miércoles, 28 de febrero de 2007

Aborto y venta de órganos, seguimos a favor de la libertad individual

Un caso que demuestra la necesidad de despenalizar el aborto y de dejar en libertad para vender órganos

Kant decía que pensar por sí mismo es un acto subversivo. En Chile, donde lo normal es vivir alienado y dejar que las excelentísimas autoridades de gobierno, honorables políticos, militares u obsipos piensen por nosotros, pensar por uno mismo es un acto criminal.

Es conmovedor el caso de la mujer que aquejada por deudas y por un exceso de hijos ha decidido vender uno de sus riñones. ¿Tiene esto algo de malo? Mucho, pero no por ser un acto reñido con la moral (Chile Liberal no dicta pautas morales), sino por la manera en que la sociedad y la legislación chilena han arrojado a una persona a esta situación extrema.

A favor de la venta de órganos
Existen miles de pacientes que esperan con ansias un órgano de un donante vivo, los cuales son muy escasos, la mayoría casi siempre llegan gracias a algunos de los miles de accidentes de tránsito que ocurren en nuestro país. Los chilenos, confiados en que Jesús es su copiloto, manejan como si acaso después de la muerte fuesen al encuentro con el Señor. Falso. Un accidente significa la muerte y hasta ahí nomás llegamos. Si fuésemos menos supersticiosos, tomaríamos esta vida más en serio y generaríamos menos accidentes. Pero gracias a ellos hay muchos que reciben el órgano que les salvará la vida. El asunto de fondo es entender porqué no dejamos que quienes se ven necesitados económicamente vendan sus órganos, especialmente riñones, no sólo en Chile sino que en el extranjero, y ayuden a quienes realmente lo necesitan. No hay razón que justifique el prohibicionismo actual, salvo culpar a los dictados morales del colectivismo chileno.

Pueden ver aquí un artículo de The Economist a favor de la libertad para vender órganos en un marco legal regulado. Desde luego, ya que los órganos no son un bien que pueda transarse en el mercado tal como un automóvil o un computador. Pueden ver aquí el debate al respecto.

Un elemento fundamental de la libertad individual es el disponer de nuestro propio patrimonio y más aún de nuestro propio cuerpo. Ya sea para definir si alguien decide una maternidad o no, o para decidir si vendemos o no uno de nuestros órganos.

Chile Liberal está totalmente a favor de la despenalización de la venta, compra o facilitación de órganos.

Despenalizar el aborto, facilitar anticonceptivos y privatizar la educación
El caso de la mujer de Osorno revela además la falta de disponibilidad de un sistema educativo que asegure que cada uno aprenda a decidir por sí mismo y donde se incentive el trabajo. Como la educación municipal es pésima, a pesar de los cuantiosos recursos públicos disponibles, lo lógico es cerrar los colegios fiscales y dejar que surjan más colegios privados mediante el fomento a la demanda. La falta de educación y la maternidad irresponsable van de la mano.

Pero el problema no es sólo mejorar el sistema educativo, solución a largo plazo. El problema es más complejo. Esta madre de 35 años tuvo su primer hijo a los 20 (hoy tiene tres niños), a sabiendas que no sería capaz de alimentarlos ni proveerles un techo. La solución habría sido dejar que libremente hubiese decidido en su momento si abortaba o no, que ella misma determinase si era capaz o no de enfrentar la maternidad, o haberle facilitado el acceso a la anticoncepción de emergencia, o al menos a algún tipo de anticonceptivo. Pero Chile es uno de los poquísimos países donde el aborto está penalizado bajo cualquier circunstancia y donde la Iglesia Católica incluso reprocha los anticonceptivos (sean de emergencia o no).

Nos encontramos con que Teresa Correa siguió teniendo hijos, de más de un padre, y hoy el estado le paga 44 mil pesos (60 €) provenientes del erario público para aliviar una situación difícil que pudo haberse solucionado hace ya varias décadas. Peor aún, la solución que ella busca hoy, vender su riñón, está penalizada.

chileliberal@gmail.com

jueves, 22 de febrero de 2007

Señores pasajeros, mi intención es molestarles

Transantiago, el nuevo sistema de transporte público, puede calificarse con una palabra: chapuza

Según las estadísticas de Blogger el 40% de los lectores de Chile Liberal se encuentra fuera de Chile e ignoramos si conocen a fondo la realidad chilena, pero para quienes no la conocen, les podemos contar las delicias del transporte público de la capital del país más "pujante" de América Latina. Santiago tenía hasta el 10 de febrero un sistema de transporte público que en comodidad se igualaba al de Delhi, el profesionalismo de sus administradores nada tenía que envidiarle a las prácticas de la Cosa Nostra, y en cuanto a seguridad, sólo el Triángulo de las Bermudas ofrece una idea aproximada de lo que tienen que enfrentar los santiaguinos cada día. Los automovilistas no se escapan, ya que en vista de la superioridad física de los buses, los choferes de la locomoción colectivas eran los amos y señores de las calles, y el matonaje era pan de cada día.

Decenas de miles de los infames buses amarillos atiborraban las calles de Santiago causando más de 1000 muertes cada año gracias a sus carreras desenfrenadas por conseguir pasajeros, quienes sufrían de imprecaciones varias cuando eran obligados a bajarse del bus en cualquier parte. Es decir, si consideramos las cantidad de muertes que generaba el sistema antiguo, los transportistas públicos son en realidad una de las organizaciones criminales más sanguinarias que Chile ha visto, y vaya que hemos visto crimen organizado en Chile (durante la dictadura militar “apenas” se mató a tres mil personas). A la fecha, los “micreros” han asesinado a prácticamente a más de un Estadio San Carlos de Apoquindo completo, y han torturado todos los días a todo aquel que entre a la ciudad. Al contrario de lo que escribe el apologista más insigne de los crímenes de la dictadura aquí (habitué de Libertad Digital), el sistema era, como hemos visto, horrendo. Pero el problema no es ése, el problema es que la coalición gobernante ha gastado millones de dólares en lo que parecía imposible: poner en práctica un sistema incluso peor.

¿Para dónde va la micro?
Champollión pudo descifrar la piedra de Rosetta, pero escudriñar el nuevo mapa de recorridos de Santiago es tarea incluso más ardua que la del eximio egiptólogo. El caos de proporciones épicas en el estreno del flamante sistema ameritó que los recorridos fuesen gratuitos, y baste recordar la costosísima campaña de marketing, cuyo niño símbolo fue el ex Pichici Iván Zamorano, para entender que la idea de fondo de este proyecto fue el márketing, no la sustancia.

Sí, marketing, o en realidad una de las campañas publicitarias más burlescas que se han visto en el último tiempo, porque esta vez se sometió a la ciudadanía a los caprichos megalomaníacos de Ricardo Lagos Escobar, que en su irrefreneble obsesión con dejar un legado, sacó a las calles el sistema antes de las elecciones, a como dé lugar, qué más da si se va todo al carajo, total el transporte público era tan paupérrimo que nada podía ser peor... sí, pero nunca hay que subestimar la capacidad de la Concertación para lograr lo imposible. Y el trabajo fue magnífico, Transantiago es peor que el sistema antiguo.

El fracaso estrella del gobierno
Hoy suena ridículo pero en su momento la renovación del transporte capitalino fue bautizado como Proyecto Estrella por el gobierno anterior. El fracaso tan estrepitoso trae a la memoria el mea culpa de Tony Blair al constatar que, tal como se lo dijo incluso su propio sector, la construcción de la Cúpula de Londres era una idea descabellada. Al menos, el Primer Ministro británico tuvo la decencia de admitir su error. Ricardo Lagos se escuda en el silencio gracias a un evento providencial ya que está convaleciente después que se le extirpara un pequeño quiste en una intervención realizada en la clínica privada más exclusiva de Chile. Desde luego, no vayan a creer los ilusos que este hombre, que tanto luchó por la calidad de los servicios estatales, iría a atenderse en un hospital público (menos en la cartera que llevó a Bachelet al estrellato). No esperen tampoco que alguno de los actuales altos funcionarios de gobierno use el transporte público.

Uno de los que sí anduvo en micro cuando fue ministro fue Hernán Büchi, y puden leer aquí sus reflexiones sobre la crisis del Transantiago. El análisis apunta a la falta de preparación y, para ser breves, al amateurismo de los creadores de este proyecto. Concurre con el ex candidato presidencial el informe de The Economist que en su línea final nos abre las puertas del infierno ante la posibilidad, o casi certeza, de que las tarjetas inteligentes no funcionen.

El veredicto
Para Chile Liberal el sistema es escandalosamente malo. Los buses no sólo no caben en algunas calles, sino que los trabajos de pavimentación fueron mediocres, y a ninguna de las luminarias de gobierno se le ocurrió quitar los badenes (lomos de toro) de las calles. Lo grave es toda la planificación impromptu. Pero ni siquiera se cumplió con lo mínimo: los buses son incómodos, no funcionan bien para los inválidos, músicos ambulantes siguen subiéndose, la frecuencia es insuficiente, se acopló al Metro a sabiendas que éste no da abasto, los tiempos de transporte son mayores, las huelgas de los conductores ya empezaron (van dos movilizaciones), y la guinda de la torta es el precio del pasaje.

No sólo se ha incurrido en cobros abusivos a varios usuarios, sino que la tarifa actual es insostenible y a mediados de año se ajustará el precio del pasaje lo que producirá oleadas de protestas y malestar público. Lo mismo que ocurrió con los cobros en las autopistas, pero ahora extraplémoslo a todos los usuarios de buses. Más aún con los estudiantes en clases, ya podemos ver la magnitud de lo que vendrá.

Pero a mediano plazo, se ven aún más problemas y más agudos. Las calles efectivamente están menos congestionadas. La tentación para usar el automóvil es mucha, pero además es comprensible y justificable. El parque automotriz aumentará ya que más gente se decidirá a comprar vehículos, y el resultado es que en vez de tener un motor en marcha para transportar a 50 personas, habrá 50 motores en marcha para transportar a los mismos 50, donde cada uno expele alrededor de 150 gramos de CO2 a la atmósfera en una ciudad donde las emergencias ambiantales y las crisis respiratorias son lugar común, en un mundo que debe enfrentar ahora ya la crisis ambiental que nos afecta.

Para subsanar este problema la solución que se nos dará será el típico binomio socialista de restricción e impuestos.

Sin embargo, no todo es tan malo. Para quienes nos consdieramos de Oposición, creemos que a fin de cuentas el tiempo nos dio la razón y el electorado ya se percibe que el nefasto legado de Ricardo Lagos no fue sólo los sobresueldos, el escándalo MOP-Gate, el bajo crecimiento económico, el aumento de la delincuencia, el alto desempleo, la burocracia, las continuas alzas de impuestos, un sistema de salud (el AUGE, donde él no se atiende) que sigue con filas largas y presupuestos cortos, o las carreteras donde se ultraja el bolsillo de los usuarios, y la seguidilla de conflictos diplomáticos gracias a su incompetente Cancillería, entre otras “grandes obras”. La realidad nos dice que a la lista de chambonadas, hay que añadir Transfracaso.

La visibilidad del fiasco de Transantiago servirá para que, definitivamente, el próximo gobierno no sea de la Concertación.




Más información

Ver Un cambio complicado de un blog amigo



Ver informe A media máquina de la BBC

Transantiago ocasionó caos en su debut

The Economist

Desinformación, complejo mapa de rutas y largas colas son algunos de los reclamos.

Durante dos décadas de rápido crecimiento económico, Santiago ha pasado de ser una ciudad compacta a los pies de la cordillera de los Andes a una metrópolis en descontrolada expansión, con seis millones de habitantes. Así, el sistema de transporte público de la capital chilena falló en conservar la paz. Santiago posee un Metro moderno, que recientemente duplicó su tamaño a cuatro líneas con un costo de US$ 1.300 millones, y también varias autopistas urbanas nuevas.
Pero la mayoría de los santiaguinos -especialmente los pobres- todavía dependen del servicio de buses privados, cuya caótica red de rutas fue creciendo y casi no fue planificada durante décadas.En el papel, el rayado de la reorganización del servicio del transporte público pareció ser una buena idea, un plan radical. El llamado Transantiago fue propuesto por primera vez por el gobierno anterior en 2002. Y contempla el reemplazo de los antiguos buses y rutas anacrónicas por una flota de buses articulados que circulen por vías principales unidas a servicios alimentadores locales.
Las ventajas parecen estar claras: menos buses obstruyendo las calles, menos contaminación, y transporte más seguro sin incrementar la tarifa del viaje.Pero cuando el nuevo sistema se impuso por la fuerza el 10 de febrero, el resultado fue un caos.Los viejos buses tenían una mayor frecuencia y paraban en cualquier lugar. Ahora un viaje normal incluye varios cambios.Entre los reclamos está la abismal campaña de información unida a un mapa de rutas de infinita complejidad. Sin embargo, la principal queja han sido las largas colas realizadas por pasajeros desinformados que se han desparramado por las calles al no tener suficientes buses. Ello, considerando que febrero es un mes de vacaciones. Incluso, en cierta tarde pasajeros con problemas para volver a sus destinos se tomaron dos buses que iban en otra dirección para que los llevaran a sus casas.
Sólo problemas de la primera etapa, dijo el Gobierno. La verdadera prueba vendrá el próximo mes, cuando empiece la etapa escolar.
El sistema está diseñado para ser más eficiente. Por un lado, al Metro (donde se espera que el número de pasajeros se duplique), y los buses (cuyo número total se redujo a un tercio). En tanto, los críticos dicen que los viajes serán más extenuantes para los usuarios.
El suministro de un sistema no subvencionado con una tarifa de 77 centavos de dólar parece ambicioso. Mientras, el potencial mayor dolor de cabeza es el sistema de prepago a través de la tarjeta inteligente, única forma de pago para el Metro y bus. Durante las pruebas, la tarjeta había demostrado ser infalible, pero su introducción fue postergada hasta el 16 de febrero, dando a los pasajeros varios días de viajes gratis. Los temores son que podría no funcionar en lo absoluto.

lunes, 19 de febrero de 2007

Lecciones liberales en London Fashion Week

La superioridad moral de una decisión voluntaria, sin prohibicionismo



París es la capital de la elegancia y el glamour, Milán personifica el estilo, mientras que desde la costa oeste del Atlántico, Nueva York irradia energía a todo el mundo de la moda. La gris y lluviosa Londres parecía relegada a ser una capital de segundo orden pero últimamente ha descubierto su veta, la creatividad vanguardista. Y cada dos años el mundo de la alta costura se congrega en la capital del Reino Unido para admirar las colecciones más innovadoras de diseñandores jóvenes en la London Fashion Week. La polémica no estuvo asuente en la jornada de apertura, en el ojo del huracán se encontraban la salud de las modelos y las demandas de la ministra de cultura, Tessa Jowell, quien con la falta de tino propia del laborismo solicitó a The British Fashion Council (BFC), institución organizadora, que sometiera a las modelos a exámenes médicos antes de aparecer en las pasarelas, e incluso exigió que hubiese profesionales de la salud presentes durante los desfiles.

No andemos con rodeos, todos sabemos que históricamente los eventos de la alta costura guardan más senejanza a alguna película gore que a una celebración saludable de belleza y excelencia creativa. Las enjutas muchachas que posan las creaciones de alta costura para la crème de la industria del diseño envían la perniciosa señal a la opinión pública que la delgadez extrema es digna de imitarse. En nuestras sociedades actuales, donde la sobreabundancia de alimentos y la escasez de vida activa, combinada con la obsesión por la imagen, son los más vulnerables, los niños y adolescentes, quienes aspiran a un look fatídicamente cadavérico que cobra cada años miles de vidas en las garras de las infames anorexia y bulimia. Éstos dos males son un lugar común y prácticamente requisito profesional para las modelos de todo el mundo, y Londres no es la excepción. Después de todo, algo de razón tiene Tessa Jowell.

En lo estrictamente profesional, Londres tiene un gran desafío y es aspirar a codearse con los epicentros de la industria de la moda, por tanto cualquier desaguisado habría sido fatal. Los londinenses tienen mucho que arriesgar y mucho que perder y es en este crucial momento cuando cabe preguntarse, ¿deben prohibirse las llamadas modelos talla cero, tal como se hizo en Madrid? La respuesta para Chile Liberal es no. Desde nuestro ángulo centrado en la libertad individual, creemos que las prohibiciones son nefastas y que las personas siempre deben tratarse con dignidad, apelando a la libertad, raciocinio e inteligencia de cada uno.


Dejemos que actúe la mano invisible de Adam Smith en la pasarela
Paul Costello, diseñador irlandés, inaguró la semana de la moda londinense, y los críticos especializados alabaron tanto su trabajo como el profesionalismo de las modelos. Todas las muchachas eran mayores de 16 años, de aspecto saludable, y realizaron un trabajo impecable. ¿Se divisó alguna modelo talla cero? No. ¿Cómo se logró?

Sencillo. BFC le escribió a cada uno de los diseñadores pidiéndoles que en beneficio de la imagen que quiere proyectar Londres y para asegurar la trascendencia internacional del espectáculo, que se abstuvieran voluntariamente de presentar sus colecciones empleando modelos púberes o que evidenciaran problemas agudos de delgadez.

El show continuó en Covent Garden con un desfile de los diseñadores de la prestigiosa Topshop, donde la colección otoño-invierno volvió a estar a la altura de las expectativas de los especialistas, y las modelos que desfilaron con los diseños inspirados en los estilos trendy de los años 1930 y 1940 fueron inusualmente mayores que el párvulo promedio de edad tan usual en la industria. El mismo dueño de Topshop, Sir Philip Green, destacó por su sentido de la responsabilidad social al declarar su “compromiso con usar exclusivamente modelos jóvenes, no adolescentes”.

El perfil de Londres continúa en alza con la visita de las personalidades más prominentes de la moda, como Anna Wintour, editora de la influyente US Vogue, y el diseñador italiano Giorgio Armani. Hasta ahora, el prestigio de la capital británica sólo puede aumentar con la positiva publicidad que ha acaparado su semana de la moda y más aún con la estrategia “liberal” adoptada por los organizadores para evitar los conflictos sobre la salud de las modelos.

El suplicio de ser glamorosas
Admiradas por su atractivo físico, pocos saben que las modelos están sometidas a miserias que las afectan como personas tanto a ellas como a la sociedad, que las admiran justamente por simbolizar los “modelos de belleza”.

El debate sobre las modelos talla cero está a punto de sepultar el prestigio de su profesión, lo que causa enormes niveles de estrés e infelicidad. La conclusión del estudio realizado por sicólogos de City University y publicado en Journal of Positive Psychology es elocuente: “Las modelos son valoradas explícitamente por razones superficiales y materialistas (su aspecto físico), y no por sus cualidades intrínsecas como personas (carácter, personalidad, talento, encanto)... persiste la creencia que ellas son hermosas, pero sin intelecto”.

De seguro, no son muchos los lectores de este blog quienes dependen exclusivamente de su apariencia física para desempeñarse en el campo laboral. Ciertamente, el editor de este sitio y autor del presente artículo no descuella por su belleza. Por lo mismo, es entendible que nos cueste ponernos en el lugar de las modelos que desfilan por las pasarelas más exigentes del mundo.

Pero, por otro lado, ellas tienen la posibilidad de ser remuneradas generosamente, por decir lo menos, y a una temprana edad, en una industria que es excepcional en el sentido que compensa mucho más a las mujeres que a los hombres, a diferencia del resto del mercado laboral, donde nos desempeñamos el común de los mortales. Desgraciadamente, este desajuste es una muestra de la obsesión enfermiza de la sociedad actual por sobrevalorar la belleza femenina convirtiéndola en objeto y llegando a idolatrar como “modelos” a biotipos in extremis.

Pero no importa cuán abusiva parezca esta industria ni lo corrosivo que pueda ser el divinizar a adolescentes tan altas como delgadas, no hay que olvidar que sigue apelándose a la libertad de cada cual, y ellas pueden decidir si siguen imbuidas o no en este mundo, y los miembros de la sociedad también pueden elegir si adoptan o no las modas que se presentan en acontecimientos como London Fashion Week. En este contexto, el precedente que se sentó en Madrid fue pésimo, y nos alegramos que Londres nos haya demostrado que no era necesario prohibir las modelos talla cero, basta con apelar al criterio de cada uno. Una vez más comprobamos que el prohibicionismo es rara vez efectivo.

La moda pasada de moda
En los años 80 se volvió a proclamar que la codicia es buena, esuchábamos a Depeche Mode, vestir de negro era de rigueur y el look era más atlético. Todo ello volvió a exaltarse el miércoles y a celebrarse una Black Celebration no sólo con Depeche Mode sino que con las colecciones menos famosas como Preen, de Justin Thornton, Christopher Kane y Thea Bagazzi, o Rokana Ilinic, observadas no sólo por el ojo crítico de los especialistas, sino que seguidas con atención por Kate Moss (ahora convertida en diseñadora de Topshop), Claudia Schiffer y Yasmin Le Bon (esposa del líder de Duran Duran), quienes ya han encargado varias prendas para vestir esta temporada. El estilo de salón parisino, con minifaldas negras muy cortas y tacos muy altos, han combinado la sofisticación con un notable sentido democrático, ya que Londres busca identificarse con los diseñadores que normalmente no encuentran cabida en otras latitudes. El esquema “Nueva Generación” permitió que todo el talento londinense, nativo o importado, encontrara cabida gracias a la acción de Topshop, donde convergen alta costura, funcionalidad y un igualitario sentido del vestir bien, costumbre cada vez más arraigada en la nueva “sociedad inglesa sin clases sociales”, como sentenció Tony Blair hace un tiempo.

La lección liberal de London Fashion Week continúa, nos encontramos que sin la marxista lucha de clases, sin apelar a la violencia ni al resentimiento, la clase media aspiracional se ensancha y llega a convertirse en la única clase social, y las vanidades antes reservadas para las elites se convierten en "bienes de consumo" para las multitudes. Así lo evidencia el rezago de las exclusivas marcas de diseñadores como Dolce & Gabana y Roberto Caballi, mientras que marcas no sexistas y creadoras de diseños usables y menos pomposos como Dona Karan, Diane von Furstenberg o Karen Millen, se imponen en la nueva clase media, que dotada de un poder de compra desconocido hasta hace poco, comienza a reclamar y exigir su "derecho inalienable" a vestirse bien y cada vez se observan más pubs y discotecas con multitudes mejor vestidas que nunca. La otrora clase pequeñoburguesa y todos sus "odiosos vicios" se han masificado al punto de llegar a convertirse en la clase dominante.

Pero todo llega a su fin y la clausura, en Mayfair, estuvo a cargo de Marc Jacobs, el rebelde y rupturista monarca de la moda, con su línea Marc by Marc Jacobs, exhibida por primera vez fuera de Nueva York. Entre los invitados en primera fila se divisó a Sofia Coppola, aparte de los editores del New York Times, American Vogue y Vanity Fair. El talento de los diseñadores locales se verá beneficiado por estas ilustres visitas y por las lecciones liberales que hemos aprendido en Londres, que habrían fascinado no sólo a Adam Smith, sino que a Karl Marx también.

jueves, 8 de febrero de 2007

¿Derechos de propiedad versus Derechos de Acceso del público?

El término pirata viene del griego πειρατης, que a su vez viene del verbo πειραω, que significa "esforzarse", "tratar de", "intentar la fortuna en las aventuras". Y la piratería es, en la práctica, tan antigua como la navegación misma, en que una embarcación privada o una estatal amotinada ataca a otra en aguas internacionales o en lugares no sometidos a la jurisdicción de ningún Estado con un propósito personal para robar su carga, exigir rescate por los pasajeros y muchas veces apoderarse de la nave misma.

En nuestros tiempos, la piratería es un término utilizado en relación a la copia de obras literarias, musicales, audiovisuales o de software efectuada sin el consentimiento del titular de los derechos de autor, aplicándose también a la venta ilícita de material reproducido ilegalmente. Estos actos se comenzaron a denominar piratería como metáfora del robo de la propiedad del otro, acto que realiza un pirata en el mar. La forma en que debe tratar la ley la realización de estas copias no autorizadas es un tema que genera polémica en muchos países del mundo.

¿Que está en conflicto con la piratería?. Son dos derechos: propiedad del autor y acceso del público.

Imaginémonos una isla con solo dos habitantes: un pescador y un cantor. El pescador, pesca para su consumo, y el excedente lo destina para que el cantor lo divierta con especiales melodías. De esa manera el cantor se puede alimentar intercambiando alimentos por su canto.

Pero, ¿qué pasa si se inventa el grabador?. El pescador graba entonces las canciones del cantor y ya no necesita pagarle nuevamente para entretenerse. ¡Se apropia de las canciones y las escucha cuando quiere!

El resultado es que el cantor se puede morir de hambre y la sociedad ver reducida su calidad de vida al no tener entretención. ¡ Algo debe cambiar ¡

Probablemente, la situación se pueda perfeccionar entre ambos, pero ¿qué pasaría si aparece un tercer participante: el que graba e intercambia dicha grabación con el pescador?. Va a estar en su interés seguir vendiendo grabaciones a todo evento, dado que de eso vive.

El tema de la piratería es complejo, y requiere una visión amplia de acuerdo a nuestros tiempos. Por ejemplo, los sistemas contra las copias de las canciones están en el centro del debate y a continuación transcribimos dos artículos (uno de ellos de Steve Jobs) de modo de formarse una opinión responsable.

Editores Chile Liberal

¿Desaparecerán los sistemas contra la copia de canciones?

Noruega, Holanda, Francia, Alemania... media Europa está viviendo un movimiento contra los sistemas de protección de derechos de las canciones, los DRM. Incluso la Fnac francesa vende parte de su catálogo sin protección.

ÁNGEL JIMÉNEZ DE LUIS

Desde su lanzamiento en 2001 los usuarios de iTunes han descargado más de 2.000 millones de canciones. Es el servicio de música on line de mayor éxito en la red, el único que parece haber puesto de acuerdo a discográficas y consumidores sobre la venta legal de música. Hay tiendas que compiten a precios similares, pero iTunes mantiene su record: nueve de cada 10 canciones que se venden en internet salen de sus servidores.

Como negocio funciona, pero no todo el mundo está contento con el estilo de hacer negocios de Apple. Esta semana, un grupo de consumidores holandeses presentó una demanda contra la compañía por lo que considera una práctica abusiva e ilegal. «La gente que compra la música en iTunes no debería estar atada de por vida a un iPod. Apple debe abandonar esta limitación en su servicio», aseguró Ewald van Kouwen, portavoz del grupo. Los compradores de la tienda iTunes pueden escuchar las canciones que compran en otros reproductores, pero realizando un trabajoso proceso que consiste en grabar un CD de audio con las canciones adquiridas y transferirlo al ordenador en un formato sin protección, como el MP3, para después llevarlo al reproductor.

Lo que busca van Kouwen es que Apple modifique su sistema de DRM, el código asociado a las canciones que protege los derechos de autor y que por ahora sólo el iPod es capaz de descifrar.

Este tipo de códigos se ha generalizado desde el despegue de la música digital para impedir que los usuarios transfieran y copien sus canciones con la facilidad que ofrece el mundo de la red. Algunas compañías han intentado incluir sistemas de protección también en los CD para evitar que los usuarios transfieran las canciones al ordenador, pero todos han sido rápidamente descifrados o declarados injustos para el consumidor por los tribunales. Van Kouwen no está solo. En junio, asociaciones de consumidores de Noruega, Suecia y Dinamarca presentaron quejas similares contra la iTunes.

Una de ellas ha prosperado. El pasado lunes 22, el defensor del pueblo noruego dio un ultimátum a la compañía. Apple podría enfrentarse a acciones legales a partir del 30 de noviembre. En Francia se aprobó en agosto una ley que permitiría al Gobierno galo forzar a la compañía a abrir su sistema de protección de derechos de autor y Alemania ya estudia plantear acciones similares.

Si las demandas prosperasen podrían pasar años antes de que hubiera una resolución firme e incluso algunos consultores creen que a Apple podría serle rentable retirar su tienda de algunos mercados antes que abrir su sistema de protección de derechos.

El tándem iPod / iTunes ha cambiado el sentimiento europeo hacia los DRM. Incluso las industrias discográficas y las tiendas empiezan a plantearse otras formas de comercialización de canciones en la red. Apple disfruta de una posición dominante en la venta de canciones, y su iPod, el más deseado del mercado, sólo reproduce las canciones protegidas por el sistema de iTunes o las que no incluyen ninguna protección de derechos. Para seducir a los poseedores de iPod las discográficas tienen que plegarse a las condiciones de la manzana o vender sus canciones sin protección. Hasta ahora habían optado por la primera opción, pero la situación podría cambiar si la iniciativa de Fnac en Francia es exitosa. Esta tienda, que vendía canciones protegidas por el sistema de Microsoft, compatible con varios reproductores MP3, empezará a vender parte de su catálogo sin protección.

La situación para las discográficas es delicada porque, aunque las ventas a través de la red han subido en los últimos años, su crecimiento no compensa la fuerte bajada en las ventas de CD. El pasado año las ventas de música digital crecieron un 89% pero a pesar del tirón, en especial el de los tonos para el móvil, entra menos dinero en las arcas de la industria musical. La consultora Ovum cree que un abandono de los sistemas DRM podría abrir el mercado a nuevos consumidores y ampliar las ventas, aunque es necesario que los gigantes de la música confíen en la buena voluntad y honradez de los consumidores.

Reflexiones sobre música

POR STEVE JOBS

Ante el impresionante éxito mundial del reproductor de música de Apple, el iPod, y de la tienda de música en línea iTunes, hay quienes han reclamado que Apple "abra" el sistema de DRM ('digital rights management', o gestión de derechos digitales) que emplea para proteger la música [almacenada en iTunes] contra el robo, de modo que la música que se adquiera en iTunes pueda reproducirse en aparatos comprados a otras empresas y que la música protegida adquirida en otras tiendas de música en línea pueda reproducirse en los iPod. Examinemos la situación actual y la forma en que hemos llegado hasta aquí y estudiemos cuidadosamente a continuación tres alternativas para el futuro.

Para empezar, conviene recordar que todos los iPod reproducen música no protegida por algún sistema de DRM y codificada en formatos "abiertos" autorizados como, por ejemplo, MP3 y AAC.

Los usuarios de iPod pueden conseguir la música que les gusta, y de hecho lo hacen, de una multiplicidad de fuentes, entre ellas, los discos compactos de su propiedad. La música de los discos compactos puede importarse con toda facilidad al programa de almacenamiento de discos de iTunes, que se puede descargar gratuitamente y que funciona tanto en Mac como en PC con sistema Windows, y queda automáticamente codificada como formatos AAC o MP3 abiertos sin necesidad de ningún tipo de DRM. Esta música puede reproducirse en los iPod o en cualquier otro reproductor de música capaz de reproducir estos formatos abiertos.

El problema se presenta con la música que Apple vende en su iTunes Store [Tienda iTunes] en línea. Puesto que Apple no es la propietaria de la música ni tiene ningún control sobre ella, se ve en la obligación de obtener los derechos de distribución de la música de terceros, fundamentalmente de las "cuatro grandes" empresas del mundo de la música, Universal, Sony BMG, Warner y EMI. Estas cuatro compañías controlan la distribución de más del 70 por ciento de la música de todo el mundo. Cuando Apple se puso en contacto con estas empresas para obtener permiso para distribuir su música legalmente a través de ‘internet’, todas ellas se mostraron extremadamente cautelosas y exigieron que Apple protegiera su música frente a la posibilidad de que se copiara ilegalmente. La solución consistió en crear un sistema de DRM, que vehicula cada canción que se compra en la tienda iTunes dentro de un programa informático especial y secreto, al objeto de que no pueda ser reproducida en aparatos no autorizados.

Apple tuvo la habilidad de negociar unos derechos de utilización sin precedentes, que permiten que los usuarios reproduzcan la música así protegida con su sistema de DRM en un total de hasta cinco ordenadores y en un número ilimitado de iPod. Conseguir esos derechos de las empresas de música fue en su momento un logro sin precedentes e incluso a día de hoy es algo que no tiene parangón en casi ningún otro servicio de música digital. En cualquier caso, una de las estipulaciones clave de nuestros compromisos con las empresas de música es que, si nuestro sistema de DRM llega a ser quebrantado y la música de estas compañías pasa a ser reproducible en aparatos no autorizados, nosotros disponemos de un número muy reducido de semanas para resolver el problema o, en caso contrario, las empresas estarán facultadas para retirar su catálogo musical al completo de nuestra tienda iTunes.

Para impedir las copias ilegales, los sistemas de DRM tienen que reservar exclusivamente a los aparatos autorizados la reproducción de la música protegida. Si se coloca en ‘internet’ una copia de una canción protegida por un DRM, ha de impedirse que esa copia se pueda reproducir en el ordenador de quien se la descargue o en un aparato portátil de reproducción de música. Para conseguirlo, un sistema de DRM emplea claves secretas. No hay ninguna teoría sobre protección de contenidos que no sea la de mantener un secreto. En otras palabras, incluso en el caso de que se utilicen los recursos criptográficos más avanzados para proteger el contenido musical, lo que en cualquier caso ha de hacerse es "ocultar" las claves que darían acceso a la música en el ordenador de un usuario o en un reproductor portátil de música. Nadie ha sacado jamás un sistema de DRM que no dependa de ese tipo de claves secretas para su funcionamiento.

El problema radica, por supuesto, en que en el mundo hay muchas personas de una gran inteligencia, y algunas de ellas, con mucho tiempo disponible, a las que les encanta reventar este tipo de secretos y hacer pública la fórmula para que cualquiera pueda hacerse con música gratis (y robada). No es infrecuente que personas de ésas tengan éxito en sus propósitos, por lo que cualquier empresa que pretenda proteger sus contenidos mediante la aplicación de un DRM se ve obligada a actualizar el sistema con bastante frecuencia, mediante la aplicación de códigos secretos nuevos y más difíciles de desentrañar. Es un juego como el del gato y el ratón. El sistema de DRM de Apple se llama FairPlay [Juego limpio]. Aunque hemos registrado algunas violaciones del FairPlay, hemos sido capaces de resolverlas a tiempo mediante la actualización del programa informático de la tienda iTunes, del programa informático de almacenamiento de iTunes y del programa informático de los propios iPods. Hasta ahora, hemos cumplido los compromisos que contrajismos con las empresas de música en orden a proteger su música y hemos puesto a disposición de los usuarios los derechos de reproducción más generosos que se pueden encontrar en el sector para la reproducción de música descargada legalmente.

Con tales antecedentes, examinemos ahora tres alternativas diferentes de cara al futuro.

La primera alternativa consiste en continuar en la misma dirección que hasta ahora, en la que cada fabricante compite libremente con sus sistemas propios e integrales, ‘de arriba a abajo’, para la venta, reproducción y protección de música. Se trata de un mercado extraordinariamente competitivo, con empresas muy importantes a escala mundial que realizan enormes inversiones para desarrollar nuevos reproductores de música y tiendas de música en línea. Apple, Microsoft y Sony compiten con sistemas propios. La música que se compre en la tienda Zune de Microsoft no podrá reproducirse más que en reproductores Zune; la música que se compre en la tienda Connect de Sony no podrá reproducirse más que en reproductores Sony y la música que se compre en la tienda iTunes de Apple sólo podrá reproducirse en los iPod. Este es el estado actual de las cosas en el sector y los clientes están bien servidos gracias a la continua aparición de productos innovadores y a una amplísima variedad de opciones.

No faltan quienes han argumentado que, una vez que un consumidor compra una pieza musical de una de las tiendas de música de una marca determinada, está ya condenado para siempre a utilizar de manera exclusiva los reproductores de música de dicha empresa o también que, si compran un reproductor determinado, están condenados a comprar música exclusivamente de la tienda de música de esa empresa. ¿Es eso cierto? Examinemos a fondo los datos de los iPod y de la tienda iTunes, que son los productos más populares del sector y de los que disponemos de datos más exactos.

Hasta finales del 2006, los clientes habían comprado un total de 90 millones de reproductores 90 iPod y dos mil millones de canciones de la tienda iTunes. Por término medio, estas cifras vienen a representar 22 canciones adquiridas en la tienda iTunes por cada iPod vendido a lo largo de su existencia.

El más vendido de los iPod en la actualidad es capaz de almacenar mil canciones, pero las investigaciones sobre su uso nos revelan que, por término medio, todo iPod está prácticamente lleno. Eso significa que sólo 22 de cada mil canciones, es decir, por debajo del tres por ciento de la música almacenada por término medio en cada iPod, se han comprado en la tienda iTunes y están protegidas por un sistema de DRM. El 97 por ciento restante de la música no goza de ninguna protección y puede reproducirse en cualquier reproductor capaz de reproducir formatos abiertos. Se hace difícil creer que sólo un tres por ciento de la música que almacena por término medio cada iPod sea suficiente para obligar a los usuarios a comprar exclusivamente reproductores iPods en el futuro. Por otra parte, como el 97 por ciento de la música que hay por término medio en un iPod no se ha comprado en la tienda iTunes, está claro que los usuarios de iPod no están encadenados a la tienda iTunes a la hora de adquirir su música.

La segunda alternativa es que, mediante los correspondientes acuerdos, Apple ceda la tecnología de DRM, el sistema FairPlay, a otros competidores, actuales y futuros, con el objetivo de conseguir la compatibilidad de funcionamiento entre los reproductores y las tiendas de música de otras empresas.

A primera vista, parece que se trata de una buena idea, puesto que por está vía se ofrecerían a los clientes mayores posibilidades de elección, ahora y en el futuro. Además, Apple podría obtener beneficios de esta fórmula con sólo cargar una pequeña cantidad en cada canción por la cesión de su sistema FairPlay de DRM. Sin embargo, cuando la cosa se examina un poco más a fondo, empiezan a surgir los problemas. El más delicado es que la cesión de un sistema de DRM implica la revelación de algunos de sus secretos a gran número de personas en un gran número de empresas y la historia nos enseña que entonces resulta inevitable que se filtren los datos secretos.

Internet ha hecho que esas fugas de información resulten mucho más dañinas, puesto que una sola filtración puede expandirse por todo el mundo en menos de un minuto. Las fugas de información pueden dar como resultado que en un tiempo mínimo estén disponibles para su descarga gratuita en ‘internet’ programas informáticos que inutilizarían la protección de un sistema de DRM, de manera que canciones que estuvieran protegidas anteriormente podrían ser reproducidas en reproductores no autorizados.

Un problema no menos grave es el reparar en el menor tiempo posible los daños causados por una fuga de información de esas características. Para que la reparación culminara de manera satisfactoria, probablemente habría que retocar el programa informático de la tienda de música, el programa informático de almacenamiento de música y el programa informático de los reproductores con nuevas claves secretas y a continuación hacer llegar este programa informático actualizado a las decenas (o centenares) de millones de Mac, PC con sistema Windows y reproductores que están actualmente en manos de los usuarios. El proceso debería completarse a la mayor rapidez posible y con una coordinación extraordinaria. Una tarea de esta naturaleza resulta ya enormemente difícil en el caso de que no sea más que una empresa la que controle todas las piezas, pero resulta prácticamente imposible si son muchas las empresas que controlan piezas diferentes del rompecabezas y si todas ellas deben ponerse en funcionamiento de manera inmediata y concertada para reparar el daño producido por una filtración.

Apple ha llegado a la conclusión de que, si cede FairPlay a terceros, no está en condiciones de garantizar que el sistema proteja la música cuya distribución le ha sido autorizada por las cuatro grandes compañías de música. Quizás sea esta misma conclusión la que ha impulsado la reciente decisión de Microsoft de desplazar su empeño en la adopción de un modelo "abierto" de cesión de su DRM a terceros al ofrecimiento de un modelo "cerrado" de tienda propia de música, herramienta informática propia de almacenamiento y reproductores propios.

La tercera alternativa consiste en eliminar por completo los sistemas de DRM. Imaginemos un mundo en el que todas las tiendas en línea venden música sin protección de DRM, codificada en formatos abiertos. En un mundo así, cualquier reproductor podría reproducir música adquirida en cualquier tienda y cualquier tienda podría vender música reproducible en cualquier reproductor. No cabe ninguna duda de que ésta es la alternativa más atractiva para los consumidores y Apple se sumaría a ella sin pensárselo dos veces. Si las cuatro grandes empresas de música cedieran su música a Apple sin la exigencia de que la difunda protegida por un DRM, pasaríamos inmediatamente a vender en nuestra tienda iTunes sólo música libre de sistemas de protección. Todos los iPod fabricados hasta ahora reproducirían esta música libre de DRM.

¿Cuáles podrían ser las razones de que las cuatro grandes compañías musicales llegaran con Apple y con otras empresas al acuerdo de distribuir su música sin sistemas de DRM que la protegieran? La respuesta más simple es porque los sistemas de DRM no han sido plenamente eficaces, y es posible que no lo sean nunca, para atajar la piratería de música. Aunque las cuatro grandes compañías musicales exigen que toda la música suya que se venda en línea esté protegida por sistemas de DRM, esas mismas empresas de música siguen vendiendo cada año miles de millones de discos compactos que contienen música sin ningún tipo de protección. ¡Efectivamente! Nunca se ha desarrollado ningún sistema de DRM para los discos compactos, por lo que toda la música que se distribuye en discos compactos puede cargarse en ‘internet’ con toda facilidad y, posteriormente (e ilegalmente), descargarse en el ordenador y reproducirla en ordenador o en cualquier otro reproductor.

En el año 2006, en el mundo se vendieron desde las tiendas en línea menos de dos mil millones de canciones protegidas con algún sistema de protección DRM, mientras que se vendieron más de veinte mil millones de canciones completamente al margen de cualquier sistema de DRM en discos compactos sin protección alguna, y eso, las propias compañías de música. Las empresas de música son las que venden la inmensa mayoría de su música libre de cualquier sistema de protección DRM y no dan ninguna muestra de que vayan a modificar su manera de actuar, puesto que la inmensa mayoría de sus ingresos dependen de vender discos compactos que hay que reproducir en reproductores de discos compactos que no incorporan ningún sistema de DRM.

Así pues, si las empresas de música venden más del 90 por ciento de su música sin ningún sistema de DRM, ¿qué beneficios sacan de vender ese pequeño porcentaje que queda de su música protegida por un sistema de DRM? Parece que ninguno. En todo caso, los conocimientos técnicos y los gastos generales necesarios para desarrollar, hacer funcionar y actualizar un sistema de DRM han limitado el número de agentes que venden música protegida por algún sistema de DRM. Si desaparecieran estos condicionamientos, el mundo de la música podría experimentar un flujo de nuevas empresas dispuestas a invertir en más tiendas y más reproductores innovadores, lo cual no puede contemplarse por las empresas de música sino como un fenómeno de carácter positivo.

Una parte muy considerable de la preocupación en torno a los sistemas de DRM ha surgido en los países europeos. Quienes no estén contentos con la situación actual deberían reconducir quizás sus esfuerzos a convencer a las compañías de música de que vendan su música sin ningún sistema de DRM. Ya que hablamos de los europeos, dos y media de las cuatro grandes empresas de música están en su territorio. La mayor, Universal, es propiedad al cien por ciento de Vivendi, una empresa francesa. EMI es una empresa británica, mientras que Sony BMG es propiedad al cincuenta por ciento de Bertelsmann, una empresa alemana. Convencerles de que cedan su música a Apple y a otras empresas sin sistemas de DRM dará lugar a la creación de un mercado de música auténticamente compatible. Apple se sumará a esa situación de manera incondicional.

sábado, 3 de febrero de 2007

Las paradojas francesas

Los liberales chilenos y franceses se encuentran en la misma encrucijada, para su propio beneficio

EEUU es el país que más gasta en alimentos diet, sin grasas y bajos en calorías. Todos sabemos que la obesidad es un mal endémico en dicho país. Francia no piensa en las calorías cuando se trata de comer bien, traigan quesos, crema, vinos, chocolates, coñac, más vino, champaña, baguettes, croissants… y la obesidad apenas afecta al 3% de los galos. Este fenómeno, incomprensible para los norteamericanos (y para cualquiera), se ha denominado la "paradoja francesa" y tiene de cabeza a investigadores de todo el mundo.

En el plano político la realidad es igualmente paradójica. El país conocido como la patria de los derechos del hombre y donde los derechos del individuo se han exaltado con orgullo desde siempre, es una de las naciones más colectivistas en el campo económico y abiertamente hostil tanto al espíritu emprendedor como a las privatizaciones. La clase política francesa (formada por los énarques) es un verdadero Jurassic Park donde habitan los más variopintos tipos de dinosaurios, aunque felizmente sin Tiranosaurios. La democracia francesa, después de todo, es sólida.

Entre Ségolène Royal y Nicolas Sarkozy, la alternativa es Édouard Fillias
El modelo de bienestar social evidencia fatigas de material que son tan notorias como complejas de resolver, pero ya se ha formado un nuevo referente llamado Alternative Libérale, fundado el año pasado sobre los principios del liberalismo clásico.

La labor que tienen por delante es titánica, quitarle poderes a los ultrapoderosos sindicatos, reducir el gigantismo estatal, crear espacios de libertad en el mundialmente desacreditado sistema educacional francés. El hombre que se ha decidido a provocar una nueva revolución francesa se llama Édouard Fillias y tiene 28 años, y ha comenzado esta casi utópica tarea junto a su mujer, la bella y apasionada Sabine Herold.

















La importancia de ser liberal
Mientras que los grandes conglomerados se desangran en disputas por el poder, es hora de que entre en escena un nuevo actor, que anteponga los intereses de cada uno para lograr el beneficio de todos, una corriente de pensamiento que con los votos haga patente el descontento popular y así exigirle al Estado que se repliegue. Esta situación describe a Chile y a Francia, pero hay un detalle que no podemos soslayar, debemos estar conscientes de que somos una minoría, y una minoría ínfima. Pero en medio de un panorama político tan estrecho e incierto, serán los pequeños movimientos quienes cargarán la balanza hacia uno u otro lado, y por tanto, no importa lo pequeños que seamos, podemos llegar a ser cruciales.
Así al menos lo da a entender The Economist en este artículo ya que no es un misterio para nadie que el empate virtual que se espera en las elecciones francesas hará de los votos de movimientos minoritarios una presa valiosa para los dinosaurios de la política tradicional, tal como probablemente ocurra en Chile en las próximas elecciones presidenciales. El gran beneficiado será el centro político, el hábitat natural del liberalismo.

Es en este contexto en el que les exigiremos a los mendicantes políticos tradicionales que adopten nuestras condiciones para luchar liberalmente contra la corrupción, el estatismo (“Hay que creer en el estado”, M. Bachelet, o “Subamos impuestos”, P. Aylwin), el despilfarro de recursos, la claudicación ante los fanáticos religiosos, y todos los vicios de la Nueva Derecha (Concertación + Alianza). Podemos apeciar lo virtuoso que es mantener nuestra posición centrista, manteniendo una saludable y equidistante distancia de los vetustos bloques de poder que no representan a nadie sino a sus propios intereses (pero que, a falta de opción, el electorado irremediablemente se entrega a ellos).

Enviamos nuestro saludo y parabienes a la Alternativa Liberal de Francia y les deseamos mucho éxito en las elecciones presidenciales de abril.
Invitamos a los lectores de Chile Liberal a leer sitio de Alternative Libérale, el cual mantendremos como vínculo en nuestra sección Sitios de interés.

Para mayor información, recomendamos:
Artículo sobre el neo-autoritarismo en Europa,
Las nuevas damas de hierro
Entrevista a Sabine Helord (en inglés),
Política, Francia y Libertad
Artículo completo de The Economist,
Cómo una plétora de candidatos puede ayudar a los centristas

¿Cómo sería un Programa de gobierno del Partido Liberal Refundado? Léanlo en este excelente artículo de Álvaro Bardón, el principal columnista liberal de Chile: Programa de gobierno

chileliberal@gmail.com

viernes, 2 de febrero de 2007

El Mercurio tergiversa a The Economist


La importancia que tiene The Economist para el liberalismo nunca puede ser subestimada. Sin grandes partidos políticos de filosofía liberal en el mundo, este semanario es el punto de encuentro y reflexión para el liberalismo internacional y cuya influencia en el ámbito social, académico, científico y económico se ha mantenido intacta en el tiempo. El propio Hayek citaba a The Economist en The Road to Serfdom… ser liberal es leer The Economist sin sulfurarse.

El mítico matutino El Mercurio (Santiago de Chile) selecciona artículos de relevancia de The Economist y los publica en su cuerpo Economía y Negocios, lo que parece a simple vista una idea muy buena. Pero ojo, El Mercurio es netamente conservador y todos sabemos que los conservadores sienten atracción por el liberalismo económico, al que aplauden, pero olvidan el liberalismo social, que repudian.

El Mercurio, que se vanagloria de tener “derechos exclusivos” de The Economist, recorta, mutila y entrega versiones descafeinadas y edulcoradas de los ácidos artículos de la publicación británica, los cuales están siempre entremezclados con opiniones. Notable la actitud de la prensa europea que nunca se niega a emitir sus opiniones, al contrario de la prensa chilena (quizás por influencia de EEUU), donde se tiende a una neutralidad ilusa que no es sino un reflejo de nuestra sociedad, reprimida, pacata y timorata.

Uruguay es el próximo Chile, pero ojo con la desigualdad chilena
El artículo de esta semana seleccionado por El Mercurio se ha traducido como Uruguay, el próximo Chile de Latinoamérica, versión castellana de The next Chile. El Mercurio ha dejado de lado el párrafo final, que siempre es el punch line de los artículos de The Economist. La parte que falta dice más o menos así:

Los uruguayos “quieren un capitalismo dinámico como el chileno, pero con más énfasis en la igualdad”, dice Adolfo Garcé, cientista político de la Universidad de la República en Montevideo. Pero probablemente Uruguay tenga que elegir entre dinamismo e igualdad.

Con este párrafo, The Economist nos da a entender (implícitamente) que Chile es un país desigual, lo que a El Mercurio le molesta, pero que es una realidad ampliamente aceptada y documentada en estudios internacionales, y difundida por la prensa mundial (ver Chile/desigualdad: el gran escollo)

Esto no es un misterio para nadie aunque es ciertamente una verdad incómoda, pero parece ser que el punto de encuentro entre liberales (The Economist) y conservadores (El Mercurio) es frágil, y la actitud que impera en Chile siempre será la de esconder los problemas bajo la alfombra.

¿Qué tiene de malo la desigualdad? Mucho, un sistema que segrega a un sector de la población no tiene futuro y por eso el modelo chileno actual debe reinventarse y consolidarse como un modelo liberal. Pero el liberalismo tampoco consiste en repartir recursos sino más bien en ofrecer oportunidades a cada individuo para que se supere a sí mismo. Parece que los conservadores aún no cambian, prefieren seguir ellos comandando al país mientras el resto acata sus órdenes como serviles y obedientes soldados conscriptos del subdesarrollo.

The Economist ya nos ha dicho que somos una democracia imperfecta y nos anima a ser más arriesgados, todo esto es aceptable. Pero cuando The Economist habla de legalizar las drogas, defiende el matrimonio homosexual o defiende el racionalismo por sobre las supercherías (siendo claramente anticlerical), entonces El Mercurio calla, al igual como hoy, cuando The Economist nos dice la verdad, y es que somos dinámicos, pero desiguales.

Otro aspecto que se ha dejdo de lado fue que nuestros colegios deben mejorar, demasiado directo y práctico para el diario que recibió financiamiento de la CIA durante los años 70.

No hay que olvidar que cuando murió Pinochet, The Economist no titubeó en llamarlo “tirano” (ver La partida de un tirano). Hubo algunos en el blog de El Mercurio quejándose que el semanario británico había sido víctima de la propaganda del marxismo internacional. Así es Chile.

El problema para los liberales
Pero ojo, que los liberales chilenos e hispanos en general tienden a caer en el dogmatismo y siempre buscan los principios teóricos que justifiquen sus opiniones antes de emitirlas. Después de todo, las sociedades hispanas neo-católicas siguen creyendo por inercia en las “verdades reveladas”. Nada de esto hay en el semanario británico, ya que también he visto a “liberales” quejándose cuando The Economist ha propuesto cargar con impuestos a los países contaminantes del medio ambiente, o al recomendar que los sistemas de seguridad social de Europa y EEUU se refuercen para enfrentar la fuga de empleos a China e India.

El gran inconveniente para los liberales hispanos es no comprender el principal valor del liberalismo anglosajón: ser pragmático.

Y así es The Economist, el periódico que participa en la feroz lucha entre la inteligencia, que nos hace avanzar, y una tímida y cobarde ignorancia, que obstruye nuestro progreso... ya van 163 años de lucha.
chileliberal@gmail.com

Para mayor información: