Las drogas son comunes. Como muestra el siguiente gráfico (fuente: The Economist), un quinto de los europeos ha consumido cannabis.
Pero alejado de esta realidad, y sin una pizca de sentido común, Sebastián Piñera cree que él va a derrotar a los narcos. ¿Cómo? De seguro con más policías armados hasta los dientes, cárceles más sofisiticadas y más grandes, más leyes represivas (con miles de horas de carísimo trabajo legislativo desperdiciado), más miedo a las autoridades, y por consiguiente, subiendo más impuestos para pagar todo este derroche descomunal de costosos y escasos recursos. A continuación palabras del propio candidato al respecto, en el minuto 0:38.
Está chiflado Piñera si cree que él va a lograr la guerra que declaró Nixon, y que se ha perdido en todo el mundo, y que cada presidente norteamericano ha perdido. Obama se ha dado por derrotado, lo que está muy bien: sólo se puede ganar una guerra justa. El candidato-magnate desciende en un peligroso círculo vicioso conservador, al insistir en querer derrotar a los narcotraficantes y negarse a descriminalizar el consumo y venta de drogas. Los únicos interesados en seguir en la clandestinidad son los propios narcos. La legalidad los haría desaparecer. Piñera, por seguirle el jueguito a los conservadores, ha caído redondito en los brazos de los propios narcos... ¡a quienes él mismo jura que va a derrotar!
Nuestro sitio continuará argumentando a favor de la despenalización del consumo y venta de drogas, e invitamos a abrir este debate en la campaña electoral de este año.
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