viernes, 1 de enero de 2010

Debate: Un voto por Piñera (I. Abertura)

Nos preparamos para nombrar a uno de nuestros conciudadanos como el primero entre sus iguales, o sea, elegiremos a un presidente de nuestra república. Chile Liberal ha organizado un debate "estilo Oxford," o también llamado "debate estilo British Parliament," aunque acá en formato simplificado, para seguir discutiendo sobre por quién votaremos. Agradezco enormemente a Catalina y Cristian quienes han amablemente aceptado participar en este ejercicio ciudadano, republicano y democrático.



Empecemos por aclarar las reglas. Nuestro sitio, o "la casa" en el formato parlamentario de los British, hará una declaración. Seremos, a la vez, el moderador del debate. Hemos invitado a dos facciones para argumentar a favor y en contra de nuestra declaración. Ellos son Catalina y Cristian. Por correo electrónico se ha enviado la declaración a ambas facciones, quienes han contestado respectivamente con una moción a favor y una en contra. Esta es la primera etapa , que llamamos "abertura" y aparece a continuación en este post. La siguiente etapa será la "refutación", en que ambas facciones, dirigiéndose al Moderador, se contra-argumentarán. La tercera y última fase es la declaración final o "conclusión". Hemos habilitado la sección de encuestas en la barra lateral para captar la opinión ustedes, desde la tribuna. Ustedes como de costumbre pueden manifestarse además en la sección de comentarios.


Declaración:
Chile Liberal sostiene que la mejor opción de mantener los éxitos de la Concertación y de impulsar las reformas aún pendientes es votando por el candidato de la Oposición, Sebastián Piñera.
Por mucho que Piñera prometa cambio, la verdad es que él representa el continuismo del consenso de la transición, vale decir, del pacto tácito entre derecha e izquierda para velar por la profundización de la economía de mercado en un sistema político democrático, donde el Estado juega un papel subsidiario. Las diferencias entre Oposición y Gobierno han sido de matices e intensidad, y no discrepancias de fondo. Los avances gracias a este consenso son evidentes, por ejemplo Chile se presta para unirse a la OCDE. Las reformas pendientes, principalmente en cuanto a modernización del aparato público, representatividad del sistema político y regulación sensata del mercado ya no se lograrán con la coalición de Gobierno, sino con la llegada de la Oposición a La Moneda. Considerando que Chile Liberal fue un sitio "Meísta", tratamos ahora de dilucidar a quién debe ir nuestro endoso. Por lo explicado anteriormente, por ahora estamos considerando al conservador moderado Sebastián Piñera.

Facción a favor: Cristian
Facción en contra: Catalina


I. Abertura

1. Moción a favor, Cristian.


Chile Liberal,
Desde mi experiencia personal, he visto que el votante concertacionista tiende a no reconocer los errores y desaciertos del gobierno por el cual votó. Esta situación ocurre especialmente en los casos de quienes están convencidos de haber votado correctamente: aun cuando el gobierno concertacionista tome malas decisiones y lleve a cabo una gestión cuestionable, ellos lo respaldan o, cuando menos, no lo critican. El votante opositor (aliancista), en cambio, parece mucho más dispuesto a criticar a los magistrados de su sector si estima que están haciendo un mal trabajo. La consecuencia de esto ha sido que, cada vez que la Concertación ha ganado las elecciones presidenciales, ha podido ejercer un mandato relativamente tranquilo y sin ciudadanos que le exijan vehementemente el cumplimiento de su propio programa.

A causa de lo anterior, cabría esperar que, ante una eventual victoria de Sebastián Piñera en las elecciones del próximo mes, nos enfrentaríamos a un futuro gobierno que sería fuertemente exigido por los electores: tanto los opositores como los oficialistas estarían preocupados de que el gobierno ejerza una buena gestión y cumpla con los compromisos adquiridos durante su campaña.

Resulta plausible, pues, afirmar que quienes votarán a favor de Sebastián Piñera necesitan de una oposición ciudadana fuerte para crear una voz potente ante las posibles “innovaciones” que pretendan incluir ciertos sectores de la “Coalición por el Cambio” en el gobierno. No carece completamente de sentido lo que dijo alguna vez Joaquín Lavín cuando se declaró (ocasionando la risa y la censura de muchos) “bacheletista–aliancista”, puesto que refleja el espíritu que impulsa al votante aliancista: tener un buen gobierno para el país. El espíritu del votante concertacionista no comparte este mismo espíritu y se diluye entre asegurar que el gobierno no caiga en manos de quienes respaldaron a Pinochet o, simplemente, conservar el poder entre las facciones “progresistas”.

Puesto que la Concertación ha logrado ciertos éxitos que son reconocidos por todo el espectro político nacional, pero sus votantes no son capaces de reconocer ni de censurar sus errores o, siquiera, de fiscalizar su gestión y, además, el votante aliancista no parece tener la misma vehemencia que tiene el votante concertacionista a la hora de demostrar su oposición; resulta que, como afirma Chile Liberal, “la mejor opción de mantener los éxitos de la Concertación y de impulsar las reformas aún pendientes es votando por el candidato de la Oposición, Sebastián Piñera”



2. Moción en contra, Catalina

Chile Liberal,
Si bien la Concertación ha sido una coalición exitosa, que como gobierno contribuyó a la democratización y desarrollo de nuestro país, es ella hoy parte de un estancamiento político innegable, digo parte porque la Oposición también lo es. Todo esto lo demuestra el duopolio político que se ha mantenido en Chile por 20 años gracias a políticas de la dictadura que hoy siguen prevaleciendo.

Debido a lo anterior, nuestro país se ve actualmente inmerso en una crisis política, fruto de una situación normal que las instituciones experimentan a causa de los procesos históricos. Frente a esta realidad, y como liberales que exigimos mayor profundización de nuestra democracia, decidimos votar por Marco Enríquez-Ominami el pasado 13 de diciembre. Sabemos que los cambios generados progresivamente en la sociedad actual ponen de relieve la existencia de una diversidad de caracteres que nos enseñan la importancia de contribuir a una modernización política que tenga su base en la justa representatividad y respeto hacia lo diverso. Nuestro voto entregado al candidato independiente fue por considerarlo a él la personificación de esta modernización política, que se reflejó en una agenda que propuso cambios significativos que consideramos darían mayor legitimización a nuestra alicaída democracia.

La situación que deberemos enfrentar en segunda vuelta es negativa tomando en cuenta lo anterior. Ninguno de los candidatos de esta segunda elección puede representar verdaderamente aquel vuelco positivo que como parte de esta nación exigimos; ambos más bien representan un retroceso. Por esta razón, lo mejor que puede hacerse es anular el voto; sólo de esta manera haremos manifiesta la necesidad de generar interés ciudadano, sentido de legitimidad y visión de futuro en la política chilena.

La ciudadanía que reaccionó y pidió cambios no puede dejarse llevar esta vez por argumentos intimidatorios o conformistas. Si un 20% del electorado decidió votar en primera vuelta por la transformación de nuestra institucionalidad política, fue porque seguramente reprueba el sistema democrático desgastado que Chile posee hoy. Votar nulo es volver a manifestar esta opción legítimamente, haciendo un llamado de urgencia hacia los que hoy se creen dueños de nuestro sistema político, haciéndoles ver que nuestro voto representa la convicción veraz que se tiene de corregir nuestro Chile democrático. Tal convicción no puede aceptar el conformismo del “mal menor”, porque hacerlo sería continuar sometiéndose a la opresión encubierta.

Como defensores de la democracia liberal (única capaz de tutelar los intereses de todos) comprendemos que Piñera teniendo a su lado gente culpable de que se sigan manteniendo en Chile medidas políticas anti-democráticas, representa parte de un duopolio y polarización política negativa que como liberales no podemos sustentar frente al contexto político actual que ya no sienta sus bases en dicotomías y epítetos del siglo pasado. La verdadera modernización radica hoy en una adecuada conjugación de las libertades económicas, civiles y valóricas, siendo el Estado un ente democrático capaz de velar por los intereses de todo ciudadano, sin otorgar privilegios basados en infames conservadurismos. Hoy la brecha entre derecha e izquierda suele ser poco categórica, porque el futuro político radica en la plena autonomía, no en la libertad a medias.


Invitamos a la tribuna a que se manifieste, mientras las facciones debatientes preparan su refutación.

12 comentarios:

SSergioA dijo...

Tiene razón Cristian. Como presidente, Piñera será más controlado que Frei, lo que hará que su gobierno sea más eficiente. Piñera es más controlado desde ya, hoy conocemos perfectamente el patrimonio del candidato de la Coalición por el Cambio mientras las inversiones de Frei continúan ocultas.

Catalina parte mostrando la falencia concertacionista a la que alude Cristian en su primer párrafo. Ella atribuye la degradación de la Concertación a un "estancamiento político causado por el duopolio que impuso la dictadura", olvidando dos cosas: que el poder ejecutivo ha sido monopolio de la concertación y que los "duopolios" son garantía de estabilidad y progreso, como el de republicanos y demócratas en EEUU y el de conservadores y laboristas en Inglaterra.


Es claro que un gobierno de Piñera hará mejor uso de los recursos públicos que uno de la concertación que lleva 20 años en el poder corrompiéndose.

Su Excelencia dijo...

Tiene razón Cristian. Al votante de derecha promedio no le gusta Piñera: el Tatán es demasiado blando, demasiado democrático, demasiado laico... Por suerte, un presidente Piñera tendrá ministros de la UDI que lo controlen, y que hagan que su eventual gobierno se parezca más al ideal de SergioA.

Confiemos en que el votante de derecha impondrá un gobierno de mano dura con los rotos, ateos y maricones, y un lindo monumento al Tata en la Plaza de Armas. Eso, señores, es liberalismo.

Felipe Soza A. dijo...

Primero que todo, felicitar a las bancadas por la apertura del debate tipo Westminster.

Como recién vamos en la introducción, esperaré a la fase de argumentación para apoyar o refutar.

Por lo menos quedo con las siguientes apreciaciones:

La bancada a favor desecha la lógica del "mal menor" y se atreve inteligentemente a establecer una atmósfera en la que, de resultar un triunfo de Piñera, el gobierno será lo suficientemente hábil para no desbalancear el sentido de continuidad y, en efecto, no modificar las tasas de popularidad (ya que tendría toda la presión ciudadana.) La oposición actuaría como un "congelador." Y aunque no lo deja claro, pareciera ser que un gobierno de Frei aplicaría políticas más radicales y un poco más "enrojecidas" por la presión que tendrá del autodenominado sector "progresista" (para qué andamos con cosas, el socialismo renovado.)

Por contrapartida, la bancada de oposición se moverá em una línea argumental crítica del duopolio político. En este sentido, Piñera no representa el recambio generacional ni menos el ideológico, al estar 'amarrado' a sectores conservadores. Tampoco decide apoyar la tesis del mal menor. De cierto modo, todo se condensaría en que el voto liberal ya fue entregado a Marco Enríquez-Ominami y que ya nadie lo merece.

Saludos y esperemos la fase de argumentación y la de contraargumentación.

PS: Como en todo debate, siempre con altura de miras y con firmeza.

Anónimo dijo...

Ummm... Si la moción "a favor" es votar por Piñera, ¿no debería ser la moción "en contra" votar por Frei?

Por otro lado, desde un punto de vista liberal, el "socialismo renovado" que acompaña a Frei es bastante menos repugnante que el pinochetismo sin renovar que acompaña a Piñera.

Chile Liberal dijo...

SergioA: lo que tú llamas "garantía de estabilidad y progreso" al final se convierte en obsceno subsidio a la incompetencia, ya que no importa qué haga, Concerta y Alianza se benefician de un verdadero dumping que les otorga el sistema binominal teniendo asegurada una porción de la torta con mínimo esfuerzo. En el RU y EEUU la política ha evolucionado natural y espontáneamente hacia un sistema binominal, pero en Chile fue determinismo puro impuesto desde arriba y trazado entre cuatro paredes. El resultado es esta elección, en que las alternativas son entre un democratacristiano real y un democratacristiano autoexiliado a la derecha. Eso no es estabilidad, sino como dijo Catalina, es "estancamiento".

Ni la derecha ni la izquierda se ven obligas a competir gracias a este dumping, ya que no hay posibilidades de que ninguna facción pierda por paliza. Esto fue bueno inicialmente en los 90. Pero ya el sistema no da más. Lo que sostengo es que Frei (repetida de plato) dudo que impulse una reforma desde gobierno, creo que la reforma vendría iniciada por la Concertación pero desde la bancada opositora.

Le recuerdo a la tribuna que esto sí es un debate, y que al contrario, esto no es un debate, ni mucho menos esto puede considerarse un debate.

SSergioA dijo...


"lo que tú llamas 'garantía de estabilidad y progreso' al final se convierte en obsceno subsidio a la incompetencia"

Es el electorado el que ha premiado la corrupción y la incompetencia no dando paso a la alternancia en el poder por 20 años. Escándalos como los ocurridos en el gobierno de Lagos, producirían la derrota del gobierno en cualquier democracia madura. Un gobierno de Piñera es producto de la madurez que faltaba, el fin de la transición y un aumento en la competencia y la eficiencia.

"En el RU y EEUU la política ha evolucionado natural y espontáneamente hacia un sistema binominal, pero en Chile fue (...) impuesto desde arriba"

Sí, el sistema electoral binominal chileno es un diseño, un diseño que se ha mostrado exitoso y que lo será aún más cuando haya alternancia.

"El resultado es esta elección, en que las alternativas son entre un democratacristiano real y un democratacristiano autoexiliado a la derecha"

Lo que no difiere de lo que sucede en RU y EEUU, ¿acaso un gobierno de McCain habría sido -en los hechos, no en los dichos- muy distinto al de Obama?
La única desventaja del binominal es la insatisfacción que produce en los extremistas, que nunca se hacen del poder y que sueñan con "palizas".

Frank dijo...

Gente libre¡¡¡¡¡¡, deberiamos tener nuestra agenda de gobierno liberal, requerimos más, mucho más que matrimonio homosexual y aborto legal, necesitamos que se regule la tenencia de animales, se legalicen las drogas y muchas otras cosas más que uds y yo sabemos muy bien, lo importante es dar nuestro apoyo al candidato que este más cerca de satisfacer intereses nuestros, aunque sea continuismo estancado o sea un facho, hagamos una lista de lo que queremos y veamos quien nos llena más el gusto.

Felipe Soza A. dijo...

Muy bien Frank. Lo que has gritado es exactamente lo que constituye el "problema" de las corrientes ideológicas que, pese a tener fundamentos en que sustentarse, no llegan a significarse en movimientos políticos.

La construcción de una agenda liberal para Chile soslayaría las bases para la renovación. La agenda no solo debe considerar las ya tradicionales banderas de lucha (matrimonio homosexual, ley de aborto, etc.), sino que también debe poder plantarle cara a los desafíos domésticos (reducción de la pobreza, consolidación macroeconómica, temáticas educacionales, etc.) Personalmente, siempre he considerado que en lo único que se debe ser más conservador es en RREE, con una política que tienda a la continuidad histórica y a marcar territorio.

Ahora bien, y volviendo a lo que nos concita, responder algo respecto del binominal.

No seamos tan dramáticos. Hay que trascender hacia un sistema proporcional o mayoritario simple, es verdad, pero no podemos olvidar el papel moderador que jugó en la reconstrucción democrática de los primeros años de la transición, dándole al gobierno de turno comodidad para obrar y a la oposición la ventaja de estar unificada.

Si hoy podemos hablar del quiebre del sistema es porque ya se tiene la suficiente madurez cívica y democrática para hacerlo. No podemos hacer retro-historia, pero hace veinte años hubiese sido muy complicado uno diferente.

El "duopolio" del que tanto se habla está moldeado por el binominal, pero está formado elementalmente desde el plebiscito de 1988.

Otra cosa! Pensaba, hace algunos días, que ni Piñera, ni Bachelet ni Frei podrían ser buenos premiers (gracias a Chileliberal por el link.)

Saludos,

Felipe

Frank dijo...

Muy de acuerdo contigo Felipe, tenemos una serie de desafíos por delante que no serán llevados acabo por ninguno de los candidatos, y lo sabemos bien. También estoy de acuerdo contigo en que el sistema binominal es completamente anacrónico, y además la constitución también, es divertido que mucha gente se horrorice cuando se habla de hacer una nueva constitución, ya que la que nos gobierna fue hecha en un dictadura (o "dictablanda", jajajaja), y les asusta hacer una como correspodne en democracia. Sabemos que temas como ese están lejosde ser resueltos forman parte de la base del desafío.

Por otro lado creo que Lagos o Insulza podrían llegar a ser aunque sea un poco buenos premiers, aunque tengo ciertas dudas.

Código General dijo...

Pero el binominal es un sistema proporcional impuro, la propocionalidad en realidad es escasa. Obviamente este sistema ha colaborado para que la derecha y la concertación sean protagonistas y la gobernabilidad sea más estable (tomando en cuenta que se pensó para una post-dictadura que requería estabilizar a una nación) el problema del sistema es que la baja proporcionalidad, es la que excluye a terceros referentes que en su exclusión empiezan a provocar un debilitamiento de la democracia.
Es necesario que exista un sistema que permita incluir a las minorías sin por eso perjudicar a las coaliciones fuertes. No es justo que un candidato independiente sacando mayoría de votos no logre un cupo en el parlamento porque se presentó sin lista (vean los resultados de las últimas elecciones no más).
Una cosa es estabilidad, pero otra es el conformismo.

Código general dijo...

Mi comentario iba contra SergioA, con quien no puedo estar más en desacuerdo. Además los duopolios tb han sido garantía de desestabilidad y revolución con el paso del tiempo... una golondrina no hace verano, así que no es suficiente unos pocos ejemplos extranjeros (aparte que nadie puede asegurar que ee.uu llegue a perder su estabilidad).
la única manera de garantizar estabilidad es con mayor democracia, y cuando el pueblo está descontento, la estabilidad empieza a perder peso

Chile Liberal dijo...

SergioA: ahora te contesto. El sistema binominal no es "exitoso", como erróneamente crees, porque otorga no estabilidad sino estancamiento, y de hecho premia la mediocridad.

Te explico: la UDI se jacta de ser el partido de mayor representación, pero la cifras nos dicen que la UDI recientemente obtuvo un 23,3% de votación pero ganó 40 diputados, equivalentes al 33,3% de la Cámara. O sea, 12 diputados "de premio" por su mediocridad. Esto no fomenta la competitividad de la UDI, sino al contrario, favorece su radicalización. Al no verse forzada a competir, se empota. Esto es equivalente a un "dumping".

Lo otro SergioA, es que es bueno ponerse de acuerdo. No puedes alabar la estabilidad del RU o de EEUU, y a la vez negar la importancia de las "palizas", o las landslide victory. El electorado está facultado para darle una paliza a una facción que ya no logra conectarse con el electorado.

Las palizas más célebres han sido el triunfo de Maggie, que pulverizó al Partido Laborista, a tal extremo que este debió reescribir su declaración de principio y cambiar su nombre a New Labour o Neo-Laborismo, con lo que incidentemente le dio una paliza al partido Conservador y a John Major, pulverizando a este partido, el cual ahora se ha reinventado como un partido "verde", y se presta a ganar por paliza las próximas generales en el RU. Y así sucesivamente. Así funciona un régimen democrático de verdad, y no un remedo bananero. Por lo explicado anteriormente, tu siguiente aserto cae por su propio peso:

"La única desventaja del binominal es la insatisfacción que produce en los extremistas, que nunca se hacen del poder y que sueñan con "palizas".

Con esto demuestras que no quieres una política competitiva. No quieres dejar en libertad al electorado para darle una paliza a los políticos mediocres, confundiendo estancamiento con estabilidad. Con ello, nos has mostrado la mismísima fibra del pensamiento conservador.

En su columna 40 son muchos diputados, Gonzalito Rojas se afiebra y nos trata de engañar diciendo:

"Si el régimen político chileno fuera de corte parlamentario, la UDI habría iniciado ya las gestiones para formar gobierno el próximo 11 de marzo"

Así es la opinión conservadora. Simplemente no se entera.

Por lo demás la derecha no ha ganado nunca por paliza. La última vez que ganó fue hace medio siglo, y la única elección en el intertanto la ganó "por masacre", valga la redundancia, y sin colegio electoral ni campaña libre, donde se inventó las reglas que ahora le hacen ganar (!!) 40 diputados.