La importancia de la libertad económica
El proyecto de medir la libertad económica mundial era visto, hace apenas unos años, como un chiste, como el deseo de algún radical libertario frustrado y ciertamente parte de un “complot derechista”.
Sin embargo, a partir de las publicaciones del informe anual del proyecto Libertad Económica en el Mundo, coordinado por el Fraser Institute del Canadá en colaboración con más de 60 fundaciones internacionales, se ha dado un paso muy importante en crear consciencia sobre la importancia de la libertad económica y su relación directa en lograr alcanzar mayor prosperidad.
En su edición de este año, basado en estadísticas del año 2004, el informe destaca que la libertad económica es importante, entre otras razones, porque tiene mayor impacto en el combate a la pobreza que el asistencialismo financiero de la ayuda externa. Es preferible, en otras palabras, consolidar las condiciones internas de libertad de producción y de elección que conseguir dinero del Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo y demás burocracias clientelares del mundo.
La medición de la libertad económica, que todavía es un proceso gradual de ensayo y error, se basa en cinco grandes temas:
1) tamaño del gobierno,
2) estructura legal y protección de los derechos de propiedad,
3) estabilidad monetaria,
4) intercambio en el comercio internacional y
5) regulaciones sobre crédito, mercado laboral y negocios.
El ingrediente más importante de estos componentes es probablemente el correspondiente a la ley y al estado de derecho. Sin un sistema de justicia confiable, sin respeto a los contratos, sin un marco de derechos de propiedad bien definidos, se reduce la libertad de elegir y, consecuentemente, la oportunidad de mejorar el nivel de vida.
En México hemos aprendido esa lección por las malas. Este país califica bien en comercio exterior, bien en el control de la inflación, pero muy mal en ambiente de negocios e instituciones. Por ello, ocupa un lugar mediocre: número 60 entre este universo de 130 países. El reto es transformar la cultura de libertad económica para lograr los beneficios de los países que hoy obtienen las mejores calificaciones, como Hong Kong, que está en el primer puesto, Estados Unidos, Suiza y Nueva Zelanda comparten el puesto 3, Irlanda 6, Estonia 12, España, El Salvador y Panamá 30. La tesis es que solamente así se logra mejorar el nivel de vida de la población.
Las posiciones de algunos otros países Latinoamericanos son: Chile 20, Costa Rica 30, Uruguay 40, Perú 48, Guatemala 60, Bolivia 63, Argentina, Paraguay y Nicaragua 74, Brasil 88, Haití 90, Ecuador 95, Colombia 109, República Dominicana 111 y Venezuela 126.
Los niveles de libertad económica alrededor del mundo han aumentado en el último cuarto de siglo. Y el resultado parece contundente: los países del más alto cuartil en libertad económica cuentan con una producción promedio per cápita de 24.000 dólares anuales, comparado con 3.000 dólares en las naciones del más bajo cuartil. El cuartil más alto, a su vez, cuenta con una tasa de crecimiento per cápita de 2,1%, comparado con una tasa negativa de -0,2% en el cuartil más bajo. La evidencia, año tras año, es que existe una relación íntima y directa entre la libertad económica y mayores niveles de desarrollo. Estos no son sueños de algún liberal o de una ideología radical. Son hechos, números y estadísticas que apuntan claramente en una dirección y a una conclusión de importancia capital para el futuro de los países en vías desarrollo.
© AIPE
Roberto Salinas León es economista mexicano, académico asociado del Cato Institute.
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1 comentario:
Chile es un país en vías de desarrollo, pero ya debiésemos ser un país del primer mundo per se.
¿Por qué no lo hemos logrado?
¡Lo adivinó! Por la porfía de la burocracia gobernante en cargar con impuestos y sobrerregulaciones a quienes desean emprender.
Aprovechamos esta tribuna para exigirle a la Presidenta Bachelet que baje el IVA.
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