sábado, 16 de enero de 2010

Columnista invitado: "¿Se juega algo realmente crucial en Chile?"

Un gran amigazo de este sitio, Eugenio D'Medina Lora, profesor de economía y director del thinktank peruano CEPPER, comparte con nosotros su visión sobre las elecciones chilenas, vistas desde la nación hermana. El artículo también se ha publicado en Libertad Digital. Los liberales chilenos no veremos a un liberal per se en la papeleta, pero así todo, tenemos, como dicen los gringos, la upper hand.


¿Se juega algo realmente crucial en Chile?
Por Eugenio D´Medina Lora

Hugo Chávez despotrica contra la política chilena afirmando que su izquierda es sólo ficticia porque está infiltrada de la ideología del capitalismo derechista. Visto así, los liberales chilenos ya han ganado la gran batalla de las ideas

Para los estándares latinoamericanos, admitamos que las elecciones presidenciales chilenas suelen ser aburridas. En un continente donde cada cuatro, cinco o seis años, lo que se pone en juego en las urnas es una concepción del mundo, plasmada en un modelo de desarrollo que hoy se mueve en la dicotomía "estatismo o mercado" y en un liderazgo que marca distancias reales con el opositor en proporción a las diferencias ideológicas, hay que decirlo, las elecciones en Chile no generan el más mínimo suspense sobre algo que realmente marque una diferencia substancial.

Seguramente para los chilenos el suspense existe en la medida en que aprecian distinciones entre Frei y Piñeira, entre el proyecto de país de la izquierda y de la derecha, o entre la participación en el Gobierno de gente ligada a los todavía monstruos vivientes que son Allende y Pinochet. Pero para los que vemos el big picture desde afuera, sinceramente, es poco lo que hay en juego en estas elecciones que pueda significar un cambio dramático.

Hace varios años, Rudiger Dornbusch expresó en una conferencia en la Universidad Católica de Lima algo totalmente cierto refiriéndose a la economía peruana: un país que se levanta buscando como primera noticia el valor del tipo de cambio o de la variación de los precios, es un país que anda mal. Y parafraseando a Dornbusch, podríamos decir que los países que no confrontan grandes sobresaltos en cada elección, son países que caminan bien.

Para nadie es un secreto que Chile viene haciendo las cosas bien en términos de políticas de desarrollo desde hace más de treinta y cinco años. En aquel tiempo muchos le criticaron, dentro y fuera de sus fronteras, que se tomaba su propio camino "desairando", por así decirlo, el presunto camino común al que los demás países latinoamericanos habían decidido transitar por una especie de "mandato de la historia". Entonces adoptaron políticas ortodoxas en el manejo económico, se retiraron del Acuerdo de Cartagena e implementaron un modelo económico que más tarde, otros querrían emular. Más allá de la polémica interna acerca de su propio proceso político que impulsó, y luego sostuvo, este despegue, lo cierto es que para el observador externo Chile ha basado este desarrollo en tres pilares fundamentales: la receta ortodoxa del libre mercado, la apuesta por la educación y las infraestructuras públicas de calidad y la estabilidad de las reglas de juego alejada de sobresaltos políticos tropicales.

Esta elección presenta algún dramatismo no tanto por lo estrecho de la distancia en la que llegan ambos candidatos a la segunda vuelta sino por el añadido que significa que la Concertación pueda perder el poder después de dos décadas sin interrupción alguna. Pero más allá de esta consideración casi anecdótica, ¿alguien puede pensar que Piñeira o Frei implicarían un cambio de estos pilares fundamentales del modelo de desarrollo chileno? ¿El propio Enríquez-Ominami, a pesar de su talante de outsider y de su posicionamiento antisistémico? ¿Lo habría significado antes Joaquín Lavín o Soledad Alvear?

Hay una idea en otros países latinoamericanos de que Piñeira sería el candidato liberal. Pero en realidad, es un conservador, no un liberal. Los grandes empresarios no quieren más mercado libre, sino más mercados para sus productos, y si son cautivos, mejor aún. Por su parte, conviene recordar que Frei fue el presidente que impulsó fuertemente los procesos asociativos público-privados en infraestructura, incorporando capital privado intensamente a los servicios públicos, en tiempos en que el ex presidente Lagos era ministro de Obras Públicas. De modo que difícilmente estos líderes de la izquierda chilena puedan ser calificables de "anti-liberales". Como se ve, el caso chileno muestra que lo que en otros países aparece como una confrontación nítida, en el país sureño existen otros elementos que no permiten esta separación ideológica tan tajante como aparenta ser.

Y entonces, ¿dónde se ubican los liberales en Chile? Pues si nos ceñimos al clásico, aunque casi caduco esquema lineal, izquierda-derecha, pero que en el caso chileno es válido aún, los liberales están en el centro. Unos con la Concertación, otros con la Coalición. No es cierto que Piñeira sea el candidato liberal. Es un conservador. Lo que sucede es que la mayoría de liberales ve con agrado la alternancia del poder, que la Concertación ha monopolizado por dos décadas, fruto, sin embargo, de elecciones limpias y transparentes.

Por tanto, estricto sensu, los liberales chilenos no ganan ni pierden en esta elección, gane Piñeira o gane Frei. Chile no decide en cada elección el modelo de desarrollo, que es básicamente liberal, y que sentó sus bases con tal fuerza, que ha soportado cuatro gobiernos democráticos desplegados en dos décadas. El propio Hugo Chávez, llamado a ser pariente político de la Concertación, despotrica contra la política chilena afirmando que su izquierda es sólo ficticia porque está infiltrada, en su particular concepción, de la ideología del capitalismo derechista. Visto así, los liberales chilenos ya han ganado la gran batalla de las ideas. Lo que no ha sucedido en otros países latinoamericanos.

Lo que puede implicar un avance es perfeccionar ese modelo liberal, construyendo una propuesta propia, una "tercera vía" de un liberalismo desmarcado del conservadurismo mercantilista, que transite caminos no exentos de polémica como el manejo de las rentas de Codelco, la política de compras militares o la reducción de regulaciones excesivas del Estado en algunos segmentos de la vida de los chilenos, que van incluso más allá de lo económico. Pero nada de esto pareciera que puede avanzarse ni con Frei ni con Piñeira. Si los liberales chilenos quieren avanzar más, habrán de construir esa propuesta que aun espera en un futuro todavía incierto.

9 comentarios:

Diego S. dijo...

Da gusto ver como un extranjero tiene tan clara la película sobre la situacion politica en Chile. Se nota que habla desde la razón, sin los sesgos que han sido resultado de una dictadura de hace mas de 30 años y que han sido causa de un estánco ideológico en nuestro país.
Totalmente de acuerdo.

Mario Abbagliati dijo...

@Carlos,

¿Que provocó el cambio?

Me imagino se habrán dado cuenta este blog es ajeno (...) a los liberales tipo Libertad Digital.

http://chileliberal.blogspot.com/2009/03/la-raiz-de-todos-los-males.html

Chile Liberal dijo...

@Mario: me refiero a que muchos lectores de LD son demasiado conservadores. Desde luego, que ahí escribe, como Eugenio, con quien compartimos una misma ideología. Eugenio al igual que quien escribe trató de iniciar un Partido Liberal, el cual en ambos casos fue descarriado por los "ancaps".

Nicolás V. dijo...

En LD consideran a la UDI de ultra-derecha, ademas LD no es u periodico liberal, es "neo-con" que vale decir, liberal en lo economico y ultra-conservador en lo seudo-moral.

Chile Liberal dijo...

Nicolás V: correcto. De hecho, como es patente en este sitio, somos mucho más cercanos a la línea editorial de The Economist que a la de Libertad Digital. Comparemos basándonos en Wikipedia:

Libertad Digital
"(...) Sus numerosos colaboradores abarcan un amplio abanico que va desde el liberalismo clásico a posiciones de orientación neoconservadora, cristiana o libertaria. Suele tener colaboraciones de liberales y neoconservadores estadounidenses (como la Fundación Heritage y el Cato Institute) y se hace eco con frecuencia de noticias, editoriales y entrevistas realizadas en medios de tendencia liberal-conservadora como el Wall Street Journal o Fox News.
"

Contrasten:

The Economist
"The Economist se considera tradicionalmente una publicación de filosofía liberal, tanto en lo económico como en lo referente a lo político y las costumbres. Favorece el libre comercio, la propiedad privada, la libertad de prensa, las libertades políticas, la democracia de partidos, la separación de la iglesia y el Estado, y propone que el gobierno debe mantenerse lo más alejado posible de los individuos y la empresa privada. También critica la instrumentalización del gobierno por los intereses privados. Esto ha resultado en que las opiniones del semanario muchas veces creen conflictos con la izquierda y la derecha conservadora alrededor del mundo. La izquierda protesta la filosofía pro-capitalista del periódico, mientras que el conservadursimo protesta el punto de vista tolerante que el magazín tiene a favor de los derechos de los homosexuales y la legalización de drogas, entre otros asuntos."


Cuando en Chile Liberal empleamos la voz castellana "liberal", aquí evoca a un Mike Bloomberg (alcalde de Nueva York). Cuando en Libertad Digital y muchos otros denominados "liberales" usan la misma voz, piensan en Ron Paul.

Para que se hagan una idea, Mike Bloomberg es ferviente participante de la Marcha Orgullo Gay en Nueva York, y es un magnate norteamericano respetado por los banqueros de Wall Street pero también muy admirado por las minorías étnicas por sus políticas de inmigración etc. Al contrario, Ron Paul ha sido acusado de racista y homofóbico.

Si la diferencia es abismante o no queda a criterio de los lectores de este blog.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Obvio.
El rayado de grande de la cancha lo hizo el Gobierno Militar como dijo José Piñera en CNN Chile, y agregó que después del 90 la política económica ha girado en torno a las políticas públicas a diferencia de lo que ocurría en la vieja democracia, en que cada elección era una cosa de vida o muerte, en que se intentaba cambiar todo cada vez que salía un gobierno. Por esa razón, Bachelet no es Cristina Kirchner a pesar de identificarse con Allende y Chávez.

La revista 'Economist' no la tomo en serio luego de leer el libro 'Una Nación Conservadora', donde los periodistas se mostraron asombrados de que los americanos criticaran los impuestos a diferencia de los europeos que aceptan sin protestar que el Gobierno le quiten el 50% de los ingresos. y eso que la revista defiende la propiedad privada.

Su Excelencia dijo...

El que a un partidario de los crímenes de la Dictadura (no como un "daño colateral" tolerable, sino como algo bueno en sí mismo) no le guste "The Economist" habla bien de esa revista.

Y el "rayado de grande de la cancha" lo hizo la Dictadura, pero presionada por la oposición. Por eso Bazán se tuvo que tragar las libertades civiles, el sufragio universal y el triunfo del No. Y los chilenos decentes se tuvieron que tragar la impunidad y enriquecimiento de Pinochet y sus laderos, el binominal, una soldadesca politizada y prepotente y otras cuantas cosas más. Algunas se han ido solucionando con el tiempo.

Por esa razón, Sebastián Piñera es el candidato de la derecha, y no Marco Antonio Pinochet, Longueira o algún otro impresentable. Bien por Chile.

Chile Liberal dijo...

@Javier: mira, compara los siguientes extractos:

Consultada respecto a si mañana saludará al presidente electo, independiente de quien gane la elección, Bachelet respondió que cumplirá con la “tradición republicana” de saludar a su sucesor, tal como el Presidente Lagos lo hizo con ella."
Fuente: EMOL hoy

"Mencionamos también la posibilidad de elegir la mejor oportunidad política para llamar a elecciones abiertas, incluso adelantando los plazos, y no me acuerdo cuál de nosotros sugirió para esos efectos el mes de abril, antes de que se iniciara el invierno. "¿Abril? Por ningún motivo -dijo el general Pinochet-. Yo no me voy" En seguida, expresó que estaba dispuesto a sacar las tropas a la calle y "barrer con los comunistas" si fuera necesario. "Y a cualquier general o almirante que hable con los comunistas, lo echo"
Pinochet, 5 de octubre de 1988

Milton Friedman sobre Chile:
"Chile is not a politically free system and I do not condone the political system ... the conditions of the people in the past few years has been getting better and not worse. They would be still better to get rid of the junta and to be able to have a free democratic system."


Javier, amigo, tu tesón y tu convencimiento son elogiables. Ahora te pido que encuentres un ideal noble al cual defender con ese tesón. Defender al régimen militar cuando ni la junta quería seguir en el poder es ser "más papista que el papa".

Javier Bazán Aguirre dijo...

Chileliberal:
No entendiste mi comentario.