martes, 26 de febrero de 2008

A la chucha con el pasado

Felicitaciones a Marion Cotillard por su Oscar. Sin duda, la interpretación de La Môme, la mítica cantante francesa Edith Piaf, es el reto más duro para cualquier actriz gala, y Marion Cotillard deslumbró.

La vida y obra de aquella mítica artista conmueve. Criada en un prostíbulo, casi ciega, abandonada al destino, conoció la fama y el éxito, aunque las luces del escenario acabaron por enceguecer su vida: la promiscuidad, el exceso de drogas y el alcoholismo la destruyeron por completo, y no olvidemos la trágica pérdida de su hijo. "La vida en rosa", vaya paradoja. ¿Algún arrepentimiento? Ninguno.

Pero al final de sus días, siguió cantando No me arrepiento de nada, y a la chucha (al carajo) con el pasado, lo bueno y lo malo me da lo mismo. No me arrepiento de nada.

Esa es una forma valiente de morir. No como los cobardes que se engañan a sí mismos con el cuento chino del diosito y la virgen que los ama y perdón por mis pecados... je me fous du passé !

Non ! Rien de rien
Non ! Je ne regrette rien
Ni le bien qu'on m'a fait
Ni le mal tout ça m'est bien égal !

Por maravillosa que sea la actuación de Marion Cotillard, hay que destacar la vida de la única, Edith Piaf, mujer trágica y bella, y digna. Non, je ne regrette rien, probablemente la canción más impactante de la historia de la música popular.





Si quieren más, La foule, y por supuesto La vie en rose.

4 comentarios:

joaquin urrutia dijo...

No sabia sobre la historia personal de Edith Piaf

Otra razon mas para ver La vie en rose, aparte de ver a la Cotillard

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Vi la película y la encontre buena. La vida de la niña Piaf es triste de principio a fin.
Marcada por la fatalidad siempre, su único escape habría sido volar como un pájaro...

Lo bueno era que rompía con muchos convensionalismos...

Chile Liberal dijo...

@Joaquín, si puedes, vela. Es desgarradora, aunque el montaje de la cinta es bastante poco convencional, lo que disgustó a varios, pero considerando lo dramático de la vida de Edith Piaf, a mí me gustó. Es decir, no tiene un orden determinado, de principio a fin, sino que es un desparramo de escenas y cortes de su vida.

Una escena conmovedora es cuando las prostitutas que la cuidaban le rezan a la estatua de la virgen María para que sane a la pequeña Edith Piaf de su ceguera.

Hubo además capítulos no mencionados de su vida. No sé si es cierto, pero al parecer a ella la forzaron a cantar para los nazis durante la ocupación alemana. Edith Piaf al parecer cantó pero los agarró a chuchadas en francés, y los aweonaos la aplaudieron. Bueno, eso entre muchas otras cosas que ocurrieron durante su trágica vida. Creo que en comparación hace a la vida de Gabriela Mistral parecer un jardín infantil.

Recuerdo hace muuuuchos años haber escuchado Edith Piaf en el Olympia (teatro francés) en la casa de uno de mis tíos. En ese show estrenó Je ne regrette rien, que prácticamente es su testamento musical (algo así como The Man Who Sold The World para Kurt Cobain), y me llegó a dar escalofríos. En la película ya se ve como estaba completamente arruinada. Pero se nota que al cantar sacaba la voz desde adentro y que plasmaba su sufrimiento.

Nietzsche también gustaba mucho de la música y la veía como una catarsis. Comparto esa visión.

Muchachos, si aún no la han visto, vean La vie en rose. De paso, arrienden Chocolat, película anticlerical.

Saludos

Anónimo dijo...

Te juro que lloré demasiado con esta película, la encontré fuerte. Pero me encantó. Mina chora, talentosísima..

Voz de mierda que tenía, grrr.

in crescendo el dolor.

Un beso Carlos! que estís super bien