miércoles, 23 de enero de 2008

Contra los socialistas de todos los partidos: Oxfam y libertad de expresión

Me comía un delicioso salmón cancato en una cocinería de Angelmó, Puerto Montt. Cuando nos trajeron la cuenta, nos reímos mucho porque la boleta era falsa. La cocinería sin duda que vive al filo de la ley. Según las estúpidas regulaciones del gobierno central debiese cerrar, o pagar impuesto. Según Chile Liberal, es fuente de trabajo, y ellas, las señoras que atienden y cocinan ahí frente a uno, son gente que labura muy duro, y no me lloriquean ni me chantajean emocionalmente por unas monedas. Ellas me ofrecen un salmón rico, yo les pago el precio libremente acordado. Todos nos beneficiamos. Algo que los ministros del Ocio (o del "Trabajo") y las reparticiones estatales de Santiago simplemente no logran comprender.

El mérito de una economía de libre mercado es que demanda una organización política donde los individuos son libres para emprender (en Cuba, no se puede tener un local con más de 6 mesas), y exige que en la sociedad todos sean libres de expresarse (ver artículo anterior). Hace muchos años, el pragmático Hernán Büchi propuso tres objetivos para la economía chilena: exportar, exportar, y exportar. La zona de Puerto Montt inventó la piscicultura del salmón, y Chile se ha convertido en el segundo país exportador de salmones del mundo, sólo superado por Noruega. La industria ha traído empleos y bienestar al sur de Chile.

El senador socialista Camilo Escalona hizo un llamado a aumentar los impuestos ("royalties") a estas empresas. Su medida apunta a subsanar una situación evidenemente injusta. Las salmoneras cuentan más de US $2 mil millones en utilidades mientras mucha gente apenas gana el sueldo mínimo, y en general el promedio de sueldo no sobrepasa los $218 mil. A la luz de las enormes ganancias de los productores, los sueldos son bajísimos. La solución del socialista Escalona demanda el uso de la coacción estatal, requiere de hordas de inspectores, sistemas de control, burro-cracias y, en general, costos de dudoso beneficio. Las señoras de la cocinería son gente de trabajo, como todo el mundo. Ellas quieren ganarse la vida honradamente, y no quieren alimentar a los burócratas, sino a los turistas que les paguen. La solución a la "injusticia" de los bajos sueldos es una ironía tan deliciosa como el cancato: eliminar el sueldo mínimo.

Dejemos de lado por un momento al lobby socialista, veamos qué dice el lobby conservador, y de paso comprobemos lo necio que son ambos. El presidente de SalmonChile, César Barros, afirma que ellos no harán ningún mea culpa. De hecho, ellos se escudan en la ley. Simplemente, se les exige pagar, al menos, el mínimo, y lo hacen. Pagan un poquitito más, y ya se vanaglorian de los excelentes sueldos del sector. Lo que debemos entender es que mientras exista ese disparate llamado sueldo mínimo, las empresas no harán el menor esfuerzo por pagar un sueldo justo. ¿Para qué? Basta acatar la ley. El socialista, por su parte, propone el aparataje estatal para dar rienda suelta a su resentimientos sociales y aprovecha de alienar a trabajadores y empresarios. Acá presenciamos un argumento poderoso para eliminar el sueldo mínimo, y mientras en eso estamos, aparece -de la nada-, un actor imprescindible en todo país donde existe la libertad de expresión: entra una ONG, Oxfam, y queda la grande.

La ONG Oxfam ha iniciado la campaña Contra la corriente, que pretende sensibilizar a la opinión pública sobre los sueldos en la región y las condiciones de (in)seguridad de los trabajadores. El señor César Barros alega que Oxfam miente. Pues bien, señor Barros tome la palabra y diga su verdad. ¿Ven que es virtuoso el garantizar que cada cual tenga libertad absoluta para expresarse?

Lo que Oxfam busca es usar el oprobio público, un arma mucho más poderosa que cualquier ley de algún senador socialista. Ahora que disponemos de información, surgida libre y espontáneamente de la iniciativa de privados (la ONG en este caso), la vergüenza y, por sobre todo, el temor a perder su imagen pueden ser más efectivos que la coacción legal, y es de esperar que SalmonChile dé la cara y se explique sobre sus sueldos negreros. Mucho más eficaz sería si además no existiese el sueldo mínimo. Los grandes productores no podrían escudarse en la ley para decir: oye, qué reclaman, pago 60% por sobre el mínimo. Claro, pero en comparación a las utilidades, es un abuso. ¿Qué esperamos para eliminar el sueldo mínimo?

Pero eso no es todo. El arsenal de Oxfam contiene un arma mucho más poderosa. Esta ONG es parte de un movimiento llamado Make Trade Fair, o en castellano, Por un comercio justo. Es indigno entregarle una limosna a quien la necesita. Lo honrado y lo ético es que esa persona me ofrezca el fruto de su trabajo, y yo pague lo justo por ese servicio. Mediante estos intercambios pacíficos la sociedad avanza (no con las hordas viviendo a costillas del Papito Estado). Lo que el movimiento Make Trade Fair pretende es informar a los consumidores del Primer Mundo sobre cuáles son los productos y empresas que pagan sueldos justos, y así los consumidores, vale decir, las fuerzas del mercado, serán mucho más eficaces en erradicar la pobreza, haciendo que los pobres reciban lo que se merecen por su esfuerzo. Make Trade Fair es famosa además por contar con apoyo de celebridades como Chris Martin de Coldplay, lo que ha tenido un notable impacto en el llamado "consumidor ético" de Europa y EEUU. Como vemos, acá se interconectan el rock, la justicia, la economía de mercado, la recompensa al esfuerzo y la libertad de expresión en un contexto de sociedades y mercados libres. O sea, todo lo que promueve este blog.

En realidad acá no hay nada muy nuevo. Ya lo hizo el célebre abolicionista inglés Thomas Clarkson quien buscó influir a los ingleses para que no comprasen azúcar ni chocolate producido por mano de obra esclava, dando paso al primer boycott de la historia. En los refinados salones de té del Imperio Británico, la vergüenza y la culpa comenzó a apoderarse de los caballeros y damas de la época quienes ya no podían disfrutar tranquilamente de los exquisitos brevajes y reposterías a sabiendas que sus lujos eran posibles gracias a sórdidas condiciones de trabajo de los esclavos. Exactamente lo mismo ocurre hoy con el consumidor ético del Primer Mundo que cuando compra salmón chileno en el supermercado espera que el intercambio sea justo y los trabajadores sean recompensados como se merecen.

Las empresas asociadas a SalmonChile, si realmente viven de la avaricia y desean aumentar su capital, deberán entonces satisfacer las necesidades del consumidor ético y empezar a pagar sueldos justos, de otro modo, el consumidor ético preferirá a SalmonNoruega. Acá incluso aparece la mano invisible de Adam Smith.

A los amigos exranjeros, especialmente españoles, les interesará saber que SalmonChile se jacta de pagar la extraordinaria suma de... 311 €. ¡Tah-dah! ¿Y el sueldo mínimo? ¡Exorbitantes 200 €! Es decir, SalmonNoruega no tiene por dónde competir contra los chilenos. Y las empresas noruegas en Chile, también deberán enfrentarse al oprobio público y explicar cuánto pagan y porqué remuneran menos que en su país.

Los mecanismos descritos apelan a la inteligencia y al raciocinio, a la justicia y por sobre todo a informar al consumidor para que este castigue o premie a quien le ofrezca lo que el consumidor demanda. Si el mercado demanda productos éticos, pues habrá que producirlos. La iniciativa privada de una ONG se enmarca dentro de la libertad de expresión.

Todo esto es mucho más inteligente y digno que las rabietas de algún senador socialista, que a diferencia de las esforzadas trabajadoras que evaden impuestos en la cocinería de Angelmó, él es un sujeto con cara de borracho que no le ha trabajado un día a nadie, y sus manadas de recaudadores de impuestos no son bienvenidos en Puerto Montt ni en ninguna parte.

PD: Eliminen el sueldo mínimo; la derecha es la única que se beneficia.

9 comentarios:

Anónimo dijo...
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Chile Liberal dijo...

Notado y aplicado, Cristian.

Flo dijo...

1.- ¿Qué te hace pensar que, en este caso, la inexistencia de un sueldo mínimo beneficiará a los trabajadores de la industria salmonera? No veo qué incentivo adicional tendría esto para que los empleadores del sector paguen un sueldo más “justo”. No se condice lo uno con lo otro.
2.- Hasta hace un par de años había una tienda en Providencia que operaba bajo la consigna del “comercio justo”, lo que redundaba en que uno terminaba pagando más por productos que no eran mejores que en supermercados o negocios de más fácil alcance físico que la tienda mencionada. La tienda cerró y cada vez que fui a comprar para allá (la tontona romántica) no había ni un cliente más que yo. Parece que le hizo falta una campaña de marketing por parte de una ONG como la que mencionas…
3.- No tenemos certeza de que las empresas noruegas paguen menos sueldos en Chile que en Noruega. Eso bien puede deberse a la diferencia en el precio relativo del salario o la mano de obra (no es difícil imaginar que allá sea bastante más cara que acá) y la diferencia del nivel de precios, entre otros factores. Habría que mirar más en detalle antes de aseverar tamaña falta de ética (por lo demás improbable) en nuestros amigos nórdicos.
4.- En resumen, ¡este mercado no demanda productos éticos! Son muy caros, lo cual tú mismo compruebas al contarnos lleno de felicidad que pagaste un precio que adivinaré no era superior al promedio de mercado, por un rico salmón en Angelmó.
5.- Me extraña la falta de edición; somos lectores exigentes.
6.- Muchos saludos.

Ricardo dijo...

Estoy de acuerdo con Florencia... se puede hacer igual la campaña por el fair trade y exigirle a las salmoneras que paguen sueldos decentes sin necesidad de eliminar el sueldo mínimo.

No se de donde sale el supuesto de que el equilibrio entre oferta y demanda laboral convergería a salarios mayores si no hubiera cota inferior... no veo por donde.

Lo que si está claro es que, si se elimina el sueldo mínimo, muchos mercados laborales convergerán a equlibrios donde el ingreso será muy menor... y claro, trabajará más gente, pero para mantener a un grupo familiar ahora tendrán que trbajar hasta los hijos para lograr el ingreso que antes se lograba con el trabajo de solo los padres.

Pegas básicas que no requieren conocimiento ni especialización van a existir siempre... y es a esos trabajos a los que hay que poner una cota inferior de remuneración porque sino los dueños de las empresas pagan lo menos que puedan siempre...
Sin sueldo mínimo (y en un pais como Chile con gran cantidad de gente dispuesta a trabajar por lo que sea) el salario de equilibrio tiende a casi a cero.

Por otro lado lo del fair trade me parece que funciona solo con la gente rica y consciente (una combinación poco frecuente), pero la mayor parte de la demanda por productos alimenticios viene de personas que buscarán, casi siempre, la mejor relación precio-calidad (a veces solo precio)... meter la variable "justicia" como un atributo de "calidad" del producto me parece muy dificil.

En conclusión: me parece excelente el esfuerzo por meter la lógica del comercio justo... pero hasta que no este bien internalizado por la mayoría de la población hay que seguir regulando fuertemente.

saludos

Cristian dijo...

Iba a hacer un comentario, pero Florencia y Ricardo lo ha hecho por mi. En particular coincido con lo que dijo Ricardo:
En conclusión: me parece excelente el esfuerzo por meter la lógica del comercio justo... pero hasta que no este bien internalizado por la mayoría de la población hay que seguir regulando fuertemente.

Y para que la mayoria de la poblacion "internalice" este concepto es necesario que tenga acceso a buena educacion (solo personas educadas tienen la capacidad de ejercer el "oprobio publico" del que hablas, o me vas a decir que las senioras de las que habaln saben que es Oxfam o tiene idea de que se trata el Comercio Justo?). Un sueldo minimo debiera asegurar que una persona puede cubrir sus necesidades basicas: salud, educacion, comida y techo. Lamentablemente el sueldo minimo chilensis con suerte alcanza para comida y techo, no entiendo como eliminar el sueldo minimo ayudaria.

Saludos

Chile Liberal dijo...

@Florencia: disculpa la baja calidad. Es cierto que el artículo salió casi a poto pela'o, de hecho hubo hasta horrores de hortorafía, pero pasé ahora el corrector.

Tu punto 1: primero, estoy plenamente consciente de que este es un tema peliagudo, pero, por ejemplo, en Alemania no hay sueldo mínimo por ley. No creo que los chilenos sean más que nosotros, simplemente tienen una cultura más avanzada y mejor educación, pero, creo que a la gente hay que tratarla como si fuese racional. De hecho, es más fácil ser racional que irracional.

Todo esto para explicar que los trabajadores de las salmoneras se verán beneficiados porque yo quiero tratarlos como gente racional y que ellos, por sí mismos, negocien un sueldo mínimo con su empleador. El empleador necesita del empleado para producir y generar sus utilidades, y el empleado necesita su empleador para tener un sueldo y alimentar a los suyos. Quiero que ambos se sienten y discutan como gente civilizada.

Hoy esto no ocurre y ahora sí te doy derechamente la respuesta: porque el empleador se escuda detrás del sueldo mínimo para decir "qué me alegan, yo cumplo con la ley". Es la ley la que no fomenta pagar más, porque arbitrariamente se fijó un sueldo en $140 mil. El empleador si quiere pagará más. Pero si no quiere, no lo hará. Y como es avaro, preferirá lo segundo, más aún cuando es plenamente legal.

Sin esa distorsión que significa el sueldo mínimo, sin ese punto de referencia de $140 mil, empleados y empleadores tendrán que convenir un sueldo que deberá ser proporcional a la especialización del trabajo, disponibilidad de mano de obra, y, según las utilidades del sector. Esto -según yo-, sufre de serias distorsiones porque alguien ha establecido arbitrariamente un piso de $140 mil. El empleador, insisto, se escudará en esa cifra para pagar lo menos posible, cuando perfectamente puede más.

Por otro lado, sé que todos temen que el empleador pague $20 mil o incluso menos, y que así todo haya gente que trabaje.

Pues bien, a eso me refería con mi verbosa introducción. Creo que la gente simplemente será capaz ya no de fondearse debajo de las polleras de la presidenta o reclamar a piedrazo limpio, sino que negociar su propio sueldo. A ello apuntaba con tratar a la gente como si la inteligencia o un mínimo de raciocinio fuese la norma. Lo contrario, me suena a paternalismo. Volviendo al hilo, Ricardo dice

si se elimina el sueldo mínimo, muchos mercados laborales convergerán a equilibrios donde el ingreso será muy menor

Puede ser, no lo voy a negar. Pero dudo que sea el caso en las salmoneras chilenas, que en conjunto son la segunda mayor del mundo. Con lo que creo, Florencia, responder a tu inquietud:

¿Qué te hace pensar que, en este caso, la inexistencia de un sueldo mínimo beneficiará a los trabajadores de la industria salmonera?

Como anunciaba, mi respuesta es: la distorsión del sueldo mínimo para las salmoneras en particular va en detrimento de los salarios reales en esta área de la producción. Los empleadores del salmón no tendrán el refugio del sueldo mínimo para excusar sus bajos sueldos.

Y de paso, Ricardo tú decías:
trabajará más gente, pero para mantener a un grupo familiar ahora tendrán que trabajar hasta los hijos

Pues qué preferimos: ¿una persona que trabaja por 140 lucas, o dos personas que trabajan por 100 lucas (que suman 200 lucas en total), o tres que trabajan por 80 lucas (240 en total)?

Ahora, tú dices algo notable, con lo que culmino -por ahora- mi respuesta a Florencia:

si se elimina el sueldo mínimo, muchos mercados laborales convergerán a equilibrios (...)

(El destacado fue mío) Con lo que tácitamente reconoces que el sueldo mínimo es un factor de desequilibrio, o lisa y llanamente una distorsión. Lo que me lleva a reafirmar que su eliminación favorecerá a más gente que a quienes perjudicará (es decir, más beneficios que costos).

Por ello soy partidario de eliminarlo.

En búsqueda del diálogo, al menos que expertos calculen el sueldo mínimo, no políticos. Y que sea diferenciado, no se le puede exigir a un pequeño taller mecánico el mismo sueldo mínimo que a una salmonera. Así como está ahora, sólo castiga a los más pobres, a los bolsones de pobreza más dura. Pero de todos modos soy partidario de eliminarlo por completo.

Chile Liberal dijo...

Florencia, punto 2, me parece que la campaña por un comercio justo puede ahora cobrar más fuerza, ahora con el acceso a la Internet se puede difundir mucha más información. En el caso específico de las salmoneras, su negocio es exportar, y ahí sí que se verán en problemas porque los consumidores éticos se están movilizando en los países compradores.

Tu punto 3, no quise decir que las empresas noruegas sean poco éticas, pero Oxfam si los está denunciando ya que en la práctica, aunque pagan más que los chilenos, se llevan la producción a Chile desde Noruega para pagar menos. Acá surge la pregunta: ¿quién financia a Oxfam? Desde luego, SalmonChile denuncia a los productores europeos que quieren perjudicar la competitividad (léase "sueldos miserables") de Chile. Mi única reacción es dejar que ambos discutan, ya que el debate le hará bien a todos los involucrados. Será una catástrofe si los noruegos se llevasen sus capitales, eso quiero dejarlo bien claro. No fue mi intención descalificar a los noruegos, para nada.

Ahora bien, tu punto 4, claro, no somos consumidores éticos, no hay ni siquiera un mercado ético, pero creo que esto está en ciernes, y creo que es como una bola de nieve. me parece que la situación cambiará una vez que dejemos de asociar al mercado con una fuerza del demonio, sino que asumamos que es un sistema que es justo cuando queremos que así sea, más aún porque el mercado es libre y porque todos somos parte del mercado.

El concepto de consumidor ético tiene que promoverse, y espero con este blog aportar un granito de arena.

Agradezco el tirón de orejas por la calidad menor del artículo. Flaco favor a Make Trade Fair, pero ya saldrán mejores.

Chile Liberal dijo...

@Ricardo: creo que en la respuesta a Florencia comenté la primera mitad de tu respuesta. Quiero continuar con tu parte:

la mayor parte de la demanda por productos alimenticios viene de personas que buscarán, casi siempre, la mejor relación precio-calidad (a veces solo precio)... meter la variable "justicia" como un atributo de "calidad" del producto me parece muy difícil.

No quiero pasar por iluso y desde luego, si los productos "justos" son caros, y de la misma calidad que uno "injusto", desde luego que el negocio no va a prosperar. Pero la esencia es que sea rentable y que nos beneficiemos todos. Nadie va a sacrificar su presupuesto por ayudar al otro. Pero cuando si estos productos contasen con buen marketing, y si tipos realistas y pragmáticos se encuadran con este concepto, estoy seguro que va a funcionar.

Vuelvo a insistir que el problema de las asimetrías de información en el mercado se podrá aliviar en parte con la abundancia de información que existe hoy. Si realmente nos informamos de cuánto paga Starbucks a los productores de café en África, podremos decidir mejor.

De todos modos, sigo apostando por mecanismos que apelen a las decisiones inteligentes de los consumidores, y no a las leyes represivas de los políticos. No deja de ser paradójico que con lo que recauda el estado es suficiente para sacar a todos los pobres de su condición, ¿por qué no ocurre? Porque están todos más preocupados de exaltar las propiedades del estado, que es a todas luces un fracaso, y no las del mercado, porque a priori se le demoniza.

me parece excelente el esfuerzo por meter la lógica del comercio justo... pero hasta que no este bien internalizado por la mayoría de la población hay que seguir regulando fuertemente.

Nuevamente, yo al menos, sí apuesto por estos conceptos.

Cristian: correcto, hay que educar, y para eso, me parece que también podemos tratar a los trabajadores como gente pensante. Cierto que entre tanto baile del koala, el reggeaton y el axé bahía la gente está cada día más tonta, a pesar que, curiosamente, hay cada vez más información, más medios y más libros, pero sospecho que la actitud condescendiente y lastimosa hacia los más necesitados les hace un flaco favor.

Más allá de la educación, me preocupa la demonización hacia el trabajo y la exaltación a la flojera. Los japoneses antes, y los chinos hasta hoy, se sacan la cresta trabajando, es parte de su cultura quizás. En Chile, apenas se mueve un dedo y ya reclaman por esto y por lo otro, lo que está muy bien, pero estaría mucho mejor si las demandas fuesen mejor estructuradas y planteadas con más inteligencia, y creo que es necesario apelar a la inteligencia de la gente.

A los pobres no los vamos nosotros a sacar de la pobreza. La idea es que surja de ellos. Me parece que sólo el mercado demanda esfuerzo y sacrificio, el socialismo tiende a promover el conformismo, y acaba esclavizando.

Ricardo dijo...

Bueno pero un equilibrio nunca será bueno "per-se"... un equilibrio es simplemente el resultado de la oposición de fuerzas... no tiene sentido darle una carga positiva o negativa al concepto. Hay equilibrios convenientes y otros que no (ahi es cuando se regula)

Un equilibrio "alterado" (como ocurre con el sueldo mínimo) es preferible a dejar que la variable se ajuste sola, porque el resultado traerá beneficios solo a los productores y los trabajadores quedarán inevitablemente peor que con la variable restringida.

En Alemania (o Noruega) resulta porque son paises ricos con poca gente dispuesta a trabajar por poca plata. Acuerdate que en Alemania puede ser hasta más rentable el declararse cesante, por lo que el "sueldo de cesantía" es equivalente a un sueldo mínimo (nadie te trabaja por menos que eso).

No hay que "endiosar" a los equilibrios... no son la panacea y muchos deben ser intervenidos para lograr resultados que no generen costo social.

saludos