sábado, 26 de enero de 2008

Sexo compro, sexo vendo, sexo arriendo, sexo (ofrezco)


La política es la segunda profesión más antigua del mundo, y muy similar a la primera. (Ronald Reagan)

Se define prostitución como actividad a la que se dedica quien mantiene relaciones sexuales con otras personas, a cambio de dinero. Es una actividad económica como cualquiera, vale decir, una persona ofrece un servicio a quien lo demanda. Como no perjudica a terceros, es inmoral penalizarlo o prohibirlo, de ahí se desprende la actitud tolerante de este blog. Pero el argumento práctico es igual de elocuente, lo que veremos a continuación.

Steven Levitt (sí, el de Freakonomics) ha presentado en EEUU los primeros resultados de un estudio sobre la prostitución, que pueden leer en An empirical analysis of street-level prostitution; aquí resumimos los hallazgos, apoyándonos en Selling sex (en The Economist):
  • La mitad de los arrestos por el "crimen" de la prostitución se efectúan en el 0,3% de las esquinas de Chicago (recordemos que Levitt es profesor de la Universidad de Chicago, sí, la de los Chicago Boys)
  • La alta concentración de la industria se debe a que -lógicamente- potenciales clientes y proveedores deben ser capaces de encontrarse fácilmente
  • Las trabajadoras ganan entre US $ 25 a 30 por hora, cuatro veces más que en otras actividades a las que podrían dedicarse
  • El uso de condón es prácticamente nulo
  • Las trabajadoras reciben al menos una agresión física al mes, y por la clandestinidad en la que viven, las acciones legales para defenderlas son mínimas
  • Las más atractivas no ganan más que el resto
  • A los clientes negros les ofrecen un precio inicial, de los blancos esperan una oferta para regatear y acordar el precio. Ambas variables dependen de la percepción que ella tiene de el poder de compra del potencial cliente
  • Es mucho más plausible que una prostituta tenga relaciones sexuales con un policía a que sea arrestada por uno
El objetivo Chile Liberal es influir a la opinión pública hasta que se despenalice el comercio sexual, y para ello es útil recurrir al más notable hallazgo de los investigadores, que es el siguiente: las prostitutas que recurren a proxenetas perciben mayores utilidades, sufren menos arrestos y menos agresiones físicas. El estudio también arrojó que los proxenetas pagan un "bono de productividad", es decir, un pago adicional como incentivo para atraer y mantener más clientes.

Si pueden ganar más y reciben protección, ¿por qué los feroces prejuicios contra las "casas de remolienda"? Quizás las brigadas moralistas esperan acabar con la profesión más antigua del mundo, pero las probabilidades de éxito son ínfimas. El problema que persiste es el del bajo uso del condón y la consecuente exposición a enfermedades. Un informe sobre la prostitución en Ecuador (titulado Sex Work and Infection: What's Law Enforcement Got to Do with it? - no tengo el vínculo - sorry!), nos ilumina entre tanto oscurantismo:
  • Las trabajadoras en burdeles legales perciben mayores utilidades que las prostitutas callejeras
  • Las empleadas de negocios legales son más atractivas, más educadas y más jóvenes
  • El uso del condón es la norma
De lo anterior se desprende que al ejercer legalmente el oficio, las prostitutas de burdeles pueden iniciar acciones legales contra agresores, lo que las hace menos vulnerables. El uso del condón también permite evitar el contagio de ETS.

EEUU es un país bastante gazmoño donde persiste un fundamentalismo puritano (al menos en los sectores alejados de las costas). Esto explica los serios riesgos de violencia y enfermedades que describe Levitt. Por otro lado, Inglaterra -tampoco el lugar más liberal de Europa-, vio horrorizada como en Ipswich fueron brutalmente asesinadas cinco prostitutas callejeras, lo que trajo a la mente al tristemente célebre Jack El Destripador. Se alzaron voces a favor de la legalización de burdeles para que así el comercio sexual salga a la luz pública y se preste la debida protección a las muchachas, e información y ayuda a quienes deseen abandonar la actividad. Desgraciadamente, se hizo oídos sordos.

Algunos alegarán que la prostitución es una vileza social similar a la pornografía. Pues este sitio defiende el siguiente axioma: mientras no haya terceros dañados, no hay crimen. De hecho, la amplia oferta de sexo mitiga los impulsos reprimidos y contribuye a disminuir la cantidad de desquiciados que deambulan por las calles. Recordemos que la falta de sexo produce neurosis, y el intento por reprimir la libido (castidad) requiere un despliegue tan descomunal de esfuerzo que genera serias perturbaciones mentales y emocionales. Los datos, como suele ocurrir, respaldan a Chile Liberal. El gráfico que ven a la derecha muestra una brusca caída en la cantidad de asaltos sexuales en EEUU. A pesar de las razones esgrimidas por las autoridades (mejor educación, etc.), se puede deducir que una extensa variedad de oferta de material pornográfico ha distendido las urgencias sexuales de muchos, y luego de la penetración de Internet, la cantidad de violaciones se ha desplomado. Hoy se puede bajar y solicitar material de este tipo con total discreción gracias a los medios electrónicos, e incluso solicitar prostitutas (lo veremos a continuación); vale la pena investigar más al respecto. Por ahora, la evidencia indica que el prohibicionismo ya tiene sus días contados. Pueden ver el artículo completo en Rape, Porn and Criminality: Political Truth on Trial. De paso, alguien reenvíe este articulo al cura Jorge Medinda, obsesionado con impedir que la gente compre revistas pornográficas y nos alerta -para variar- que vivimos una crisis moral.

Conviene destacar un reportaje especial que apareció en The Guardian sobre la prostitución de estudiantes en Francia, donde nada menos que 40 mil alumnos se prostituyen para costearse sus estudios. Sin duda que la baja intervención del mercado de préstamos y un añejo esquema estatal de subvenciones y burro-cracias para determinar quién paga y quién no ha redundado en esta anómala situación. La Internet -Facebook en particular- ha facilitado el acercamiento entre potenciales estudiantes "prostitutas" y sus clientes. Debemos preguntarnos por qué esto ocurre en la cuarta economía más grande del mundo, y por qué los bancos no tienen un efectivo sistema de préstamos.

Quizás la respuesta sea que en cualquier trabajo por hora jamás ofrecerá cuatro veces un sueldo mínimo, la recompensa que ofrece la prostitución (al menos en EEUU).

Otro interesante estudio es In Da Club: An econometric analysis of strip-club patrons, o sea, un análisis sobre los clientes de clubes de striptease. Los habitués de estos lugares fueron analizados y se obtuvo los datos siguientes:
  • Estos clientes (de clubes de stripteaseras) buscan intimidad, y rara vez intercambio sexual
  • Saben que pueden obtener sexo en otros lugares, si es que así lo deseasen
  • Tienen estudios superiores
  • Han portado alguna ETS, y la irrupción del VIH les preocupa
  • Tienden a ser solteros
  • Buscan sensaciones intensas
O sea, nada que ver con el estereotipo del viejo verde casado y aprovechador, lo que nos sirve para ilustrar nuestro punto, y es que el aparato represor del estado sólo genera ilegalidad y falta de información y prejuicios, ya que hay actividades -como el comercio sexual- que han acompañado a nuestra especie desde tiempos inmemoriales. Este oscurantismo se traduce en ataques a prostitutas, asesinatos, comercio ilegal y propagación de enfermedades sexuales.

Pero más aún, podemos concluir que estamos frente a una actividad económica que se rige por las leyes del mercado. La actitud hacia el riesgo, el equilibrio entre oferta y demanda, etcétera, todo ello es regulado por el mercado y mientras no haya daño a terceros, no hay crimen, y no hay nada que prohibir. El acceso a la información que nos abrirá la legaliad podrá ayudarnos a extender una mano a quienes deseen salir de este mundo. Así todo, habrá quienes decidan prostituirse (es beneficioso para la sociedad: ¿se imaginan qué pasaría si no hubiese más prostitutas?). Conviene no olvidar las sabias palabras de John Stuart Mill: en cuestiones de la mente y el cuerpo, el individuo es soberano. Si es decisión de alguien ofrecer su cuerpo, eso es asunto de cada cual.

Un máxima que queremos ofrecer a nuestros legisladores para reformar las leyes represivas es el siguiente, en palabras del teórico liberal del utilitarismo, Jeremy Bentham:

La mayor felicidad para el mayor número de gente, ése es el fundamento de toda moral y toda legislación.

Posteriormente John Stuart Mill corregiría y declararaba que no es la cantidad de felicidad (o placer) lo que importa, sino la calidad.

Debemos preguntarnos hasta qué punto nuestras leyes se dedican a reprimir, a prohibir, y a incentivar los mercados negros, o a luchar absurdamente contra actividades -como la prostitución- que son ineluctables, y que el raciocinio nos indica que es mejor tolerar que reprimir.

Preguntémonos también hasta cuándo seguiremos siendo un país hipócrita, donde el fundamento de la moral y la legislación es el doble estándar.

2 comentarios:

Cristian Cruz dijo...

Buen articulo, te felicito. Por primera vez estoy completamente de acuerdo. Hasta cuándo vamos a estar con la hipocresía de las leyes prohibitivas.

Sucede algo similar con el mercado de las drogas, aunque ese caso posee un público consumidor mucho más masivo que el de la prostitución.

socióblogo dijo...

Podríamos aceptar la prostitución, pero ciertamente no creo que sea una buena idea aceptar aquella máxima de Stuart Mill. Eso no es liberalismo, es tiranía mayoritaria.