es que tenemos problemas de autoestima y dificultad para captar la impresión que proyectamos. La semana pasada en el canal francés M6 se transmitió un programa muy bueno donde nos mostraban que en "Chile, Bangladesh, Níger, en los países más pobres se puede hacer los mejores negocios". La verdad es que estamos a ese nivel, al de los países más paupérimos. Pero en Chile no pocos creen que nuestro país es admirado como paradigmático, y que nuestra economía es feroz y agresiva.

Los pajaritos que creen esto tienden a ser partidarios del régimen de Pinochet. Axel Kaiser en el DF asegura que no nos hemos dado cuenta de la revolución libertaria de Pinochet, como si el PEM, el POJH, el impuesto a los libros, la crisis bancaria y la deduda subordinada hubiesen sido muy libertarias. Pinochet y su gobierno no hicieron nada por la imagen de Chile, todo lo contrario. Lo que yo sostengo es que nadie nos admira en el extranjero. "Falso. Hay contundente evidencia" me contradice Pedro Larach en Twitter, pero la evidencia anecdótica que yo tengo me da la razón.

La cuestión es más bien de percepción, ante lo cual es muy difícil actuar. Nos ocurre a todos. En el trabajo creemos que lo hicimos muy bien, pero nuestro cliente tiene la percepción de que pudo ser mejor, y al final el cliente se va porque tiene la percepción de que el servicio fue bueno, pero alguien puede hacerlo mejor. Le ocurre también a Piñera. Su trabajo ha sido relativamente bueno, pero tenemos la percepción de que es penca.

En general Chile es percibido como un país pobre, que ha salido de la miseria absoluta y ahora simplemente es pobre. O sea del campamento se fue a vivir a una de esas "casas Poduje". En Francia el sueldo mínimo es de más o menos 900 lucas. En Chile un profesor gana la mitad de eso, o sea, un profesor chileno no alcanza a ganar lo que un barrendero en Francia, pero ya el chilenito se agranda y cree que nos admiran, y llega a tener el desplante de decirle al resto lo que tienen que hacer, shh que te creís roto, nosotros tenemos desempleo del 7%, en Francia del 12%, ¡aprendan! Claro que en Chile "empleo" se considera cualquier trabajo de una hora la semana pasada, pero no importa, en Chile somos ejemplo para todo el mundo, empezando por... Bangladesh y Níger.

Lo que preocupa es que no logramos mejorar la imagen pero el lastre es enorme y seguimos a paso cansino. En el pasado hordas de exiliados fueron recibidos en Europa, pero el chileno cree que el mismo gobierno que obligó a otros a recibir exiliados significó una verdadera "revolución libertaria". El mismo país que se hizo famoso por "matar a un cantante", algo que todo europeo ha escuchado (ah! fue en Chile!), o que tiene un sueldo mínimo risible no puede cambiar de la noche a la mañana. Piensen ustedes cuánto gana un trabajador en una viña chilena y compárenlo con el sueldo en una viña francesa, y van a entender por qué desde Europa persisten las barreras al ingreso de productos chilenos. A lo sumo, cuando encuentre un producto chileno en el supermercado, será con un letrerito: "ayude a los pobres del tercer mundo". Pero parece que el chileno cree que viene de una nación competitiva, agresiva, potente. Y que se lo debemos a una junta militar sudamericana.

Lo realmente preocupante de todo es que si el libre comercio y la economía de mercado son la clave del progreso —como sostiene Chile Liberal—, no es posible que el gobierno que empleó los toques de queda, las ejecuciones, los arrestos arbitrarios, el exilio, la exoneración, la desaparición de personas y en fin, el terrorismo de Estado, ahora se atribuya los pequeños avances que sí ha dado Chile.

Al final, como apuntó Guy Sorman, los europeos no vieron en el rescate de la mina San José una potente maquinaria chilena sino un país pobre, donde los mineros ganan una miseria arriesgando su vida en condiciones infrahumanas, en un marco laboral de explotación, y a así todo, lograron el rescate. Pero la imagen fue la misma de lástima. Del 27F aún nos recuerdan por tener que enviar al ejército para detener los saqueos. Nadie puede atribuir al gobierno militar avance alguno, porque nunca hemos salido de la pobreza.

No obstante, Chile ha tomado el camino correcto y no hace falta cambiar de dirección sino simplemente pisar más el acelerador. Un mínimo de seguridad social es lo que cualquier país necesita, y se ha logrado. Piñera no debe desmantelar lo hecho. Ahora bien, podremos atraer más inversión extranjera y más capital humano en la medida que tengamos mejor infraestrctura, una fuerza laboral bien educada, leyes menos burocráticas, seguridad personal y capacidad para hacer valer los contratos, pero todo esto se logra en un régimen democrático que garantice las libertades civiles e individuales, difícilmente una dictadura militar puede lograrlo.

"Regarde", me dijo un día mi suegra y me dejó una revista abierta en que contaban historias de cómo el aborto se practica en los barrios marginales en Chile. Espero que ahora no me salgan los pajaritos con que Chile da una lección al mundo con su ley de aborto.

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