martes, 17 de octubre de 2006

Sistema Parlamentario en Chile

Extractos del Blog de El Mercurio.
Invitamos cordialmente a leer los extractos y añadir comentarios.


Quizás lo del parlamantarismo sea una aspiración más que un plan, pero creo, como se ha planteado acá, que nuestra clase política algo ha madurado y ya estamos lejos del cohecho pre-1925, al cual Alessandri con la Alianza Liberal pusieron punto final.
Un sistema parlamentario de 4 años con posibilidad de sólo una reelección es una idea que me gusta.
Evitaríamos además que los presidentes nombren a dedazo, normalmente ejecutando dictados de cúpulas políticas y obedeciendo a cuoteos vergonzosos, a sus colaboradores. Los secretarios de estado deben haber contado con algún grado de aprobación popular y eso se logra en un régimen parlamentario.

Movimiento Liberal Progresista
chileliberal@gmail.com

Cercanos como estamos al Bicentenario, me parece que ya es tiempo de esforzarnos en poner fin a nuestra inconclusa transición con una institucionalidad que nos represente a todos y ponga fin a las divisiones entre los chilenos.
En este contexto, se da la oportunidad de optar por el régimen parlamentario de gobierno, que representa la mejor y más acabada expresión de la democracia. Se puede decir que constituye el canon de la democracia occidental, con expresión en los cinco continentes. La sola excepción se produce en América Latina, debido a nuestra condición de "patio trasero". De hecho, en opinión de don Andrés Bello, el régimen presidencial en Chile -exacerbado hasta el absurdo por la Constitución de 1980- constituía una mala copia de Estados Unidos.
En el intertanto y en las condiciones actuales, sólo obtendremos la perpetuación del status quo, ya que el problema con la institucionalidad actual -aparte de su ilegitimidad de origen- es que provoca el inmovilismo, gracias, básicamente, al sistema binominal, con el cual, la Concertación continuará, ad eternum, derrotando a la derecha para pasar luego a cogobernar con élla, ambas coaliciones autosatisfechas con sus respectivas cuotas de poder y plenamente a salvo de la influencia de una ciudadanía descontenta y totalmente marginada de la consabida "Democracia de los Acuerdos" -que es más bien, "de los Conciliábulos"- que tanto agrada a nuestros políticos de ambas coaliciones, ya que en ella los votos ciudadanos nada valen, sino que sólo sirven de disfraz legitimante a los previos acuerdos políticos y designaciones de las élites partidarias de ambos bandos.
Habría que agregar que el régimen parlamentario de gobierno, cuando se ha planteado, ha recibido un apoyo de carácter transversal entre nuestras fuerzas políticas, por lo que su proposición como la forma de poner feliz término a una Transición eterna, resulta mucho más realista que concentrarnos en deshacernos del sistema minoritario binominal para adoptar un sistema electoral democrático, sea este proporcional, mayoritario o combinación de ambos.

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Rafael Cárdenas Ortega (Octubre 16, 2006 11:09 AM


Completando los comentarios anteriores, debo decir que comparto la opción de don Carlos Riquelme [Movimiento Liberal Progresista] por el parlamentarismo y respecto de la alusíón al período 1891-1925 de don Alejandro Vial y, en general, respecto de quienes se oponen a este sistema, quisiera formular algunas aclaraciones:
1.- En Chile jamás ha existido propiamente un régimen parlamentario de gobierno. Aquel que imperó después de la derrota de Balmaceda, correspondió más bien a un régimen de asamblea, que no contemplaba los instrumentos básicos y fundamentales del voto de censura y el voto de confianza. Estos permiten la fiscalización del Gobierno por el Parlamento, así como el aseguramiento del necesario apoyo de la mayoría parlamentaria a la fuerza gobernante para su permanencia como tal. El que nuestra historiografía haya denominado, Período Parlamentario o República Parlamentaria a aquella etapa histórica, nada nos aporta. Como dice el aforismo, “las cosas son lo que son y no lo que se dice que son”, y la denominación de “parlamentario” para dicho período, resulta tan extraviada como la calificación de “democrática” para la ex RDA.
2.- Difícilmente podemos, entonces, dar por fracasado en nuestra experiencia histórica un sistema de gobierno al que no le hemos dado la oportunidad de nacer.
3.- Don Arturo Alessandri Palma, artífice de la Constitución de 1925, también se declaraba partidario del sistema parlamentario, pero sostenía que nuestro país aún no estaba preparado para su aplicación. Hay que considerar que estamos hablando de principios del siglo pasado y que el plebiscito con que se aprobó dicha Constitución fue el primer acto de soberanía popular mediante la aplicación del sufragio universal en nuestra historia republicana. Anteriormente, sólo se había utilizado el voto censitario. A estas alturas, sin embargo -en los albores del siglo XXI, a casi un siglo de distancia y cercanos al Bicentenario de nuestra República Independiente- sospecho que don Arturo no tendría reparos en su instauración.

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Rafael Cárdenas Ortega (Octubre 16, 2006 10:50 AM)

1.- Estoy de acuerdo con la observación de don Rafael Cárdenas. De hecho, con el binominal las opciones de elección por parte de la ciudadanía tienden a cero.
2.- El único sistema realmente democrático de elección es el sistema proporcional. La Constitución de 1925 era un ejemplo al respecto: 5 senadores por circunscripción y diputados electos en función de la población del distrito.
He propuesto volver a ese sistema. Con 14 regiones, tendríamos 70 senadores (que no es una locura para un país de 16 millones de habitantes) y con una relación de un diputados por cada 100 mil habitantes "o fracción que no baje de 75 mil", la Cámara llegaría a unos 160 diputados.
Tal vez con ese número no podrían quejarse de exceso de trabajo.
3.- Con relación a la propuesta de Carlos Riquelme: Establecer un régimen parlamentario en nuestro país es riesgoso institucionalmente. Ya lo demostraron los que actuaron entre 1891 y 1925; y creo que nuestra "clase política", un siglo después, no ha madurado lo suficiente.

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Alejandro Vial Latorre (Octubre 16, 2006 10:38 AM)


Con respecto a un gobierno parlamentario me lo pensaría 2 veces, no creo que tengan estos sres. la madurez necesaria para sacudirse de sus ideologías y mirar el país como un todo, más parece que se ampliarían las formas en que los políticos elegidos pudiesen acumular más dietas y beneficios del papá estado.

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RICARDO CASTRO D. (Octubre 16, 2006 04:44 PM)


En pro del parlamentarismo digamos también que las tradiciones -en este caso el presidencialismo- no tienen por qué inmovilizarnos e impedirnos la eliminación y reemplazo de instituciones de origen espurio e ilegítimo y que sólo generan división entre los chilenos, como ocurre con nuestra institucionalidad actual. Un muy buen ejemplo de la actitud que se ha de tener ante tradiciones negativas, está en la exitosa creación y puesta en funcionamiento de la reforma procesal penal, que instituyó un procedimiento penal acusatorio, que va contra 4 siglos de tradición inquisitiva que no se condecía con las exigencias de un verdadero Estado de Derecho, el que tampoco se aviene con el presidencialismo extremo de la Constitución de 1980 Por la demás, la adopción del parlamentarismo no eliminaría la institución del Jefe de Estado radicada en el Presidente de la República, quien concitaría, por el contrario, mayores consensos y unidad en la ciudadanía que en su actual doble calidad de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno, pasando a situarse, en cambio, por sobre el gobierno de turno, en manos de un Jefe de Gobierno o Primer Ministro y su Gabinete.

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Rafael Cárdenas Ortega (Octubre 16, 2006 04:35 PM)


veo que el Sr. Carlos Riquelme [Movimiento Liberal Progresista] "agarró papa" (en el buen sentido) y comenzo a hacerle propaganda al sistema parlamentarios, que a muchos nos gusta. Es bueno comenzar a sembra "esta semilla" ahora, pero hay que hacerlo pensando en el mediano y largo plazo, la primera battala es la incultura civica. Me atrevo a decir que los chilenos no conocen bien los pro y contra del sistema parlamentario, y por que fracaso del pseudo-parlamentarismo que tuvimos casi un siglo atras, ademas hay que agregar el acostumbramiento y temor a los grandes cambios (porque si seria un gran cambio). La segunda y mas dura battalla seria contra los politicos actuales, y dejemoslos de tratar como una raza aparte culpable de todo pues somos nosotros quien los votamos aunque sean como los "candidatos menos malos". Ellos apernados y comodos ahi en el congreso no tienen (en su mayoria) ningun estimulo de cambiar el sistema, y para que decir la burocracia que genera uno u otro sistema de gobierno. No le creo eso de que exista transversalidad politica en las opiniones positivas hacia el cambio, esto es como decir que a todos les gusta la idea que en Chile no hayan pobres, aunque muy pocos hacen algo para resolver el problema, o sea, suena bonito, pero esta todavia lejos de ser realidad.
Le deseo suerte en su cruzada, yo votaria por un cambio en el sistema de gobierno si este se propusiera a la ciudadania.

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Fernando Peña Silva (Octubre 16, 2006 04:20 PM)

Como ya lo he señalado otras veces, mientras no arribemos a una Constitución que nos represente a todos, a través de una Asamblea Constituyente cuyos integrantes no puedan postularse en las primeras elecciones subsiguientes o, en su defecto, mediante un plebiscito con alternativas serias y no una parodia de acto cívico como aquel de 1980, nuestra Transición seguirá en suspenso.

Desafortunadamente, el gusto por el poder a hecho perder toda sensibilidad ciudadana a nuestros "representantes", quienes, al parecer, no habrán de despertar sino ante el clamor de, "¡Que se vayan todos!", el que, si no es inminente, está sin duda más cercano que el fin de la transición y el arribo a una democracia plena.

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Rafael Cárdenas Ortega (Octubre 16, 2006 02:49 PM)


Estimados
Ni a la Concertación ni a la Alianza les interesa modificar el sistema electoral que ampara un satatus quo que les conviene a ambas. Cualquier modificación que aporte grados de incertidumbre electoral les aterra. Cualquier cambio de fondo que se proponga es material de discurso, pero no se concretarán nunca.
Sólo cambios muy controlados por las partes pseudo co-gobernantes es lo que veremos a corto plazo.

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Gabriel Rodríguez Pérez (Octubre 16, 2006 12:06 PM)


Puede que el sistema parlamentario como se usa en otras partes sea bueno..., pero desconfío de la clase política nacional.
Al revés del Sr. Cárdenas, opino que Don Arturo seguiría hoy pensando como el año '25.

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Alejandro Vial Latorre (Octubre 16, 2006 11:58 AM)

1 comentario:

Chile Liberal dijo...

Sin duda que este es un debate para mediano o largo plazo. Poco le importa a los millones que viven en la pobreza la diferencia entre el presidencialismo portialiano que fascinaba a Lagos o un Parlamentarismo moderno, propio de una democracia liberal.

Pero es evidente que un sistema parlamentario es una opción válida y una de las grandes finalidades de nuestra corriente de opinión.

¿Qué piensan al respecto?