lunes, 23 de noviembre de 2009

Metallica versus la apatía política (ah, y los derechos de propiedad)

"Turn on to politics, or politics will turn on you."
Ralph Nader, ex candidato presidencial de EEUU

En más de una oportunidad Metallica casi nos reventó los tímpanos, hasta que se aburguesaron y empezaron a experimentar con el blues y el rock más melódico, y hasta con música clásica. Es que todos nos aburguesamos, ¿por qué Metallica iba a ser la excepción?

Los monstruos del rock están planeando presentar su música en Chile... si es que la UDI, por supuesto, asiente. ¿Hay que pedirle permiso a la UDI? Sí, y no. No porque cada uno es libre de venr a Chile y ofrecer un concierto. Sí porque el concejal Alessandri ha dicho que quiere impedir el recital, y no va a renunciar hasta que lo logre (la UDI ya logró cerrar la Blondie, entre otros logros). Por otro lado, Alessandri es un concejal elegido libremente por sus electores para que impioda estas estruendosas bullas, como dirá alguno. ¿Ha burlado alguna ley la UDI al tratar de bolicotear a Metallica? No. De hecho, está cumpliendo con el mandato que le han entregado los ultramontanos y ultraconservadores.

Si el concierto se cancela es culpa de ustedes, los que creen que por unirse a un grupo Facebook "Queremos a Metallica en Chile" o "Estamos contra la UDI porque prohibió a Metallica" van a conseguir algo. Los conservadores se organizan, se inscriben, y van a votar. Si ustedes no se inscribieron, son apáticos y creen que Facebook vale más que un voto, entonces estamos cagados. Si ustedes no se vuelcan hacia la política, la política se volcará en contra de ustedes.

Metallica es una banda de lujo que no puede seguir el derrotero de Iron Maiden durante la transición, en que por presión de la iglesia Papista se impidió su concierto. Como sabemos, Metallica es un grupo que ha sido uno de los principales cultores del speed metal y el thrash, y si Santiago de Chile pretende seguir siendo parada obligada de los tours latinoamericanos de las principales bandas de rock de la escena internacional, entonces ustedes tendrán que votar contra la UDI en las elecciones venideras.
La banda que interpreta One despierta mucho interés en los liberales. La prestigiosa e influyente revista de negocios Fortune hizo un seguimiento de su proceso de selección y recrutamiento de su bajista Robert Trujillo, tarea complejísima que en nada se diferencia de lo que experimenta una transnacional en busca de un alto gerente (ver artículo: Unleash The Vulcan Within). Después de todo, Metallica es una empresa que mueve millones en todo Occidente.

Lo que nos lleva a otro tema de gran importancia, y es cómo en el mundo de la música, especialmente el rock, se hacen respetar los derechos de propiedad y los derechos de autor.

En una economía de mercado es absolutamente esencial que se hagan valer y se respeten los derechos de propiedad. Los agentes que conforman el mercado, o sea, todos nosotros, producimos más y mejor cuando sabemos que podemos quedarnos con el fruto de nuestro trabajo. O sea, gracias a los derechos de propiedad existe la división del trabajo, y gracias a ésta última se genera riqueza. Si una banda como Metallica no percibe las ganancias que genera su propio talento, ¿cuál es la motivación que tienen para seguir trabajando? Recordemos que en último término, la economía es una cuestión de incentivos. Si no hay incentivo (o "lucro", ¡puaj!), entonces no hay producción. Los derechos de propiedad intelectual estimulan la creatividad ya que el incentivo de las ganancias motivan para seguir creando.

En el año 2000, la demanda de Metallica a Napster, un sitio de distribución de música por Internet, marcó un punto de inflexión en la lucha contra la pitarería (Chile siendo un país escandaloso por su falta de rigor contra la piratería). Metallica logró una orden de clausura contra Napster, lo que enfureció a varios fans. No a los liberales. Nosotros sabemos mejor que los creadores del mítico álbum And Justice For All volverán a los estudios y seguirán de gira mientras sigan percibiendo ganancias. La distribución "gratis" (!) de música terminará por destruir a las bandas consagradas.
Por otro lado, los medios electrónicos pueden servir como medio de difusión, y para que otros artistas se consagren. Hoy una banda no necesita ir a rogarle a un productor. Basta con que suban su música a YouTube (Arctic Monkeys fue un caso emblemático). Una vez establecidos, pueden entonces empezar a preocuparse por los derechos de autor.

Las soluciones al problema de cómo respetar derechos de autor son varios. Para empezar, debe abaratarse el costo de bajar música. A nadie le importa pagar una luca por una canción. De hecho, servirá para incentivar que se grabe mejor música (pregunta: ¿alguien pagaría por música que es una mierda? Respuesta: no). Ya vemos a iTune cobrando precios bajos por descargar música. Y así, creemos que se puede conciliar intereses de creadores con los intereses de los fans. Lo importante es no olvidar que alguien es dueño de una creación, y que en estos conflictos, es imprescindible contar con un estado de derecho, en que un tribunal resuelva basándose en leyes sensatas.

El siguiente es un tema de Metallica que aborda la problemática de la adoctrinación religiosa de niños (que como nos propusiese Richard Dawkins, debiese considerarse como forma de abuso infantil). ¡Larga vida al rock!


1 comentario:

Unknown dijo...

Hola,
Sobre el asunto de los derechos de propiedad intelectual, quería hacer un par de comentarios:

- Es cierto que es importante que se protejan los derechos de propiedad intelectual. Pero de eso no se colige automáticamente que más protección va a suponer necesariamente más creación intelectual. Es más, hay estudios que apuntan precisamente en la dirección contraria: mientras más ampliamos estos monopolios de explotación exclusiva (eso son los d. de autor), éstos se transforman en barreras para la innovación.

- La motivación para crear obras intelectuales no está dada necesariamente por la ganancia o el lucro. Se crearon obras intelectuales "consagradas", como la Venus de Milo, sin ir más lejos, sin que existieran "incentivos" económicos de por medio.

- Chile no es escandaloso solamente por la "falta de rigor" contra la piratería. El sistema de propiedad intelectual chileno es escandaloso por su falta de equilibrio. La OMPI (organización mundial de la p.i.) ha puesto a Chile en el grupo de los pocos países que no contemplan, por ejemplo, excepciones para bibliotecas.

- La distribución "gratis" no va a terminar por destruir a las bandas consagradas. Si a algo va a contribuir es a modificar un modelo de negocios anticuado y abusivo para los autores a favor de un par de grandes corporaciones. Ejemplos hay montón.

Saludos