Otro aniversario de los terribles acontecimientos que estallaron en Chile el 11 de septiembre de 1973. El siguiente es el artículo que The Economist escribió en aquella época para informar sobre el golpe militar. Es interesante además contrastar con el artículo que el semanario liberal publicó a propósito de la muerte del ex dictador chileno.
Sin duda, Pinochet se quedó demasiado tiempo, y lo que fue en un momento pacificación, se convirtió en matonaje estatal que se extendió injustificadamente por años, e incluso hasta la época cuando ya la población aclamaba por un rápido retorno a nuestra extensa tradición republicana y democrática. La falta de accountability, vale decir, de responsabilidad ante los actos, en este caso los abusos, fue inicialmente tolerada, pero finalmente se volvió intolerable. Un gobierno que no es accountable debe ser repudiado.
Con esta entrega completamos un ciclo sobre el golpe militar, que resumimos a continuación:
¡Y si eso significa una guerra civil, que así sea!, Time, agosto de 1973
El sangriento final de un sueño marxista, Time, 23 de septiembre de 1973
El fin de Allende, The Economist, 15 de septiembre de 1973
La partida de un tirano, The Economist, 13 de diciembre 2006
Chile Liberal invita a leer y comentar, y les dejo con un mensaje a favor de la democracia representativa, el gobierno limitado, y un compromiso irrestricto con la economía de libre mercado.
15 de septiembre de 1973
The Economist (ver original)
El presidente Allende no se ha convertido en un mártir, incluso aunque fuese cierto el rumor de que él mismo se quitó la vida el martes recién pasado. El bombardeo al palacio presidencial y su posterior asalto, así como la toma del poder que han hecho los comandantes en jefe de las fuerzas armadas de Chile, han puesto un amargo fin al primer gobierno marxista democráticamente elegido en Occidente. Y es posible que esto sea sólo el inicio de la lucha. Con todas las comunicaciones cortadas entre Chile y el exterior, ha sido difícil determinar exactamente qué está ocurriendo pero la violencia parece ser continua. Si el resultado es una sangrienta guerra civil, o si los generales ahora al mando no organizan elecciones pronto, no debe quedar ninguna duda sobre quién es el responsable de las tragedias que afectan a Chile. El responsable es Salvador Allende y los partidos marxistas que continuaron con su estrategia para ganar el poder absoluto en el país hasta el punto en que la oposición se desesperó al ser incapaz de ponerle atajo por medios constitucionales al gobierno.
Lo que ha ocurrido en Santiago no ha sido el típico golpe militar Latinoamericano. Las fuerzas armadas toleraron a Allende por tres años. Durante este tiempo, el presidente logró sumergir al país en la peor crisis social y económica de su historia moderna. La confiscación de fundos y fábricas provocó una alarmante desplome de la producción y las pérdidas en empresas estatales sobrepasaron los $1.000 millones, según cifras oficiales. La inflación aumentó un 350% en los últimos doce meses. Las pequeñas empresas se fueron a la ruina. Los funcionarios y trabajadores de alta calificación vieron cómo la inflación destruía sus sueldos, las dueñas de casa comenzaron a hacer interminables filas para tratar de conseguir alimentos, pero no encontraban. La creciente desesperación causó un enorme huelga que los camioneros ya habían iniciado hace seis semanas.
Pero el gobierno de Allende no hizo otra cosa sino destruir la economía. Violó la letra y el espíritu de la constitución. La forma en que ignoró por completo al Congreso y al Poder Judicial dañó la fe del país en sus instituciones democráticas. Una resolución aprobada por la mayoría opositora en el Congreso declaró el mes pasado que "el gobierno no es meramente responsable por infracciones aisladas a la ley y la constitución, sino que ha hecho de ellas su sistema permanente de conducta”. El sentimiento de que el Parlamento es irrelevante aumentó con la violencia callejera, igual de grave como lo visto en Belfast (Irlanda del Norte), y por la forma en que el gobierno ha tolerado el aprovisionamiento de grupos armados de ultra-izquierda que han declarado abiertamente que se preparan para una guerra civil.
La fuerzas armadas han actuado recién ahora, cuando es evidente que existe un mandato popular para que intervengan. Al final tuvieron que actuar porque todos los medios constitucionales han fallado en su intento por restringir al gobierno, que terminó siendo inconstitucional. El detonante del golpe lo proporcionaron los esfuerzos de los extremistas de ultra-izquierda por promover la insurrección en las fuerzas armadas. Dos de los líderes de la coalición de gobierno, la llamada "Unidad Popular", el señor Carlos Altamirano, antiguo secretario general del Partido Socialista, y el señor Óscar Garretón, del Movimiento Acción Popular Unida, fueron nombrados por la marina como los "autores intelectuales" de los planes de amotinamiento detectados entre los marinos de Valparaíso. Los comandantes de las fuerzas navales en Valparaíso fueron los primeros en movilizarse esta semana.
Pero el rápido éxito del golpe y la participación en él de todas las fuerzas militares (incluida la fuerza policial, Carabineros) indican que los planes fueron prolijamente preparados. Aún está por verse si las fuerzas armadas siguen sólidas en su oposición al gobierno derrocado. La desaparición de dos comandantes, el admirante Raúl Montero y el general Sepúlveda, jefe de Carabineros, quienes fueron reemplazados por sus subordinados anti-marxistas el mismo día del golpe, demuestra que no todo el alto mando era partidario de la movilización. El peligro real de un baño de sangre se hará realidad si es que se produce un quiebre en las fuerzas armadas, o si estallan serios amotinamientos en los rangos inferiores. Esto podría desencadenar una caótica guerra civil. Se puede esperar una fuerte resistencia por parte de los comités de trabajadores y brigadas paramilitares que el Partido Socialista y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria aún manejan en Santiago y de algunos grupos guerrilleros en el sur. Pero si no logran un apoyo significativo, podrán ser controlados
No hay vuelta al pasado
Sea cual sea el gobierno que emerja de este golpe militar, no podrá esperar tiempos fáciles. También habrá tentación entre quienes sufrieron a manos de Allende para ajustar cuentas con los vencidos. Pocos creen que en Chile las cosas volverán a ser como antes. El trabajo de reconstrucción demandará enormes sacrificios, tal como en Brasil cuando Roberto Campos fue el responsable de la planificación económica en los años posteriores al golpe de 1964. Esto no significa que Chile será otro Brasil ya que hay grandes diferencias; primero, incluso con los acontecimientos actuales, Chile es un país menos violento, y segundo, sus soldados tienen una visión distinta de su papel como militares que los soldados detrás de Campos. Los chilenos aceptan que es demasiado tarde para revertir muchos de los cambios introducidos por el Dr. Allende; para reconstruir el sector privado, por ejemplo, pondrán más énfasis en atraer a los inversionistas extranjeros y en la creación de nuevas industrias que en devolver lo que el gobierno ha robado.
El general Pinochet y sus camaradas de armas no son los peones de nadie. Su golpe de estado fue planeado dentro del país, y los intentos de algunos por hacer creer que EEUU está involucrado suenan absurdos para todos quienes saben lo cauteloso que los norteamericanos han sido en sus últimos intercambios con Chile. El nuevo gobierno que emerge, que parece ser de carácter militar-tecnócrata, tratará de recomponer el tejido social que Allende rompió. Si significa la muerte temporal de la democracia chilena, es algo que debe ser deplorado. Pero no hay que olvidar quiénes lo hicieron inevitable.
10 comentarios:
El artículo es muy abarcador y bien ajustado a los hechos. Poco y nada se puede agregar.
Saludos.
la verdad es que lo que tengan que decir los gringos sobre golpe creo son más bien impresiones (salvo por el hecho que la CIA colaboro con el golpe), Yo creo y he comprobado que la gente que vivio los hechos tiene su parte de verdad y juntandolas se puede armar un puzzle mucho más complejo e interesante que la historia que nos repiten. Naci en el 82 y creci junto a fervientes pinochetistas que se beneficiaron economicamente y directamente gracias a Pinochet -con decirte que mi padrino dirigio el casino y tb el everton durante la dictadura gracias al de dedo del dictador que lo puso ahi- asi como la adjudicaciones de empresas por 2 duros, de hecho en mi mesa los cuñados de mi madre se jactaban de la corrupción de la dictadura y como esto les beneficiaba y hace 3 años descubri que el hermano de mi madre fue quien dirijio la campaña del NO, el gobierno de USa y España le dieron un maletin con 50.000 dolares en efectivo y lo ingresaron ilegalmente a Chile para rodar toda la campaña (lo curioso es que mi padrino ayudo a esconder a mi tio y el dinero)-la familia es la familia- y he tenido acceso a todo el material rodado en bruto de la realización de la campaña -puedo decir que lo que más me impacto fue la tragedia que significo para mucha gente el desmantelamiento del primer tren de Latinoamerica para venderlo por piezas por parte de muchos militares para lucrarse...
Tambien en un viaje a España conoci a Eduardo Sotillos quien fue portavoz del Gobierno de Felipe Gonzalez en los 80, me conto que luego su visita oficial en Chile, se dirigio a Cuba y en su encuentro con Fidel al ver un comic despectivo contra Pinochet que le habian regalado y que llevaba bajo el brazo este se molesto y dio a Pie para hablar del tema y Fidel le dijo que el error de Allende fue el haberse negado a la lucha armada y no aceptar su colaboración....
A lo que voy, es que creo que el golpe fue un tema más complicado y muchos factores no son tomados en cuenta o se omiten quizas por que ya poco importa...
Saludos
Llama la atención cómo se desplazó la opinión de The Economist.
1973:
"El general Pinochet y sus camaradas de armas no son los peones de nadie. Su golpe de estado fue planeado dentro del país, y los intentos de algunos por hacer creer que EEUU está involucrado suenan absurdos para todos quienes saben lo cauteloso que los norteamericanos han sido en sus últimos intercambios con Chile"
2006:
"El golpe de estado de 1973, con el apoyo de Estados Unidos, puso fin a una tradición democrática chilena que se remontaba a la década de 1930."
En el golpe de estado se involucró EEUU y fue legítimo, ya que la URSS también estaba involucrada. No olvidemos que Chile fue una batalla dentro del contexto de la Guerra Fría. Así todo, el apoyo fue menor del que algunos reclaman.
@Nicolás: desde luego, en el gobierno militar hubo muchísima corrupción. El principal factor que desencadenó el golpe creo que fue la ortodoxia socialista en cuestiones económicas: fijación de precios, emisión indiscriminada de dinero, etc.
Así todo, creo que muchos represores se encuentran en Punta Peuco, quizás una cárcel de lujo, pero al menos ha habido justicia, lo que ha beneficiado mucho la imagen de Chile.
Estamos de acuerdo en que el análisis del golpe es complicado porque hay muchos factores. Lo que no es complicado comprender es la brutalidad con la que actuó el gobierno militar, y la impunidad que instauró por demasiado tiempo.
Chile liberal: completamente de acuerdo con tu comentario. Y claro, lo que no se podía decir en 1973 si se pudo decir en el 2006.
La intervención de EEUU en favor de la democracia es clara y consistente. Intervino para terminar con el gobierno antidemocrático de Allende y lo hizo después para poner fin al régimen de excepción que se prolongaba más allá de lo necesario.
Como bien aclara Nicolás, el de Pinochet no fue un "régimen de excepción" que se prolongó demasiado. Desde el principio se trató de una operación criminal, que se aprovechó del caos allendista para instalar una sanguinaria cleptocracia. El único objetivo de la dictadura fue beneficiar a la mafia en el poder, lo que logró plenamente.
La intervención de Estados Unidos a favor de la democracia es posterior a la caída del comunismo. En el marco de la Guerra Fría, el gobierno estadounidense frecuentemente intervino en Latinoamérica apoyando al bando menos democrático. Lo hizo en Guatemala, en República Dominicana, y también en Chile.
Desde luego, la grosera incompetencia y devaneos dictatoriales de Allende no justifican las bestialidades cometidas durante y después del golpe mafioso. Los criminales de Punta Peuco deben ser juzgados de acuerdo a la legislación vigente al 10 de setiembre de 1973, y fusilados sumariamente. Por la espalda. Sus colaboracionistas y simpatizantes deben ser privados de derechos políticos y ser solidariamente responsables de las responsabilidades civiles que se desprenden de dichos crímenes.
En ausencia de justicia estatal seria, se incentiva el legítimo recurso a la venganza privada. Como la que redundó en el ajusticiamiento de Jaime Guzmán.
Muchos ilusos, otros simplemente mentirosos, han dicho y reiterado que Estados Unidos, bajo el gobierno de Nixon y su asesor Henry Kissinger, jamás intervino en el proceso que culminó con el golpe de Estado de 1973 en Chile. Es más, a quienes decían que eso era una clara verdad y además vinculaban en la conspiración a algunos personajes chilenos (supuestos defensores de la democracia) en dicho plan, irónicamente, los acusaban de mentirosos.
Pero ninguna mentira dura cien años, y Nixon, ese mentiroso y alcohólico, no sólo espió descaradamente a sus contendientes demócratas, sino que también quería la caída de Allende, incluso antes de las elecciones y que éste asumiera el cargo de presidente. http://ciperchile.cl/2008/09/10/desclasifican-nuevas-conversaciones-entre-nixon-y-kissinger-para-derrocar-a-allende/
En 2001, Estados Unidos dio a conocer miles de documentos secretos relacionados con las operaciones encubiertas de su Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Chile, antes y durante el régimen militar de Pinochet.
Los escritos revelaron que tres semanas antes de que Allende fuera derrocado, funcionarios estadounidenses aprobaron US$1.000.000 en ayuda encubierta para partidos políticos y organizaciones privadas. ¿Cuáles fueron esos partidos y esas organizaciones privadas? ¿Estarán funcionando aún algunas de éstas?
El propósito específico era evitar que la Vía chilena al socialismo se consolidara como una opción democrática viable para generar procesos de cambio. Nixon fue claro en este sentido al decir ante su Consejo de Seguridad Nacional el 6 de noviembre de 1970 “nuestra principal preocupación en Chile es la posibilidad de que se consolide, y que su imagen ante el mundo sea su éxito”. http://www.elpais.com/articulo/internacional/Nuevos/archivos/Nixon/Kissinger/revelan/querian/evitar/llegada/poder/Salvador/Allende/elpepuint/20080911elpepuint_16/Tes
Tal como el mismo Kissinger diría después "nosotros no lo hicimos. Quiero decir, los ayudamos... a crear las condiciones de la mejor forma posible", según la trascripción de una conversación telefónica divulgada por el Archivo de Seguridad Nacional, de la Universidad George Washington. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/latin_america/newsid_3754000/3754165.stm
Esa misma semana Kissinger negó ante el Senado que EE.UU. estuviera vinculado al golpe. Nixon también negó haber espiado a los demócratas.
La vía chilena hacia el socialismo, al contrario de lo que dices, no era viable, y de hecho, el propio socialismo era una ideología condenada al fracaso, como el tiempo lo demostró.
La ayuda de EEUU para derrocar a Allende fue legítima, y principalmente consistió en recursos para mantener a la oposición a Allende (incidentemente, la mayoría del electorado: Allende jamás superó el 50% de adhesión, mientras que su agenda era radical). EEUU tiene la obligación de intervenir en todo país donde pusiese sus garras la URSS, como ocurrió en Chile, para defender la democracia del modelo socialista "real".
Del mismo modo, EEUU y Europa Occidental manifestó su disgusto ante los abusos que cometió la Junta Militar chilena y su negativa a organizar elecciones democráticas propiamente tales sino 15 años después, en medio de insostenible presión interna y externa.
A propósito de Kissinger, ver anuncio comercial de The Economist.
Por qué mentir tanto...
Defiendes el intervencionismo descarado en unos casos -cuando te conviene-. Lo peor es que más encima defiendes el actuar de sujetos como Nixon y Kissinger. Probablemente también defiendes los ataques preventivos porque aun alcohólico presidente se le ocurre algo..
Nixon y Kissinger iniciaron sus planes con el propósito de alterar los resultados de las elecciones chilenas tres días antes. Al mediodía del 12 de septiembre de 1970, Kissinger le dijo al Presidente: El gran problema hoy en día es Chile.
Tres días después, el 15 de septiembre, durante una reunión en la Casa Blanca, el Presidente Nixon instruyó al director de la CIA, Richard Helms, de que la elección de Allende era inaceptable, y ordenó a la agencia actuar con su frase “hay que hacer gritar a la economía para salvar a Chile”.
Las operaciones previas a la asunción de Allende comenzaron con el asesinato del comandante en jefe del ejército, el general René Schnneider. Como esto fracaso, lo siguiente era comenzar a minar su gobernabilidad interna. Según los documentos desclasificados el 2001,Nixon propuso vender las reservas estadounidenses de cobre para bajar los precios internacionales del metal, del cual dependía en gran medida la economía chilena.
Hoy, Evo Morales acusa al embajador de Estado Unidos de algo similar ¿Por qué dudar de ello si la historia parece demostrarlo?
Según Acción Política, el que hizo gritar la economía chilena fue un sujeto en EEUU, y NO el incompetente Pedo Vuksovic, y su congelación de precios y emisión descarriada de dinero, que hizo estallar la inflación.
Según Acción Política, la hiperinflación la ordenó EEUU.
Acción Política quiso demostrar que él es tonto, y lo logró con creces.
Alguien no quiere entender que la guerra fría era una guerra. La guerra entre Occidente y el socialismo antidemocrático.
Quien piense que el socialista Allende era un demócrata no sabe o no quiere recordar que el Partido Socialista de Chile, en su Congreso de Chillán de 1967, se definió como marxista leninista y declaró legítimas todas las formas de alcanzar el poder.
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