EL 24 DE MARZO DE 1807 EL PARLAMENTO BRITÁNICO VOTÓ POR ABOLIR EL COMERCIO DE ESCLAVOS, PONIENDO PUNTO FINAL A UNA INDUSTRIA QUE TRANSPORTÓ MÁS DE 10 MILLONES DE AFRICANOS A AMÉRICA. EN CHILE LIBERAL CONTAMOS LA HISTORIA QUE LOS INGLESES SE NIEGAN A RECONOCER Y COMO SIEMPRE OFRECEMOS NUESTRA NARRATIVA Y NUESTRA OPINIÓN.
COMENZAMOS UN NUEVO MINI CICLO EN DOS ENTREGAS.
Los nombres de Thomas Clarkson y William Willberforce no significan nada para los chilenos, sin embargo, para nuestros amigos ingleses son sinónimo del espíritu progresista del siglo XIX, y para la historia, son los dos máximos líderes abolicionistas de la historia del Imperio Británico. Ambos fueron cristianos devotos y activistas comprometidos por poner fin a la aberración más bestial de la historia de nuestra especie, de hecho la ONU la describe como “el sistema de violencia institucionalizada de mayor magnitud en la historia de la humanidad”.
Pero la verdad sea dicha, todo lo anterior uds lo pueden leer por sí mismos en los excelentes artículos de la BBC Clarkson, padre del boicot moderno, y toda la serie El comienzo del fin. Hay mucho más que decir al respecto, y hay un ángulo que los propios británicos ignoran, quizás inconscientemente. Tal como los chilenos insistimos en creer que el Combate Naval de Iquique fue una proeza, o que Bernardo O’Higgins fue un personaje mítico e intachable, también hay que profundizar sobre la figura de los abolicionistas, la importancia negada a los propios africanos, la complicidad de los cristianos y del Partido Conservador, y la importancia de la libertad.
Thomas Clarkson, el activista, el parlamentario, el Whig
Ya hemos dicho que los precursores del liberalismo fueron los whigs ingleses, quienes siempre lucharon por darle mayor poder al parlamento y quienes siempre se involucraron en la defensa de las libertades civiles y sociales. El abolicionista Thomas Clarkson, si bien fue tory (Conservador), trabajó arduamente con los whigs para debatir en el parlamento las leyes que terminarían con el comercio de esclavos, que como pueden imaginarse, no fue visto con buenos ojos por los conservadores.
Clarkson viajó incansablemente recopilando testimonios de esclavos y trabajó en la difusión de estos actos barbáricos en su propio país. Logró apelar a la conciencia de los individuos añadiendo la leyenda “no hecho por esclavos” a productos como el azúcar, cacao, etc., de modo que se lograse disminuir la demanda por los productos obtenidos bajo trabajo forzado, y así facilitar el camino para lograr la abolición total de la esclavitud (que llegó finalmente en 1833). Clarkson es recordado como el padre del boicot moderno, y sin duda que hoy empresas como Nike, Adidas y muchas otras sufren en carne propia la aplicación de estas medidas por parte de las sociedades libres del mundo. (En la segunda entrega, volveremos sobre este tema).
Una vez más comprobamos la diferencia que puede hacer en el devenir de la historia el accionar de un sólo hombre, un individuo decidido a poner fin a la mayor injusticia de la historia universal, y fue mediante su trabajo parlamentario que lo logró. Hermoso ejemplo para todos nosotros, especialmente hoy, cuando vemos como la política se ha divorciado de la realida dejándonos a todos totalmente decepcionados. Hoy en día necesitamos más Thomas Clarksons en nuestros parlamentos.
William Willberforce, la voluntad (will) sin la fuerza (force)
Éste fue el hombre que logró más renombre que Clarkson gracias a los innumerables libros escritos sobre él por parte de su propia familia, pero su trabajo dependió del éxito de Clarkson en el parlamento.
Miembro de la alta sociedad y cristiano devoto (cuáquer, “quaker”), fue miembro de los tories y también se decidió a trabajar para eliminar el comercio de esclavos, si bien murió antes de ver la esclavitud finalmente abolida. Aún se le celebra con entusiasmo en su país natal por ser el hombre que introdujo una mejora en la moral y las costumbres.
Lo curioso es que él trabajó principalmente a partir de su convicción cristiana, pero Chile Liberal cuestiona su sentido religioso en medio de su campaña, ya que no sólo se presta para promulgar un asunto priviado como la fe a la sociedad pública, sino que en esta lucha entra en una paradoja que ningún creyente logra explicar satisfactoriamente.
La biblia celebra la esclavitud
Como hemos dicho antes en este sitio, la moral evoluciona tal como el homo sapiens evoluciona. Cada época histórica tiene su propia moral demostrando de esta manera que la moral no es única ni eterna, sino que avanza con el correr de las generaciones. En este contexto, en los tiempos de los primeros cristianos se consideraba la esclavitud como algo normal, y ese libro llamado “biblia” fue un reflejo de su época. Veamos el siguiente pasaje en Efesios 6:5
Los nombres de Thomas Clarkson y William Willberforce no significan nada para los chilenos, sin embargo, para nuestros amigos ingleses son sinónimo del espíritu progresista del siglo XIX, y para la historia, son los dos máximos líderes abolicionistas de la historia del Imperio Británico. Ambos fueron cristianos devotos y activistas comprometidos por poner fin a la aberración más bestial de la historia de nuestra especie, de hecho la ONU la describe como “el sistema de violencia institucionalizada de mayor magnitud en la historia de la humanidad”.
Pero la verdad sea dicha, todo lo anterior uds lo pueden leer por sí mismos en los excelentes artículos de la BBC Clarkson, padre del boicot moderno, y toda la serie El comienzo del fin. Hay mucho más que decir al respecto, y hay un ángulo que los propios británicos ignoran, quizás inconscientemente. Tal como los chilenos insistimos en creer que el Combate Naval de Iquique fue una proeza, o que Bernardo O’Higgins fue un personaje mítico e intachable, también hay que profundizar sobre la figura de los abolicionistas, la importancia negada a los propios africanos, la complicidad de los cristianos y del Partido Conservador, y la importancia de la libertad.
Thomas Clarkson, el activista, el parlamentario, el Whig
Ya hemos dicho que los precursores del liberalismo fueron los whigs ingleses, quienes siempre lucharon por darle mayor poder al parlamento y quienes siempre se involucraron en la defensa de las libertades civiles y sociales. El abolicionista Thomas Clarkson, si bien fue tory (Conservador), trabajó arduamente con los whigs para debatir en el parlamento las leyes que terminarían con el comercio de esclavos, que como pueden imaginarse, no fue visto con buenos ojos por los conservadores.
Clarkson viajó incansablemente recopilando testimonios de esclavos y trabajó en la difusión de estos actos barbáricos en su propio país. Logró apelar a la conciencia de los individuos añadiendo la leyenda “no hecho por esclavos” a productos como el azúcar, cacao, etc., de modo que se lograse disminuir la demanda por los productos obtenidos bajo trabajo forzado, y así facilitar el camino para lograr la abolición total de la esclavitud (que llegó finalmente en 1833). Clarkson es recordado como el padre del boicot moderno, y sin duda que hoy empresas como Nike, Adidas y muchas otras sufren en carne propia la aplicación de estas medidas por parte de las sociedades libres del mundo. (En la segunda entrega, volveremos sobre este tema).
Una vez más comprobamos la diferencia que puede hacer en el devenir de la historia el accionar de un sólo hombre, un individuo decidido a poner fin a la mayor injusticia de la historia universal, y fue mediante su trabajo parlamentario que lo logró. Hermoso ejemplo para todos nosotros, especialmente hoy, cuando vemos como la política se ha divorciado de la realida dejándonos a todos totalmente decepcionados. Hoy en día necesitamos más Thomas Clarksons en nuestros parlamentos.
William Willberforce, la voluntad (will) sin la fuerza (force)
Éste fue el hombre que logró más renombre que Clarkson gracias a los innumerables libros escritos sobre él por parte de su propia familia, pero su trabajo dependió del éxito de Clarkson en el parlamento.
Miembro de la alta sociedad y cristiano devoto (cuáquer, “quaker”), fue miembro de los tories y también se decidió a trabajar para eliminar el comercio de esclavos, si bien murió antes de ver la esclavitud finalmente abolida. Aún se le celebra con entusiasmo en su país natal por ser el hombre que introdujo una mejora en la moral y las costumbres.
Lo curioso es que él trabajó principalmente a partir de su convicción cristiana, pero Chile Liberal cuestiona su sentido religioso en medio de su campaña, ya que no sólo se presta para promulgar un asunto priviado como la fe a la sociedad pública, sino que en esta lucha entra en una paradoja que ningún creyente logra explicar satisfactoriamente.
La biblia celebra la esclavitud
Como hemos dicho antes en este sitio, la moral evoluciona tal como el homo sapiens evoluciona. Cada época histórica tiene su propia moral demostrando de esta manera que la moral no es única ni eterna, sino que avanza con el correr de las generaciones. En este contexto, en los tiempos de los primeros cristianos se consideraba la esclavitud como algo normal, y ese libro llamado “biblia” fue un reflejo de su época. Veamos el siguiente pasaje en Efesios 6:5
5Esclavos, obedezcan a sus amos terrenales con respeto y temor, y con integridad de corazón, como a Cristo.
6No lo hagan sólo cuando los estén mirando, como los que quieren ganarse el favor humano, sino como esclavos de Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios.
7Sirvan de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres,
8sabiendo que el Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho, sea esclavo o sea libre.
9Y ustedes, amos, correspondan a esta actitud de sus esclavos, dejando de amenazarlos. Recuerden que tanto ellos como ustedes tienen un mismo Amo* en el cielo, y que con él no hay favoritismos.
¿Llamó Pablo en algún momento a abolir la esclavitud? No.
A lo mucho, se le pide sumisión a la víctima y se apela tímidamente al buen corazón del esclavista, haciéndole temer quizás algún castigo metafísico “en la otra vida”. Por mientras, hay que mantener la cabeza gacha. Con razón existe el cliché “la religión es el opio del pueblo”.
Por este motivo es que debemos desconfiar de quienes acusan a los liberales de “relativismo moral”, ya que ha sido gracias al impulso y al progrsismo intrínsecamente liberal que la humanidad ha perfeccionado su moral y costumbres. Si siguiésemos al pie de la letra ese libro, aún creeríamos en Adán y Eva y Darwin no se habría decidido a explorar el mundo (Chile incluido) en el Beagle, y el esclavismo aún seguiría siendo la práctica en todo el planeta.
La lucha de los propios esclavos, lo que los ingleses ignoran
Pero tanto celebrar a Clarkson y Willberforce, tanto exaltar al hombre blanco que llega a liberar ante el mal de este mundo, los ingleses han históricamente negado la importancia de la lucha y la resistencia de los mismos negros. Por ejemplo, poco celebran a Toussaint L'Ouverture. Pero fueron ellos quienes se forjaron su propia libertad. Aún persisten en Inglaterra los cuadros conmemorativos en iglesias y otros recintos la mitificación de los abolicionistas blancos, lo que no hace sino perpetuar el concepto de que los negros son incapaces de valerse por sí mismos, o como si ellos hubiesen sufrido en silencio hasta que los iluminados llegaron a salvarlos.
Muchos otros factores influyeron en la eliminación del comercio de esclavos, siendo los propios intereses de los ingleses uno de ellos. En las condiciones paupérrimas en que los negros eran transportados desde África, muchos morían de inanición o debilitados por la malaria, o deshidratados por la diarrea que desencadenaba el cólera. Hacinados en los barcos, donde se buscaba maximizar el transporte de individuos (vean el mapa que mostró Clarkson en Inglaterra), lo que llenaba de excrementos a los esclavos mismos causando una altísima mortalidad y, por tanto, una baja en la productividad de la industria esclavista.
Pero estas condicones inhumanas afectaban también a la tripulación de los barcos, todos ingleses. Muchos morían junto con los negros, producto de lo insolubre de las embarcaciones, situación que los mismos mercaderes alentaban, ya que después de transportar una partida de esclavos, si la tripulación moría, entonces las ganancias eran mayores: se ahorraban pagarle los honorarios a los capataces de la esclavitud.
En Inglaterra no tardaron en percatarse de este detalle y se asumió que quienes trabajaban en los barcos morirían tarde o temprano. Los ingleses sólo últimamente han despertado ante esta realidad y han notado que fue su propio individualismo lo que movilizó a muchos para terminar con el comercio de esclavos. Comprobamos, una vez más, el valor del individualismo como fuerza en pos del bien común, tal como lo había enseñado Adam Smith algunas décadas antes (en 1776). Es a partir del bienestar de cada individuo que logramos el bien de todos.
El hombre blanco comenzaba a darse cuenta de lo nefasto del trabajo forzado, pero principalmente porque afectaba sus propios intereses. El altruismo fue secundario. El mito de los abolicionistas es, como todo mito, es un hecho cierto pero realzado en el imaginario de las masas.
6No lo hagan sólo cuando los estén mirando, como los que quieren ganarse el favor humano, sino como esclavos de Cristo, haciendo de todo corazón la voluntad de Dios.
7Sirvan de buena gana, como quien sirve al Señor y no a los hombres,
8sabiendo que el Señor recompensará a cada uno por el bien que haya hecho, sea esclavo o sea libre.
9Y ustedes, amos, correspondan a esta actitud de sus esclavos, dejando de amenazarlos. Recuerden que tanto ellos como ustedes tienen un mismo Amo* en el cielo, y que con él no hay favoritismos.
¿Llamó Pablo en algún momento a abolir la esclavitud? No.
A lo mucho, se le pide sumisión a la víctima y se apela tímidamente al buen corazón del esclavista, haciéndole temer quizás algún castigo metafísico “en la otra vida”. Por mientras, hay que mantener la cabeza gacha. Con razón existe el cliché “la religión es el opio del pueblo”.
Por este motivo es que debemos desconfiar de quienes acusan a los liberales de “relativismo moral”, ya que ha sido gracias al impulso y al progrsismo intrínsecamente liberal que la humanidad ha perfeccionado su moral y costumbres. Si siguiésemos al pie de la letra ese libro, aún creeríamos en Adán y Eva y Darwin no se habría decidido a explorar el mundo (Chile incluido) en el Beagle, y el esclavismo aún seguiría siendo la práctica en todo el planeta.
La lucha de los propios esclavos, lo que los ingleses ignoran
Pero tanto celebrar a Clarkson y Willberforce, tanto exaltar al hombre blanco que llega a liberar ante el mal de este mundo, los ingleses han históricamente negado la importancia de la lucha y la resistencia de los mismos negros. Por ejemplo, poco celebran a Toussaint L'Ouverture. Pero fueron ellos quienes se forjaron su propia libertad. Aún persisten en Inglaterra los cuadros conmemorativos en iglesias y otros recintos la mitificación de los abolicionistas blancos, lo que no hace sino perpetuar el concepto de que los negros son incapaces de valerse por sí mismos, o como si ellos hubiesen sufrido en silencio hasta que los iluminados llegaron a salvarlos.
Muchos otros factores influyeron en la eliminación del comercio de esclavos, siendo los propios intereses de los ingleses uno de ellos. En las condiciones paupérrimas en que los negros eran transportados desde África, muchos morían de inanición o debilitados por la malaria, o deshidratados por la diarrea que desencadenaba el cólera. Hacinados en los barcos, donde se buscaba maximizar el transporte de individuos (vean el mapa que mostró Clarkson en Inglaterra), lo que llenaba de excrementos a los esclavos mismos causando una altísima mortalidad y, por tanto, una baja en la productividad de la industria esclavista.
Pero estas condicones inhumanas afectaban también a la tripulación de los barcos, todos ingleses. Muchos morían junto con los negros, producto de lo insolubre de las embarcaciones, situación que los mismos mercaderes alentaban, ya que después de transportar una partida de esclavos, si la tripulación moría, entonces las ganancias eran mayores: se ahorraban pagarle los honorarios a los capataces de la esclavitud.
En Inglaterra no tardaron en percatarse de este detalle y se asumió que quienes trabajaban en los barcos morirían tarde o temprano. Los ingleses sólo últimamente han despertado ante esta realidad y han notado que fue su propio individualismo lo que movilizó a muchos para terminar con el comercio de esclavos. Comprobamos, una vez más, el valor del individualismo como fuerza en pos del bien común, tal como lo había enseñado Adam Smith algunas décadas antes (en 1776). Es a partir del bienestar de cada individuo que logramos el bien de todos.
El hombre blanco comenzaba a darse cuenta de lo nefasto del trabajo forzado, pero principalmente porque afectaba sus propios intereses. El altruismo fue secundario. El mito de los abolicionistas es, como todo mito, es un hecho cierto pero realzado en el imaginario de las masas.
Continuaremos el lunes la segunda entrega de este ciclo, con los siguientes temas:
- Adam Smith: los trabajadores libres producen más que los esclavos
- Ingleses y norteamericanos: ¿Deben pedir perdón por la esclavitud?
- Esclavitud en el mundo, los bicots que necesitamos
- Esclavos en Chile, ayer y hoy
- Conclusiones de Chile Liberal
2 comentarios:
"Recuerden que tanto ellos como ustedes tienen un mismo Amo* en el cielo, y que con él no hay favoritismos."
Ahí mismo tienes la llave que sólo siglos después occidente estuvo dispuesto a usar.
Los cristianos de la primera generación creían en un retorno inminente de NSJC, y en ese contexto no tenía sentido insistir en un cambio social. Cuando esto no ocurrió, y el cristiano tuvo que integrarse a la comunidad, comenzaron a tomar fuerza las enseñanza que en un principio permitieron el fin de la esclavitud entre cristianos, luego extendida a toda la humanidad.
Leyes sobre los esclavos - Deuteronomio 15
15:12 Si se vendiere a ti tu hermano hebreo o hebrea, y te hubiere servido seis años, al séptimo le despedirás libre. 15:13 Y cuando lo despidieres libre, no le enviarás con las manos vacías.
15:14 Le abastecerás liberalmente de tus ovejas, de tu era y de tu lagar; le darás de aquello en que Jehová te hubiere bendecido.
15:15 Y te acordarás de que fuiste siervo en la tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te rescató; por tanto yo te mando esto hoy.
15:16 Si él te dijere: No te dejaré; porque te ama a ti y a tu casa, y porque le va bien contigo;
15:17 entonces tomarás una lesna, y horadarás su oreja contra la puerta, y será tu siervo para siempre; así también harás a tu criada.
15:18 No te parezca duro cuando le enviares libre, pues por la mitad del costo de un jornalero te sirvió seis años; y Jehová tu Dios te bendecirá en todo cuanto hicieres.
La Biblia lo que hizo desde sus inicios fue regular los abusos en la esclavitud, no celebrarlos ni mucho menos promoverlos.
Publicar un comentario