Ayer Chile Liberal vió la última película de Guy Ritchie y parece apropiado comentar aquí algunos aspectos. Los puristas de Sir Arthur Conan Doyle no quedarán decepcionados, y tendrán todo el Londres victoriano con sus hordas de obreros ignorantes, el letrerito Baker Street, una Tower Bridge recién erigiéndose, y todo lo que le gusta al público norteamericano, excepto Sherlock Holmes consumiendo cocaína, que en aquella época no se había prohibido aún, pero no puede mostrarse para no perturbar al puritánico EEUU (mayor consumidor de droga del mundo).
Hay momentos sacados textuales de Conan Doyle, como cuando Sherlock Holmes describe la personalidad la novia de Watson observándole sus manos y gargantilla. Recordemos que el detective de Baker Street era un personaje con una capacidad de deducción y una lógica racionalista extraordinaria, además dotado de un agudo sentido de la observación. Por esto mismo, soy admirador de Sherlock Holmes y de su gestor. La película de Ritchie sitúa al detective superdotado de lógica en una sociedad que oscilaba entre el atavismo irracional y el avance científico y el progreso de la Inglaterra victoriana, donde la opinión pública aún se regocijaba en la brujería, el ocultismo y la magia negra (el propio Conan Doyle practicaba el espiritismo). Lo admirable de Holmes es que a pesar de su carácter impulsivo, jamás abandona la lógica y la deducción a partir de evidencias.
Advertencia: trama revelada a continuación
Uno de los protagonistas, Lord Blackwood (una réplica de Alesteir Crowley), es un sumo sacerdote de una secta ocultista, y a causa de asesinatos en sus rituales es condenado a la horca por homicidio, y el doctor Watson certifica su muerte. Increíblemente, Blackwood resucita, su tumba aparece abierta por dentro, y se rumorea que volverá para fundar un nuevo orden mundial. La historia me hizo recordar el cuento de un carpintero judío al cual algunos aún alaban. Holmes sabe mejor que no es así. Su objetivo es nada menos que explicarle a su propio asistente y gran amigo Watson cómo es posible que una persona que el mismo doctor declara muerta, en realidad no haya ido a ninguna parte, sino que el truco de abrir la tumba es una receta egicpia (de donde provienen las religiones precursoas de los mitos que aún subsisten). Los espectadores de este film desde luego sí creen que están presenciando actos de magia y una resucitación.
En el contexto actual, en que el mundo vive atemorizado por terroristas islámicos, la película tiene el mérito (advertencia: siguen los spoliers) de recordarnos el Gunpowder Plot (Conspiración de la pólvora), acto terrorista organizado por la iglesia Católica Romana y ejecutado por el fanático Guy Fawkes que consistió en dinamitar el Parlamento Británico e instaurar el catolicismo romano en Gran Bretaña. Ahora es Lord Blackwood quien vence a la muerte, y vuelve al parlamento para ejecutar su plan maestro: intoxicar a los parlamentarios de la Inglaterra Victoriana y dejar al mundo a merced de él mismo. Adivinen quién salva al mundo: ¡¡cha cháaaaan!! Sí amigos, nada menos que Holmes y Watson.
Al final de la película, que sea de paso es un blockbuster entretenido, queda la sensación de haber presenciado un plan inteligente pero que a fin y al cabo es una farsa: nadie resucita, porque es imposible, y la manipulación de la ignorancia de la masa con trucos de muertos vivientes para infundir el miedo e imponer nuevos órdenes mundiales es una cuestión de la que debemos protegernos. Sherlock Holmes nos muestra el valor de la evidencia para defendernos de tanta estupidez.
Hay momentos sacados textuales de Conan Doyle, como cuando Sherlock Holmes describe la personalidad la novia de Watson observándole sus manos y gargantilla. Recordemos que el detective de Baker Street era un personaje con una capacidad de deducción y una lógica racionalista extraordinaria, además dotado de un agudo sentido de la observación. Por esto mismo, soy admirador de Sherlock Holmes y de su gestor. La película de Ritchie sitúa al detective superdotado de lógica en una sociedad que oscilaba entre el atavismo irracional y el avance científico y el progreso de la Inglaterra victoriana, donde la opinión pública aún se regocijaba en la brujería, el ocultismo y la magia negra (el propio Conan Doyle practicaba el espiritismo). Lo admirable de Holmes es que a pesar de su carácter impulsivo, jamás abandona la lógica y la deducción a partir de evidencias.
Advertencia: trama revelada a continuación
Uno de los protagonistas, Lord Blackwood (una réplica de Alesteir Crowley), es un sumo sacerdote de una secta ocultista, y a causa de asesinatos en sus rituales es condenado a la horca por homicidio, y el doctor Watson certifica su muerte. Increíblemente, Blackwood resucita, su tumba aparece abierta por dentro, y se rumorea que volverá para fundar un nuevo orden mundial. La historia me hizo recordar el cuento de un carpintero judío al cual algunos aún alaban. Holmes sabe mejor que no es así. Su objetivo es nada menos que explicarle a su propio asistente y gran amigo Watson cómo es posible que una persona que el mismo doctor declara muerta, en realidad no haya ido a ninguna parte, sino que el truco de abrir la tumba es una receta egicpia (de donde provienen las religiones precursoas de los mitos que aún subsisten). Los espectadores de este film desde luego sí creen que están presenciando actos de magia y una resucitación.
En el contexto actual, en que el mundo vive atemorizado por terroristas islámicos, la película tiene el mérito (advertencia: siguen los spoliers) de recordarnos el Gunpowder Plot (Conspiración de la pólvora), acto terrorista organizado por la iglesia Católica Romana y ejecutado por el fanático Guy Fawkes que consistió en dinamitar el Parlamento Británico e instaurar el catolicismo romano en Gran Bretaña. Ahora es Lord Blackwood quien vence a la muerte, y vuelve al parlamento para ejecutar su plan maestro: intoxicar a los parlamentarios de la Inglaterra Victoriana y dejar al mundo a merced de él mismo. Adivinen quién salva al mundo: ¡¡cha cháaaaan!! Sí amigos, nada menos que Holmes y Watson.
Al final de la película, que sea de paso es un blockbuster entretenido, queda la sensación de haber presenciado un plan inteligente pero que a fin y al cabo es una farsa: nadie resucita, porque es imposible, y la manipulación de la ignorancia de la masa con trucos de muertos vivientes para infundir el miedo e imponer nuevos órdenes mundiales es una cuestión de la que debemos protegernos. Sherlock Holmes nos muestra el valor de la evidencia para defendernos de tanta estupidez.
8 comentarios:
No es la primera vez que Ritchie utiliza anectodas historicas en sus peliculas, Snatch comienza con Benicio del Toro vestido de Judio comentando como todo el dogma del nacimiento virginal en el cristianismo se debe a la mala traducción de la palabra "muchacha por virgen" del griego al hebreo, aunque ese es más conocido.
Saludos.
Pd. Supongo que estarás espectante (como yo) al gabinete que nombrará Piñera el martes, aunque si la Udi ya dice que esta contenta con el cuoteo no que esperar. Espero leer tu análisis.
Nicolás: buen aporte sobre las películas de Ritchie. Creo que la cultura popular es una buena forma de educar a la masa alienada e ignorante.
Respecto al 'off topic' que mencionas, no quiero parecer extremista pero si Chile Liberal comprueba que hay pinocheteros en el gabinete del "Cambio", no descarto cambiar mi posición respecto al porte de armas, ya que un autogolpe no puede descartarse y esta vez el pueblo sí tendrá el legítimo derecho de formar una milicia y sacar del poder a los traidores a su propio país, especialmente contra quien pusieron en La Moneda para cambiar el curso del país, pero terminan devolviéndonos a la época del pinocho.
No he ido a ver la película porque de entrada no me gustó que el protagonista fuera un actor norteamericano que además poco responde a la famosa descripción de Conan Doyle: de nariz aguileña, alto y delgado, etc.
Yo creía que Holmes era opiómano más que cocainómano?
(La descripción que Conan Doyle hacía de Sherlock Holmes)
Es la tercera pelicula de Ritchie que veo despues de Revolver y Rocknrolla, y la unica que me ha gustado, (aunque Revolver tiene un gran comienzo), quizas porque no es proyecto de Ritchie sino un encargo.
Me recuerda una gran pelicula de Holmes que aunque no es canonica, sino que ademas es para jovenes , tiene un gran final, The Young Sherlock Holmes, de Barry Levinson, donde se narra la supuesta convivencia de Holmes y Watson cuando adolescentes en un tipico internado ingles, el tratamiento del supervillano tradicional de Holmes, Moriarty ,es parecido, esta en la sombra moviendo hilos.
Bueno , una cosa aparte es el protaginasta, me sorprendio , de buena manera ,pero yo hubiera puesto a un actor britanico.
Pd:Y Lestrade por que no aparece en este post?
Creo que la elección del elenco responde más a criterios comerciales. Todo lo que hacen los británicos está pensado en que le guste a los americanos, de hecho, el argumento es que con los parlmentarios asesinados Lord Blackwood logrará recuperar la "colonia" de Estados Unidos.
Con respecto al gabinete de Pinera, se por hecho a Larroulet, en la Segpres,pinochetero el, aparte de miembro de Scoenstatt, igual que Kast, tambien se nombra a la Matte como ministra de educacion, otra igual, a la Brahm, al Lavin, a iguel Flores, ya son demasiados admirador de Daniel Lopez para mi gusto, se nombra al mentiroso de Daza en Hacienda pero lo mas probable es Felipe Larrain, ese si no es pinochetero y ademas serio.
Quiero ver esta pelicula así que me salte la parte donde cuentas la trama. Aunque soy canónico de Doyle, me gustan las películas de Ritchie, pero quiero que me digan si es acerca de alguna de las historias de Doyle o la historia es algo nuevo, para saber a que me voy a enfrentar. Saludos¡¡¡
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