martes, 17 de junio de 2008

La inteligencia de los irlandeses

"Si alguien cree que los reyes, nobles y sacerdotes son buenos para conservar la felicidad pública, mándenlo a Europa."

Thomas Jefferson

Una de las mejores series de humor de la historia de la televisión es Yes, Minister (BBC, 1980). Sus chistes son agudos e inteligentes. Es una crítica contra la hipocresía e inoperancia del establishment como pocas, y una manera sarcástica y ácida de descuerar a la clase política. Cuando aparezca por ahí en Film&Arts o alguno de esos, véanla, si es que aún no lo han hecho. Más que una comedia inteligente, Yes, Minister ha pasado a ser objeto de estudio. ¿La habrán visto los políticos chilenos?

Quizás no, pero los amigos lectores de Chile Liberal pueden ver el siguiente clip que refleja a la perfección la triste realidad del proyecto Europeo. Cuando se transmitió la serie por primera vez, la Unión Europea tenía el menos grandilocuente nombre de Comunidad Económica Europea... y ya era una chapuza política inexpugnablemente arrogante.

Pueden ver la transcripción en inglés del clip, y más abajo una traducción propia.


Yes, Minister (Serie 2, capítulo 5, "The Devil You Know")




min 1:03

Sir Jim Hacker: Bueno, diga algo
Sir Humphrey: Sí, Ministro
JH: ¿Es eso todo lo que tiene que decir?
H: Ministro, creo que este es el precio que tenemos que pagar por tratar de que el resto crea que somos europeos. Ministro, créame que comprendo completamente su hostilidad contra Europa

JH: No, no soy anti-Europa, soy anti-Bruselas. A veces creo que usted es anti-Europa y pro-Bruselas
H: No soy anti o pro nada, Ministro, simplemente soy un modesto servidor que recibe toda la información de los ministros. Aunque puede decirse que teniendo en consideración lo absurdo de este proyecto europeo, Bruselas está tratando de hacer lo mejor posible por defender lo indefendible y utilizar lo inutilizable

JH: Eso simplemente no es cierto. No quiero sonar pomposo pero toda esta idea de Europa es mejor atendida cuando nosotros no atendemos nuestros propios egoístas intereses
H: Usted no suena pomposo ministro, más bien inexacto


JH: Escúcheme, modesto servidor. Europa es una comunidad de naciones, dedicadas a un sólo objetivo
H: Oh, ha ha ha

JH: ¿Me puede decir cuál es el chiste, Humphrey?"
H: Oh Ministro, por favor seamos objetivos. Este es un juego de intereses nacionales, siempre lo ha sido. ¿Por qué cree que nos metimos en este cuento?

JH: Para reforzar la hermandad entre las naciones libres de Occidente
H: No me diga, ¿en serio?. Nos metimos para cagarnos a los franceses y separarlos de los alemanes

JH: ¿Y para que se unieron los franceses entonces?
H: Para evitarle competencia comercial a sus ineptos agricultores

JH: Nada de eso es cierto para los alemanes
H: No no no, ellos se unieron para limpiar su nombre del genocidio que organizaron y para que el resto vuelva a considerarlos miembros de la especie humana

JH: ¡Nunca he escuchado un negativismo más espantoso! Al menos las naciones más pequeñas no se unieron por egoísmo
H: ¿En serio? Luxemburgo sólo busca sus propias ventajas; la capital de la CEE, con todas esas divisas extranjeras entrando a su país...

JH: Muy bien ubicados
H: ¿Con la administración en Bruselas y el Parlamento en Estrasburgo? Ministro, es como poner a la Cámara de los Comunes en Swindon y a los empleados públicos en Kettering.

JH: Y si todo esto fuese cierto, ¿por qué hay países que quieren unirse?
H: ¿Cómo quién?

JH: Por ejemplo, Grecia
H: Me cuesta tomar en serio a Grecia... a pesar de lo abierto de mente que soy hacia los extranjeros, como les consta a ustedes. Pero ¿qué van a querer los griegos? Un cerro de olivos y un lago de retsina

JH: No acepto nada de lo que dice

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H: Bruselas es un desastre. Ya saben lo que se dice sobre el funcionario europeo típico: tiene la capacidad de organización de los italianos, la flexibilidad de los alemanes, y la modestia de los franceses. Añádanle la imaginación de los belgas, la generosidad de los holandeses y la inteligencia de los irlandeses.

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